Esta semana, la alarma sobre el estado de salud de la reina Isabel se ha encendido cuando se ha sabido que la soberana sufría un fortísimo resfriado que le ha obligado a retrasar, por primera vez, su viaje a Sandringham, donde suele pasar las fiestas navideñas. Además, no hay que olvidar que su Graciosa Majestad va camino de los noventa y un años.
La Queen ayer reinició sus labores otorgando una condecoración personal a uno de sus pajes, Ray Wheaton, que está próximo a jubilarse después de 30 años de servicio ininterrumpido. El ha sido responsable de la preparación de los salones para audiencias, recepciones e investiduras.
Fuente: Daily Mail.
