La pasión según san José Fallero

Registrado
3 Jun 2017
Mensajes
53.692
Calificaciones
157.982
Ubicación
España
La Pasión según san José Fallero
Publicado por Javier S. Burgos
1200px-Fallas2016_Peinado_02.jpg

Fotografía: Rafa Esteve (CC).

Génesis

En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: sea la luz, y cuando iba a ser la luz Dios miró muy fijamente a la tierra, poniendo los ojos así como pequeñitos, como de chino, y vio Dios que ya había fuego. En el Edén, cerca de la Albufera, unos labradores estaban haciendo una hoguera. Y la voz de Dios resonó como un trueno diciendo: «¿Qué estáis haciendo?». Y dijeron ellos, «Ací estem, cremant la fusta que ens ha sobrat de la faena». Y vio Dios en su calendario que era 19 de marzo.

Y de esta forma, y a partir de entonces y durante generaciones y generaciones, los valencianos han perpetuado las mejores fiestas del mundo de forma absolutamente objetiva y cuantitativamente ponderable; las Fallas. Desde entonces, y hasta hoy, las Fallas han cambiado más bien poco.

La creencia habitual es que las fallas son en marzo. Nada más lejos de la realidad. Las fiestas falleras, por el contrario, recorren un vía crucis que alcanza todo el calendario gregoriano. De hecho empiezan el mismo día que acaban, en una suerte de eterno retorno de Nietzsche, o de ave fénix que resurge cada año de sus cenizas. Esto lo saben solo los valencianos; los forasteros, por el contrario, saldrán disparados como alma que lleva el diablo una vez se quemen las fallas. Los oriundos saben que la fiesta recorre un in crescendo magnífico que acaba en el fuego cautivador y purificador de la pasión de san José Fallero. Las nuevas fallas comienzan cuando los basureros todavía están recogiendo los restos humeantes y húmedos del monumento recién sacrificado en la suerte suprema del fuego que marca el final de un ciclo y purga los pecados de los valencianos un año más. Pero vayamos por partes, o mejor dicho, por estaciones de nuestro particular vía crucis.

Primera estación: la presentación

Aunque el valenciano de bien conoce perfectamente que las nuevas fiestas comienzan el mismo 19 de marzo de madrugada, ya tiene marcado en su almanaque particular ciertas fechas a las que acudirá con puntualidad británica y caiga quien caiga. Empieza la puesta de largo en la presentación. O la «presentació» (léase «presentasió»), como diría el bueno de David Broncano. La presentación es la puesta de largo de los integrantes de la falla, ergo, los falleros. Valga el término «falla» como escultura que arderá en el clímax álgido de las fiestas; valga, asimismo, como segunda acepción al utilizarse como «conjunto de falleros de una congregación», y que se reúnen en un local común que llamaremos «casal», con el único objetivo de comer, beber, y loar las evidentes ventajas de la falla (valga ahora como monumento), en contraposición con las fallas vecinas (siguen siendo monumentos) con las que compite.

Pero volvamos a la presentación. Dicho evento se realiza hasta con seis meses de antelación a la semana fallera, y tiene como principal motivo fomentar el sentimiento enraizado de clan que conforma a la falla (ahora como conjunto de personas), exaltando la belleza de las reinas de la corte, esto es, sus falleras, en dos categorías que no compiten, tanto infantiles como adultas, y que ostentan el rango de «falleras mayores». La labor de los presidentes, también de ambos rangos, se restringe a acompañar circunspectos a sus damas. Portan los falleros de su falla (congregación ahora) estandartes o pendones al más puro estilo William Wallace, que ríete tú de la DUI y del cacareado «procés». Un valenciano nunca será secesionista, pero por su falla (de nuevo conjunto de personas) pueden llegar a morir (entiéndase esto último como licencia poética, ya que el máximo sacrificio será resignarse a mascullar un lacónico «ché collons»).

