Diana, Princesa de Gales

Lucrar con la imagen de Diana???? es el aislamiento
Sin acritud
Vamos que están pobres?
 
Querid@ @Rosebud , tienes razón, pero a lo que me refería es ligeramente diferente.
¿La estatua de Lady Diana? Me queda bien, es como la estatua de Sissi en Viena junto a la cual mi hija se tomó una fotografía.
Pero es la invitación a "reflexionar sobre la vida y obra de la difunta" lo que me llamó la atención, como si los hijos esperaran que la gente vaya a la estatua como uno va en peregrinación a Lourdes (vale, la comparación es forzada pero en este momento no llega mejor).
Y si el legado de Diana es tan importante que merece una "reflexión", ¿por qué sus hijos no siguieron sus pasos?
A menos que ... Los proyectos sociales de Diana no fueran tan "subversivos" para la casa real, que ninguno de los hijos se atreviera a llevarlos a cabo.
Y esto ciertamente merece una reflexión. :unsure:

Que tengas un buen fin de semana coti ?
Gracias a la monarquía entra una importante cantidad de dinero a Inglaterra, lo que sirve para mantención de los palacios y otras cosas, millones de turistas visitan los palacios, esta pandemia afecta a todos lps países, con una estatua de Diana llenarán los palacios nuevamente, hay que hacer caja para mantener los palacios.
 
Lady Di y su relación con Isabel II: lo que ocurría tras las puertas de palacio

Este 31 de agosto se cumplen 23 años de la inesperada y trágica muerte de la princesa de Gales, que estaba divorciada del príncipe Carlos

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La reina Isabel II, con Carlos y Diana de Gales. (Cordon Press)

JUANRA LÓPEZ
31/08/2020 05:00


Veintitrés años después de la muerte de Lady Di sigue habiendo tanta literatura a su alrededor que a veces cuesta distinguir lo que es realidad de la romantización de su historia. Por eso sigue habiendo numerosos flecos sueltos sobre cómo fue en verdad su relación con la reina Isabel II, quien, recordemos, forzada por los acontecimientos y el fervor popular tras la muerte de la que fue su nuera, tuvo que dar la cara públicamente y hacer un reconocimiento de su figura y su legado.

Fue un discurso en directo y desde el balcón de Buckingham el día previo al funeral, y la soberana británica dijo hablar "desde el corazón, como reina y como abuela" de un "ser humano excepcional" al que admiraba y respetaba por su compromiso hacia los demás, su energía y su devoción a sus dos hijos. ¿Realmente eran estas palabras sentidas o estaban concebidas para capear el temporal porque se daba por hecho que su relación no era buena y la Casa Real no se había portado con ella como debía?



Carlos y Diana, el día de su boda. (Cordon Press)

Carlos y Diana, el día de su boda. (Cordon Press)


Casi un lustro después, sigue siendo un misterio sin resolver, pero entre ambas había suficientes lazos (la reina conocía a Diana de Gales desde que era una niña) para considerar que sí fue una pérdida dolorosa para la madre del príncipe Carlos, quien también tuvo que vivir con estoicismo los escándalos de su primogénito, especialmente cuando se divulgaron las sonrojantes conversaciones privadas que mantenía con Camilla Parker Bowles, en las que, entre otras cosas, decía que quería ser su tampón. Unas cintas que se grabaron en 1989, cuando ya llevaba casado ocho años con la princesa de Gales, y que vieron la luz en 1992.

Ahora que tan de moda se ha puesto la palabra 'relato', debemos decir que en el momento de su muerte fue ella quien había logrado que se impusiera el suyo, por lo que Isabel II era mirada con suspicacia y recelo por parte de la opinión pública, que veía en Lady Diana Spencer a una víctima de su marido, de la institución e incluso de un complot para acabar con su vida. Teoría, por cierto, alimentada por Mohammed Al-Fayed, padre de su novio, Dodi, con quien falleció en el túnel del puente de Alma de París, y que algunos siguen sin desestimar por completo en la actualidad.



Diana y Dodi. (Cordon Press)

Diana y Dodi. (Cordon Press)


Lady Di no era ni mucho menos una extraña cuando emparentó con los Windsor y cumplía con los cánones para convertirla en la protagonista de un cuento de hadas en el imaginario colectivo. Era una candidata más idónea, aparentemente, para ser la mujer del futuro rey del Reino Unido que Camilla Parker Bowles, divorciada y madre de dos hijos, por lo que incialmente contó con la aprobación de la soberana británica, aunque era consciente de las dificultades que entrañaba esta posición para una mujer de apenas veinte años que solo tenía como experiencia haber trabajado en un jardín de infancia.

