Laura Orue, un crimen sin resolver

Copio y pego, Amy:


Se cumplen 16 años desde que una estudiante de Magisterio de 21 años de Zeberio fue encontrada muerta dentro de una fosa, al pie de un pinar, cerca de su casa


La muerte de Laura Orue hace 16 años se ha convertido en una de las espinas por sacar de los investigadores más avezados de distintos cuerpos policiales en Euskadi. La joven estudiante de Magisterio de 21 años, vecina de Zeberio, desapareció el 29 de agosto de 1999 cuando acudía a una cita con sus amigas en las fiestas de Llodio. Una semana después, tras una intensa búsqueda, su cuerpo fue encontrado enterrado en una fosa al pie de un pinar, en una zona rastreada en varias ocasiones, cerca de su casa. Un voluntario, al que llamó la atención la tierra removida, se acercó y descubrió los cabellos color caoba de la muchacha. Una vez extraído se comprobó que el cuerpo estaba semidesnudo de cintura para abajo, aunque llevaba ropa interior.

La autopsia descartó que hubiera sufrido una agresión sexual y no se apreciaron signos evidentes de violencia. Finalmente, los forenses concluyeron que la joven había muerto por "sofocación o asfixia" provocada por algún plástico o similar que nunca ha sido localizado. El o los autores de la muerte, trataron de ocultar el cadáver cubriéndolo con tierra y helechos en una fosa de 50 centímetros de profundidad en una zona próxima a su domicilio, un caserío del barrio Zaldarian de Zeberio.

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Familiares de Laura esperan el comunicado de la Ertzaintza en el lugar en el que apareció el cuerpo de la chica. / E.C.

Los primeros encargados de la investigación reconstruyeron las últimas horas de Laura con vida. Trabajaba como extra en un hostal rural cerca de su casa, de la que aquel sábado salió a las 23.30 horas. Después, fue a casa a cambiarse de ropa. Se puso una camiseta, un pantalón de pata acampanada y unas sandalias con plataforma. Había quedado con sus amigas a la 1.30 horas en Llodio, pero nunca llegó. Su coche, un 'Fiat Punto' gris, apareció aparcado en la estación de Miraballes. Su familia cree que lo dejó allí con la intención de coger el tren, pero nadie la vio en la estación o montada en un convoy.



Tres detenciones

En estos 16 años, las diligencias han llevado a los investigadores, primero de la Ertzaintza, y después de la Policía Municipal de Bilbao, a realizar tres detenciones, aunque todos ellos quedaron en libertad sin cargos. También ha habido otros sospechosos, pero no había suficientes indicios contra ellos. El primero en pasar por los calabozos fue el hijo de los dueños del establecimiento en el que trabajaba Laura, cuatro meses después de los hechos, tiempo en el que el caso estaba bajo secreto de sumario. Una testigo, que luego se retractó, llegó a decir que le había visto con la víctima en Llodio la noche de autos, aunque después no le reconoció en una rueda de reconocimiento.

Cuatro años después, la investigación dio un giro. Un juez había comisionado a la prestigiosa Policía Judicial de la Policía Municipal de Bilbao, para que indagara en el caso. Fruto de la revisión de los 7.000 folios del sumario y de nuevas pruebas, los agentes arrestaron a dos individuos, vecinos de las localidades de Miraballes y Arrigorriaga, de 31 y 37 años entonces, que ya habían declarado como testigos en el proceso. Los dos amigos se contradecían en sus versiones y en el coche de uno de ellos se localizó una manta con pelos que, según un análisis preliminar podían pertenecer a Laura, aunque finalmente el ADN descartó que fuera de ella. Uno de ellos llegó a permanecer quince días en prisión provisional. Esta prueba científica e irrefutable y el hecho de que los dos sospechosos acreditaran que aquella noche fueron juntos al cine a ver 'La amenaza fantasma', tercera parte de 'La guerra de las galaxias', tumbó las acusaciones y ambos quedaron exculpados.

