Me he dado cuenta de que en la Corte Danesa debe haber un gran equipo de costureras. Algunos de los vestidos han sido ajustados a los cambios en la figura de Mary y otros han sido modificados hasta el punto de parecer dos vestidos diferentes. Quienes sean los que hacen el trabajo, se merecen el sueldo. El resultado es óptimo y más barato que comprar otro traje.