La víspera de su boda, el 28 de julio de 1991 en la catedral de San Pablo, la siempre recordada como la 'princesa del pueblo' recibió dos joyas emblemáticas de la familia enviadas por las propia reina Isabel, una tiara de perlas y diamantes y un collar de esmeraldas que habían pertenecido a la reina Mary, mujer del rey Jorge V. Al día siguiente, se calcula que 800 millones de personas vieron la ceremonia por televisión, una cifra superada ampliamente por la de su funeral, en 1997, que rebasó ampliamente los 2.500 millones, lo que sirve como muestra del impacto de la noticia.



Andrew Morton. (EFE)

Andrew Morton. (EFE)


Frescura, naturalidad y aires nuevos eran unas cualidades que la reina Isabel II, que ha demostrado en su longevo reinado saberse adaptar a los tiempos en cada circunstancia con la que se ha encontrado, valoraba muy positivamente, hasta que la situación se fue de las manos... Dos mujeres de carácter contradictorio habían aprendido a convivir y, al menos públicamente, Isabel II no intervino en los asuntos conyugales de su hijo. Sin embargo, la publicación en junio de 1992 del libro de Andrew Morton 'Diana: Her True Story' ('Diana: su verdadera historia') dinamitó el statu quo.

En las páginas de este instantáneo bestseller se hacía un relato demoledor en el que Diana, que había participado activamente en él aunque lo negaba, se presentaba como víctima de un marido ausente, también en el sentido figurado de la palabra, que incluso había intentado suicidarse. Al parecer, la reina y su marido, el duque de Edimburgo, no eran partidarios de que se separaran, ellos mismos eran el claro ejemplo de la resiliencia marital (siempre ha pesado la sombra de la infidelidad por parte de Felipe, aunque nunca se ha podido o querido demostrar), pero la situación era insostenible, y el 9 de diciembre de 1992, el primer ministro, John Major, la hizo oficial en la Cámara de los Comunes.



Elton John, en el funeral de Diana. (Reuters)

Elton John, en el funeral de Diana. (Reuters)


Otro punto de inflexión determinante es la entrevista que emitió el 20 de noviembre de 1995 el programa 'Panorama' de la BBC, que puso en la picota a la monarquía británica delante de casi 23 millones de espectadores, lo que supuso la ruptura total con la que había sido su suegra y hasta entonces no había sido desafiada de esa manera. "Creo que hay mucha gente que no quiere que yo sea reina. Y con mucha gente me refiero a la institución que represento, porque han decidido que yo soy inaceptable", decía Diana, aunque quizás la frase que más ha sobrevivido al paso del tiempo haya sido: "Éramos tres en este matrimonio, eso es una multitud".

Al día siguiente no se hablaba de otra cosa en todo el mundo, lo que precipitó los acontecimientos: la reina pidió que se divorciaran, se llegó a un acuerdo excepcional por el que siguió manteniendo el título de princesa de Gales (nunca han dado el paso de que lo ostente Camilla, que sigue siendo duquesa de Cornualles) y mantuvo como residencia oficial Kensington Palace. El resto ya es historia y podríamos ponerle como banda sonora 'Candle in the Wind', la canción que interpretó su gran amigo Elton John en su histórico funeral, a la altura del personaje que fue y, todo parece indicar, seguirá siendo, por muchos años que pasen.


 
Gracias a la monarquía entra una importante cantidad de dinero a Inglaterra, lo que sirve para mantención de los palacios y otras cosas, millones de turistas visitan los palacios, esta pandemia afecta a todos lps países, con una estatua de Diana llenarán los palacios nuevamente, hay que hacer caja para mantener los palacios.
Querid@ @Rayen , ¿me permitirás una broma irónica? Sin ofender.

Si una estatua de Diana fue suficiente para ganar dinero, ¡pida una para mi jardín de inmediato!

Estoy de acuerdo contigo en que la monarquía inglesa es una fuente de ingresos, solo piensa en Trooping the Colour y cuántos turistas atrae.
Que una simple estatua de Diana pueda ayudar a curar las pérdidas, déjame tener dudas. Seré frívola, pero creo que atraería más una exhibición permanente de su ropa, si Diana se los quedara.
En cualquier caso, si los hijos lo han decidido, la estatua también es bienvenida.
 
