Las cloacas de Interior. Comisario Villarejo & Company. La corrupción en el poder.

EXCLUSIVA DE PÚBLICO


LAS CLOACAS DE INTERIOR

Florentino Pérez: "El director del CNI me dijo que no hiciera caso a los dosieres de Villarejo, que se los inventaba"


El presidente de ACS denunció en la Audiencia Nacional que estaba siendo extorsionado por la mujer del comisario José Manuel Villarejo, Gema Alcalá, y por el dueño del digital Moncloa.com. Pero se negó a facilitar al juez quienes eran los periodistas emisarios, que, según su relato, le avisaron de que existía un supuesto dosier contra él, según aparece en su declaración, a la que ha tenido acceso 'Público' en exclusiva.



Fotografía de febrero de 2020 del presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez, en la presentación de un documental del piloto Marc Márquez, en Madrid. E.P./Francisco Guerra
Fotografía de febrero de 2020 del presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez, en la presentación de un documental del piloto Marc Márquez, en Madrid. E.P./Francisco Guerra

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MADRID
26/08/2020 22:52
P. LÓPEZ
En febrero de 2019, el presidente del Grupo ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez, recibió un mensaje a través de un amigo periodista que le avisaba de la elaboración de un dosier elaborado por el comisario José Manuel Villarejo y que su mujer, Gema Alcalá, que vendía por un millón de euros a través del empresario Alejandro Suárez, dueño de los digitales Moncloa.com y Merca2. Así al menos se lo contó al juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, que instruye la causa Tándem (que investiga al comisario jubilado), como se puede escuchar en los audios de su declaración que Público ofrece en exclusiva.

Presuntamente, la información que contenían ese dosier provenía de las investigaciones que el jefe de seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo, supuestamente le habría encargado a Villarejo. Sin embargo, no existe en el sumario del caso Tándem una correlación entre los pagos de la eléctrica y los supuestos informes sobre Florentino Pérez que sostenga su acusación, según los audios y las informaciones que finalmente se difundieron en los meses en los que supuestamente se llevó a cabo la extorsión denunciada por el presidente de ACS.



García Castellón ha archivado la pieza en la que Florentino Pérez se personó como acusación contra Moncloa.com (medio que comparte con El Confidencial la exclusiva de los audios de Villarejo que la policía no consiguió incautar en el registro). El empresario se negó a dar al juez el nombre de los periodistas que actuaron supuestamente como emisarios de los autores de la extorsión, es decir, del empresario Alejandro Suárez y de la mujer de Villarejo y también imputada en Tándem, Gema Alcalá, como se puede escuchar a continuación.

"Consulté a Sanz Roldán y me dijo que no hiciera caso"

El relato de Florentino Pérez al fiscal comienza refiriéndose a la intervención de "un gran periodista y amigo", que, tras haber hablado directamente con Alejandro Suárez, le hace saber que van a publicar algo "muy gordo" sobre él si no compra el dosier:

Florentino Pérez: La primera noticia que tengo de este tema, del señor Villarejo, que podía haber sido espiado, seguido, lo que sea, me llega porque un amigo periodista mío me dice que de Moncloa.com, un señor que se llama Alejandro Suárez...

Fiscal: Sería un periodista o el dueño...

F.F: El dueño, dueño... Pues me dice, "me ha dicho que la mujer de Villarejo está vendiendo los dosieres que ha hecho... -yo en mi vida había oído hablar de Villarejo, también se lo digo- ... y que los está vendiendo porque necesita dinero" y que tiene uno sobre mi encargado por Iberdrola y que me lo quiere vender. Esa es la primera noticia que tengo y le digo "mira yo ni caso"... y que tiene horas grabadas de un alto directivo. Ni caso. Y me dijo este periodista, "¿pero no te interesa saber quién es ese alto directivo que puede haber hablado con él y tal?". Digo, "pues si me interesa, se lo preguntas, me lo dices y ya está".

Bueno, yo no hice ni caso a ese tema. Porque dices tú, esto en el fondo es un delito, es un delito si él lo hubiera hecho y si yo lo hubiera comprado.


El alto directivo al que se refiere es Manuel Delgado Solis, consejero en ACS en representación de Alberto Cortina y Alberto Alcocer (los conocidos como Los Alberto, que en su momento eran de los principales accionistas de la constructora), y que fue cesado tras difundirse los audios en El Confidencial y Moncloa.com. Público ya ha informado anteriormente sobre Delgado Solis y sus relaciones con el clan Villarejo hasta 2015, y también sobre como trabajó para él Manuel Cerdán, el actual biógrafo del comisario jubilado, y redactor del medio digital de uno de los periodistas más amigos de Florentino Pérez, Eduardo Inda.

Después de este amigo periodista, Florentino Pérez buscó el consejo del entonces director general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán. Así cuenta como le contactó:

F.F: Sigo siendo amigo del general del CNI, del general Sanz Roldán, y se lo comenté y me dijo "no, ni caso, no hagas nada de eso". Y también me dijo "no te preocupes mucho porque todos los dosieres que hacía este señor pues se los inventaba".

