Isabel Gemio tenía antes atractivo físico. Tenía cara guapa y daba bien a la cámara. Era muy muy creída y lo sigue siendo. Como periodista siempre ha sido una catetilla, no hizo carrera ninguna, empezó en una radio local de jovencilla con unos 16 años y de ahí fue subiendo. Tiene unas carencias culturales evidentísimas, pero es ególatra un rato largo y se cree la última Coca cola en el desierto del periodismo.
La entrevistada está bastante gagá desde hace tiempo y resulta chabacana a más no poder, porque todos la hemos visto en ese realit show que hizo con sus dos maleducadas hijitas, ahí cayó su imagen al nivel del betún. Son las tres unas horteras barriobajeras.
La entrevista fue un despropósito porque la Gemio siempre ha tenido una mala baba que traspasa la pantalla. Por mera educación no le atizas a la invitada a la primera su edad de 80 años. Podía habérselo callado, no porque no se sepa sino porque es de malísima educación hablarle a una señora de la edad y más en público, pero esas cosas de sencilla educación cateta Gemio todavía no las ha aprendido.
La entrevistada está bastante gagá desde hace tiempo y resulta chabacana a más no poder, porque todos la hemos visto en ese realit show que hizo con sus dos maleducadas hijitas, ahí cayó su imagen al nivel del betún. Son las tres unas horteras barriobajeras.
La entrevista fue un despropósito porque la Gemio siempre ha tenido una mala baba que traspasa la pantalla. Por mera educación no le atizas a la invitada a la primera su edad de 80 años. Podía habérselo callado, no porque no se sepa sino porque es de malísima educación hablarle a una señora de la edad y más en público, pero esas cosas de sencilla educación cateta Gemio todavía no las ha aprendido.