La princesa Thyra de Dinamarca casada con con Ernesto Augusto de Hannover

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Casada con el abuelo de Ernesto de Hannover. Tuvo anteriormente una hija ilegitima.

Thyra de Dinamarca, su truncada y desconocida historia de amor​

La princesa danesa tuvo una hija, cuyo paradero aún en día es desconocido, con un oficial de la Caballeria danesa antes de su matrimonio con el duque Ernesto Augusto de Cumberland​

06 DE ABRIL DE 2015 - 16:54 CESTPOR HOLA.COM
Cada uno de los seis hijos que el rey Cristián IX de Dinamarca (1818-1906) y la reina Luisa de Hesse-Kassel (1817-1898) engendraron en su matrimonio, acabaría casándose con miembros de otras dinastías reales. Así, por ejemplo, la hija mayor de la pareja, la princesa Alejandra (1844-1925), terminaría siendo Reina de Gran Bretaña, a través de su enlace con el rey Eduardo VII (1841-1910) mientras que la princesa Dagmar (1847-1928) se convertiría en zarina al contraer matrimonio con el emperador Alejandro III de Rusia (1845-1894). Gracias a los ilustres enlaces de todos sus retoños, el rey Cristián ha pasado a la Historia de hecho como “el suegro de Europa”.
Repasamos la vida de la hija menos conocida del Rey escandinavo: la princesa Thyra (1853-1933), que se convertiría en miembro de la Casa de Hannover al casar con Ernesto Augusto (1845-1923), Duque de Cumberland y pretendiente al trono en el exilio. Esta es su historia.
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La princesa Thyra de Dinamarca nace el 29 de septiembre de 1853 en el Palacio Amarillo de Copenhague. Antes que ella habían llegado el príncipe Federico (1843-1912), la princesa Alejandra, la princesa Dagmar y el príncipe Jorge (1845-1913). Después, concretamente cinco años más tarde, nacería el benjamín de la familia, el príncipe Valdemar (1858-1939). La infancia de la pequeña Thyra discurrió felizmente, si bien desde los primeros años inculcaron sus padres en ella, de igual modo que en sus hermanos, la idea de que como miembro de una Casa Real tenía una responsabilidad con su dinastía, en este caso la Casa de Oldenburgo, que implicaba que en su elección de pretendientes debería tener siempre en cuenta el futuro de la estirpe y su influencia estratégica en Europa.

Si en el caso de sus hermanos mayores esta aspiración se cumplió de manera afortunada, en lo que respecta a la princesa Thyra su consecución sería mucho más compleja. Por un lado, cuando la Princesa llegó a la edad de merecer el número de príncipes solteros en el continente era bastante escaso. Si bien esto no preocupaba a la joven Thyra, quien estaba por aquel entonces más interesada por el arte y por cuidar de su hermano pequeño, al que adoraba, la reina Luisa se mostraba intranquila sobre el porvenir de su ya única hija por casar. La Reina, que descartaba que Thyra pudiera igualar el éxito de sus dos hermanas, introducidas ya en las familias reales de dos de las potencias más importantes de la época, comenzó a devanarse los sesos en busca de un candidato ideal. Sin embargo, un grave problema haría acto de presencia.

A los oídos de la reina Luisa había llegado el rumor de que la princesa Thyra, mujer de carácter en extremo romántico, había tenido un flechazo con un oficial de la Caballería danesa, de nombre Vilhelm Frimann Marcher (1841-1872). No obstante, conociendo las veleidades de su hija, la Soberana había quitado importancia al asunto, considerándolo un simple amor de juventud, platónico y pasajero. No sería hasta el verano de 1871 cuando la realidad golpearía, implacable, a la Familia Real danesa: la princesa Thyra estaba embarazada de Marcher.

