La vida de los otros.Emilia Landaluce.18/06/2016

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El Mundo Orbyt.

LA VIDA DE LOS OTROS

EMILIA LANDALUCE

18/06/2016

EL EMBRUJO PROGRE DE MARIANO RAJOY

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El debate electoral empezó tarde. Algunos lo achacan a que Pedro Sánchez –y no es broma– perdió los papeles. La metáfora no es tal aunque ninguna de esas encuestas inmediatas (y manipulables a las hordas) diera como vencedor al candidato socialista. Al parecer, el pobre perdió las cartulinas que le había preparado su equipo para reprender a sus contrincantes. Sánchez comenzó su carrera en el equipo de Bárbara Dührkop, viuda de Enrique Casas, en el Parlamento Europeo. Entonces (un culiparlante de 23 años) ya comentaba que iba a ser secretario general del PSOE y presidente del Gobierno. Lo tiene difícil aunque el guapo, otro de los nombres que le puso Susana Díaz, nunca pierde la fe en la victoria. Es lo que tiene haber crecido con ese culito, como diría Susanna Griso.



Albert Rivera sí que tenía sus cartulinas preparadas en el debate –por cierto, qué orgullo comprobar que muchas de ellas eran de informaciones y portadas de EL MUNDO– para enzarzarse con Rajoy. Un detalle curioso: en el debate de mujeres de la semana pasada, Inés Arrimadas tenía preparadas exactamente las mismas fichas que su jefe de filas. El plan era esgrimirlas ante Andrea Levy. No lo hizo. Ayudó sin duda que la política popular le recordara que las dos sufren los desmanes de los indepes en el Parlament. Hace unos meses, Rivera presentó la conferencia de Arrimadas en el club Siglo XXI. Al terminar, todos se pusieron de acuerdo: “Ésta es mejor que tú, Albert”. Todo el que se cruza con Rajoy dice que en la distancia corta mejora. “Es simpático. El más natural de todos”, me comenta una periodista que nunca se ha distinguido precisamente por su conservadurismo. Otro que parece semi rendido a sus encantos es Jorge Javier Vázquez, anfitrión de Errejón hace unas semanas. El presentador se encontró con el presidente en funciones saliendo de una entrevista y le invitó a ver el plató de Supervivientes. Mariano se disculpó: tenía que irse a dar un mitin y no podía quedarse a ver si echaban a Dulce o si Mila iba finalmente al cuarto de baño. “Si se hubiera quedado cinco minutos más, le habría votado”, explica Vázquez en Lecturas. Pero no todos son susceptibles al embrujo mariano. Ciertos prohombres –como diría el anchoero Revilla, “algunos presentes en los cientos de empresas que componen el IBEX 35”– le critican: “Qué gran presidente... del casino de Pontevedra”. Veremos.

Xosé Manuel Beiras tiene una mente privilegiada [y una lengua afilada como pocas]. Hablábamos de fraude fiscal. Entonces, por decir algo, menté a la baronesa Thyssen, acosada por Hacienda. El político nacionalista la defendió como un tigre. “Con lo que esa mujer ha hecho por el país [traerse la colección del marido a Madrid]... ¡Puede hacer lo que quiera!”. Y como en algunas cosas, Beiras tiene razón.

Una de las cosas que el joven Verstrynge le contó a Beiras es que Karina Falagan se dejó unas bragas [con perdón] en la habitación de Fraga. [Ya lo decían las rebeldonas de la transición: la democracia con Fraga es más difícil que fo... con bragas. ¡Vaya tontería!] En el álbum personal de la empresaria viguesa, hay algunas fotografías maravillosas. En una, aparece con Fraga y una negra en uno de sus locales. Falagan murió en 2013 sin dejar escritas esas memorias para las que había empezado a seleccionar fotografías.

Algunos dicen ahora que Fraga era un hombre brillantísimo pero algo tonto políticamente. No sé. Don Manuel tenía un carácter particular pero tenía un coco que daba más miedo que él. En su primer verano de estudiante de Derecho (17 años), cogió de la biblioteca de la facultad De iustitia et iure tomi sex, escrito por Luis de Molina en el siglo XVI. A la vuelta de las vacaciones, los alumnos volvieron a las clases con el pelo rubio y la piel curtida por el sol. Fraga llegó con un tocho de hojas bajo el brazo. Se había pasado el verano traduciendo del latín el tratado de Molina.