Segunda estación: la cabalgata del ninot

La cabalgata fallera es celebrada con algarabía y fanfarrias en el frío mes de febrero, con el mandato de separarla el máximo espacio de tiempo posible de las cabalgatas navideñas de los Reyes Magos. Una cabalgata fallera difiere de la cabalgata de sus majestades fundamentalmente en que donde deberían estar los Reyes se encuentran las falleras mayores y donde los pajes, sus cortes, siempre precedidos de la falla (acepción grupal ahora) ataviados con los más bizarros disfraces. Pero esa no es la diferencia más marcada. Una cabalgata es fallera tan solo si tras la falla disfrazada se encuadran dos elementos. Uno, una charanga de percusión y vientos engalanados con camisetas customizadas para la ocasión y con algún elemento adicional común en la cabeza (verbigracia unos sombreros). Y dos, y más importante si cabe; una furgoneta o remolque donde se asan longanizas, morcillas y chorizos y se reparten como en el milagro de los panes y los peces entre los falleros que se mueven en singulares coreografías que van perdiendo la coordinación conforme aumenta el cansancio. La bota de vino es compañera contingente en semejante caravana.

Tercera estación: las mascletàs

Fallas2017_Masclet%C3%A0_01.jpg

Fotografía: Rafa Esteve (CC).

Son los valencianos los únicos que han desarrollado suficientemente sus epitelios olfatorios como para conectarlos casi directamente con su amígdala cerebral al aroma de ciertos y muy concretos olores. Las lágrimas de un valenciano brotan irremediables fundamentalmente con tres esencias precisas, a saber: el aroma de la paella burbujeante al fuego de leña, el olor cálido y penetrante de los buñuelos de calabaza, y, por supuesto, el intenso aroma de la pólvora recién quemada tras una mascletà. El primero, y si se es buen valenciano, se puede disfrutar periódicamente los domingos. Los otros dos son eminentemente estacionales. Y no hay olor que más identifique a un valenciano, y exalte más su sentimiento, que el de la pólvora tras una atronadora mascletà en la Plaza del Ayuntamiento, otrora Plaza del Caudillo. Tras el éxtasis grupal, los falleros, vestidos con los blusones de faena, se arrojarán hacia la búsqueda del maestro «pirotècnic», entre vítores y alabanzas verdaderas, espoleados por el cambio comportamental que experimentan sus ebrios cerebros con el olor a pólvora. Es de buen comportamiento, tras la ovación cerrada de rigor, comentar brevemente la intensidad, ritmo o música de las explosiones. El verdadero experto es capaz de entender las carencias y las frecuencias entre «masclets» (nunca petardos) terrestres y «aéreos» (estos siempre sin sustantivo).

Cuarta estación: la plantà

Dicen los expertos, muchos de ellos doctorados durante décadas y décadas de deambular noctámbulo e infinito, que el verdadero fallero acude a la «plantà». Huelga apuntar que la plantà es cuando se «planta» la falla (ahora monumento). Es el momento en que los elegidos, aquellos servidores más fieles a la falla (ahora congregación), lanzan órdenes deslavazadas a los operarios de las grúas que, a pesar de los gritos, intentarán que los grandes ninots (el que usa «muñeco» es expulsado automáticamente de los lindes que perfilan la tierra de las flores) no acaben con los sueños de los falleros estrellados sobre el asfalto. Y ahí el gran enemigo, el Godzilla que encoge los temerosos corazones de los falleros, el único monstruo que atemoriza al valenciano en periodo festivo es un elemento incontrolable de la naturaleza: el viento. La plantà acaba por liturgia con los retoques de pintura. El maestro fallero sabe que en ese momento se la juega, como en las distancias cortas de Brummel. Es cuando debe demostrar su maestría, cuando se debe lucir ante sus expectantes aprendices. El momento cumbre. El clímax. El alfa y el omega. El principio y el fin. Cuando amanezca, porque la plantà debe hacerse con alevosía a veces, pero siempre con nocturnidad, el valenciano de bien escrutará con ojos de halcón si se perciben, aunque sea sutilmente, las marcas de pintura que diferencian el trabajo en el taller del de la calle. Ahí residirá el premio, la competencia feroz con la falla vecina, el grado superlativo del artista fallero.

