El Mundo Orbyt.
28/10/2017
LA ÚLTIMA VEZ QUE VIMOS EN PÚBLICO a Leonor fue en el desfile de las Fuerzas Armadas este 12 de octubre, único acto institucional que de momento tiene fijo en su agenda, acompañada por su hermana Sofía. Por cierto,que a punto estuvieron de no acudir ya que, según revelan en el entorno regio, “la tensión por el desafío catalán hizo cuestionarse, sobre todo a Doña Letizia, si era oportuna su presencia”. Al final, se decidió que asistieran, y pudimos ver a la Princesa de Asturias ataviada con un vestido rojo pasión de la firma Carolina Herrera a juego con rebeca y bailarinas. Un modelo propio para quien va a entrar en la adolescencia, ya que Leonor cumple este martes, 31 de octubre, 12 años. Celebración que, una vez mas, será privada, pues según fuentes de Zarzuela y salvo sorpresa de última hora, no habrá foto oficial de Leonor, como es costumbre en otras cortes europeas, ni ninguna novedad especial para conmemorar esta emblemática fecha.
Lo cual no significa que no lo celebre con sus amigos, como ha hecho otros años. Leonor suele hacer una fiesta en Zarzuela, a la que invita a todos sus compañeros de clase, una veintena de niños y niñas, como es costumbre en su colegio, el Santa María de los Rosales. La pega es que, por motivos de seguridad y sobre todo de privacidad, auténtica obsesión de Doña Letizia, la invitación se cursa en el útimo momento, la víspera o incluso el mismo día, que no siempre coincide con el cumpleaños, lo que supone un pequeño embrollo para las madres, que además han de ponerse de acuerdo para comprar el regalo conjunto que se hace a Leonor. Y, por supuesto, nada de fotos que puedan acabar en las redes sociales, uno de los grandes temores de la Reina, auténtica luchadora en salvaguardar la intimidad de sus hijas.
Se hace extensivo a su vida oficial, ya que Leonor, la heredera europea con menos proyección pública, ha sido de nuevo la gran ausente en la entrega de los premios princesa de Asturias que llevan su nombre, celebrada este 20 de octubre. Los Reyes alegan que es todavía pequeña para un acto tan solemne, pero tampoco se entiende que ni siquiera acudiera al galardón al pueblo ejemplar, celebrado al día siguiente en Poreñu, un festejo popular con niños por las calles. Son crecientes las voces críticas hacia esta ausencia, pues ni siquiera la Princesa se ha dejado ver públicamente por Asturias, tierra que da nombre a su título, a diferencia de su padre, que con 9 años fue investido príncipe de Asturias en Covadonga y con sólo 13 pronunció su primer discurso en dichos premios. Claro que se trabajó desde la cuna su condición, pues con 2 años ya acompañaba a los Reyes a actos, como la entrega de trofeos deportivos, cuya copa era más grande que él. Con sólo 5 le llevaron de visita oficial a Canarias, donde recorrió en camello el parque de Timanfaya. Sin contar las innumerables instantáneas de su niñez en clase de judo o vela, en funciones teatrales del colegio Santa María de los Rosales, el mismo de sus hijas, vestido de Calígula u otro personaje histórico o sentado en el pupitre con sus compañeros.
Algo impensable con Leonor, cuya existencia trascurre en una burbuja al margen de su condición de heredera, similar a la de sus compañeros hijos de médicos, abogados o ejecutivos. Escoltas aparte, es una más de la veintena de alumnos que se sientan en los pupitres de la clase B de primero de Educación Secundaria Obligatoria.
Esta semana pasada su curso se marchó de convivencias a Layos, un campamento ubicado en la sierra de Gredos, en una finca antes propiedad de la familia Oriol y gestionada por Carmen Oriol. Allí los niños practican deportes, como senderismo, bici o rutas a caballo, la pasión de Leonor, y también hacen visitas culturales al monasterio de Yuste o la villa de Plasencia.
A Leonor le encanta participar en actividades colegiales, desde asistir al cine club que proyecta películas en inglés, idioma que domina, a ayudar en el mercadillo solidario, que este año se celebra el 28 de noviembre, en el que los alumnos preparan platos de repostería y tartas. A la heredera le divierte cocinar, incluso el año pasado hizo un curso junto a su hermana Sofía en Dstage, un restaurante ubicado en el barrio de Chueca. Otro de los retos es ensayar para el concierto que los alumnos de ESO ofrecen a fin de curso, ya que el colegio les obliga a especializarse en un instrumento musical, optando por el violonchelo, la guitarra, la flauta o el violín y parece que Leonor se inclina por el chelo.
De momento van más por ahí los retos de la Heredera al trono que por la vida institucional. No le queda mucho para dejar de ser niña y sus padres, especialmente la Reina Doña Letizia, inmune a las críticas en lo que toca a sus hijas, quieren que apure esta feliz etapa, aparcando su condición de heredera para más adelante.