La conmoción de los Reyes fue mayúscula. El posible matrimonio de su hija con el futuro padre de la criatura estaba descartada, al tratarse de un caso de matrimonio morganático, algo impensable en aquellos tiempos. Hacer público el embarazo habría supuesto un auténtico escándalo en Dinamarca, que habría afectado al prestigio de la familia. Por ello, y gracias al consejo del hermano de la Princesa, Jorge I de Grecia, se decidió tratar el asunto con el mayor de los secretos y que la Princesa diera a luz en la lejana Atenas.
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En agosto de 1871 la reina Luisa y la princesa Thyra inician su viaje a la capital helena, haciendo creer a la opinión pública danesa que se trataba de unas vacaciones a la milenaria tierra cuyo trono ahora ocupaba uno de los hijos del rey danés. El traslado a Grecia fue largo y tuvo varias paradas, primero en Rumpenheim, tierra natal de la familia de la reina Luisa, y más tarde en Corfú, donde se encontraba la residencia de verano de la Familia Real griega. Finalmente la Reina y su embarazada hija llegaban a Atenas en noviembre. El plan era que la Princesa pasara allí, en un estado de práctica reclusión, los últimos meses del embarazo, para, una vez nacido el bebé, que sería entregado en adopción a una familia griega, regresar a Dinamarca y reiniciar la búsqueda de un marido regio.

Quizás intoxicada por mensajeros de la Familia Real la prensa danesa anuncia en los días previos al parto que la princesa Thyra ha sido víctima de un supuesto brote de ictericia que la impide abandonar su residencia ateniense. Finalmente durante la Navidad de 1871 la Princesa da a luz a una niña. Una grave depresión hace mella en la Princesa, que no soporta la idea de desprenderse de su pequeña. El regreso a Dinamarca se pospone a marzo del año siguiente. Durante el desplazamiento la Princesa cae enferma de tifus y el regreso a Copenhague se retrasa hasta junio. Finalmente, la princesa, débil y triste, llega a su ciudad natal. Su amante, al que la Princesa nunca más vio, muere ese mismo año, ahorcándose, incapaz de superar la culpa y el amor, imposible, con la hija del Rey.

La reina Luisa no cejó en su empeño de que su hija casara con algún miembro de las casas reinantes europeas. Se pensó en el rey Guillermo III de los Países Bajos (1817-1890), descartado por su avanzada edad, y en el príncipe Arturo del Reino Unido (1883-1938), cuya candidatura tampoco acabaría fructificando. Finalmente, la reina Luisa creyó haber encontrado el pretendiente ideal, el duque Ernesto Augusto de Cumberland, hijo del rey Jorge V de Hannover (1819-1878). Pese a que no se trataba de una familia reinante, el estado de Hanover había sido conquistado por Prusia en 1866, el Duque poseía toda la alcurnia y la prosapia necesarias para convertirse en marido de una hija del rey escandinavo.
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Todo el mecanismo de la Familia Real danesa se pone en funcionamiento con el objetivo de que la hija casadera despose. La princesa Alejandra, Princesa de Galés, temerosa de que su querida hermana se convierta en una solterona, organiza una cita secreta entre Thyra y el Duque. La amabilidad y simpatía del Duque –en menor medida su físico- dieron sus resultados, y la Princesa acabó enamorándose de él, para satisfacción de su madre. En diciembre de 1878, la pareja contraía matrimonio en la capilla del Palacio de Christianborg. Habida cuenta de que los Hannover vivían en el exilio, los recién casados se instalaron en Gmunden (Austria), donde engendrarían a seis hijos: María Luisa (1879-1948), Jorge Guillermo (1880-1912), Alejandra (1882-1963), Olga (1884-1958), Cristián (1885-1901) y Ernesto Augusto (1887-1953).

Sin embargo, pese a la felicidad del matrimonio y de las satisfacciones de la maternidad, la Princesa, convertida ahora en Duquesa de Cumberland, no deja de pensar en el drama de su juventud y en el paradero de su primera hija. La Duquesa es víctima de varias depresiones, que se acrecientan con el fallecimiento prematuro de dos de sus hijos varones. El Duque jamás llegaría a reinar, pero sí dispondría de la imponente fortuna de la familia, lo que le permitiría llevar una vida en extremo desahogada. El Duque moriría en 1923 sin haber renunciado a sus derechos dinásticos.