Quinta estación: la pasión

Las noches interminables deambulando de falla en falla (ahora como acepción geográfica, que también la tiene), los albores de la mañana con las despertàs plagadas de explosiones rítmicas, las docenas de buñuelos ingeridos, los largos desfiles de las ofrendas hacia la «Geperudeta» y las noches previas en los casales son solo el anticipo de la gran noche; la noche de la pasión. Como emulando a Kavafis, los valencianos saben que lo importante es siempre el camino, y que la cremà es equivalente a la emoción, pero también a la tristeza del fin, y que ninguna persona de bien quiere alcanzar el clímax máximo que anticipa al día después. Pero no tiene sentido lo que no se quema, así que esa lánguida noche los buenos valencianos se arman de paciencia y, aunque compungidos por la pena, deciden recorrer las calles en busca de los camiones de bomberos, que permiten identificar con exactitud de satélite dónde ocurrirá la siguiente cremà. El bombero, aun a sabiendas de que es un servidor público encargado de que las ciudades valencianas no se conviertan en la Roma de Nerón, debe ser siempre abucheado. Es la norma. Es el único que se interpone entre la viveza mastodóntica del fuego y la sed incendiaria del enloquecido pueblo fallero. Es él el que reduce la quema, el que minimiza las lenguas de fuego, y por su pecado se le recriminará. El acto ancestral del inicio de la cremà corresponde única y exclusivamente a la fallera mayor, no hay personaje más importante en toda la fiesta. Será la encargada de prender la falla, utilizando una traca, claro, mientras suena el «Per a ofrenar», y las lágrimas brotan de los ojos y los corazones de la gente de bien que se encogen contritos.

El apocalipsis

La vuelta a casa, a nuestra Ítaca particular, se debe realizar no antes de que despunte el alba. Tal vez el enésimo chocolate con buñuelos nos caliente el cuerpo y permita transitar por la tristeza del inexorable fin. Los restos humeantes de las cenizas y las maderas a medio quemar nos recordarán, sin ambages, que todo tiene su fin, pero que no tiene sentido lo que no comienza. La punzada perfora el pecho cuando los barrenderos recogen los últimos despojos del cadáver de la falla, los vasos muertos sobre el asfalto, las crisálidas de los masclets.

El día siguiente dará paso a una ensoñación, en el que nadie osará mencionar el fin de las fallas, tal es la congoja. Cada uno volverá a su puesto de trabajo, silencioso, rememorando las vivencias inmediatamente pasadas, queriendo oír la sombra de las explosiones azarosas en la lejanía. Pero pronto las mentes comenzarán de nuevo a pensar en las siguientes fallas, en sus vestidos, sus monumentos y sus mascletàs. Y el ave fénix volverá de nuevo a desperezarse, ya que sabe que es la única forma cabal de no morir de tristeza.

1200px-Crem%C3%A1_Fin_de_Fallas.jpg

Cremà. Fotografía: Asier Solana Bermejo (CC)
http://www.jotdown.es/2018/03/la-pasion-segun-san-jose-fallero/
 
Muchas gracias compi @Serendi ,por compartir este articulo.Con tu permiso adjunto otro sobre el mismo tema.
Un fuerte abrazo para tí mi amigo
Bisous :kiss::kiss:
pilou12

Fallas de Valencia 2018
12.03.2018
651327-944-602.jpg



Los artistas falleros afinan sus pinceles para dar los últimos retoques a los cientos de monumentos grandes e infantiles que engalanarán las calles de Valencia. Como cada año todas las esculturas efímeras sucumbirán al fuego en la Nit de la Cremà.


VER GALERIA:
https://www.20minutos.es/fotos/actualidad/fallas-de-valencia-2018-13944/
 
Muchas gracias compi @Serendi ,por compartir este articulo.Con tu permiso adjunto otro sobre el mismo tema.
Un fuerte abrazo para tí mi amigo
Bisous :kiss::kiss:
pilou12

Fallas de Valencia 2018
12.03.2018
651327-944-602.jpg



Los artistas falleros afinan sus pinceles para dar los últimos retoques a los cientos de monumentos grandes e infantiles que engalanarán las calles de Valencia. Como cada año todas las esculturas efímeras sucumbirán al fuego en la Nit de la Cremà.


