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'Se buscan' 25 diamantes y 5 perlas: el misterio de la tiara 'desaparecida' de Letizia

Hay ciertos secretos que rodean al vestuario y el joyero de doña Letizia, como bien podría ser de dónde proviene aquel misterioso anillo verde que no se quitó en 2017

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Hay ciertos secretos que rodean al joyero de doña Letizia, como bien podría ser de dónde proviene aquel misterioso anillo verde que no se quitó durante una temporada en 2017. Y es que la Reina cuenta con piezas exclusivas de las que es muy complicado obtener información. A eso debemos sumarle que ha 'heredado' alhajas tanto de la reina Sofía como de la condesa de Barcelona o Victoria Eugenia, por lo que el asunto se pone aún más difícil.

Sin embargo, sí tenemos constancia de una joya que la Reina guarda en su joyero y que nunca ha lucido. Nos referimos a una tiara de Carrera y Carrera que la propia firma le regaló. Fue en 2004, antes de su enlace matrimonial con el entonces Príncipe de Asturias cuando esta mítica joyería decidió obsequiar a Letizia Ortiz con una diadema para que la luciera en las grandes citas. Pero 15 años después de sus nupcias, la ahora Reina no ha lucido en ninguna de sus apariciones este regalo de la firma, y oportunidades ha tenido muchas.



 La tiara de Carrera y Carrera. (Cortesía)


La tiara de Carrera y Carrera. (Cortesía)


Fueron los propios dueños de Carrera y Carrera los que contaron que habían obsequiado a doña Letizia con esta joya, una tiara de oro amarillo de estilo bandeau con flores formando una filigrana con una fila de diamantes en la parte superior, culminada con 5 perlas. Una pieza que sí lució en su momento Miriam Ungría, quien formaba parte del equipo creativo de la firma. La viuda del príncipe Kardam de Bulgaria llevó la misma tiara -pero sin las perlas- en el concierto previo a la boda de Federico y Mary de Dinamarca, en mayo de 2004, una semana antes del enlace de Felipe y Letizia.

Una joyería en quiebra
Nuestra intención era hablar con Carrera y Carrera para conocer más detalles acerca de esta tiara y si conocen el motivo por el que la Reina no la ha lucido públicamente. Sin embargo, la empresa quebró hace unos meses, por lo que ha resultado imposible hablar con algunos de sus responsables. Actualmente, se enfrenta a la liquidación después de no superar el concurso de acreedores, al que se acogió en 2018. La joyería, creada en 1885, vivió su momento de esplendor durante los 60, cuando se hizo conocida por ser una de las boutiques favoritas de Fabiola de Bélgica, la reina de origen español que conquistó al rey Balduino.

Francisco Franco decidió regalarle a Fabiola de Mora y Aragón una tiara con motivo de su boda real, una diadema en diamantes a la que se le podían cambiar las piedras preciosas por esmeraldas o rubís, según la ocasión. Sin embargo, esas piedras eran falsas. Y es que antes de ser comprada por Franco, dicha tiara estuvo depositada en un convento para servir de adorno a una escultura de la Virgen y las monjas fueron vendiendo las piedras preciosas verdaderas y sustituyéndolas por cristales de colores. Los joyeros de la familia real belga descubrieron la falsedad de las piedras y Carrera y Carrera fueron los encargados de sustituirlas.

Otros regalos de boda
Pero esta tiara no es el único regalo de bodas en forma de joya que Letizia recibió. Maxim Voznesensky la obsequió con un colgante en forma de huevo de Pascua creado en honor a la memoria del gran joyero Fabergé, otra pieza que nunca ha lucido. Asimismo, la Diputación de Cáceres le regaló una gargantilla y pendientes de orfebrería tradicional elaborados en oro y alfajares, exclusivos de la provincia de Cáceres. El Ayuntamiento de Palma de Mallorca le entregó unos pendientes diseñados con la cruz de Calatrava como base y, por su parte, el Ayuntamiento de Salamanca le regaló un collar de oro de filigrana charra realizado por los talleres de la joyería salmantina Cid. No ha lucido todavía ninguna de estas piezas.