Isabel II no intervino en los asuntos conyugales de su hijo.
Creo que esto fue un gran error por parte de Elizabeth.
Como reina - y no como madre y suegra - debería haber intervenido enérgicamente y prohibir categóricamente esas dos entrevistas que hieren a la monarquía y a los hijos de Carlos y Diana.
Digamos que incluso abofetear a los dos habría sido un acto de gobierno.
Pero, como escriben en todas las biografías, Elizabeth no se enfrenta a problemas familiares, esperando que se resuelvan por sí mismos, mientras que aquí sólo habría sido necesaria una frase: - Yo soy la reina y tú haces lo que te digo. -

Y si no te gusta proclamo la república (esta es una adición hecha por StuporMundi ?).
 
Eso es algo que nunca sabremos. El como realmente se llevaban. De puertas para afuera , era todo sonrisas y nada de malas caras.
De puertas para adentro, creo yo, que se respetaban. Y hasta ahí nomas.
Pero creo que si la reina se metía, todo hubiese sido peor. Porque por querer mantener la imagen de una pareja feliz, no sé iba a sostener toda la vida. Y al final, todos los implicados saldrían perdiendo.
Pero también está el hecho, de que tal vez Diana hoy en día estaría viva.
 
Camilla Parker Bowles, divorciada y madre de dos hijos,
Acá el artículo tiene un gran error, en 1981 (cuando se casaron Charles y Diana) Camilla no estaba divorciada, al contrario, estaba firmemente casada, a punto tal que asistió a la boda (a la ceremonia, no a la recepción) debido a que su esposo Andrew tenía estrecha relación con los Windsor, siendo incluso el comandante de la guardia que acompañó el carruaje en que se retiraron los novios. Camilla y Andrew se divorciaron recién en 1995
"Creo que hay mucha gente que no quiere que yo sea reina. Y con mucha gente me refiero a la institución que represento, porque han decidido que yo soy inaceptable",
Palabras estas con más que segunda intención. Esto lo dijo en 1995, y el matrimonio de los Gales hacía tres años que se había separado de hecho, porque les resultaba imposible la convivencia. Fue en 1992, e incluso el Primer Ministro Majors canceló reuniones con representantes extranjeros para realizar el anuncio frente al Parlamento. Era más que evidente que era imposible que cuando Charles llegara a ser rey, Diana estuviera a su lado como reina...Por supuesto que no iba a ser reina, no porque lo quisiera o no la institución, sino porque ella y el futuro monarca no se soportaban y ni siquiera podían vivir juntos.
siguió manteniendo el título de princesa de Gales (nunca han dado el paso de que lo ostente Camilla, que sigue siendo duquesa de Cornualles
Legalmente, Camilla es princesa de Gales. Ha optado (voluntariamente o no) por no usar el título, pero le corresponde y le pertenece. Legalmente es HRH la Princesa de Gales. Otra cosa es que use o no el título...De igual manera que los niños Wessex no usan el estilo HRH, pero les corresponde y pertenece también.

En cuanto a que Elizabeth no interviniera en el matrimonio, antes de la separación en 1992 la Reina y el duque de Edimburgo citaron en privado a Charles y Diana para tratar de limar asperezas y acordar lineamientos de convivencia para el matrimonio de los Gales; pero Charles dijo muy alterado que no quería hablar de sus intimidades, porque al otro día las leería en primera plana en los periódicos (implicando que Diana las filtraría, porque la reunión era entre ellos cuatro nada más). Ella rompió en llanto y ahí se acabó el intento de mediación de la Reina... Luego vino la separación y lo que todos sabemos.

Es increíble como habiendo tanto material producido a lo largo de los años, biografías documentadas y con datos verificables, todavía hay "periodistas" que siguen publicando notas plagadas de errores.
 
Esta cronología la he sacado de @DianaDaybyDay y otras publicaciones, pero sobre todo de esa cuenta.

Sábado 30 de agosto de 1997
Es el atardecer de un agradable día de finales de verano en París. Diana, princesa de Gales, está al cuidado de su amante Dodi Fayed, su padre Mohamed Fayed y su personal mientras se encuentra en la capital francesa. Ella se está preparando para salir a cenar con Dodi.

