M
Maromeando
Guest
Llegó a Palacio con pocos apoyos. Cuestionada. Y se granjeó un enemigo mayor que el rey Juan Carlos: Iñaki Urdangarin. Diez años después, y tras sortear todos los obstáculos, Letizia, la primera reina plebeya de la Monarquía española, le ha dado la vuelta a las encuestas. Se ha convertido en la tabla de salvación de una institución dañada por los escándalos. Vanity Fair habla con sus personas más cercanas y descubre cómo ha superado la crisis matrimonial con Felipe... y la de la propia Corona.
Lea a continuación el inicio del reportaje publicado en el número 80 de la revista Vanity Fair, ya a la venta.
Por ALBERTO PINTEÑO Y PALOMA SIMÓN | 20 de marzo de 2015 / 8:30
0 comentarios
100%0%
"

Seis y cuarto de la mañana. Suena el despertador en el Pabellón de los Príncipes. La reina recibe a su peluquera de confianza, la misma desde sus tiempos de presentadora en Televisión Española. Ya peinada, baja a la cocina para preparar con tranquilidad el desayuno a Leonor y Sofía. Es ella quien las despierta y las viste. Cereales, lácteos, fruta, e infusiones. Un menú contundente, pero sano.
Mientras las niñas se dirigen al colegio, ella aprovecha para leer la prensa y, si hay acto oficial, elegir vestido. Así arranca una jornada de Letizia. Sin doncellas ni ayudas de cámara. Es la tónica de un reinado que empezaba el 19 de junio de 2014, no sin antes superar muchos escollos.
Desde la Casa Real se habló de “altibajos” en la pareja. “Sí, atravesaron una crisis. Y gorda. Nos temimos los peor”, admite alguien que durante esa época estaba muy unido a ella.
La primera reina plebeya de la Monarquía española llegó a palacio cuestionada. Muchos dudaban de la idoneidad de una profesional de clase media, divorciada, nieta de un taxista e hija de una sindicalista para contraer matrimonio con el heredero de la Corona. Víctima del menosprecio de un sector de la nobleza, en la Familia Real tampoco se lo pusieron fácil. Si con sus parientes políticos los vínculos nunca llegarían a estrecharse, con su suegro la falta de sintonía era evidente.
Todo cambió con la proclamación. “Últimamente, y subrayo, últimamente, don Juan Carlos me ha comentado en privado que Letizia lo está haciendo muy bien”, revela Fernando Ónega. Aunque el monarca emérito no era su único oponente. “Urdangarin siempre fue el enemigo número uno de Letizia en la Familia Real, incluso antes de que estallara el caso Nóos”, revela una persona que conoce desde niña a la reina. “Ni el rey ni las infantas. Iñaki”, insiste.
Antaño amigos y confidentes, Cristina e Iñaki pasaron de cobijar en su casa de Barcelona el noviazgo entre Felipe y Letizia a ser considerados personas non gratas. Esta áspera relación con la familia política junto al declive de una institución tocada por los incidentes de Botsuana y la aparición de Corinna zu Sayn-Wittgenstein pusieron en jaque a los entonces príncipes. Tensiones que agravaron una crisis matrimonial que trascendió a los medios en 2013. Rumores tan insistentes que obligaron a La Zarzuela a dar explicaciones. Desde la Casa Real se habló de “altibajos” en la pareja. “Sí, atravesaron una crisis. Y gorda. Nos temimos los peor”, admite alguien que durante esa época estaba muy unido a ella.
El reportaje continúa en el número 80 de Vanity Fair, ya a la venta.
A continuación, los titulares que más darán que hablar:
“Al principio existía una entente cordial, hasta que letizia supo que iñaki ponía a felipe en contra de ella. si antes la relación era fría, tras el Caso Nóos se hizo insostenible”, asegura un íntimo de la pareja.
“El caso Nóos le afectó mucho. Letizia se mostraba distante, a la defensiva. pero si hubo mal rollo entre ambos, ya desapareció. ahora van de la manita”, zanja un ex alto cargo de Zarzuela.
“Antes de casarse con felipe, letizia era una mujer tremendamente conservadora en lo concerniente al matrimonio. a veces caemos en la ligereza de pensar que alguien divorciado es liberal”, advierte Alfredo Urdaci.
Antes del anuncio del compromiso, letizia sufrió un accidente de coche. “al salir del túnel la sorprendió una tromba de agua. intentó frenar, sin poder evitar el aquaplaning y provocó una colisión múltiple”, asegura Alfredo Urdaci.
Ella misma escribe sus discursos y también mete pluma en los de Felipe. intentó seguir ejerciendo de periodista tras el anuncio de compromiso con el entonces príncipe y RTVE se reunió con casa real para ver si era posible, pero la idea se desechó.
Ella misma escoge su vestuario, no tiene enlace con las marcas ni estilista, compra las prendas o las encarga por catálogo. “Lo que le interesa es ir correcta. no busca ni la tendencia ni la elegancia”, dice su amigo Matías Rodríguez.