El regalo de Maxim Voznesensky.


El regalo de Maxim Voznesensky.

El huevo de pascua me imagino por qué no se lo pone: porque le recuerda a su suegra, supongo. Las demás joyas, ni idea. Si estuviera en la miseria, supondría que las ha vendido para conseguir efectivo. Pero como no es el caso, ni pu... idea (n)
 
El huevo de pascua me imagino por qué no se lo pone: porque le recuerda a su suegra, supongo. Las demás joyas, ni idea. Si estuviera en la miseria, supondría que las ha vendido para conseguir efectivo. Pero como no es el caso, ni pu... idea (n)

Yo pienso que sencillamente no es mujer de joyas.
 
Así veremos a Letizia ya de mayor: luciendo brazos, hombros y joyas. Será la nueva versión de Victoria Eugenia aunque dichosamente sin pieles.

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Tremendo porte la reina Victoria. Y de mayor aún mas que de jóven. Le quedaban bien las joyas . Parecia que había nacido con ellas puestas. Pienso que le ayudaba el físico , alto e imponente, y la actitud mayestática que tenía en todo momento. No necesitaban presentarla, te dabas cuenta al verla quién era.
 
@AMBERS espero que no te importe, las he visto y he pensado subirlar
Doña Letizia toma posesión del joyero real
CASA REAL
Poco a poco
    • CONSUELO FONT
  • 12 ene. 2019 01:55
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La Reina Letizia, con las algunas de las piezas del joyero real. GTRES

En la Pascua Militar estrenó un broche que forma parte de las joyas de pasar. Sólo le faltan dos piezas del joyero por estrenar

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El pasado domingo, 6 de enero, la Reina Letizia volvió a copar el protagonismo en la Pascua Militar por un llamativo detalle: sobre su sobrio conjunto de falda larga y chaqueta, destacaba un broche de perlas y brillantes, del que colgaba una singular perla gris en forma de pera. Una pieza única, pues forma parte del lote de pasar trasmitido por la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII.

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BROCHE DE PERLAS Y DIAMANTES. La Reina estrenó el pasado 6 de enero uno de los broches que forman parte de las joyas de pasar. Compuesto por dos perlas grises y brillantes, la perla de abajo se desmonta. GTRES
Letizia no era aficionada a las grandes joyas en su etapa de Princesa pero, con su marido en el Trono, ha comenzado a desempolvar las mejores piezas del joyero real. Se estrenó en febrero de 2017 en la cena de gala al presidente argentino, Mauricio Macri, luciendo por primera vez la tiara flor de lis de platino y brillantes, que Alfonso XIII adquirió en 1906 en Ansorena como regalo de boda para Victoria Eugenia. Según una persona del entorno regio ,"coincidió con el nuevo protocolo que estrenó la Corona para recibir a mandatarios extranjeros, que se trasladó al Palacio Real, para mostrar la grandeza histórica de España. Si se enseñan al mundo palacios, ¿por qué no las piezas del joyero regio?".

Dicha diadema, como el broche de perlas grises, forma parte de las alhajas de pasar que Victoria Eugenia se llevó al exilio tras proclamarse la II República, cuando abandonó España. Era una apasionada de las joyas, tanto que mandaba traer sus alhajas al aposento y pasaba horas contemplándolas. De hecho, Alfonso XIII se gastó 341.000 pesetas en joyas en cinco años, una fortuna en una época en la que un alto funcionario ganaba 800 pesetas al mes.