El destino de la hija de la princesa Thyra con Marcher jamás ha sido conocido. Algunas fuentes apuntan a que la pequeña no fue adoptada en Grecia, sino que la princesa Thyra rogó a sus padres que el bebé fuera entregado a una familia danesa, y que los Soberanos habrían aceptado la súplica de su hija. Cuando la historia fue revelada a la opinión pública del país escandinavo, varias voces afirmaron ser descendientes del retoño de la princesa Thyra. Ninguno consiguió demostrar su aseveración. El misterio pues continúa hoy en día.

La princesa Thyra murió en 1933. Sus restos mortales reposan, junto a los de su marido, en el mausoleo familiar de Gmunden.
 
Aquí su biografía detallada.

Thyra de Dinamarca​

Thyra de Dinamarca (Thyra Amalie Caroline Charlotte Anna; Copenhague, 29 de septiembre de 1853 - Gmunden, 26 de febrero de 1933), fue princesa heredera del Reino de Hannover y duquesa de Cumberland por matrimonio, y princesa de Dinamarca por nacimiento.

Thyra nació el 29 de septiembre de 1853, en el palacio Amarillo de Copenhague, como la hija menor del entonces príncipe Cristián de Dinamarca y la princesa Luisa de Hesse-Kassel. Cuando era joven, Cristián buscó sin éxito la mano de su prima tercera, la reina Victoria del Reino Unido, en matrimonio, por lo que Luisa no fue la primera opción. Sin embargo, la relación entre los monarcas parece haber sido al menos parcialmente un matrimonio de amor, y se describe como feliz. Su familia pertenecía a una rama poco conocida de la Casa de Oldemburgo. Cuando su padre fue elegido para suceder a su primo lejano, el rey Federico VII, en el trono de Dinamarca, sólo dos meses antes de su nacimiento, éste había recibido el título de príncipe de Dinamarca.
En 1863, Federico VII murió y su padre lo sucedió en el trono danés como Cristián IX. Ese mismo año, su hermano Guillermo había sido elegido rey de Grecia como Jorge I, y su hermana Alejandra se había casado con el heredero del trono británico, Eduardo de Gales. En 1866, otra de sus hermanas, Dagmar, se casaría con el zarévich de Rusia, Alejandro.

Primeros años y matrimonio​


De izquierda a derecha: la emperatriz María Fiódorovna de Rusia, la reina Luisa de Dinamarca, la reina y emperatriz Alejandra de Gran Bretaña, y la princesa heredera Thyra.
Cuando era niña, Thyra era hermosa, vivaz y alegre, y como sus hermanos, tenía predilección por los juegos. Su padre más tarde la llamó su buena hija, y era popular y apreciada debido a su naturaleza amable y gentil tanto por los daneses como por toda su familia. Ella era la menos ambiciosa y extrovertida de las hermanas. Cuando era niña y joven, vio a sus hermanos mayores alcanzar altos cargos en el extranjero, y a menudo los visitaba en sus nuevos hogares.

Thyra era una joven atractiva y gentil, con cabello oscuro y ojos azules oscuros. La reina Luisa quería que su hija menor tuviera un buen matrimonio como sus hijas mayores. Sus intereses políticos se centraron en los matrimonios dinásticos arreglados de sus hijos y se vieron afectados por sus puntos de vista anti alemanes. Los exitosos matrimonios que organizó para sus hijos aseguraron el estatus internacional de la dinastía danesa, relacionándola con Gran Bretaña, Rusia, Suecia, y Grecia, por lo que es conocida como "La Suegra de Europa".