VER GALERIA:
https://www.20minutos.es/fotos/actualidad/fallas-de-valencia-2018-13944/
Gracias mi amiga del alma @pilou12 , buenas tardes, tus aportes los hagas donde los hagas visten de gala los Hilos, enluciéndolos y amenizándolos, amén de tu ya legendaria verosimilitud y exactitud en dichos registros. Saludos, Serendi
 
FALLAS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
La falla de Dalí y su afán por cobrar: “Hay que perseguirlos como a ratas”
Cartas inéditas revelan la rabieta del pintor con los artesanos valencianos por la construcción de su obra en 1954

JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS
Barcelona 18 MAR 2018 -



1521218261_112642_1521219551_noticia_normal.jpg


La falla, el boceto y la insignia que creó Dalí en 1954.



Pintor, escultor, ilustrador, diseñador, escritor, publicista, cineasta, escenógrafo... Salvador Dalí tocó todos los palos, incluso alguno que, de entrada, cuesta asociar con él, como la creación de una enorme e innovadora falla que ardió la noche del 19 de marzo de 1954 tras levantar, como casi todo lo que Dalí hacía, gran polémica. Unas cartas inéditas que guarda la Biblioteca Nacional de Catalunya muestran cómo el pintor se enfadó con los falleros porque no le pagaban cuando quería. “Lo de la falla se hubiera tenido que hacer mano a mano. Cuando te entregan el dinero, dar el proyecto. Ahora hay que perseguirlos como a ratas. Espero que aún no nos cueste dinero”, escribe, entre otras perlas, a su primo abogado y hombre de confianza, Gonzalo Serraclara.

En 1953, un año antes, Dalí había recibido el encargo de diseñar la falla de la entonces plaza del Caudillo, hoy del Ayuntamiento. Era el pintor español más reconocido internacionalmente entonces (amén de Picasso, en el exilio) y, tras dejar el surrealismo, estaba en plena etapa mística, con grandes obras de temática religiosa como La Madonna de Portlligat o el Cristo hipercúbico, lo que le valió el reconocimiento popular y del régimen franquicia.


1521218261_112642_1521218904_sumario_normal.jpg


La falla de Dalí en plena cremà.

En diciembre, Dalí anunció el tema de su falla: una corrida de toros surrealista, en la que destacaba un autogiro, mitad máquina, mitad ave, que se llevaba volando al toro muerto a la montaña de Montserrat, donde reposaría para siempre o acabaría, en una referencia mitológica, devorado por las águilas, pero no arrastrado como de ordinario. En el centro de la arena colocó a un diestro con alas de mariposa y otras figuras, entre ellas varios misteriosos encapuchados. Del público solo podían verse los brazos agitados en las gradas mientras los opuestos a la fiesta (y posiblemente antidalinianos) se colocaban fuera de la plaza. Al final, añadió un enorme retrato suyo que parecía mirar el espectáculo desde las alturas.

Dalí hizo un boceto cuya realización se encomendó al escultor y maestro fallero Octavio Vicent, uno de los mejores. Cuando el 17 de marzo la falla empezó a plantarse, comenzaron las críticas, que destacaron que el artista no había sabido captar el espíritu crítico de estas obras y desvirtuaba el carácter de la fiesta, aunque reconocían que el trabajo llamaba la atención y que la prensa extranjera se había hecho eco, lo que garantizaba más visitantes. Durante la cremà, la prensa destacó que el público que llenaba la plaza: “Todos los valencianos, excepto los enfermos, estaban allí”. Y rompieron a aplaudir cuando la enorme cabeza de Dalí cayó pasto de las llamas. La puntilla la dio al día siguiente Vicent en una entrevista en la que dijo que el boceto era “disparatado e inconcreto”; que no creía que el pintor le hubiese dedicado “más de una hora” a esos “cuatro trazos mal dibujados... que delatan poco esfuerzo”.







Esperar el éxito rotundo


El maestro fallero se quejaba del escaso tiempo que había tenido para construir la pieza y de que no había visto jamás a Dalí. Aceptó el encargo, precisó, solo porque tenía que ganarse la vida. Según explicaba, de las 110.000 pesetas que costaba la falla, él ganaba 12.000, mientras que al pintor ya le habían pagado más de 25.000.