La psicosis social por la muerte de Laura se acrecentó con el mazazo que supuso, unos meses después, el asesinato y violación de Virginia Acebes. Se llegó a pensar que detrás de ambos crímenes con víctimas de edad y perfil similar podía haber una misma persona, aunque luego quedó descartado al ser detenido y condenado el autor del salvaje crimen de Virginia.

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sin resolverlaura orue

Acto celebrado en 2002 en Miraballes, al cumplirse el tercer aniversario de su muerte.


La muerte de Laura, sin embargo, sigue siendo una gran incógnita. ¿Quién la mató y ocultó su cuerpo y cómo ha logrado mantener el silencio durante tantos años? La madre de la joven, que tenía otros dos hermanos, María Angeles Duoandikoetxea, la recuerda "cada día, cada segundo", confiesa por teléfono, y lamenta que 16 años después no haya "nada" que le permita saber qué le pasó a su adorada hija.
 
Un crimen casi perfecto
El autor de la muerte y enterramiento de Laura Orue no dejó ni un solo rastro. Ocho años después, los investigadores admiten que si apareciera el culpable, costaría encontrar pruebas para acusarle

AINHOA DE LAS HERAS
Domingo, 1 abril 2007, 04:42

La muerte de Laura Orue podría considerarse un crimen casi perfecto. El autor o autores no dejaron un solo rastro, ni en el escenario del crimen ni en el cuerpo de la víctima, o al menos no se han encontrado. «Sobraban sospechosos y faltaban pruebas», resume un policía, que participó en la investigación. La joven estudiante de Magisterio de 21 años apareció enterrada en un pinar cercano a su casa, en el barrio Zaldarian de Zeberio, un pequeño pueblo rodeado de montañas en la Vizcaya interior, en septiembre de 1999.





Después de una semana de intenso rastreo, dos voluntarios descubrieron «de chiripa» en un camino, descartado por lo «inaccesible», un mechón de pelo de color caoba que sobresalía entre la tierra y unos helechos. «El sitio no parece fortuito, sino muy bien pensado; hay que tener mucha sangre fría para cargarte a alguien y cavar una fosa, ¿eh! O es premeditado o cuentas con una infraestructura de la leche para deshacerte del cuerpo», opina un agente que participó en la búsqueda. «El tío que lo hizo es del pueblo y conoce la zona, pero no pudo actuar solo», sentencia.




La autopsia reveló que murió «asfixiada» probablemente por un «plástico» y con el agresor situado a su espalda, probablemente la misma noche que desapareció, el 29 de agosto. El cadáver no presentaba ningún signo de agresión sexual ni de otro tipo de violencia, aunque le habían despojado del pantalón.



Otra de las incógnitas que rodean el crimen es el móvil, ¿por qué la mataron? Expertos en criminología han llegado a confesar que se trata de uno de los casos más complicados que han conocido en su carrera profesional, precisamente por la falta de pruebas. «La clave de la investigación está en saber si Laura salió o no de casa», apunta un abogado. La muchacha terminó su trabajo de camarera en una sidrería del barrio a las 23.50 horas y se dirigió a su domicilio. Había quedado con sus amigas a la una de la madrugada en Llodio, localidad cercana que celebraba sus fiestas patronales. Pero nunca llegó. Su coche apareció abandonado en la estación de tren de Miraballes.




Los investigadores, Ertzaintza y Policía Municipal de Bilbao, han seguido tres líneas fundamentales de investigación. En diciembre de ese mismo año fue detenido el hijo del dueño del restaurante en el que Laura trabajaba por horas. Una testigo le inculpó al asegurar que le había visto con la víctima la noche de los hechos, aunque luego se retractó y el joven quedó libre. Años después y ante la falta de resultados, un juez comisionó a la Policía local bilbaína para que indagara en el caso.



