Las víctimas del FRAP donde militó el padre de Pablo Iglesias

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Los integrantes del PCE (m-l), respaldo político del FRAP, despreciaban al PCE de Santiago Carrillo al que tildaban de "revisionista" y "oportunista" y, por supuesto, todo lo que sonara a reconciliación, transición y democracia, incluida la monarquía de Juan Carlos I. ¿Les suena? Pablo Iglesias recoge esta herencia ideológica en un obituario que dedicó a Santiago Carrillo en septiembre de 2012:

En su vivienda madrileña, un piso humilde cerca de Conde de Casal, comprobé que Santiago era lo que yo siempre consideré un comunista "de derechas"... Créanme si les digo que siendo hijo de un militante del FRAP y habiendo militado donde milité, tiene su mérito admirar a Carrillo.
Javier Iglesias fue encarcelado en abril del año 1973 (estuvo en prisión hasta junio) por repartir propaganda de la manifestación del 1 de mayo en la que caería la primera víctima del PRAP, Juan Antonio Fernández Gutiérrez, un policía de 21 años. Como todas las víctimas del comunismo el olvido es su pesada lápida. Así fueron sus asesinatos.

1973-funeral-con-manifestacion-del-sub-inspector-jose-antonio-fernandez--2.jpgEntierro de Juan Antonio Fernández
Juan Antonio Fernández Gutiérrez, subinspector de segunda del Cuerpo General de Policía. Fue apuñalado en el costado a la altura del corazón en una emboscada en las inmediaciones de la plaza de Antón Martín de Madrid el 1 de mayo de 1973. Eran las ocho de la tarde. Tras el ataque el subinspector pudo refugiarse en un portal y al parecer le dijo a un compañero, "me han dado. Me estoy ahogando". Moría a los pocos minutos de ingresar en la Ciudad Sanitaria Provincial Francisco Franco. Tenía 21 años y estudiaba segundo curso de Medicina, estaba soltero y había nacido en León. La noticia del diario Ya del 2 de mayo recogida por la Fundación Juan March decía:

Unos ochenta o cien manifestantes, que portaban banderas rojas y daban gritos y consignas de corte subversivo, atrajeron la atención de varios inspectores de Policía, los cuales acudieron con la intención de dispersarlos. Los funcionarios cayeron, al parecer, en una emboscada, pues se dio a la fuga el grupo que perseguían, apareciendo otro, que los manifestantes suelen denominar "piquete de defensa" y que siempre va armado. En esta ocasión, ese "piquete de defensa" llevaba barras de hierro y cuchillos de monte; algunos habían atado, a modo de bayoneta, el cuchillo en una de las terminales de la barra. La convocatoria para estos actos subversivos realizada con abundante lanzamiento de propaganda desde hace varias jornadas por el Partido Comunista, las Comisiones Obreras y el Frente Revolucionarlo Antifascista Patriota (F. R. A. P.), de clara ideología maoísta. El funcionarlo fue derribado al suelo y apuñalado con saña. Recibió varias cuchilladas, una de ellas mortal por necesidad.
1975-lucio-rodriguez-martin.jpgLucio Rodríguez
Lucio Rodríguez Martín. 23 años. Asesinado el 14 de julio de 1975 en Madrid. Eran las diez de la noche y el agente de la Policía Armada había acabado su turno de vigilancia en las oficinas de las líneas aéreas Iberia, en el número 14 de la calle Alenza. Llevaba 20 minutos esperando el relevo de su compañero cuando un Seat 127, robado esa misma tarde en la calle Pez Volador, en el barrio de La Estrella, estacionó al lado de su posición. De él se bajaron dos de los tres terroristas. Aprovecharon que el policía les dio la espalda para abrir fuego. Al parecer la primera bala de un revólver Cádix calibre 22 largo falló y al volverse hacia ellos lo acribillaron con hasta ocho disparos en la cabeza, el cuello, el hombro, el brazo y el abdomen. El policía falleció en el Hospital Central de la Cruz Roja. Natural de Villaluenga, Toledo, planeaba casarse con su novia en dos meses. Contaba el diario ABC del martes 15 de julio de 1975:

Lucio había estado el domingo en Villaluenga a ver a sus familiares y a su novia, María del Carmen Rodríguez, de diecisiete años, a la que dio la fatal noticia de la muerte Germán (uno de los cinco hermanos de la víctima). Lucio había comido con sus padres y por la tarde, con su novia, vio la película Río Bravo. Ayer por la mañana regresó a Madrid. La noticia del atentado le fue dada a los padres de Lucio por la Guardia Civil de Villaluenga sobre las once de la noche.
Juan Ruiz Muñoz. 49 años. Miembro de la Policía Armada también tiroteado por la espalda por dos terroristas del FRAP. El asesinato fue el 14 de septiembre de 1975 en Barcelona cuando regresaba a casa. Juan, casado con Luisa Gil Antón, tenía la costumbre de comprarle a su hija de seis años, Luisa Isabel, al salir del trabajo churros y patatas fritas. Según declararon los testigos al diario La Vanguardia, los terroristas conocían las costumbres de la víctima porque estuvieron hasta media hora merodeando por el lugar. La Vanguardia publicó el martes 16 de septiembre de 1975:

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Este final de verano se revistió anteayer domingo, de tintes trágicos, al consumarse el vandálico asesinato del policía armada Juan Ruiz Muñoz, de cuarenta y nueve años, próxima ya su jubilación, cuando se dirigía a primera hora de la tarde a su casa tras haber comprado unos paquetes de churros y patatas fritas para su única hija, de seis años de edad. Los viles asesinos, que llevaban merodeando por el lugar de la agresión desde una media hora antes de perpetrarse ésta, parece que conocían las costumbres de su víctima, a la que atacaron alevosamente con varios disparos de pistola y remataron con varios golpes de navaja. Este suceso, que llenó de consternación a toda la ciudad cuando fue difundido a través de la radio y la televisión, forma parte de la cadena de hechos delictivos que, de un tiempo a esta parte han sido organizados por grupos terroristas que reciben auxilio desde el extranjero, con el objeto de quebrantar la paz de nuestro país y siempre contando con la posible impunidad que creen que puede otorgarles las previstas manifestaciones de protesta contra las enérgicas medidas que toda España pidió y que quedaron plasmadas en la Ley Antiterrorismo, ley que una vez más esperamos que caiga con todo su rigor contra los autores de la cobarde acción.
antoniopose.jpgAntonio Pose
Antonio Pose Rodríguez. El asesinato de este teniente de la guardia civil de 49 años fue a la luz del día y en la puerta de su domicilio, en un tercer piso de la calle Villavaliente, colonia Virgen del Rosario, barrio del Batán. Su mujer, Adolfina Corrales Fernández, y la madre de ésta oyeron una detonación y se asomaron a la ventana. Estaban esperando a que Antonio llegara a comer, eran las dos y media de la tarde. Lo que su esposa vio fue el cadáver de su marido tendido en la acera. Un niño de 12 años presenció el tiroteo. Los tres terroristas asesinaron al guardia civil a quemarropa con una escopeta de cañones recortados y luego huyeron por un paso subterráneo mientras lanzaban propaganda del FRAP. Antonio Pose fue trasladado al Hospital Militar Gómez Ulla, donde solo pudo certificarse la muerte. Había nacido en Almonacid de Zorita (Guadalajara). Era 16 de agosto del año 1975. Cuenta la web benemeritaaldia.org

El día 16 de agosto de 1975 el integrante del FRAP Ramón García Sanz compró dos cajas de cartuchos del calibre 12, dirigiéndose con otros de los terroristas integrantes del comando, Manuel Cañaveras de Gracia, a una vaguada cercana a la carretera de Fuencarral a El Pardo, para probar la escopeta contra un árbol. Sobre las dos y media, uno de los integrantes del comando terrorista dio una voz de "ahí viene" al ver que llegaba el teniente de la Guardia Civil Pose Rodríguez. Cuando apareció el automóvil, y estando fuera del mismo el citado teniente, Proenza hizo la señal convenida y García Sanz sacó la escopeta y cuando el teniente Pose se encontraba a unos dos metros de distancia de su domicilio, sin posibilidad de defensa, le disparó un solo tiro que le alcanzó en el lado izquierdo del pecho produciéndole heridas gravísimas en pulmón y corazón, a consecuencia de las cuales falleció de forma instantánea.
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Diego del Río Martín, del Cuerpo de Policía Armada y de Tráfico, fue asesinado en Barcelona un mes después, el 29 de septiembre de 1975, con 25 años de edad. No eran las nueve de la mañana cuando cinco miembros del comando terrorista se presentaron en la pagaduría de la Residencia de la Seguridad Social Francisco Franco de Barcelona. Los asesinos, que se hicieron pasar por clientes que hacían cola vestidos con batas blancas y mascarillas, de buenas a primeras abrieron fuego con pistolas y metralletas contra Diego del Río y un compañero. Al parecer los terroristas consiguieron hacerse con un botín de 21 millones de pesetas. El compañero de Del Río, Enrique Camacho Jiménez, consiguió sobrevivir. Diego, natural de Algeciras, estaba casado y era padre de un niño de un año. Algunas fuentes aseguran que sus asesinos pertenecían al FRAP y otras apuntan al GRAPO. Dice el blog, Historia de la Policía Nacional:

Diego del Río Martín recibió cinco impactos de bala en el estomago y un sexto en la cabeza. El funcionario de Policía fue trasladado al Hospital Militar donde fallecería. Sería la última víctima de los siniestros FRAP, que dos días después se verían reemplazados por otra banda mafiosa y extorsionadora de asesinos marxistas y antiespañoles, el GRAPO (Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre).
Las víctimas mortales del FRAP figuran en el Mapa del Terror de COVITE, Colectivo de Víctimas del Terrorismo presidido por Consuelo Ordóñez.

.https://www.libertaddigital.com/cultura/historia/2020-05-31/asi-murieron-las-victimas-del-frap-banda-terrorista-en-la-que-milito-el-padre-de-pablo-iglesias-javier-iglesias-1276658649/​

 
El padre del Marqués de Galapagar (dicen, cuentan, aseguran) militó en el FRAP. Pero es pecata minuta porque cuando salían los boys a sus faenas él siempre se limitó a llevarles el botijo. Nada más.
 
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CONGRESO​

El dirigente del PP que también era del FRAP​

Lluís Bou
Foto: E.N.
Barcelona. Miércoles, 27 de mayo de 2020. 19:47
Actualizado Miércoles, 27 de mayo de 2020. 19:47
Tiempo de lectura: 1 minuto
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Rafael Blasco E.N.






La dirigente del PP Cayetana Álvarez de Toledo ha acusado al padre de Pablo Iglesias de ser terrorista porque fue militante del FRAP, pero ha olvidado que también formó parte de este grupo violento vinculado al PCE (marxista-leninista) el exdirigente popular Rafael Blasco.
Según el diario Levante, Blasco se afilió a finales de los 60 en el PCE (marxista-leninista) y de aquí pasó al FRAP. Su nombre de guerra era Carlos. El exdirigente del PP fue un activista ortodoxo, y decidió junto con Vicent Pérez Venencio la expulsión de militantes acusados de fraccionalistas. Sufrió prisión en varias ocasiones, como cuándo volvía de una reunión en el extranjero y lo pararon en la frontera.
Blasco hizo a partir de aquí una espectacular carrera política, hasta acabar nuevamente en la cárcel en el marco de los escándalos del PP valenciano. acusado de corrupción.
Se acercó al PSPV-PSOE de la mano de Ciprià Ciscar, a quien conoció al Sindicat Democràtic Universitari, y acabó siendo conseller de Obras Públicas, donde ya tuvo los primeros problemas judiciales. Con el fin de la primera estapa socialista en la Generalitat valenciana se pasó al PP.
Blasco estuvo casi 30 años en el gobierno valenciano, con 4 presidentes de signo político opuesto, y llegó a ser 7 veces conseller, en materias tan dispares como Presidencia, Obras Públicas, Empleo, Bienestar Social, Territorio, Sanidad e Inmigración.
Hoy día está todavía en la cárcel, y hay en València quien lo compara con uno de los personajes de Al Pacino. En todo caso es el político que revela lo que quería decir una de las frases más emblemáticas y lúcidas de la filósofa Hannah Arendt: "El revolucionario más radical se convertirá en un conservador al día siguiente de la revolución".
 
MEMORIA HISTÓRICA

Iglesias se ofrece para traer a España los restos del jefe de la banda terrorista FRAP en la que militó su padre​

Álvarez del Vayo, ex ministro de la II República, fue expulsado del PSOE por la radicalización de sus posturas​

El comité pro-FRAP del padre de Iglesias reivindicó el "ajusticiamiento de los asesinos policías" en el 73



Pablo Iglesias
Pablo Iglesias, Julio Álvarez del Vayo y Javier Iglesias Peláez.
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, se ha ofrecido a traer a España desde Ginebra los restos de Julio Álvarez del Vayo (1891-1975), jefe de la banda terrorista Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) en cuyo comité promotor militó el padre del líder de Podemos, Javier Iglesias Peláez.
A través de un mensaje en su cuenta oficial de Twitter, el ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 aplaudió la decisión de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, dependiente de Carmen Calvo, de asumir el gasto funerario de la tumba de Álvarez del Vayo. Pero no se quedó ahí, Iglesias deslizó que si la familia del ex ministro de Estado en la II República -luego expulsado del PSOE- da el consentimiento, él impulsaría desde el Gobierno el traslado de los restos que ahora se encuentran en el cementerio de Saint-Georges de la ciudad suiza.
«Julio Álvarez del Vayo, socialista, ministro de exteriores de la República, resistente antifascista, merece que nos ocupemos de su tumba en Francia. Y si sus familiares quieren, merece descansar en su patria con todos los honores de héroe de la democracia», escribió Iglesias este martes en su perfil de dicha red social.