Según el empresario, Sanz Roldán también le dijo: "yo tengo 18 dosieres de él [de Villarejo]. "Se lo inventa todo, porque como nunca se podrían hacer públicos, porque son ilegales, pues con esto sacaba el dinero a la gente", decía el exjefe de los servicios de inteligencia españoles, según el relato ante el juez del presidente de ACS.

El director del CNI, general Félix Sanz Roldán, en una imagen de archivo. EFE
El ex director del CNI, general Félix Sanz Roldán, en una imagen de archivo. EFE
Sanz Roldán también tiene aparentemente una buena relación con el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. De hecho, el exdirector de CNI fue fichado el pasado mes de julio para formar parte de su International Advisory Panel, un consejo externo que se encarga de prestar asesoramiento al presidente de la eléctrica, en la toma de decisiones estratégicas y geopolíticas. Forman parte de este órgano personalidades como el excomisario europeo Jonathan Hill; el exministro de Exteriores alemán Joschka Fischer; el exembajador español Ramón de Miguel, o el ex secretario de Interior estadounidense Ken Salazar.

Florentino Pérez: "Me he visto perseguido y acosado para que compre el dosier"

La declaración del presidente del Real Madrid y del Grupo ACS ante el juez García Castellón se prolongó por más de una hora. Su relato comienza a ser algo confuso a partir del momento en que se refiere a un segundo periodista que también le habría avisado, y a la publicación en Vozpopuli en febrero de 2019 de algunas de las cosas que, según le habían transmitido, aparecían en el supuesto dosier. Estos dos hechos, según le manifiesta al magistrado, le hicieron comprender el mensaje de la extorsión, como se escucha a continuación:

Florentino Pérez: "Yo claramente vi que eso era un mensaje para decir: "Oye, mira lo que sé de tí".

F.F: Al cabo de una semana me viene otro periodista y ya era dos, joe, y al cabo de otra semana sale en Vozpopuli un resumen de ese supuesto dosier, la empresa era Cenyt o no sé qué. Vozpopuli, una revista muy pequeña donde ponen unas salvajadas contra mi que claro, que ya noté yo que me estaba dando... En Vozpopuli que es un digital que, digamos, no se lee mucho, y que no tuvo mucha transcendencia -lo quiero decir de verdad-, porque ni me llamó nadie para ese tema salían salvajadas como que a través del vicepresidente chino tenía una empresa con la que corrompía a los políticos americanos, unas cuentas en Panamá, unas cosas que de verdad... Se lo dije a mi abogado y como no pasó nada pues no le dimos importancia, pero yo claramente vi que eso era un mensaje para decir: "Oye, mira yo lo que sé de tí, lo que puedo poner de este informe, de todas las salvajadas que has hecho". Ahí noté la extorsión claramente.

Y luego este señor tiene también una revista que se llama Merca2 y es todos los días, un día sí y otro también. Venga a hostigarme con temas de fútbol, con temas de la empresa y ya me he visto perseguido y acosado desde el mes de febrero para que compre yo ese dosier".


En realidad, Vozpopuli y Merca2 no tienen ninguna relación mercantil, hasta donde ha podido saber Público (el primero es propiedad del periodista Jesús Cacho, y el otro, como se ha dicho, de Alejandro Suárez), ni tampoco comparten los audios que Villarejo repartió para que no fueran encontrados en el registro de su casa.

Sin embargo, Pérez insiste en su declaración en su conflicto con Vozpopuli, medio que no ha estado imputado ni llamado a declarar en esta pieza de la causa Tándem.

F.F.: En ese mensaje que me manda a través de Vozpopuli sale eso, que si el vicepresidente chino, que si una empresa panameña, que si en esa empresa nosotros pagamos comisiones a los líderes sudamericanos... ¡Bueno, un despropósito! Yo me quería querellar, aunque mi abogado me dijo espera y como pasaba el tiempo y el general Roldán nos dijo "lo mejor es no hacer ni caso", pues no hicimos nada, pero todas esas salvajadas las unió en un día en el digital ese de Vozpopuli, que ya le digo que es cuando yo empiezo a enterarme de todo esto.

Fiscal: Yo lo que le quiero preguntar como investigador es que en el año 2009 ya se hablaba de eso, es por si lo hubiera detectado usted de manera directa o indirecta...

F.F: No

El fiscal y el juez buscan a los emisarios de la extorsión del millón de euros, pero Pérez se niega a dar los nombres
El comisarios Salamanca y Villarejo, con sus respectivas esposas, cuando el ministro Fernández Díaz les impuso la medalla roja, en 2012.
El comisario Villarejo con su esposa Gema Alcalá, en una foto de 2012.

Gran parte del interrogatorio del fiscal y el juez es un intento constante de que el presidente de ACS señale qué personas fueron las que le transmitieron el mensaje del editor de Moncloa.com, Alejandro Suárez, sobre la venta del dosier de Villarejo.