«Laura merece justicia»



En mayo de 2003, los agentes municipales arrestaron a otros dos chicos con antecedentes delictivos, vecinos de Miraballes y Arrigorriaga, por su presunta relación con la muerte de Laura. Un pelo hallado en una manta en el maletero del coche de uno de ellos representaba la principal prueba inculpatoria, pero la prueba de ADN dio negativo y los dos sospechosos quedaron exculpados. La última hipótesis, la misma que se baraja en todos los homicidios, ubica al presunto autor de la muerte en el entorno más cercano a la víctima. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, aunque un investigador admite que «si hoy alguien dijera 'soy culpable', costaría encontrar pruebas para sostener la acusación».



En la actualidad, la comisaría de la Ertzaintza en Galdakao mantiene el caso «sobre la mesa, a la espera de una nueva pista». El propio consejero de Interior, Javier Balza, se comprometió públicamente a no olvidar la muerte de esta joven de Zeberio, que hoy por hoy sigue sin resolver. La asociación Clara Campoamor asumió el año pasado la asesoría legal a la familia de la víctima. «Laura tiene derecho a la Justicia, no podemos permitir que ni una sola agresión quede impune», clama Blanca Estrella, presidenta de la asociación feminista, quien lanza un llamamiento a la colaboración ciudadana para aclarar el misterio.



Pero si alguien ha sufrido el vacío dejado por Laura Orue y la incertidumbre por el silencio en torno a su extraña desaparición, ésa es su madre. Para María Ángeles Duoandikoetxea, su hija está «cada día más viva» al menos en su memoria. «Dicen que el tiempo borra el dolor; a mí no me borra nada, la veo en todos los lados». Esta conversación se mantuvo el día del cumpleaños de la mujer, una fecha especialmente sensible para ella. «Qué diferente hubiera sido mi vida si esos cabrones no se hubieran cruzado en el camino de mi hija aquella noche», se duele la mujer. Desde que Laura no está, «no bajo ni al pueblo (Zeberio), salvo para una necesidad pura». Sabe que debe seguir luchando porque sus otros dos hijos y sus nietos la necesitan, pero confiesa que no tiene ánimo. «Quiero ser fuerte, pero no puedo. He sido dura, pero creo que ahora me estoy cayendo».



-¿Tiene alguna hipótesis de lo que le pudo pasar a Laura?



-Si yo supiese... En mi mente hay tantas hipótesis, pero como no vimos ni oímos nada, no podemos hablar. Esa es la mayor pena que tengo

https://www.diariovasco.com/prensa/20070401/aldia/crimen-casi-perfecto_20070401.html
 
Un crimen casi perfecto
El autor de la muerte y enterramiento de Laura Orue no dejó ni un solo rastro. Ocho años después, los investigadores admiten que si apareciera el culpable, costaría encontrar pruebas para acusarle

AINHOA DE LAS HERAS
Domingo, 1 abril 2007, 04:42

La muerte de Laura Orue podría considerarse un crimen casi perfecto. El autor o autores no dejaron un solo rastro, ni en el escenario del crimen ni en el cuerpo de la víctima, o al menos no se han encontrado. «Sobraban sospechosos y faltaban pruebas», resume un policía, que participó en la investigación. La joven estudiante de Magisterio de 21 años apareció enterrada en un pinar cercano a su casa, en el barrio Zaldarian de Zeberio, un pequeño pueblo rodeado de montañas en la Vizcaya interior, en septiembre de 1999.





Después de una semana de intenso rastreo, dos voluntarios descubrieron «de chiripa» en un camino, descartado por lo «inaccesible», un mechón de pelo de color caoba que sobresalía entre la tierra y unos helechos. «El sitio no parece fortuito, sino muy bien pensado; hay que tener mucha sangre fría para cargarte a alguien y cavar una fosa, ¿eh! O es premeditado o cuentas con una infraestructura de la leche para deshacerte del cuerpo», opina un agente que participó en la búsqueda. «El tío que lo hizo es del pueblo y conoce la zona, pero no pudo actuar solo», sentencia.




