Lo que diferencia a los funcionarios de prisiones y a los policías de un Estado de Derecho de los criminales es que no se comportan como ellos bajo ninguna circunstancia. No hay excusa para dejar sueltos los malos instintos y la crueldad ni para asegurar la impunidad de quienes rompen la legalidad que representan. Eso no debe tolerarse en un Estado democrático. Así de sencillo.Y esa gente está en la cárcel porque han sido super respetuosos con los derechos humanos de sus victimas ¿¿no??