Florentino Pérez asegura en algunas ocasiones que son "amigos periodistas" que pueden ser perjudicados si dice sus nombres, que son "directores de grandes medios de comunicación", y en otras hace referencia a "directores de comunicación del Ibex".

El juez intenta centrar el interrogatorio para conseguir datos concretos de esos emisarios, ya que hasta el momento ni la mujer de Villarejo ni el dueño de Moncloa.com han hablado directamente con el presidente de ACS ni con nadie de su empresa para solicitarle el dinero, aunque fuera como inversión en publicidad, según su testimonio.

Juez: ¿Pero cómo le vino la noticia?

F.F: A través de un periodista amigo mío

J:
¿El señor Ferreras?

F.F
: No, no, Ferreras es el del año 2009. Esto es ahora.

J: Sí, sí, ahora.

F.F: No, no... es un periodista que no puedo decir el nombre, porque no quiero desvelarlo, no puedo desvelarlo...

J:
En todo caso, un periodista le dice a usted...

F.F: Un periodista me dice a mi que este señor tiene un dosier elaborado contra mi por el señor Villarejo y que lo vende porque lo tiene a través de la mujer y la mujer necesita dinero para comer, una historia que me cuentan...

J: Perdóneme, y ese señor, ese periodista ¿es de su confianza?

F.F: Bueno, es un periodista que yo conozco. Pero a la semana siguiente me lo dice otro también, que también conozco.

J: ¿Y ellos le dice por qué lo saben?

F.F: Bueno, pues porque deben de conocer... los periodistas se conocen...

J: ¿Pero no se lo preguntó usted?

F.F: Bueno, si no era de manera directa era indirecta pero venía de esta persona, de Alejandro Suárez, venía de él seguro. "Que este señor tenía eso y que tal...", así, con total seguridad.

J: ¿Entonces usted cree que esos dos periodistas eran transmisores?

F.F:
Bueno, yo creo que eran transmisores para que me llegaran a mi, que iban buscando a alguien que me conociera a mi y entonces utilizaron esos medios.

J: Es que es importante eso, es importante que usted lo afine lo más que pueda.

F.F: Ya, pero yo no le puedo hablar en nombre de la persona...

J:
Ya, yo no le pido de momento, de momento, que si usted no me lo quiere decir no me lo diga, como el hecho de las sensaciones que tuvo usted cuando le transmitieron la noticia.

F.F: La sensación de que me lo querían vender de verdad, de que eran unos mensajeros.

J: Les definiría usted como unos mensajeros...

F.F:
Sí, sí, seguro.


Aunque el presidente de ACS y del Real Madrid declara en condición de testigo y es acusación particular como víctima (es decir, tiene la obligación de desvelar quién o quienes hicieron de canal de transmisióon de la presunta extorsión), lo cierto es que los fiscales y el juez tan solo en una ocasión le intentan hacer ver que "entenderá que necesitamos preguntarle a esos periodistas". Pero el presidente de ACS se niega a dar los nombres de sus amigos, aunque quiere que el juez crea que el mensaje procede del dueño de Moncloa.com.

De hecho, la declaración tiene lugar el 14 de noviembre de 2019, y seis días más tarde, el 20 de noviembre, el juez Manuel García-Castellón dicta como medida cautelar la prohibición de que Moncloa.com y El Confidencial publiquen más información del supuesto espionaje de Villarejo a Florentino Pérez, una medida que sólo tiene un antecedente: cuando Pedro J. Ramírez pidió paralizar la publicación del diario YA de Emilio Rodríguez Menéndez, al denunicar que se iba a difundir una violación de su intimidad con la que se le había extorsionado. Porque si algo implican los delitos de extorsión y chantaje es que hay verdad en el contenido, y la víctima es susceptible de pagar para ocultarlo.

Muy probablemente, esa falta de colaboración de Florentino Pérez con los fiscales a la hora desvelar quienes ejercieron de canal de trasmisión de las presuntas pretensiones de Moncloa.com fue el motivo por el que finalmente el juez dictase el archivo de la causa el pasado 30 de enero de 2020 y levantase la polémica medida cautelar.


Osea, que como FP no quiere declarar en calidad de testigo, a lo que tiene obligación, quienes fueron los periodistas que hicieron de correa de transmisión se archiva la causa.

A mi me hicieron estudiar en el Código Penal artículos como el de obstrucción a la Justicia, el encubrimiento....Pero parece que para Florentino Perez eso no se le aplica. ¿Por qué? ¿La justicia es igual para todos?
 