La autopsia reveló que murió «asfixiada» probablemente por un «plástico» y con el agresor situado a su espalda, probablemente la misma noche que desapareció, el 29 de agosto. El cadáver no presentaba ningún signo de agresión sexual ni de otro tipo de violencia, aunque le habían despojado del pantalón.



Otra de las incógnitas que rodean el crimen es el móvil, ¿por qué la mataron? Expertos en criminología han llegado a confesar que se trata de uno de los casos más complicados que han conocido en su carrera profesional, precisamente por la falta de pruebas. «La clave de la investigación está en saber si Laura salió o no de casa», apunta un abogado. La muchacha terminó su trabajo de camarera en una sidrería del barrio a las 23.50 horas y se dirigió a su domicilio. Había quedado con sus amigas a la una de la madrugada en Llodio, localidad cercana que celebraba sus fiestas patronales. Pero nunca llegó. Su coche apareció abandonado en la estación de tren de Miraballes.




Los investigadores, Ertzaintza y Policía Municipal de Bilbao, han seguido tres líneas fundamentales de investigación. En diciembre de ese mismo año fue detenido el hijo del dueño del restaurante en el que Laura trabajaba por horas. Una testigo le inculpó al asegurar que le había visto con la víctima la noche de los hechos, aunque luego se retractó y el joven quedó libre. Años después y ante la falta de resultados, un juez comisionó a la Policía local bilbaína para que indagara en el caso.



«Laura merece justicia»



En mayo de 2003, los agentes municipales arrestaron a otros dos chicos con antecedentes delictivos, vecinos de Miraballes y Arrigorriaga, por su presunta relación con la muerte de Laura. Un pelo hallado en una manta en el maletero del coche de uno de ellos representaba la principal prueba inculpatoria, pero la prueba de ADN dio negativo y los dos sospechosos quedaron exculpados. La última hipótesis, la misma que se baraja en todos los homicidios, ubica al presunto autor de la muerte en el entorno más cercano a la víctima. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, aunque un investigador admite que «si hoy alguien dijera 'soy culpable', costaría encontrar pruebas para sostener la acusación».



En la actualidad, la comisaría de la Ertzaintza en Galdakao mantiene el caso «sobre la mesa, a la espera de una nueva pista». El propio consejero de Interior, Javier Balza, se comprometió públicamente a no olvidar la muerte de esta joven de Zeberio, que hoy por hoy sigue sin resolver. La asociación Clara Campoamor asumió el año pasado la asesoría legal a la familia de la víctima. «Laura tiene derecho a la Justicia, no podemos permitir que ni una sola agresión quede impune», clama Blanca Estrella, presidenta de la asociación feminista, quien lanza un llamamiento a la colaboración ciudadana para aclarar el misterio.



Pero si alguien ha sufrido el vacío dejado por Laura Orue y la incertidumbre por el silencio en torno a su extraña desaparición, ésa es su madre. Para María Ángeles Duoandikoetxea, su hija está «cada día más viva» al menos en su memoria. «Dicen que el tiempo borra el dolor; a mí no me borra nada, la veo en todos los lados». Esta conversación se mantuvo el día del cumpleaños de la mujer, una fecha especialmente sensible para ella. «Qué diferente hubiera sido mi vida si esos cabrones no se hubieran cruzado en el camino de mi hija aquella noche», se duele la mujer. Desde que Laura no está, «no bajo ni al pueblo (Zeberio), salvo para una necesidad pura». Sabe que debe seguir luchando porque sus otros dos hijos y sus nietos la necesitan, pero confiesa que no tiene ánimo. «Quiero ser fuerte, pero no puedo. He sido dura, pero creo que ahora me estoy cayendo».