28/10/2017
LA ÚLTIMA VEZ QUE VIMOS EN PÚBLICO a Leonor fue en el desfile de las Fuerzas Armadas este 12 de octubre, único acto institucional que de momento tiene fijo en su agenda, acompañada por su hermana Sofía. Por cierto,que a punto estuvieron de no acudir ya que, según revelan en el entorno regio, “la tensión por el desafío catalán hizo cuestionarse, sobre todo a Doña Letizia, si era oportuna su presencia”. Al final, se decidió que asistieran, y pudimos ver a la Princesa de Asturias ataviada con un vestido rojo pasión de la firma Carolina Herrera a juego con rebeca y bailarinas. Un modelo propio para quien va a entrar en la adolescencia, ya que Leonor cumple este martes, 31 de octubre, 12 años. Celebración que, una vez mas, será privada, pues según fuentes de Zarzuela y salvo sorpresa de última hora, no habrá foto oficial de Leonor, como es costumbre en otras cortes europeas, ni ninguna novedad especial para conmemorar esta emblemática fecha.
Lo cual no significa que no lo celebre con sus amigos, como ha hecho otros años. Leonor suele hacer una fiesta en Zarzuela, a la que invita a todos sus compañeros de clase, una veintena de niños y niñas, como es costumbre en su colegio, el Santa María de los Rosales. La pega es que, por motivos de seguridad y sobre todo de privacidad, auténtica obsesión de Doña Letizia, la invitación se cursa en el útimo momento, la víspera o incluso el mismo día, que no siempre coincide con el cumpleaños, lo que supone un pequeño embrollo para las madres, que además han de ponerse de acuerdo para comprar el regalo conjunto que se hace a Leonor. Y, por supuesto, nada de fotos que puedan acabar en las redes sociales, uno de los grandes temores de la Reina, auténtica luchadora en salvaguardar la intimidad de sus hijas.
Se hace extensivo a su vida oficial, ya que Leonor, la heredera europea con menos proyección pública, ha sido de nuevo la gran ausente en la entrega de los premios princesa de Asturias que llevan su nombre, celebrada este 20 de octubre. Los Reyes alegan que es todavía pequeña para un acto tan solemne, pero tampoco se entiende que ni siquiera acudiera al galardón al pueblo ejemplar, celebrado al día siguiente en Poreñu, un festejo popular con niños por las calles. Son crecientes las voces críticas hacia esta ausencia, pues ni siquiera la Princesa se ha dejado ver públicamente por Asturias, tierra que da nombre a su título, a diferencia de su padre, que con 9 años fue investido príncipe de Asturias en Covadonga y con sólo 13 pronunció su primer discurso en dichos premios. Claro que se trabajó desde la cuna su condición, pues con 2 años ya acompañaba a los Reyes a actos, como la entrega de trofeos deportivos, cuya copa era más grande que él. Con sólo 5 le llevaron de visita oficial a Canarias, donde recorrió en camello el parque de Timanfaya. Sin contar las innumerables instantáneas de su niñez en clase de judo o vela, en funciones teatrales del colegio Santa María de los Rosales, el mismo de sus hijas, vestido de Calígula u otro personaje histórico o sentado en el pupitre con sus compañeros.
Algo impensable con Leonor, cuya existencia trascurre en una burbuja al margen de su condición de heredera, similar a la de sus compañeros hijos de médicos, abogados o ejecutivos. Escoltas aparte, es una más de la veintena de alumnos que se sientan en los pupitres de la clase B de primero de Educación Secundaria Obligatoria.
Esta semana pasada su curso se marchó de convivencias a Layos, un campamento ubicado en la sierra de Gredos, en una finca antes propiedad de la familia Oriol y gestionada por Carmen Oriol. Allí los niños practican deportes, como senderismo, bici o rutas a caballo, la pasión de Leonor, y también hacen visitas culturales al monasterio de Yuste o la villa de Plasencia.
A Leonor le encanta participar en actividades colegiales, desde asistir al cine club que proyecta películas en inglés, idioma que domina, a ayudar en el mercadillo solidario, que este año se celebra el 28 de noviembre, en el que los alumnos preparan platos de repostería y tartas. A la heredera le divierte cocinar, incluso el año pasado hizo un curso junto a su hermana Sofía en Dstage, un restaurante ubicado en el barrio de Chueca. Otro de los retos es ensayar para el concierto que los alumnos de ESO ofrecen a fin de curso, ya que el colegio les obliga a especializarse en un instrumento musical, optando por el violonchelo, la guitarra, la flauta o el violín y parece que Leonor se inclina por el chelo.
De momento van más por ahí los retos de la Heredera al trono que por la vida institucional. No le queda mucho para dejar de ser niña y sus padres, especialmente la Reina Doña Letizia, inmune a las críticas en lo que toca a sus hijas, quieren que apure esta feliz etapa, aparcando su condición de heredera para más adelante.
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