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El teléfono del exnúmero dos de Interior revela que Fernández Díaz controló la operación de espionaje a Bárcenas
  • Los indicios hallados por los investigadores sitúan al Gobierno de Rajoy y la cúpula del PP al frente de la brigada política que también desarrolló la Operación Catalunya y las maniobras contra Podemos

Foco
VIGILANCIA DEL PODER
El ministro del Interior en 2015, Jorge Fernández Díaz (i), y el entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez (d) EFE
Pedro Águeda
4 de septiembre de 2020 22:45h
0
@pedroagueda
Los mensajes hallados por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía en el teléfono móvil del exnúmero dos de Interior, Francisco Martínez, revelan que Jorge Fernández Díaz, uno de los ministros del círculo personal de Mariano Rajoy, conoció en tiempo real la operación parapolicial de espionaje a Luis Bárcenas, sufragada con fondos reservados, informan a eldiario.es fuentes del caso. El fin último de ese operativo era recuperar de forma ilegal las pruebas de la implicación de dirigentes del Partido Popular en la financiación irregular de la formación conservadora.



Esos avances en las pesquisas derivaron este viernes en la solicitud por parte de Anticorrupción al juez para cite como investigados al ministro del Interior entre 2012 y 2016, Jorge Fernández Díaz, amigo íntimo de Mariano Rajoy, y a la secretaria general del PP durante una década -la que transcurrió de 2008 a 2018-, María Dolores de Cospedal, tal y como adelantó eldiario.es.

El levantamiento del secreto de esta pieza 7 del caso Villarejo está previsto para el próximo lunes y promete sacudir la escena política. Se trata de una bomba en diferido debido en parte a los efectos de la pandemia. Un día antes de que el actual Gobierno decretara el estado de alarma, los policías de Asuntos Internos se presentaron en el domicilio de Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad con el Gobierno de Mariano Rajoy, y le requisaron su teléfono móvil.

Lo que se investiga es una operación parapolicial para recuperar los secretos del PP que supuestamente escondía Bárcenas y que incluyó el allanamiento del estudio de pintura de su esposa, Rosalía Iglesias, el control continuo de sus movimientos a través del chófer de la familia, que en realidad actuaba como topo para la brigada política, el espionaje de su teléfono móvil y, según sospechan el juez y la Fiscalía, incluso la utilización de un sicario que, disfrazado de cura, asaltó la casa de los Bárcenas armado aunque fue reducido por uno de los hijos del extesorero.

Los secretos que buscaba la policía política estaban supuestamente en poder de Bárcenas cuando el juez Pablo Ruz decretó su ingreso en prisión, en junio de 2013, y desencadenó la confesión del tesorero quien reveló el sistema de financiación que había sostenido las campañas del partido durante al menos veinte años: donaciones irregulares de grandes constructoras que luego recibían contratos de Administraciones controladas por el Partido Popular. Bárcenas también denunció entonces el pago de sobresueldos a dirigentes del partido, incluido su presidente, Mariano Rajoy.

El juicio de la caja B es el último del caso Gürtel por celebrar. Su actual instructor, José de la Mata, mantiene bajo secreto una pieza separada sobre el sabotaje de la investigación, que incluye la documentación que requirió al Ministerio del Interior acerca de la huella documental de los pagos reservados y otros papeles que pudieran estar vinculados a la Operación Kitchen. Los mandos implicados en aquellas maniobras han declarado al juez García-Castellón que se trataba de localizar a los testaferros de Bárcenas y de recuperar el dinero que supuestamente escondía. Sin embargo, ni el juez Ruz, instructor entonces de la caja B, ni los mandos policiales de la UDEF a sus órdenes, fueron nunca informados de ese supuesto operativo.

La Operación Kitchen es el nombre con el que el comisario Villarejo bautizó el operativo, que no consta en ningún documento oficial, y que responde al parecido que el comisario veía entre un famoso cocinero y el chófer de los Bárcenas, el infiltrado que la brigada política introdujo en casa del extesorero. El levantamiento del secreto de la pieza 7 de la causa Tándem o Villarejo permitirá igualmente conocer el alcance de la investigación sobre el caso de la caja B del Partido Popular.

De entre todas las revelaciones periodísticas y judiciales de la utilización de la Policía con fines partidistas ha sido el caso del espionaje al extesorero del partido Luis Bárcenas, con cargo a los fondos reservados, el que ha colocado al entonces responsable de Interior en el Gobierno de Mariano Rajoy al borde de su imputación, sobre la que decidirá el juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, durante los próximos días.

La también previsible imputación de Cospedal ahonda en la tercera misión de ese grupo de mandos policiales: no solo atacaron a los partidos que impulsaron el proceso soberanista y a Podemos con indagaciones prospectivas y extrajudiciales sino que intentaron proteger al PP y a sus dirigentes saboteando la investigación judicial del mayor caso de corrupción del partido, la caja B, según sospechan los investigadores.

El comisario que conduce a Cospedal y que maniobró contra Podemos

En la nómina de imputados por el espionaje a Bárcenas figura el comisario Eugenio Pino, el policía que eligió el PP para dirigir la Policía y artífice de la llamada brigada política. Junto a él, todos los miembros de la primera línea de aquel grupo que él conformó. La petición de imputación de Cospedal obliga a fijarse en uno de ellos, el comisario Andrés Gómez Gordo, un mando que entró y salió de la Policía para trabajar con el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid Francisco Granados -encarcelado como supuesto cabecilla de la trama Púnica- primero, y con María Dolores de Cospedal después, cuando esta era presidenta de Castilla La Mancha.