Solidaridad absoluta con el viaje en avión de Carmena.

m
 
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EMILIA LANDALUCE

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EL EMBRUJO PROGRE DE MARIANO RAJOY

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El debate electoral empezó tarde. Algunos lo achacan a que Pedro Sánchez –y no es broma– perdió los papeles. La metáfora no es tal aunque ninguna de esas encuestas inmediatas (y manipulables a las hordas) diera como vencedor al candidato socialista. Al parecer, el pobre perdió las cartulinas que le había preparado su equipo para reprender a sus contrincantes. Sánchez comenzó su carrera en el equipo de Bárbara Dührkop, viuda de Enrique Casas, en el Parlamento Europeo. Entonces (un culiparlante de 23 años) ya comentaba que iba a ser secretario general del PSOE y presidente del Gobierno. Lo tiene difícil aunque el guapo, otro de los nombres que le puso Susana Díaz, nunca pierde la fe en la victoria. Es lo que tiene haber crecido con ese culito, como diría Susanna Griso.



Albert Rivera sí que tenía sus cartulinas preparadas en el debate –por cierto, qué orgullo comprobar que muchas de ellas eran de informaciones y portadas de EL MUNDO– para enzarzarse con Rajoy. Un detalle curioso: en el debate de mujeres de la semana pasada, Inés Arrimadas tenía preparadas exactamente las mismas fichas que su jefe de filas. El plan era esgrimirlas ante Andrea Levy. No lo hizo. Ayudó sin duda que la política popular le recordara que las dos sufren los desmanes de los indepes en el Parlament. Hace unos meses, Rivera presentó la conferencia de Arrimadas en el club Siglo XXI. Al terminar, todos se pusieron de acuerdo: “Ésta es mejor que tú, Albert”. Todo el que se cruza con Rajoy dice que en la distancia corta mejora. “Es simpático. El más natural de todos”, me comenta una periodista que nunca se ha distinguido precisamente por su conservadurismo. Otro que parece semi rendido a sus encantos es Jorge Javier Vázquez, anfitrión de Errejón hace unas semanas. El presentador se encontró con el presidente en funciones saliendo de una entrevista y le invitó a ver el plató de Supervivientes. Mariano se disculpó: tenía que irse a dar un mitin y no podía quedarse a ver si echaban a Dulce o si Mila iba finalmente al cuarto de baño. “Si se hubiera quedado cinco minutos más, le habría votado”, explica Vázquez en Lecturas. Pero no todos son susceptibles al embrujo mariano. Ciertos prohombres –como diría el anchoero Revilla, “algunos presentes en los cientos de empresas que componen el IBEX 35”– le critican: “Qué gran presidente... del casino de Pontevedra”. Veremos.

Xosé Manuel Beiras tiene una mente privilegiada [y una lengua afilada como pocas]. Hablábamos de fraude fiscal. Entonces, por decir algo, menté a la baronesa Thyssen, acosada por Hacienda. El político nacionalista la defendió como un tigre. “Con lo que esa mujer ha hecho por el país [traerse la colección del marido a Madrid]... ¡Puede hacer lo que quiera!”. Y como en algunas cosas, Beiras tiene razón.

Una de las cosas que el joven Verstrynge le contó a Beiras es que Karina Falagan se dejó unas bragas [con perdón] en la habitación de Fraga. [Ya lo decían las rebeldonas de la transición: la democracia con Fraga es más difícil que fo... con bragas. ¡Vaya tontería!] En el álbum personal de la empresaria viguesa, hay algunas fotografías maravillosas. En una, aparece con Fraga y una negra en uno de sus locales. Falagan murió en 2013 sin dejar escritas esas memorias para las que había empezado a seleccionar fotografías.

Algunos dicen ahora que Fraga era un hombre brillantísimo pero algo tonto políticamente. No sé. Don Manuel tenía un carácter particular pero tenía un coco que daba más miedo que él. En su primer verano de estudiante de Derecho (17 años), cogió de la biblioteca de la facultad De iustitia et iure tomi sex, escrito por Luis de Molina en el siglo XVI. A la vuelta de las vacaciones, los alumnos volvieron a las clases con el pelo rubio y la piel curtida por el sol. Fraga llegó con un tocho de hojas bajo el brazo. Se había pasado el verano traduciendo del latín el tratado de Molina.

Solidaridad absoluta con el viaje en avión de Carmena.

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A Naranjito ya están pensando en Botarlo dentro de su propio partido, ya lo he leído y escuchado varias veces.
Les ha salido un poco rana, se mete en demasiados charcos farragosos.
 
Por qué hay que solidarizarse con el viaje en avión de Carmena?
 
Por qué hay que solidarizarse con el viaje en avión de Carmena?

@gabriela
Pues no sé si porque viajó en clase turista, porque el avión despegó varias horas después de lo previsto debido a fallos técnicos o porque vino con una gastroenteritis que el SAMUR aconsejó su ingreso hospitalario debido a hipotensión y deshidratación. Maestre tb vino con síntomas, pero mucho más leves.
 
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