Pero Dalí, convencido de que su trabajo sería “un éxito rotundo”, también se quedó a gusto con sus críticas. En las cartas a Serraclara se queja del trato y de las exigencias de los falleros. En una misiva le manda el dibujo y las insignias (una mano ardiendo sobre un caracol) que también creó para la ocasión: “Con un mes tienen de tiempo de sobra para hacerla”. En una tercera carta, también conservada en la Biblioteca Nacional de Catalunya, escribe, menos exigente: “Esperaba saber si habían conseguido resolver el armazón general antes de completar el resto”. Aquella estructura que proponía el artista, según confesó Vicent, supuso un quebradero de cabeza, ya que Dalí quería que el toro “estuviera en el aire, con todo el peso encima, tocando con un cuerno a una roca; cosa imposible, claro”.

Dalí también pide a su primo que las figuras de cera que conducen el helicóptero tendrían que salvarse del fuego; que no se desvelara “la identidad de los encapuchados hasta el día de la quema. Y que se pongan dos o mejor cuatro, no más, ya que sería confuso”. En una última carta se interesa por el dinero y le pregunta: “Si han pagado ya los falleros y si pagarían el viaje de Gala y mío si decidiéramos venir por un día”. No ocurrió.

OKUDA: “MI FALLA CRITICA AL HOMBRE POR SER VÍCTIMA DEL SISTEMA QUE HA CREADO”
1521218261_112642_1521220956_sumario_normal.jpg

Falla municipal situada en la plaza del ayuntamiento creada por Okuda. JOSE MIGUEL FERNANDEZ (GTRESONLINE)


Después de 64 años del experimento de Dalí otra falla innovadora ocupa la plaza del Ayuntamiento. Es la llamada Equilibrio universal realizada por Okuda, sobrenombre de Óscar San Miguel (Santander, 1980), uno de los artistas urbanos más solicitados, tras irrumpir en el mundo del arte con sus animales, sobre todo ciervos y osos, y personajes formados a partir de poliedros llenos de color. “Recibí una llamada de los maestros Latorre y Sanz que llevan 30 años haciendo fallas diciendo que les gustaba mi trabajo, para que participara con ellos en el concurso, el primero que se convoca para la falla del Ayuntamiento. Hice el boceto, lo ganamos, lo llevamos a 3D y luego a real, en una composición muy fallera, con un lenguaje más contemporáneo y digital”, asegura Okuda que llegará a Valencia este sábado para asistir a la cremà del lunes.

Su falla está llena de los iconos que identifican su trabajo. En el centro, una especie de tótem en el que se ven dos figuras de mujer “dos diosas clásicas”, sostienen el mundo convertido en hucha en la que se introduce un euro. En sus primeros años se acostumbró a ver como sus grafitis desaparecían casi de forma inmediata, ahora, sus encargos son otros: grandes fachadas y medianeras de enormes edificios, o interiores de iglesias desacralizadas. “Los valencianos me van a ayudar a entender que una obra que ha costado tantos esfuerzos desaparezca en minutos”, justifica el artista que asegura que en su trabajo “no hay burla, sino una pequeña crítica al ser humano, que digamos que es víctima del sistema y a la modernidad que ha creado”.

Pero el trabajo de Okuda también ha recibido críticas, entre ellas la de ser una falla poco arriesgada, de poca altura. “Por mí sería mucho más alta, el problema es el presupuesto”. A Dalí lo criticaron por no implicarse en el trabajo. “Yo me implico en todo lo que hago, porque te lo tienes que creer y poner lo máximo y creo que se nota en el resultado que la conexión con los maestros falleros ha sido increíble”, prosigue el artista convencido de que a partir de ahora “habrá más fallas que romperán con la tradición. Habrá un antes y un después de mi falla”, dejando claro que le gustaría repetir: “le ponen mucha pasión. Es una de las fiestas más creadoras que conozco y tiene mucho que ver conmigo y mi trabajo”.