De hecho, su último regreso a la Policía está directamente ligado a la Operación Kitchen. El partido había destinado como chófer del tesorero a Sergio Ríos Esgueva, quien ya había trabajado para Granados en la Comunidad de Madrid. En ese puesto conoció a Gómez Gordo, primero nombrado director de seguridad de la fracasada Ciudad de la Justicia, un proyecto millonario del Gobierno de Esperanza Aguirre que se frustró por el camino, y luego asesor del consejero de Presidencia e Interior.

Esa coincidencia convirtió en imprescindible a Gómez Gordo, quien regresó a la Policía y a los seis meses fue condecorado con una medalla pensionada. Después fue ascendido a comisario, cargo que juró con el actual Gobierno y que desempeña en Alicante. Todo lo relacionado con la Operación Kitchen se pagaba a buen precio en el Ministerio del Interior. El propio chófer de Bárcenas, que en realidad era un infiltrado para vigilar sus movimientos, sospechan los investigadores, además de cobrar 48.000 euros de los fondos reservados durante dos años, ingresó en la Policía a los 42 años y a los pocos meses ingresó en Madrid en un puesto muy codiciado, la Brigada Móvil.
Fuentes policiales aseguran que Gómez Gordo conoció a Cospedal a través de su marido, Ignacio López del Hierro, quien tenía relación con Villarejo desde años antes de contraer matrimonio con la secretaria general del PP. López del Hierro, al que Anticorrupción también quiere tomar declaración, aparece en los audios de Villarejo que provocaron la dimisión de Cospedal participando activamente en el plan de sabotear el caso Gürtel.

Andrés Gómez Gordo también habría participado en otra de las misiones de la policía política: desprestigiar a Podemos para evitar que llegara al Gobierno en 2016. El comisario Enrique García Castaño, investigado en varias piezas del caso Villarejo, incluida Kitchen, lo señaló ante el juez como el autor del informe PISA sobre la supuesta financiación irregular de Podemos, publicado en distintos medios de comunicación y que fue desechado por falta de consistencia en todos los órganos judiciales donde se presentó. Las declaraciones de García Castaño permitieron tirar del hilo de la trama de la policía política hacia arriba, hasta el entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez.

Casado, el apoyo de Cospedal y Fernández Díaz en la Ejecutiva

Solo los avances en el caso Villarejo han permitido romper el cordón que unía al exministro Fernández Díaz y a María Dolores de Cospedal con el actual líder del PP, Pablo Casado. Dos meses antes de que trascendieran los audios con el comisario Villarejo que acabaron con su carrera política, Cospedal había prestado sus apoyos a Casado para que se impusiera en la segunda ronda de las primarias, la del voto de los compromisarios, ante Soraya Sáenz de Santamaría. El flamante presidente respondió repartiendo cargos entre los afines a la antigua secretaria general.

En cuanto a Fernández Díaz, el presidente del PP no tuvo problema en consagrar los excesos ya evidentes del Ministerio del Interior entre 2012 y 2016 nombrando portavoz en el Senado a Ignacio Cosidó y secretario de Interior y Libertades del partido a Fernández Díaz. De ambos se deshizo Casado cuando empezaban a ser cercados por las informaciones sobre las irregularidades en el Ministerio del Interior. El exministro, integrante del círculo de amigos de Rajoy, aguantó en la Ejecutiva del PP hasta el verano pasado.



De todas formas los políticos que se mencionan están ya amortizados y los del PP en la actualidad no parece que les importe el tema porque no han hecho ninguna declaración al respecto.
 
Es una cortina de humo para distraer de la próxima declaración del ex abogado de Potemos. Calvente. Que va a dinamitarles

sí, claro, por supuesto.
Menuda cortina de humo, que afecta nada más y nada menos que a Cospedal y a todo un señor ministro del interior. Comparado con lo de Calvente son menudencias sin importancia.
 
Los mensajes entre Fernández Díaz y su número dos apuntan a la implicación del CNI en el espionaje a Bárcenas

La exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y Fernández Díaz cuando ella era responsable del CNI
Pedro Águeda

6 de septiembre de 2020 22:02h
0
@pedroagueda
Los mensajes entre el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y su número dos, Francisco Martínez, aluden a la presunta implicación del Centro Nacional de Inteligencia en el espionaje a Luis Bárcenas. En uno de ellos, de julio de 2013, Martínez solicita al ministro el "contacto cecilio" y Fernández Díaz responde que se lo facilitará después. Se trata de uno de los cuatro mensajes que Martínez depositó ante notario en el verano de 2019 a raíz de que fuera señalado por el comisario Enrique García Castaño en su declaración ante el juez y de que Fernández Díaz afirmara públicamente que desconocía por completo el operativo policial sobre el entorno del extesorero del PP.



