Si algo se encuentra particularmente en boga entre la progresía es el echarle la culpa del terrorismo islámico al Mundo Occidental Civilizado. Poco tardó el bestia de Kemaiglesias en relacionar los atentados de Francia del otro día con las políticas de Occidente con respecto al mundo islámico. Utilizó las típicas frases tópicas cósmicamente alejadas de la realidad que suele utilizar la ultraizkierdona para estos casos. Como cacatúas, la guerra de Irak y cuatro muletillas ultrademagógicas más suelen soltar los progres por esa boquita cuando se refieren al terrorismo islámico. Esta última vez alguno se debió de olvidar de que Francia se opuso a la guerra de Iraq hasta el punto de levantar incluso alguna seria herida diplomática con EEUU. También olvidan a menudo los progres que el 11-S ocurrió antes de la guerra de Irak. ¿Cual era, pues, la justificación para el 11-S? Para encontrar la verdadera explicación al terrorismo islámico, debemos remontarnos a los moros Muza y Tariq, lo demás, son bobadas. El islam siempre ha tratado de expandirse por todo el Planeta por la fuerza, lo demás son bobadas. También olvidan los progres que para los terroristas islámicos actuales el ateísmo, la blasfemia, la apostasía, la herejía, etcétera, deben castigarse con la muerte, es decir, que todos los que no somos musulmanes ultras nos hallamos condenados a muerte por no ser musulmanes ultras. Igual da que invadamos Iraq o no: para los terroristas islámicos, todos los que no pensemos como ellos así como todos los no musulmanes debemos morir. Incluso merecen morir los musulmanes de tendencias distintas a las de los integristas. Hagamos lo que hagamos, todos vivimos condenados a muerte por el integrismo, y punto; el resto de afirmaciones al respecto no constituyen más que ultrabuenistas bobadas de cacatúa roja. Dejémonos ya de tanta gilipoll-hez progre, por favor.
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