-¿Tiene alguna hipótesis de lo que le pudo pasar a Laura?



-Si yo supiese... En mi mente hay tantas hipótesis, pero como no vimos ni oímos nada, no podemos hablar. Esa es la mayor pena que tengo

https://www.diariovasco.com/prensa/20070401/aldia/crimen-casi-perfecto_20070401.html

Recuerdo algo de aquel caso y creo entender que un par de chicas la vieron con el dueño del bar en el que trabajaba Laura, pero en Orduña no en Llodio; las hicieron declarar a cara descubierta y negaron haberlos visto. Ese día también es fiesta en Orduña y desde Miravalles es muy lógico que tomara el tren, si habían quedado o pretendía encontrarse con alguien.
En todo caso la policía sabe más que yo y todos los comentarios que flotan por ahí.
 
De una manera u otra tenemos a un asesino/s suelto.
Yo Por la zona de Bilbao recuerdo varios casos. Laura orue,Virginia Aceves,leticia treviño y al menos dos mujeres en el caso del shaolin.
 
Del caso de leticia treviño no encuentro nada. Recuerdo q tendría entre 17-20 años. Se la encontró en una cuneta creo. Había sido violada,golpeada y apuñalada.
 
Del caso de leticia treviño no encuentro nada. Recuerdo q tendría entre 17-20 años. Se la encontró en una cuneta creo. Había sido violada,golpeada y apuñalada.

Si, en Pontón de Guriezo Cantabria y tenía 18 años. Los padres dicen que fue la nefasta forma de recoger pruebas. Si creo recordar que se detuvo a un hombre por el caso de Virginia Aceves.
A medida que escribo recuerdo algunas cosas, pero algunas puede que las confunda.
 
Copio y pego, Amy:


Se cumplen 16 años desde que una estudiante de Magisterio de 21 años de Zeberio fue encontrada muerta dentro de una fosa, al pie de un pinar, cerca de su casa


La muerte de Laura Orue hace 16 años se ha convertido en una de las espinas por sacar de los investigadores más avezados de distintos cuerpos policiales en Euskadi. La joven estudiante de Magisterio de 21 años, vecina de Zeberio, desapareció el 29 de agosto de 1999 cuando acudía a una cita con sus amigas en las fiestas de Llodio. Una semana después, tras una intensa búsqueda, su cuerpo fue encontrado enterrado en una fosa al pie de un pinar, en una zona rastreada en varias ocasiones, cerca de su casa. Un voluntario, al que llamó la atención la tierra removida, se acercó y descubrió los cabellos color caoba de la muchacha. Una vez extraído se comprobó que el cuerpo estaba semidesnudo de cintura para abajo, aunque llevaba ropa interior.

La autopsia descartó que hubiera sufrido una agresión sexual y no se apreciaron signos evidentes de violencia. Finalmente, los forenses concluyeron que la joven había muerto por "sofocación o asfixia" provocada por algún plástico o similar que nunca ha sido localizado. El o los autores de la muerte, trataron de ocultar el cadáver cubriéndolo con tierra y helechos en una fosa de 50 centímetros de profundidad en una zona próxima a su domicilio, un caserío del barrio Zaldarian de Zeberio.

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Familiares de Laura esperan el comunicado de la Ertzaintza en el lugar en el que apareció el cuerpo de la chica. / E.C.

Los primeros encargados de la investigación reconstruyeron las últimas horas de Laura con vida. Trabajaba como extra en un hostal rural cerca de su casa, de la que aquel sábado salió a las 23.30 horas. Después, fue a casa a cambiarse de ropa. Se puso una camiseta, un pantalón de pata acampanada y unas sandalias con plataforma. Había quedado con sus amigas a la 1.30 horas en Llodio, pero nunca llegó. Su coche, un 'Fiat Punto' gris, apareció aparcado en la estación de Miraballes. Su familia cree que lo dejó allí con la intención de coger el tren, pero nadie la vio en la estación o montada en un convoy.