La posible implicación del servicio de Inteligencia en el espionaje a Bárcenas agravaría la responsabilidad del Gobierno de Mariano Rajoy en la operación. "Cecilio" es una de las denominaciones extendidas entre los policías nacionales para referirse a los miembros del CNI. El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, podría decidir este mismo lunes acerca de la imputación de Fernández Díaz; la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal; y el marido de esta, Ignacio López del Hierro, que le solicitó el viernes Anticorrupción, según desveló elDiario.es. Fernández Díaz y Martínez, que aguarda para declarar al levantamiento del secreto del sumario, también previsto para el lunes, deberán profundizar en el contenido del citado mensaje sobre el CNI y el resto de los incautados por la Policía en casa del exsecretario de Estado. Según las citadas fuentes, en el mensaje no hay una alusión directa a Bárcenas.

La Audiencia Nacional investiga en esta pieza del caso Villarejo un operativo extrajudicial montado para recuperar pruebas que comprometían a dirigentes del Partido Popular en la financiación irregular de la formación durante dos décadas. Se trató, según sospechan los investigadores, de la utilización de funcionarios y medios públicos, policías y gastos reservados, para proteger al partido en el Gobierno. Algunos de los implicados han defendido ante el juez que hubo varias operaciones simultáneas y que una de ellas consistía en localizar a los testaferros de Bárcenas y recuperar el dinero dentro de la legalidad. Sin embargo, ni el operativo ni sus supuestos resultados se produjeron en el marco de la investigación judicial de la caja B del PP, que instruía Pablo Ruz, ni participaron en ella los agentes de la UDEF a las órdenes directas del magistrado.

La sombra del CNI planea sobre el espionaje a Bárcenas desde que trascendiera hace cinco años un episodio de aquellos días del verano de 2013. Los agentes del Área Especial de Seguimiento (AES) vigilaban día y noche los movimientos de Rosalía Iglesias, esposa de Bárcenas, y del hijo de ambos, Guillermo. En uno de los desplazamientos de Iglesias, tanto el chófer infiltrado como los policías del AES detectaron unas motocicletas que seguían al vehículo y que no pertenecían a su operativo. Al comprobar posteriormente las matrículas, los policías constataron que eran falsas. El comisario García Castaño puso este suceso en conocimiento del magistrado instructor en una de sus declaraciones como investigado, según fuentes jurídicas.

elDiario.es ha preguntado a un portavoz oficial del CNI sobre el citado mensaje y este ha respondido que el Centro no tiene comentario alguno que hacer. De confirmarse la implicación del CNI en un espionaje a Bárcenas para proteger al partido en el Gobierno, el servicio de Inteligencia habría transgredido la ley que regula su funcionamiento, de 2002. El Centro Nacional de Inteligencia, dice su artículo primero, "es el organismo público responsable de facilitar al presidente del Gobierno y al Gobierno de la Nación las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la independencia o integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones". Nada dice, por tanto, de proteger al partido en el Gobierno.

El CNI se ha desvinculado siempre de las actividades de la brigada política de la Policía durante la primera legislatura de Rajoy, ya fuera en sus maniobras contra el proceso soberanista catalán o para desprestigiar a Podemos. En el caso del informe sobre la supuesta financiación irregular del partido de Pablo Iglesias, el denominado informe PISA, un portavoz del CNI desmintió formalmente cualquier implicación del servicio de Inteligencia en su confección, un posicionamiento público poco frecuente.

En el momento del espionaje a Bárcenas, el CNI dependía de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien luego competiría por la presidencia del PP con Pablo Casado y María Dolores de Cospedal. Esta última quedó apartada tras la primera ronda de las primarias y apoyó a Casado frente a Sáenz de Santamaría en la votación de los compromisarios, lo que llevó a la victoria al actual líder de los conservadores. Dos meses después, Cospedal tuvo que abandonar la política por la grabación de una reunión con el comisario Villarejo en la sede central del partido para intentar sabotear el caso Gürtel. En esa reunión también participó el esposo de Cospedal.

La tesis de la desvinculación del CNI de las maniobras policiales contra la oposición se ha alimentado en parte del enfrentamiento entre Fernández Díaz y Sáenz de Santamaría. El primero pertenecía al conocido como G-5, un grupo de ministros amigos entre sí y de Mariano Rajoy que compartían su animadversión hacia la número dos del Ejecutivo. Sin embargo, la relación entre Sáenz de Santamaría y Fernández Díaz no fue siempre mala, más bien al contrario, y esa sintonía se prolongó durante la primera parte de la legislatura de 2012 a 2016. El director del CNI entonces era el general Félix Sanz Roldán, señalado en otra pieza del caso por haber intercedido ante Corinna Larsen por los intereses del rey emérito.