https://elpais.com/cultura/2018/03/16/actualidad/1521218261_112642.html
 
Vamos a ver.... en la primera parte de la buena exposición de Serendi, sólo decirle que desde hace años ya no nos despiertan al alba con los truenos de los petardos llamados "tro de bac". Están prohibidos.....
Ahora se hace una única macro despertá en la que tienes que tener un carnet y pasar un examen para "estampar" contra el suelo el famoso petardo.
Y en cuanto a las aportaciones de Pilou12, decir que en mi opinión siempre que se ha intentado innovar no ha salido bien. Una falla (monumento) es una escultura caricaturesca y satírica. La de este año era colorida, seguramente con alguna crítica pero no caricaturesca.
He de añadir que soy fallera mayor, pero no la principal de mi falla...jajaja sino muy mayor de edad.... casi de las mas mayores..... aquí estamos hasta que nos morimos. Y también participo de todos los actos que puedo con mis trajes de valenciana, que no de fallera. Una ya no tiene edad para enseñar canalillo.
 
FALLAS 2020


LAS FALLAS, CANCELADAS POR EL CORONAVIRUS



Falla Cuba-Literato Azorín. /Irene Marsilla


La emergencia obliga a cancelar la fiesta y Puig fía a los distintos sectores poder retomarla | Ribó no acude a la reunión donde se decide la suspensión del programa fallero y se limita a hacer un «seguimiento»


ARTURO CHECA y FRANCISCO RICÓSValencia Miércoles, 11 marzo 2020,


Las Fallas se han suspendido. El Gobierno y la Generalitat acordaron la medida ayer por la tarde. También se cancelan por el coronavirus las fiestas de la Magdalena. El Ministerio de Sanidad trasladó «la conveniencia» de no celebrar ni las Fallas ni la Magdalena por el riesgo que implica la masificación y las aglomeraciones en la transmisión del coronavirus.

La entrevista a media tarde entre la consellera de Sanidad, Ana Barceló, con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, a través de videoconferencia hacía presagiar lo peor para el mundo fallero. El mismo tinte le daba el hecho de que el Gobierno prohibiera por la mañana, en el Consejo de Ministros, eventos en los que se preveía reunir a más de 1.000 personas en Madrid, Vitoria y La Rioja. Y que el Palau de la Generalitat desconvocara el acto que a las 18.30 horas iba a celebrarse sobre las Fallas y las Gayatas fue otro síntoma de que las fiestas josefinas de este año no se iban a celebrar.

Cerca de las 21 horas el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, reunió a la mesa interdepartamental de coordinación frente al coronavirus en el Palau. El encuentro se celebró tras la videoconferencia de la consellera Barceló con el ministro de Sanidad. Al mismo tiempo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecía para relatar sus medidas contra el coronavirus. «La decisión que se tome la adoptaremos de manera consensuada con el Gobierno de la Generalitat», aseguró el presidente del Gobierno respecto a las Fallas. Nada. Sánchez no dijo nada, quizá porque efectuar él el anuncio no le granjearía demasiadas simpatías en el mundo fallero.

La pelota se quedaba en el tejado de Ximo Puig. Serio, acompañado por buena parte de su Consell, comparecía pasadas las 22 horas. Puig aseguró que había hablado con el ministro de Sanidad y el presidente del Gobierno y había una instrucción clara de Sanidad: la conveniencia de no celebrar las Fallas y la Magdalena en las fechas previstas. «Apelamos a lacomprensión de la ciudadania valenciana», afirmó el president, que adujo razones de índole de seguridad sanitaria para adoptar la decisión. A la reunión no acudió el alcalde Ribó, siendo sustituido por el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana. Fuentes municipales señalaron que el primer edil estaba haciendo seguimiento del tema tras suspender su agenda, en la que aparecía su asistencia a una ópera en el Palau de les Arts. La decisión se tomó sin el alcalde presente.

También dio la opción el jefe del Consell de dejar «para más adelante» la celebración, cuando sea posible y quede atrás la crisis sanitaria. Aseguró que si hay una nueva fecha «la Generalitat se implicará en ayudar lo posible».

Puig señaló que se podrán celebrar ambas fiestas cuando no esté en juego la salud pública y reconoció que esta era una medida «que tan solo hace unos días no hubiéramos imaginado».