“Solo se ha operado la nariz, jamás se tocó el mentón y es completamente falso que vaya a someterse a una braquioplastia. ¡pero si es pura fibra!”, explican sus íntimos.
“Le gusta hacer footing por las inmediaciones de palacio o montar en bicicleta. Y no tiene entrenador personal”, asegura una amiga.
Lea a continuación el inicio del reportaje publicado en el número 80 de la revista Vanity Fair, ya a la venta.
Por ALBERTO PINTEÑO Y PALOMA SIMÓN | 20 de marzo de 2015 / 8:30
0 comentarios
100%0%
"

Seis y cuarto de la mañana. Suena el despertador en el Pabellón de los Príncipes. La reina recibe a su peluquera de confianza, la misma desde sus tiempos de presentadora en Televisión Española. Ya peinada, baja a la cocina para preparar con tranquilidad el desayuno a Leonor y Sofía. Es ella quien las despierta y las viste. Cereales, lácteos, fruta, e infusiones. Un menú contundente, pero sano.
Mientras las niñas se dirigen al colegio, ella aprovecha para leer la prensa y, si hay acto oficial, elegir vestido. Así arranca una jornada de Letizia. Sin doncellas ni ayudas de cámara. Es la tónica de un reinado que empezaba el 19 de junio de 2014, no sin antes superar muchos escollos.
Desde la Casa Real se habló de “altibajos” en la pareja. “Sí, atravesaron una crisis. Y gorda. Nos temimos los peor”, admite alguien que durante esa época estaba muy unido a ella.
La primera reina plebeya de la Monarquía española llegó a palacio cuestionada. Muchos dudaban de la idoneidad de una profesional de clase media, divorciada, nieta de un taxista e hija de una sindicalista para contraer matrimonio con el heredero de la Corona. Víctima del menosprecio de un sector de la nobleza, en la Familia Real tampoco se lo pusieron fácil. Si con sus parientes políticos los vínculos nunca llegarían a estrecharse, con su suegro la falta de sintonía era evidente.
Todo cambió con la proclamación. “Últimamente, y subrayo, últimamente, don Juan Carlos me ha comentado en privado que Letizia lo está haciendo muy bien”, revela Fernando Ónega. Aunque el monarca emérito no era su único oponente. “Urdangarin siempre fue el enemigo número uno de Letizia en la Familia Real, incluso antes de que estallara el caso Nóos”, revela una persona que conoce desde niña a la reina. “Ni el rey ni las infantas. Iñaki”, insiste.
Antaño amigos y confidentes, Cristina e Iñaki pasaron de cobijar en su casa de Barcelona el noviazgo entre Felipe y Letizia a ser considerados personas non gratas. Esta áspera relación con la familia política junto al declive de una institución tocada por los incidentes de Botsuana y la aparición de Corinna zu Sayn-Wittgenstein pusieron en jaque a los entonces príncipes. Tensiones que agravaron una crisis matrimonial que trascendió a los medios en 2013. Rumores tan insistentes que obligaron a La Zarzuela a dar explicaciones. Desde la Casa Real se habló de “altibajos” en la pareja. “Sí, atravesaron una crisis. Y gorda. Nos temimos los peor”, admite alguien que durante esa época estaba muy unido a ella.
El reportaje continúa en el número 80 de Vanity Fair, ya a la venta.
A continuación, los titulares que más darán que hablar:
“Al principio existía una entente cordial, hasta que letizia supo que iñaki ponía a felipe en contra de ella. si antes la relación era fría, tras el Caso Nóos se hizo insostenible”, asegura un íntimo de la pareja.
“El caso Nóos le afectó mucho. Letizia se mostraba distante, a la defensiva. pero si hubo mal rollo entre ambos, ya desapareció. ahora van de la manita”, zanja un ex alto cargo de Zarzuela.
“Antes de casarse con felipe, letizia era una mujer tremendamente conservadora en lo concerniente al matrimonio. a veces caemos en la ligereza de pensar que alguien divorciado es liberal”, advierte Alfredo Urdaci.
Antes del anuncio del compromiso, letizia sufrió un accidente de coche. “al salir del túnel la sorprendió una tromba de agua. intentó frenar, sin poder evitar el aquaplaning y provocó una colisión múltiple”, asegura Alfredo Urdaci.
Ella misma escribe sus discursos y también mete pluma en los de Felipe. intentó seguir ejerciendo de periodista tras el anuncio de compromiso con el entonces príncipe y RTVE se reunió con casa real para ver si era posible, pero la idea se desechó.
Ella misma escoge su vestuario, no tiene enlace con las marcas ni estilista, compra las prendas o las encarga por catálogo. “Lo que le interesa es ir correcta. no busca ni la tendencia ni la elegancia”, dice su amigo Matías Rodríguez.
“Solo se ha operado la nariz, jamás se tocó el mentón y es completamente falso que vaya a someterse a una braquioplastia. ¡pero si es pura fibra!”, explican sus íntimos.
“Le gusta hacer footing por las inmediaciones de palacio o montar en bicicleta. Y no tiene entrenador personal”, asegura una amiga.