Los otros mensajes ante notario

En las previsibles citaciones de Fernández Díaz y Martínez, ambos tendrán que responder además a los otros mensajes despositados ante notario por el exsecretario de Estado y que Asuntos Internos se llevó de su casa el 14 de marzo pasado. Como adelantó elDiario.es, uno de ellos demostraría que fue Fernández Díaz quien puso en conocimiento de su secretario de Estado de Seguridad la existencia de un dispositivo policial que incluía la infiltración de un topo en el entorno de Bárcenas y que resultó ser el chófer de la familia, Sergio Ríos Esgueva, hoy policía nacional. En el mismo mensaje, el ministro del Interior habría pedido a Martínez que supervisara el operativo.

Otro de ellos es un mensaje que Fernández Díaz ha recibido y le reenvía al secretario de Estado de Seguridad. En el mismo se le informa de que una de las acciones se ha desarrollado "con éxito". Igualmente no se menciona a Bárcenas o la Operación Kitchen y no consta a qué maniobra alude de las que se realizaron para obtener información en poder de la familia del tesorero.


Vaya, vaya, otra amortizada política implicada. La vice para todo S.S.S.

Y luego va Pablo Casado que no quiere sentarse a negociar unos presupuestos porque está PODEMOS, cuando quien debiera estar ya fuera del marco político es el PP por todo lo que sabemos.

Dime de que presumes y te diré de que careces.
 
El ex 'número dos' de Interior apunta a la implicación de Rajoy en el espionaje a Bárcenas
Francisco Martínez en una imagen de archivo./

Francisco Martínez en una imagen de archivo.Francisco Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad: «Mi grandísimo error fue ser leal a miserables como Fernández Díaz, Rajoy o Cospedal»
R.C.Martes, 8 septiembre 2020, 00:56
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La Fiscalía Anticorrupción cuenta con varios SMS y notas sustraídas del teléfono de Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad, hablando sobre la 'operación Kitchen'. Incluyen un mensaje aportado en una comparecencia en sede judicial por el comisario Enrique García Castaño, en el que señala que dicho ex alto cargo del Ministerio del Interior en la época del PP sostuvo en un mensaje que su imputación conllevaría «probablemente» la citación judicial del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.

Así consta en el informe, al que ha tenido acceso Europa Press, en el que los fiscales del 'caso Villarejo' piden la imputación del entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por tener un «conocimiento en detalle» de la 'operación Kitchen' para sustraer documentación comprometida del extesorero del PP Luis Bárcenas. También sirvió para citar como investigados a la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal y su marido, el empresario Ignacio López del Hierro.


El juez atribuye a «órganos superiores de la Administración» el espionaje ilegal a Bárcenas
El juez atribuye a «órganos superiores de la Administración» el espionaje ilegal a Bárcenas
MATEO BALÍN
En varias conversaciones judicializadas, Francisco Martínez -ya imputado en la pieza 7 del 'caso Villarejo'- corrobora esta idea al apuntar a la responsabilidad de su superior inmediato en Interior, Jorge Fernández Díaz, de Cospedal o incluso del entonces jefe del Ejecutivo. Los fiscales ven una operación «parapolicial» por iniciativa de «altos representantes del Partido Popular».

Sin constancia judicial

De Rajoy se habla en un mensaje atribuido a Francisco Martínez, que aporta en una declaración en sede judicial el 9 de marzo de 2020 el comisario de Policía Enrique García Castaño, y que obtuvo por mediación de su colaborador Silverio Nieto. Los fiscales apuntan, no obstante, que del número de teléfono que recibe este mensaje atribuido al que era el 'número dos' de Interior no quedó constancia en el acta judicial de aquella declaración.

En ese texto atribuido a Martínez se alude a las «instrucciones muy claras y explícitas sobre los supuestos operativos policiales», sosteniendo que para él su «legalidad siempre le pareció clarísima». No obstante, añade que «de revelarlo conllevaría la citación de Jorge y probablemente de Rajoy».


Rajoy, otro amortizado político. Con sueldo vitalicio de expresidente y ahora de registrador.

Todo muy normalizado en HESPAÑA.
 
A Dios rogando y desde las cloacas espiando
  • El bueno de Fernández Díaz, que se reencontró con Dios en Las Vegas, va a necesitar algo más que unos rezos, una peregrinación a Fátima o un grupo editorial a su servicio para que obre el milagro y demuestre que no tuvo nada que ver con tanta inmundicia
Esther Palomera
@estherpalomera

El exministro de Interior y miembro del PP, Jorge Fernández Díaz, llega a la presentación de su libro "Cada día tiene su afán" en la Librería Neblí, Calle Serrano 80, en Madrid, a 10 de octubre de 2019.
7 de septiembre de 2020 22:54h
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Pasen y lean. Aquello también fue España. Y no hace tanto. Con esto de la pandemia, los contagios y el pugilato para no asumir el desgaste por la gestión de la crisis sanitaria, a veces olvidamos que hubo otros tiempos en lo político aún más aciagos y no tan lejanos. No hace falta irse al siglo pasado para encontrar a un ministro que condecoraba con la medalla al mérito policial a una Virgen, comparaba el aborto con ETA, defendía que una Catalunya independiente "sería pasto del terrorismo" y rechazaba el matrimonio gay porque no garantizaba "la pervivencia de la especie".