Sin embargo, Álvarez del Vayo fue entonces expulsado del PSOE por la radicalización de sus posturas, tanto que se convertiría en uno de los impulsores del Comité pro-FRAP y luego, desde 1974, en líder del grupo terrorista hasta su muerte. El padre de Pablo Iglesias fue seguidor de Álvarez de Vayo como militante del comité pro-FRAP, al que pertenecía como integrante de la Federación Universitaria Democrática Española (FUDE).
Del FELN al FRAP


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En el exilio y fuera del PSOE, Julio Álvarez del Vayo fundó el Frente Español de Liberación Nacional (FELN), que junto con el PCE (m-l) fue el germen de lo que llamaron ‘Comité pro-FRAP’, cuyo origen fue una reunión determinante para su puesta en marcha. Este encuentro tuvo lugar en enero de 1971 en París, en un piso propiedad del dramaturgo estadounidense Arthur Miller, amigo personal de Álvarez del Vayo. El ex ministro de la II República estuvo presente con un papel destacado y allí se definieron los objetivos del Frente. Formaron el comité coordinador el propio Álvarez del Vayo, por el FELN; Alberto Fernández, por Vanguardia Socialista, y Raúl Marco (Julio Fernández), Elena Ódena (Benita Ganuza) y Eladio Zújar (Lorenzo Peña) por el PCE (m-l).
Aunque Benita Ganuza, Elena Ódena, y Juan Miguel Fernández, Raúl Marco, actuaron como cabecillas del grupo y jefes operativos, Álvarez del Vayo estuvo a la cabeza del Comité pro-FRAP desde 1971, y a partir de 1973, con la constitución asamblearia del FRAP, ejerció como presidente designado hasta su muerte en mayo de 1975.
Durante esos años, se produjeron las dos muertes de policías en la violenta manifestación del Primero de Mayo de 1973, para la que el padre de Pablo Iglesias repartió propaganda ilegal y por la fue detenido y encarcelado. A partir de 1974, cuando Iglesias Peláez dice que abandonó su militancia en el FRAP por no compartir la línea de «lucha armada», y hasta la muerte de Álvarez del Vayo, el grupo terrorista cometió diversos atentados, en su mayoría de baja intensidad. Cabe precisar que días antes de fallecer el ex ministro socialista, el FRAP hizo explosionar un artefacto en el interior de un automóvil junto al estadio Santiago Bernabéu. Aquel año, el grupo terrorista terminó matando a cinco policías en otras acciones.
Había ya una colecta
Ahora, a su siniestro presidente, el primer Gobierno socialcomunista en 80 años ha accedido a pagarle la tumba e incluso repatriar su restos a España para rendirle homenaje y «dignificar su figura». Si bien el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, iniciador del revisionismo histórico, rehabilitó a Julio Álvarez del Vayo en 2009 devolviéndole el carné del partido a título póstumo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez en la anterior legislatura no materializó la petición de la Asociación de ex guerrilleros españoles en Francia para evitar que los restos del presidente del FRAP pasaran a un osario. Por lo que dicha asociación había abierto ya incluso una colecta. Sin embargo, ahora, con el Frente Popular de nuevo gobernando, Pablo Iglesias quiere culminar la obra de Zapatero en lo referente a Álvarez del Vayo. Y a costa de todos los contribuyentes.
Tal y como cuenta Federico Jiménez Losantos en su nuevo libro, titulado La vuelta del comunismo (Editorial Espasa), la fórmula creada para llamar ‘Comité pro-FRAP’, donde militó el padre de Iglesias, a lo que era lisa y llanamente el FRAP, se trataba de «mera imagen, por si picaba algún burgués antifranquista con dinero, harto necesario en plena expansión y en la clandestinidad». «En realidad, el FRAP (…) se quita lo de Comité Pro en 1974 porque no engañaba a nadie y porque en el Congreso de 1973 se dice que el PCE (m-l) tiene fuerza para impulsar la llamada lucha armada solo», señala el autor
 
Cayetana se va a salir con la suya en el TC.
Papa garrapata Frapero
 
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