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COLLAS DE PERLAS. Una de las piezas más valiosas de la colección por el tamaño de las piedras y el broche de brillantes que lo cierra. Lo compró Alfonso XII. GTRES
A su muerte, en 1969, las recibió Doña María, madre de Don Juan Carlos, y ésta las trasmitió a la Reina Sofía cuando Don Juan renunció a sus derechos en 1977. Estuvieron en poder de Doña Sofía hasta la abdicación de Don Juan Carlos, cuando pasaron a la Reina Letizia. Según el genealogista José Luis Sampedro, autor del libro Las joyas de las reinas de España, "el joyero de los borbones, no tan extenso como el de la corona británica, tiene piezas muy valiosas desde el punto de vista histórico. Estas alhajas nunca fueron propiedad del Estado, sino privadas de la Familia Real y vinculadas al jefe de la dinastía, siendo su consorte depositaria, que las trasmitía de generación en generación". El lote de pasar figuraba en un codicilo del testamento de Victoria Eugenia y hace referencia a ocho joyas: la tiara flor de lis y el broche de brillantes con perla gris ya citados; unos pendientes de chatones que Letizia lució en los Premios Princesa de Asturias, dos pulseras de brillantes procedentes de una diadema que luce a menudo, otro broche de brillantes del que cuelga la mítica perla Peregrina, cuatro hilos de perlas grandes, un collar grande de chatones que tampoco se le ha visto a la Reina, y un collar de 37 perlas grandes.

Son las famosas perlas rusas de la reina Mercedes, que Letizia estrenó en octubre en la visita del presidente alemán y, según Sampedro, es la joya más valiosa por el tamaño de sus piezas y el broche de brillantes que lo cierra. Se lo regaló Alfonso XII en 1878 a Mercedes y pagó por él 250.000 pesetas a la firma J. Vaillant de San Petersburgo. Al morir Mercedes, pasó a su segunda esposa, la reina María Cristina, y de ésta a Victoria Eugenia, que solía añadirle la Peregrina como colgante.

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FLOR DE LIS. Diseñada con tres flores de lises en representación a las armas de la familia Borbón, la lució Victoria Eugenia el día de su enlace. GTRESGTRES
Una perla encontrada en Panamá en el siglo XVI y que Felipe II adquirió por 9.000 ducados, luciéndola las sucesivas reinas de la dinastía Austria. En la Guerra de la Independencia, José Bonaparte, hermano de Napoleón, la sacó de España, pero Alfonso XIII la recompró para Victoria Eugenia. Aunque se duda de su autenticidad, pues aseguran que la original la adquirió en 1969 el actor Richard Burton para regalársela a Liz Taylor.

Doña Letizia aún no la ha lucido, pero sí la Reina Sofía en la boda de la Infanta Elena. Tampoco ha estrenado el collar de 30 chatones que Alfonso XIII compró en Ansorena por 145.000 pesetas y Victoria Eugenia cedió a Doña María al casarse con Don Juan. La Emérita lo lució en la boda de su sobrino, Pablo de Grecia, con Marie Chantal y en la de Federico de Dinamarca. Le queda también por estrenar a Letizia el collar de perlas de cuatro vueltas y el broche de cuatro perlas de Isabel II que María Cristina regaló a Doña María por su boda con Don Juan. Doña Sofía lo llevó en 1971 en la conmemoración de los 2.500 años del Imperio persa.

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PENDIENTES DE CHATONES. Regalo a Victoria Eugenia, cada pendiente tiene un brillante grueso y está rodeado por otros más pequeños. GTRES
El joyero de Sofía
Pero Doña Sofía, además de lucir las alhajas de pasar, ha incrementado el joyero real con importantes piezas, unas aportadas por Don Juan Carlos, y otras de su herencia privada, como hija de los monarcas griegos y biznieta del emperador alemán Guillermo II, además de obsequios de allegados. A diferencia de la Reina Letizia, cuyo aporte más valioso que conozcamos es la tiara Ansorena de 50.000 euros que Don Felipe le regaló por su quinto aniversario de boda.

