La Vida de los Otros.Emilia Landaluce.19/03/2016

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LA VIDA DE LOS OTROS

EMILIA LANDALUCE

19/03/2016

EL ‘COMPICONGRESI’ DE TANIA SÁNCHEZ Y LA BARRICADA DE PERCEBES DE RAJOY

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Rita Maestre tiene unas manos preciosas. La suelo observar desde la tribuna del pleno municipal en Madrid. No para un momento. Revolotea sin cesar con sus bailarinas y sus piernas de masai presas del pantalón pitillo. Habla con los suyos, con los otros y cuando le toca intervenir (menos mal que ya se va desenvolviendo algo mejor), se explaya en su tono titubeante, como el de los ingleses de Eton. En España no hay acentos que distingan a la gente bien (que nunca se refieren a sí mismos como “nosotros, los pijos”) del resto. Sólo hay palabras. No se dice maja, ni servicio. Tampoco váter, ni criada. Y no creo que Rita, alumna del Liceo Italiano, pronuncie estas palabras. O sea. O sí.

Poco después de llegar al Ayuntamiento, a su padre le hicieron alto cargo y le subieron el sueldo 15.000 euros. ¿Enchufado? Quizás, aunque es más probable que la enchufada sea Rita, Ri-ta, “luz de mis días” si la glosara Nabokov. Pregunto a quien lo sabe si Maestre siguió siendo errejonista tras su ruptura con Errejón. “No sé ni si han vuelto”, dicen. En Podemos hay tanto de rivalidad política como de pelea de machos alfa y hembras beta. En el Congreso, Iglesias no oculta su afecto por Irene Montero —enseguida le respaldó en la destitución de Sergio Pascual— pero tampoco Tania Sánchez Melero, la ex del gran timonel, trata de evitar las complicidades con Miguel Vila, su compicongresi, amén de su general en la batalla por controlar la formación en Madrid y convertirse en candidata a la presidencia de la Asamblea. El fondo de esta primera guerra en el Partido (con mayúsculas como el PC) no es otra cosa que el celo y las hormonas propias de los jóvenes. ¡El adanismo! ¿Purgarán también a Rita por su errejonismo?



Rajoy, por supuesto, no tiene estos problemas. En Nochevieja le vimos bailando Mi gran noche en La Toja con Elvira, su mujer, y Amancio López, dueño del hotel y su compañero de pupitre. López es uno de esos gallegos metódicos. Inteligentísimo. Hace años que se afincó en Cataluña, desde donde dirige Hotusa, una de las principales cadenas hoteleras de España. Cuentan que, a menudo, el presidente en funciones y él se sientan frente a una barricada de percebes como si fueran los sindicalistas de los ERE de Andalucía. ¡Y a jalar! La frase no es casual. Dicen que el Pocero solía llamar así (con golpe en la mesa) a sus invitados en el Clarena y que entonces, los zigurats de cigalas y bogavantes volaban por los aires. No sé si creerlo. La misma fuente me contó que se tomaba bocadillos de caviar pero era demasiado bonito para ser verdad. Alfredo Urdaci, que trabajó un año con el inmobiliario, me lo desmintió. Lo que ignoraba es que en Palma llamaban al barco de su jefe Packingham, por Paco Hernando.

La única persona que conozco que, como yo, tiene la autobiografía de El Pocero es Esperanza Aguirre. No parece sospechoso. Hernando la mandó a todos los políticos que conocía. También a Bono, que el pasado fin de semana dejó de conspirar un rato con Susana Díaz para irse a los toros a Illescas con un señor con niño. (Creo que el ex ministro de Defensa y el inmobiliario ya no son tan amigos como cuando se construyó la polémica urbanización de Seseña). Por cierto, Aguirre compartió mesa hace unos días con Cristina Almeida en el restaurante Al Paseo. ¿Traicionó la ex diputada a su íntima amiga Carmena? (la alcaldesa de Madrid casó a Almeida con Juan Luis de Madariaga, le compró parte de su casa con 120.000 euros en metálico y las dos señoras comparten tardes en la piscina hablando, suponemos de los placeres que hay “además de la penetración”). En absoluto. Al parecer la lideresa (aunque no le gusta que le llamen así) y su marido estaban invitados por una colega de despacho de Almeida. Ya lo dijo una vez. “Por Manuela Carmena me tumbaría en una parrilla como San Lorenzo”. ¿Haría cualquier cosa? De momento, Esperanza sigue vivita y coleando, aunque no sé cuánto tarda en actuar el polonio 210. Beverly Hills.



En los días difíciles, uno siempre vuelve a Auschwitz. Cada vez que me siento desgraciada, pongo el DVD de la edición especial de Shoah, el documental del Holocausto que rodó Claude Lanzmann, y automáticamente dejo de frivolizar con mis white people problems, problemas de blancos, como dicen en EEUU. Antes de Shoah, el director francés escribió algunos reportajes para la revista Elle (¡vaya cambio! ahora publican a Paula Echevarría). Una de las piezas era sobre Soraya, la princesa de los ojos tristes, a la caza del príncipe Orsini. “Hace ya una semana que Soraya se muere de aburrimiento en Capri, con una paciencia incomprensible. Capri sin sol es injustificable, pero Soraya, tenaz como el mal tiempo, se obstina en quedarse”. Al final Lanzmann, como Peñafiel, podría decir eso de “el día que pasé con Soraya”. ¿Quién dice que esto sea merde? Sólo Irene Lozano.

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