No come.
Porque piensa en sus cartucheras y se le quita el hambre.
No come.
Porque no disfruta del placer de un plato rico.
No come, por su lucha por estar delgada.
No come. Simpemente, porque las sensaciones agradables no van con ella. No le interesa.
Cuando se lleva algo a la boca tal como vemos, abre la boca tanto, como si fuera a tagarse una girafa viva. Abre la boca, de una forma, para introducir un bocado, como para dejar entrar un camión cargado con toneladas de gas. No da la sencación de que vaya a comer, abre la boca como para que entre el Ave Madrid-Sevilla.
Porque piensa en sus cartucheras y se le quita el hambre.
No come.
Porque no disfruta del placer de un plato rico.
No come, por su lucha por estar delgada.
No come. Simpemente, porque las sensaciones agradables no van con ella. No le interesa.
Cuando se lleva algo a la boca tal como vemos, abre la boca tanto, como si fuera a tagarse una girafa viva. Abre la boca, de una forma, para introducir un bocado, como para dejar entrar un camión cargado con toneladas de gas. No da la sencación de que vaya a comer, abre la boca como para que entre el Ave Madrid-Sevilla.