El primer pretendiente de Thyra fue Guillermo III de los Países Bajos, a quien rechazó por tener 36 años más que ella. Tiempo después, Thyra se enamoró de un joven teniente del ejército danés, llamado Vilhelm Frimann Marcher, con quien tuvo una hija, para consternación de su familia.

Hija ilegítima y escándalo real​

Un nacimiento bajo esas circunstancias representaba deshonra por el hecho de tener rango social desigual y concebir fuera del matrimonio. Su hermano, Jorge I de Grecia, le sugirió que tuviera el bebé en Atenas para evitar el escándalo. A la prensa danesa se le dijo que Thyra había enfermado de ictericia.

El estilo de vida de su madre se describe como simple y puritano, y como esto se adapta a la visión contemporánea de una vida familiar ejemplar, la familia real fue considerada como un modelo moralmente correcto. Debido a esto, el embarazo de su hija soltera se convirtió en una carga. Luisa tomó el control de la situación, manteniendo todo el asunto en un secreto familiar.

La niña nació en el Palacio de Glücksburg en 1871, y fue llamada Maria Catharina Regine Jensen. Maria Catharina fue dada en adopción a Rasmus y Anne Marie Jørgensen de Odense, quienes la renombraron Kate. 1 Contrajo matrimonio con Frode Pløyen-Holstein en 1902. 2 3El teniente Marcher se suicidó en enero de 1872 luego de una discusión con el rey.

Posteriormente, Thyra fue enviada a Italia, donde conoció a Ernesto Augusto de Hannover, con quien se casó finalmente el 21 de diciembre de 1878 en Copenhague. Ernesto la había conocido tres años antes, durante una visita a su primo el príncipe Alberto de Gales (futuro Eduardo VII) y a la esposa de éste, la princesa Alejandra de Dinamarca.

Muerte​

Su esposo murió el 14 de noviembre de 1923. Thyra le sobreviviría nueve años. El 1 de enero de 1933, anunció su viaje a Alejandría con el último de sus pretendientes, el conde de Zera o Thera, pero falleció y su cuerpo fue hallado en Gmunden, Austria, en febrero de ese mismo año. Fue sepultada el 7 de marzo siguiente en el Mausoleo del Castillo de Cumberland.

Descendencia​


Los duques de Cumberland con sus seis hijos.

Thyra de Dinamarca por Johannes Zehngraf.
Con su amor de la adolescencia, Wilhelm Frimann Marcher, tuvo una hija ilegítima:
  • Maria Catharina Johannsine Regine Jensen (1871-1964), se casó con Frode Pløyen-Holstein en 1902.
Con su marido, Ernesto Augusto de Hannover, tuvo 6 hijos:

Títulos y órdenes​

Títulos​

  • 1853-1858: Su Alteza la princesa Thyra de Dinamarca.
  • 1858-1878: Su Alteza Real la princesa Thyra de Dinamarca.
  • 1878-1919. Su Alteza Real la princesa heredera de Hannover, duquesa de Cumberland y Teviotdale.
  • 1919-1923: Su Alteza Real la princesa heredera de Hannover.
  • 1923-1933: Su Alteza Real la princesa viuda de Hannover.

Órdenes​

 
Y el duque de Cumberland no puso el grito en el cielo a ver que su ahora esposa no era virgen?.
Debe haber muchos casos parecidos al de la princesa Thyra.
 
Y el duque de Cumberland no puso el grito en el cielo a ver que su ahora esposa no era virgen?.
Debe haber muchos casos parecidos al de la princesa Thyra.

Al parecer, Thyra se lo contó a su prometido y, como él estaba enamorado, no le importó. Fue un matrimonio feliz, pero Thyra sufrió varios episodios depresivos y vieron morir a dos de sus hijos.

Os dejo enlace a un vídeo sobre su vida:



Fueron los abuelos paternos de Federica de Hannnover. De hecho, yo creo que Thyra y ella tienen cierto parecido físico.

¡Saludos y gracias por el hilo, @Madrilera y @Mari Windsor!
 

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