El anuncio de la reunión en la sede del Consell, no hacía sino ahondar más en la sensación de la suspensión de las Fallas. A ese encuentro acudió Carlos Galiana, el concejal de Cultura Festiva, como único representante del Ayuntamiento de Valencia. Galiana citó, al término de la reunión, al presidente de la Interagrupacion de Fallas, Guillermo Serrano, en el Ayuntamiento. Eso sí, después de que Puig anunciara al alcalde de Valencia y a la alcaldesa de Castellón la suspensión de las fiestas de ambas ciudades.

La situación de incertidumbre durante toda la arde, se unía a los 15 nuevos casos detectados ayer en la Comunitat Valenciana, 12 de ellos en una residencia de mayores situada en Torrent. La cifra de afectados ascendía ya a 63 los casos positivos.

Fueron horas en vilo en el mundo fallero, esperando una decisión que marcaría las Fallas 2020. Horas en las que se mascaba la tragedia, con los monumentos montándose en la calle y los falleros contando los días para disfrutar de la fiesta más grande.

La rumorología apuntaba a que a lo sumo no se iba a cancelar la celebración josefina, pero no iba a ser igual. Se decía que se plantarían las fallas (ya están en la calle) pero que no habría ni mascletaes, ni verbenas ni se disfrutaría de la Ofrenda a la Mare de Déu dels Desamparats, un acto por el que suspiran hasta los falleros que no son creyentes. Pero no fue así.

¿Y qué supone económicamente suspender las fiestas falleras? A ciencia cierta no se puede conocer porque falta un estudio riguroso y actualizado. Lo que está claro es que el sector hostelero quedará bastante tocado ahora en marzo, y los artistas falleros tendrán que volver a almacenar los monumentos en los talleres a expensas de una fecha para volverlos a plantar. Con el agravante para las comisiones de que la inmensa mayoría los tendrán pagados o casi pagados.

El último estudio sobre la incidencia económica de la fiesta fallera se efectuó en 2008 y lo realizó la Interagrupación. Desde 2017 había un compromiso del Ayuntamiento para efectuar uno nuevo. Se anunció a mediados de diciembre pasado y se ratificó a mediados de enero. El trabajo está por realizar. En 2008 se llegó a la conclusión de que la fiestas josefinas movían nada menos que 753 millones de euros. La parte del león es la facturación de los hoteles, que ascendió a 541,69 millones de euros, lo que supone alrededor de un 70 % del total. También hay gastos de publicidad que llegaron a 86,6 millones, casi un 12 %, una cifra superior al gasto que pagan las comisiones a los artistas falleros.

En transporte, 31,32 millones, un 4,16% y 27 millones en lotería, siempre según ese estudio. La compra de indumentaria por parte de los miembros de las comisiones falleras se calculó en 17,76 millones de euros, lo que supone un 2,36%. La elaboración de las fallas, de los monumentos, llegaba a 11,4 millones de euros, solamente un 1,51 %. Enorquestas, discomóviles y la animación el gasto calculado para el ejercicio 2008 fue de 5,76 millones de euros, no llega a un uno por ciento.

¿Y cuántos turistas llegan a las Fallas? La cifra del millón de visitantes se repite como un mantra, es la única oficial que ha llegado a nuestros días es la que se empleó como dato de cara a la UNESCO para vender la fiesta como Patrimonio d de la Humanidad. Fue en 2013 y la cifra que se facilitó al organismo internacional fue de 865.950 visitantes.

La ocupación hotelera, por lo general, se suele situar entre un 80 y un 86 %, aproximadamente. Suele ser en los días centrales de las Fallas, los de laOfrena a la Mare de Déu, los días 17 y 18. La patronal hotelera de la Marina, Hosbec, ofreció en 2018 que la ocupación de hoteles el 17 y 18 de marzo fue del 86 y el 78%, respectivamente.


La ondanada de contagios del día llegó ayer con el foco especialmente puesto en los centros de mayores. Después de los casos de contagios registrados en Madrid, una docena de personas mayores de una residencia de Torrent se convirtieron en protagonistas de la noticia. No fue el único nexo común con los contagios a nivel nacional. Hasta 59 sanitarios, otro de los colectivos potencialmente sensibles, están aislados en sus domicilios, sin haber dado positivo pero como precaución al presentar síntomas.