Tres detenciones

En estos 16 años, las diligencias han llevado a los investigadores, primero de la Ertzaintza, y después de la Policía Municipal de Bilbao, a realizar tres detenciones, aunque todos ellos quedaron en libertad sin cargos. También ha habido otros sospechosos, pero no había suficientes indicios contra ellos. El primero en pasar por los calabozos fue el hijo de los dueños del establecimiento en el que trabajaba Laura, cuatro meses después de los hechos, tiempo en el que el caso estaba bajo secreto de sumario. Una testigo, que luego se retractó, llegó a decir que le había visto con la víctima en Llodio la noche de autos, aunque después no le reconoció en una rueda de reconocimiento.

Cuatro años después, la investigación dio un giro. Un juez había comisionado a la prestigiosa Policía Judicial de la Policía Municipal de Bilbao, para que indagara en el caso. Fruto de la revisión de los 7.000 folios del sumario y de nuevas pruebas, los agentes arrestaron a dos individuos, vecinos de las localidades de Miraballes y Arrigorriaga, de 31 y 37 años entonces, que ya habían declarado como testigos en el proceso. Los dos amigos se contradecían en sus versiones y en el coche de uno de ellos se localizó una manta con pelos que, según un análisis preliminar podían pertenecer a Laura, aunque finalmente el ADN descartó que fuera de ella. Uno de ellos llegó a permanecer quince días en prisión provisional. Esta prueba científica e irrefutable y el hecho de que los dos sospechosos acreditaran que aquella noche fueron juntos al cine a ver 'La amenaza fantasma', tercera parte de 'La guerra de las galaxias', tumbó las acusaciones y ambos quedaron exculpados.

La psicosis social por la muerte de Laura se acrecentó con el mazazo que supuso, unos meses después, el asesinato y violación de Virginia Acebes. Se llegó a pensar que detrás de ambos crímenes con víctimas de edad y perfil similar podía haber una misma persona, aunque luego quedó descartado al ser detenido y condenado el autor del salvaje crimen de Virginia.

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sin resolverlaura orue

Acto celebrado en 2002 en Miraballes, al cumplirse el tercer aniversario de su muerte.


La muerte de Laura, sin embargo, sigue siendo una gran incógnita. ¿Quién la mató y ocultó su cuerpo y cómo ha logrado mantener el silencio durante tantos años? La madre de la joven, que tenía otros dos hermanos, María Angeles Duoandikoetxea, la recuerda "cada día, cada segundo", confiesa por teléfono, y lamenta que 16 años después no haya "nada" que le permita saber qué le pasó a su adorada hija.
Hubo un claro sospechoso y estuvo detenido en la Ertzaintza de Bilbao. Quedó libre por falta de pruebas, era hijo del dueño de la sidrería donde Laura,estudiante de magisterio,trabajaba de camarera los fines de semana. Este chico, JH. Este sóspechoso,q no asesino hasta q lo diga el Juez, ha fallecido, joven y con una esclerosis lateral. Sufrió mucho y sus padres también, no puedo decir q fuera un asesino q le tapo la boca con un film de cocina, aunque un Ertzaitza comentó q quizá quisieron asustarla y se les fue la mano. El sospechoso iba con un primo, que estuvo en la carcel por menudeo. Lo de Leticia Temiño y Olga Casas esta impune,nada se supo, en cambio el asesino y violador de Virginia Acebes,la chica de Atxuri, está en la carcel del Dueso cumpliendo condena.
 
Si, en Pontón de Guriezo Cantabria y tenía 18 años. Los padres dicen que fue la nefasta forma de recoger pruebas. Si creo recordar que se detuvo a un hombre por el caso de Virginia Aceves.
A medida que escribo recuerdo algunas cosas, pero algunas puede que las confunda.
. Es Leticia Temiño Chapinal
 
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