Sábado 30 de agosto de 1997, 19 hs.
Dodi y Diana se retirarán del Ritz en un convoy de dos automóviles, el coche principal conducido por Philippe Dourneau y el Range Rover de respaldo por Jean-François Musa, del servicio de limosinas Etoile que trabaja con el hotel. Henri Paul solamente cumple funciones de seguridad en el hotel en este momento.
Habiendo atendido la seguridad de Dodi y Diana, Henri Paul está a punto de salir de servicio. Le dice a François Tendil, el oficial de seguridad de guardia esa noche, que da por terminado el trabajo de hoy.
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François, sin embargo, pregunta a su jefe qué debe hacer si hay algún cambio en los planes para la noche… Henri le dice que lo llame a su móvil si eso ocurre.
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Los dos coches se alejan del Ritz sin inconvenientes, rumbo al apartamento de Dodi.
La pareja debe partir hacia Londres mañana, y no se espera que retornen al Ritz esta noche. Está previsto que cenen en un restaurante del centro de París.
El personal del Ritz puede relajarse.
El hijo del dueño del hotel y la mujer más famosa del mundo ya no están a su cargo esta noche.
Su próximo deber será supervisar su partida a Londres mañana, 31 de agosto de 1997.
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Henri Paul sale del Ritz y gira a la izquierda en Place Vendome hacia su casa en Rue Des Petits Champs.
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Dodi y Diana llegan sin inconvenientes al apartamento de Dodi cerca del Arc d'Triomphe. Hay una breve discusión entre los guardaespaldas Trevor y Kes y los paparazzi en la puerta del apartamento. Los paparazzi se han vuelto más agresivos y han subido a la acera en sus scooters para acercarse al coche de Diana.

Una vez en el apartamento, Diana llama por teléfono a su amigo el periodista Richard Kay.
Es uno de los pocos periodistas en los que confía. Ella lo apoda 'Ricardo'.
Diana y Kay se conocieron en 1992 cuando ella se le acercó para pedirle consejo sobre la reacción de los medios a la biografía que sobre ella escribió Andrew Morton.
Richard Kay habló detalladamente de esta llamada cuando fue requerido su testimonio en la investigación de 2007.
Según Kay, Diana le dice que se encuentra muy cómoda en compañía de Dodi, quien es muy gentil y amable, y le pregunta por qué la prensa se muestra tan hostil hacia él. Kay le responde que es debido a que es un “playboy” y además su padre es una figura muy controversial.
Diana también quiere saber por qué la prensa se las ha arreglado para aparecer en cada lugar en que ella ha estado recientemente, y Kay le dice que seguramente alguien está filtrando sus movimientos (a sabiendas que en ocasiones ella misma ha propiciado la presencia de la prensa durante ese verano). Ella contesta que ha hablado con el encargado de prensa de los Fayed y éste ha negado que sean responsables de llamar a los paparazzi.
Kay también le dice que la cobertura es esperable, dado que por primera vez se ha mostrado en público con otro hombre como posible pareja. Diana sin embargo afirma que recién ha salido de un matrimonio, que no tiene prisa por contraer otro. Que en un futuro piensa asumir menos compromisos, y que tal vez su destino sea vivir en el extranjero.

A continuación Diana llamó a Balmoral, donde William y Harry pasaban los últimos días de vacaciones.
Fue una llamada breve, porque sus hijos estaban impacientes por volver con sus primos Peter y Zara Phillips.
 
Claude Roulet, ayudante del gerente del Ritz, se encargó de reservar una mesa para Diana y Dodi en el restaurante favorito de Dodi en París, Chez Benoit, aunque personalmente era partidario de un restaurante en una isla en el río Sena ya que sería más discreto, teniendo en cuenta la privacidad de Diana.
Roulet tenía pensado estar en Chez Benoit antes que la pareja para asegurarse de que todo transcurriera sin problemas. Como debían llegar al restaurante alrededor de las 9pm, tenía tiempo justo para pasar por su casa, comer algo y cambiarse de ropa ya que había tenido un largo día de trabajo en el Ritz.
El trayecto incluía la calle donde estaba situado el apartamento de Henri Paul, junto al cual hay un bar, “Le Bourgogne”. Cuando pasa frente al bar, Henri Paul aparece en la puerta de éste y le hace señas para que se detenga. Quiere saber qué ha pasado en el hotel desde que se marchó luego de acabar su turno.