La memoria tiene estas cosas, que olvida pronto o almacena selectivamente lo que se le antoja. Pero el pasado siempre vuelve y quien no desfallece en la acción ni en el recuerdo es la Justicia. Lenta pero inexorable. Que se lo digan a Jorge Fernández Díaz, ese hombre que creyó que pasaría a la historia por revelar urbi et orbi que "el demonio quiere destruir España" y resulta que igual su nombre acaba siendo pasto de sentencia por ser uno de los protagonistas, junto a María Dolores de Cospedal y algún otro, del watergate versión española.
Sobre él y la que fuera secretaria general del PP y titular de Defensa está a punto de llegar desde la Audiencia Nacional una posible imputación por malversación, prevaricación y revelación de secretos con cargo a los fondos reservados. Y todo por obstruir la investigación judicial de la caja B del PP cuando Mariano Rajoy era presidente del Gobierno. Un escándalo sin precedentes en la historia de la democracia, y en el que podrían estar implicados también los servicios secretos, según apunta el juez que instruye el caso.


Recordarán que el ex ministro fue grabado en 2014 en conversación animada con el director de la Oficina Antifraude de Catalunya, Daniel Alfonso, y que de aquellas conversaciones se deducía que ambos buscaron pruebas falsas con las que incriminar a dirigentes de ERC y CDC con la inestimable colaboración de sus periodistas de cabecera y el manejo de la Fiscalía.


Ahora resulta que el muy beatífico ex ministro, de profundas convicciones religiosas pero de escasos principios democráticos, además de fabricar informes falsos sobre independentistas y bolivarianos –también trató de tumbar a Podemos en pleno auge de los morados con el célebre informe PISA– quería endosar el marrón a su número dos en Interior, Fernando Martínez, que al darse cuenta de la jugada depositó ante notario cuatro mensajes de Fernández Díaz que demostrarían su control sobre una operación de espionaje a Luis Bárcenas. El juez García Castellón atribuye la operación a "órganos superiores" del Estado que pretendían recuperar "material comprometedor" para dirigentes del PP.


El ex titular de Interior pertenece al círculo más íntimo de Rajoy, tiene buenos amigos en varios medios de comunicación que durante muchos tiempo se encargaron de blanquear –cuando no ocultar– sus tropelías y, además, viaja a menudo al Vaticano en busca de la bendición papal. Se creyó impune por sus contactos en el cielo y en la tierra, pero aunque los caminos del señor son inescrutables, parece que el suyo a ojos de la Justicia empieza a ser muy deducible.


Quien fuera responsable del Ministerio del Interior entre 2011 y 2016 pronto se sentará en el banquillo. Y no para rezar el rosario, como acostumbra cada día, sino como investigado para explicar ante el juez lo que hizo durante sus años en el Gobierno de España para ocultar información sobre la caja B del PP, la financiación ilegal de su partido durante lustros y cómo utilizó a la Policía y al CNI –si fue el caso– para ocultar actuaciones ilícitas de sus correligionarios.


El bueno de Fernández Díaz, que se reencontró con Dios en Las Vegas, va a necesitar algo más que unos rezos, una peregrinación a Fátima o un grupo editorial a su servicio para que obre el milagro y demuestre que no tuvo nada que ver con tanta inmundicia y tanta cloaca al servicio de un partido que durante años hizo de las estructuras del Estado lo que le vino en gana. Puede que en el cielo toda la basura que el ex ministro acumula en su mochila vital y política no sea pecado, pero en la tierra crear un célula parapolicial, espiar al oponente político, usar a los servicios secretos para ocultar posibles delitos y obstruir la labor de la justicia está castigado en el Código Penal. Y un fanático religioso debería saber que lo de a Dios rogando y con las cloacas espiando no podía acabar bien. Ni es honesto ni es legal. La democracia y el Estado de Derecho es algo con lo que algunos personajes de la derecha aún tienen una relación siniestra. Fernández Díaz es uno de ellos, pero esta vez le hará falta algo que un ángel de la guarda o un par de padrenuestros para redimirse.


Digno todo ésto de un estado democrático, serio de Europa. ¿Donde tendrían que estar los partidos que lo promueven y lo amparan?

Pues en un país serio fuera del Gobierno. Estamos en ¡HESPAÑA!
 
Las cloacas del estado en su máxima expresión
Por flamenquin, 9 Sep 2020, 10:31
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360155 - Las cloacas del estado en su máxima expresión

Por cierto, el que está a la izquierda del ex ministro, vestido de uniforme es Ignacio Cosidó, a quien el juez Escalonilla le ha encargado la investigación sobre PODEMOS.

Luego ha venido la Fiscalía y le ha dicho que solo la empresa de Neurona, pero no sé quien se encargará de esas investigaciones....

Menudo elemento el tal Cosidó. El de la tríada con el ex ministro y Pino. Los tres mosqueperros
 
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