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De izquierda a derecha: tiara rusa, aderezo Niarchos, cabujón de rubíes y tiara Cartier. GTRES
Algunas joyas de la Emérita proceden de los borbones y fueron recompradas por Don Juan Carlos. Como la tiara Cartier, de diseño art déco en brillantes, platino y con siete perlas engastadas, que Alfonso XII adquirió en la joyería francesa en 1920. Victoria Eugenia se la dejó en herencia a su hija Cristina y, antes de su muerte, Don Juan Carlos se la compró. Letizia la estrenó en la visita de Estado del presidente de Portugal en abril. O la tiara rusa, tallada en perlas y diamantes imitando las kokoshnick rusas, también de María Cristina, que lucieron la infanta Doña Pilar y su hija Simoneta Gómez-Acebo en sus bodas y heredó Don Juan Carlos. Letizia la llevó en la visita a España del presidente chino, Xi Jimping. Otra valiosa diadema es la de la Chata.

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De izquierda a derecha: collar de chatones, perla la Peregrina y broche flor de lis. GTRES
De diseño rococó en perlas y brillantes, comprada a los joyeros Mellerio, y propiedad de la infanta Isabel, hermana de Alfonso XII, apodada la Chata. Ella la sacó de España oculta en un sombrero. Don Juan se la regaló a Sofía por su boda y la Emérita la llevaba en las fotos oficiales que le realizó Silvia Polakov.

Reparto familiar
Se desconoce si estas joyas se incluirán en un futuro lote de pasar, o los Eméritos las dejarán en herencia a sus hijos y nietos, como seguramente ocurrirá con gran parte del joyero privado de Doña Sofía. En el que destaca el espectacular rubí cabujón heredado de su madre, la reina Federica, que lució el pasado 6 de diciembre en el Congreso para conmemorar los 40 años de la Constitución y en la proclamación de Don Felipe como Rey. O la histórica tiara prusiana estilo imperio heredada de su abuela, Victoria Luisa de Prusia, hija del emperador alemán, que Letizia lució en su boda. Asimismo la tiara floral, regalo de bodas de Franco, que lucía la Infanta Cristina en su boda con Urdangarin.

Aunque quizá una de sus piezas más destacadas es el aderezo que Niarchos le regaló por su boda, una cadena montada en oro de gruesos rubíes de Birmania separados cada uno por cuatro brillantes más otra fila más de rubíes que el multimillonario armador adquirió en la joyería Van Clef et Arpels de París. Doña Sofía lo lució en la cena que Nixon les ofreció en la Casablanca cuando eran príncipes y en la misa de Espíritu Santo tras la proclamación como Rey de su marido.

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TIARA RUSA. De momento, no forma parte del lote de pasar, ya que fue un regalo personal de Don Juan Carlos a Doña Sofía. El Rey emérito compró la parte que les correspondía a sus hermanas. PULSERAS GEMELAS. Dos importantes pulseras de brillanes Cartier que formaban parte de una diadema de la reina Victoria Eugenia. GTRES
Además, la Emérita posee otras valiosas piezas, como la tiara de diamantes que la reina Federica le regaló por su boda, los tres brazaletes en oro, rubíes, zafiros y esmeraldas obsequio de su hermano Constantino, aderezos de esmeraldas y turquesas, pendientes como las cerezas de rubíes y brillantes que llevó Doña Letizia a la boda de Federico de Dinamarca, o las de garras de rubíes que lució en Japón. Una extensa colección que, según un allegado suyo, es uno de sus grandes tesoros . "Doña Sofía, bajo su apariencia austera, esconde su dosis de ambición y le entusiasman las joyas, aunque se recate de exhibirlas públicamente".
No se las merece!Hay q saber usarlas...
 
Este mono que lleva directamente parece un trapo sucio y viejo....
Parece mentira que Felipe, educado entre algodones, rodeado por la élite de la sociedad, acostumbrado a lo más selecto y exquisito, se haya prendado de esta pieza de bisutería barata, que alardea de vulgaridad y mala educación.
Mi teoría es que a él todo eso le debió parecer exótico.
 
Comparar a la Reina Victoria Eugenia con la Leti es un poco más que insultante.
 
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