Claude Roulet le dice que tiene prisa porque debe llegar a tiempo al restaurante y no puede detenerse. Durante la breve conversación, nota que Henri Paul tiene un vaso en la mano, aunque no puede determinar qué contiene.
Roulet aclara que durante los años en que ha tratado con Henri Paul fuera del trabajo, en situaciones sociales, lo ha visto beber cantidades significativas de alcohol, pero que aparentemente no lo afectaban. Lo mismo afirman otros conocidos de Henri Paul. Que también agregan que tenía una vida personal complicada, con una ruptura amorosa muy desagradable a raíz de la cual había empezado a beber más que antes, e incluso se le habían recetado antidepresivos.

Mientras tanto Dodi y Diana se están preparando para abandonar el apartamento y dirigirse al restaurante. Deciden esperar un poco antes de abordar el coche, porque muchos fotógrafos se han reunido en la acera del edificio y ellos sólo cuentan con dos guardaespaldas.

Claude Roulet ya está esperando pacientemente fuera del restaurante Chez Benoit, pero la pareja se demora. Los guardaespaldas Kes y Trevor aún no han sido informados de cuál será finalmente esa noche el destino de la pareja. Ninguno de los dos guardaespaldas ha estado antes en el restaurante, por lo cual ignoran si presenta algún riesgo de seguridad.

Finalmente Diana y Dodi salen del apartamento de la Rue Arsene Houssaye, los mismos conductores profesionales (Dourneau y Musa) a cargo del Mercedes y del coche de respaldo.
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Los paparazzi vuelven a mostrarse agresivos y encienden los motores de sus motocicletas cuando Diana se sube al Mercedes S600.
Para protegerse de los fotógrafos, Diana se sienta intencionalmente de espaldas a la ventanilla para evitar que logren imágenes utilizables.
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En medio del caos, las imágenes que logran tomar los paparazi no tienen calidad suficiente para ser publicadas.

El coche se dirige al restaurante a través de calles estrechas y transitadas. Los paparazzi continúan siguiendo a los dos vehículos en sus motocicletas. Rodean el coche de Diana desde todos los ángulos.
Dodi, muy agitado, se molesta.
Diana, angustiada, se sienta de espaldas a la ventanilla lateral para que no puedan tomar fotos de su rostro.
Dodi pierde la paciencia, y ordena a Philippe Dourneau que se dirija al Ritz, más cercano que Chez Benoit, para tratar de evitar a los paparazzi.

Claude Roulet, que esperaba en el restaurante, es informado por teléfono del cambio de planes.
Claude se ofrece a volver al Ritz, pero Dodi le dice que se vaya a casa porque lo necesitan por la mañana.

El Mercedes se dirige al hotel, los guardaespaldas que los siguen en el Range Rover aún no saben el destino. Es un caos.

Claude Roulet informa a sus subordinados en el hotel que Dodi se dirige hacia allí, y, tal como le fue ordenado, se retira hacia su casa. De esta manera, el miembro de mayor nivel del personal del Ritz disponible ese fin de semana no estará presente esa noche para supervisar los acontecimientos y decisiones. Pero Dodi, como hijo del propietario, está habilitado para dar órdenes en todos los niveles.
 
Sábado 30 de agosto de 1997. A las 21:52, el Mercedes y el Range Rover de Diana y Dodi se detienen repentinamente frente a la entrada principal del Ritz, a la vista del público y de los paparazzi en motocicletas que los han seguido.
El personal del Ritz no está en absoluto preparado para el inesperado regreso de la pareja.
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Diana sale en medio de una lluvia de flashes y se dirige tan rápido como puede hacia el interior del hotel.
Dodi camina por separado hacia la entrada, para que no se los pueda fotografiar juntos.
Los guardaespaldas luchan para controlar a la multitud.

Diana es perseguida por los fotógrafos mientras ingresa al hotel. Se la ve muy angustiada y según algunos testigos, llorando.