Los hogares del jubilado empiezan a notar cómo el temor deja sin ambiente sus locales. «Mira cómo está esto, vacío», explican a LAS PROVINCIAS en uno de estos centros en Patraix. Aunque siempre hay quien le echa arrojo. «Yo soy del 35. Y no, no le tengo miedo. Bajo todos los días a leer el diario», clama Joaquín, a sus 85 años.

Los hospitales privados ya han empezado a suspender en Valencia (como el IVO o Casa de la Salud) las prácticas de los estudiantes universitarios.


Lo que mueve la fiesta
753millones es el impacto de las fallas en la sociedad valenciana según un estudio de la Ineragruación realizado en 2008. El estudio no se a actualizado.865.950turistas es la cifra calculada porla Generalitat en 2013 y es la presentada al jurado de la UNESCO para proclamar las Fallas como Patrionio de la Humanidad.Una ocupación del 80 al 86%.Los dias grandes suelen coincidir con la mayor ocupación hotelera suele haber.Monumentos.Los monumentos falleros no se llevan el mayor pedazo del pastel, sino alrededor de 12 millones de euros. Siempre según datos de 2008.Indumentaria.El gasto calculado en el estudio de la Interagrupación suponía un 17 %.5,7millones de eros se calcula que se empleaban n 2008 en orquestas y animación.

Barrio a barrio, casi es imposible no fijarse en un sinfín de bares chinos cerrados con carteles de 'vacaciones hasta el 1 de abril'. El pavor que se ha adueñado de algunos residentes madrileños, capaces de dejar vacías estanterías enteras de carne, latas y productos de primera necesidad en supermercados, todavía no se ha trasladado a la Comunitat. Aquí, la normalidad es la tónica generalizada en los supermercados.

Tampoco el mundo del deporte ha sido ni mucha menos una excepción a la amalgama de tensión que se extiende por todos los sectores. La suspensión de las jornadas con público en las próximas semanas dejará también a puerta cerrada el derbi valenciano, obligará a posponer el Gran Premio de la Comunitat de Motos, y una reunión en Bélgica para conocer las sedes del Mundial de Pilota. El coronavirus todo lo invade. Educación decidirá hoy si cancela clases. Ni siquiera se salva el mundo político. El Congreso anunció la suspensión de actividad, después del positivo de Ortega Smith, uno de las cabezas visibles de Vox, con una diputada valenciana en cuarentena.






Los artistas exigen terminar de plantar y quemar las fallas el día 19


Una mascarilla anticoronavirus cubre la cara de la figura central de la falla municipal. /Damián Torres


Una mascarilla anticoronavirus cubre la cara de la figura central de la falla municipal. / DAMIÁN TORRES



El gremio recomienda mantener las piezas en los talleres y las plazas a la espera de saber quién se hace cargo del pago del desmontaje de monumentos


ÁLEX SERRANOMiércoles, 11 marzo 2020

El Gremio de Artistas Falleros recomienda a sus integrantes que no desmonten las fallas a medio plantar y que no retiren piezas de las plazas a la espera de saber quién se hará cargo de los trabajos de desmontaje dado el alto coste económico y los riesgos para los trabajadores que pueden comportar esas acciones. Además, exigen que se siga el calendario habitual y que los monumentos se planten y se quemen en el calendario habitual.

En una circular emitida a sus agremiados, la entidad que preside José Ramón Espuig exigen saber quién pagará estos trabajos y el almacenaje de las piezas. Están a la espera de un decreto de la Generalitat que detalle las condiciones de la suspensión de la fiesta, aunque desde el Consell se ha hablado en todo momento de aplazamiento. Además, el Gremio recomienda no sacar piezas a la calle en el día de hoy.

Tal como ha podido saber este diario, los artistas se encuentran reunidos en el Ayuntamiento con la Junta Central Fallera para hacerles llegar estas mismas conclusiones y llegar a algún acuerdo respecto a los más de 700 monumentos que iban a protagonizar las fiestas de este año.
 
Back