Dodi va inmediatamente detrás de Diana, claramente molesto por la manera en que el personal del hotel ha manejado su repentina e imprevista llegada. Ordena a los guardaespaldas que despejen la acera del Ritz, en tanto es propiedad privada de su padre.
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El hotel es un refugio seguro ya que los paparazzi no pueden seguirla más allá de sus puertas.
El equipo de seguridad del Ritz también puede colaborar con los guardaespaldas. Sin embargo, su jefe, Henri Paul, salió de servicio hace tres horas.
Después de que Dodi reprenda al personal por su caótica llegada, la pareja va al restaurante del hotel.
Aunque Dodi originalmente planeó comer en un restaurante con ventanas transparentes donde cualquiera pudiera mirar y tomar fotos, éste parece un lugar natural donde ir.
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Claude Roulet llama a Henri Paul para quejarse del manejo caprichoso que se dio a su aviso a la seguridad del Ritz alertándolos de la decisión de Dodi de regresar al hotel con poca antelación.
Henri Paul no responde.
Está fuera de servicio.

22.00 h en París.
Diana y Dodi se encuentran en una mesa de dos asientos en el restaurante del Paris Ritz. Están a la vista de los demás comensales de la sala y muchos de ellos reconocen a Diana y comienzan a mirarla.
Algunos incluso comienzan a fotografiar a Diana con sus cámaras personales haciéndola sentir muy incómoda.
Ella le dice enfáticamente a Dodi que no quiere quedarse allí.
Diana está teniendo una de las veladas más estresantes en mucho tiempo.
 
Mientras Dodi y Diana se encuentran en el restaurante del hotel, siguiendo sus instrucciones anteriores, Francois Tendil, el encargado de seguridad de turno esa noche, llama a Henri Paul a su teléfono móvil para informarle del regreso inesperado de la pareja.
Henri Paul responde esta vez.
Parece sorprendido y le dice a Francois que volverá al Ritz de inmediato.

Henri Paul pasa junto al 'Le Champmesl' cerca de su apartamento, frente al cual solía estacionar su coche.
El personal lo conoce bien y la dueña, Josiane Le Tellier, lo conoce desde 1991 y lo considera un buen amigo.
Cuenta que les grita "Hasta pronto, chicas" mientras se sube a su Mini. Que venía desde la dirección de su apartamento, llevaba una bolsa plástica en la mano y su partida fue calma y para nada precipitada.

En el Ritz, el gerente nocturno Thierry Rocher y el encargado de seguridad François Tendil desbloquean la suite imperial para que Dodi y Diana puedan cenar privadamente, lejos de la atención no deseada del público y la prensa.
Dodi dice a los guardaespaldas que se retiren para cenar también.

Henri Paul llega al Ritz menos de diez minutos después de que Francois Tendil lo llamara. Es evidente que estaba en casa.
A pesar de tener una plaza de aparcamiento fuera del hotel con mucho espacio, Henri Paul se toma un tiempo para estacionar su Mini.
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Henri Paul se encuentra con Francois Tendil y Thierry Rocher en el vestíbulo del Ritz.
Henri Paul es ahora el miembro más veterano y experimentado del personal de Ritz presente en el hotel esta noche (recordar que lleva trabajando para Al Fayed desde 1986).
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Henri Paul va con Francois y Thierry al Bar Vendome para unirse a los guardaespaldas que están comiendo su primer bocado desde el desayuno.
Están hambrientos y Dodi les dijo que bajaran al bar a comer algo.
La Suite Imperial quedará sin vigilancia por el momento.

En el bar, Henri Paul pide un Ricard doble (50 ml) al barman Sebastian Trote. Con un 45% de ABV,el Ricard es un alcohol muy fuerte y lo llevará cerca del límite de alcohol. Debido a su condición de Jefe de Seguridad, se rumorea que a Henri Paul se le permite beber en el trabajo.

A las 22.30pm, Henri Paul sale del bar y se dirige a un aseo junto al restaurante. Después de beber una medida doble de Ricard, además de la bebida con la que lo vio Claude Roulet antes, es comprensible que tuviera que ir al baño.
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A las 22.45 h Henri Paul pide un segundo doble Ricard al barman Philippe Doucin. Kes le pregunta a Henri Paul qué está bebiendo y él responde 'Ananas' ('Piña'). Ni Trevor ni Kes pueden oler alcohol en Henri Paul y no parece ebrio.

Mientras tanto, Diana y Dodi continúan cenando en la suite imperial y una multitud, entre público y papparazi, se ha reunido fuera del hotel.

Pasadas las 12am, Henri Paul debe usar por segunda vez el baño junto al restaurante del hotel. Ha consumido 100ml de 45% ABV Ricard en el bar del hotel y una cantidad desconocida de alcohol antes de llegar al Ritz a las 10 de la noche. Necesita volver a vaciar la vejiga.
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