La movilización mediática en contra de Podemos

Respeto tu opinión pero no me gusta el desprecio que muestras por nuestra cultura empezando por la boina grande llamada txapela, que si miramos más en profundidad la txapela no es una boina sino un sombrero, pero no me quiero explayar con eso.

Todos estos deportes tienen su origen en actividades laborales del medio rural que se han transformado en actividades deportivas a partir de la competencia entre diferentes personas por ver quién tiene mayor destreza en una actividad determinada. Así por ejemplo, a partir de la actividad de cortar troncos para aprovisionarse de leña surge el deporte de los aizkolaris o cortadores de troncos; a partir de la actividad de mover grandes rocas para la construcción surge el levantamiento de piedras, etc.etc etc..

Un poco de respeto por nuestra cultura por favor.
No te canses, tu comentario cae en saco roto. Ya sabes cómo va: matar toros es un arte, cortar troncos es de paletos de caserío y así ad infinitum. Como se dice en mi tierra, d'on no n'hi ha, no en raja.
 
¿Y la responsabilidad de los periodistas?


Lo que cuesta encontrar es una mención a la responsabilidad de los periodistas sobre lo que firman, sobre lo que firmamos. Se diría que nuestra profesión es la única que no admite crítica.

Los alarmantes datos sobre periodistas que ceden a las presiones de sus jefes y se autocensuran ¿No es lo realmente "incompatible con el sistema democrático"?

Rosa María Artal Follow @rosamariaartal
10/03/2017 - 20:06h




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La condena radical de la APM al que dio por sentado como un acoso de Podemos a los periodistas ha suscitado un apasionado debate entre los profesionales. Una especie de terapia de grupo pública con una descripción de nuestra profesión que tiene a gran parte del auditorio atónito. En algunos casos confirma sus peores presentimientos. Supimos que "la APM" –que encabeza su comunicado calificando de
"totalmente incompatible con el sistema democrático" la actitud de Podemos– se limitó en la práctica a la presidenta Victoria Prego y su mano derecha, el vicepresidente Nemesio Rodriguez López, que se basó en las acusaciones sin pruebas concretas de una decena de informadores, de los cuales no dieron nombres, y sin preguntar siquiera a los denunciados de Podemos.

La "carnaza" estaba servida, como a propósito. A partir de ahí, volvieron a desatarse las portadas, editoriales, páginas y páginas, voces y voces, de alarmados notables. Periodistas y columnistas que se han comido con cucharón las graves presiones a muchos de sus propios compañeros en los medios, los despidos y las manipulaciones, saltan ofendidos como si hubieran nacido esa misma mañana libres de todo error. "Sin pecado original" en la gráfica versión de la Biblia.


Como a propósito. Basta contrastar la condena a Podemos, con la
versallesca petición de una televisión pública independiente y profesionalizada, sin mencionar las reiteradas denuncias de manipulación, con redacciones paralelas al efecto, constatables y verificadas, en respuesta a la petición de "medidas urgentes" requeridas por 2.225 trabajadores de RTVE. Arréglense ustedes –les instamos–. Para la APM no es "totalmente incompatible con el sistema democrático" hacer creer cada día a más de dos millones de seres que siguen los telediarios que viven en la arcadia feliz y apartar precisamente a profesionales independientes que darían una información más ajustada a la realidad.

Otros periodistas, los menos, se muestran escandalizados y destacan –en la Zona Crítica de este diario tienen numerosos y muy razonados ejemplos– la doble vara de medir que han empleado la Asociación de la Prensa de Madrid y sus palmeros en lo que es una trayectoria infame de acoso efectivo a periodistas.
Iñigo Sáenz de Ugarte hizo un buen repaso de los últimos tiempos. En el pasado hubo también sus presiones, pasillos, traslados y humillaciones. Y, sin duda, quienes se plantaron a las llamadas de políticos. Jefes incluidos. Recuerdo el caso de Ramón Colom en Informe Semanal de TVE ante el Ministerio de Educación del PSOE, en una larga huelga de la Universidad, que daría para un tan lamentable como jocoso relato.

Todas estas reflexiones han aparecido estos días, lo que cuesta encontrar es una mención a la responsabilidad de los periodistas sobre lo que firman, sobre lo que firmamos. Se diría que nuestra profesión es la única que no admite crítica. Se da por hecho que las acusaciones de la APM son ciertas cuando no goza de especial prestigio. Y, por lo que voy leyendo y oyendo, se dibuja a esos "redactores de base" poco más que como un apéndice del teclado del ordenador o un disco mecánico que compone la voz para la noticia. De ser cierto ese papel, no hubieran expulsado a valiosos periodistas de El País, a Jesús Cintora de Cuatro, devuelto a Madrid a la que llamaron "polémica"
corresponsal en Oriente Medio de TVE, Yolanda Álvarez, y a tantos recordados estos días que afrontaron sus informaciones.

Tienen razón quienes dicen que "
en ningún trabajo, va en el sueldo de un currante que le traten mal". Cierto. La violencia es intolerable. Y hay relaciones que pueden llegar a rozar hasta la puerilidad por ambas partes como lo de "mirar con cara de odio" como ha dicho alguno de los denunciantes de Podemos. Pero no se puede olvidar que algunos trabajos acarrean especial responsabilidad. Y los hacemos y los avalamos al estampar la firma.

A nadie se le escapa que ha habido –y hay– artículos y titulares que mezclan información y opinión (cuando es regla del periodismo hacer una nítida diferencia). Acusaciones a miembros de Podemos que resultaron falsas. Titulares y artículos altamente sesgados. No solo contra Podemos y, dentro de la formación contra Pablo Iglesias en particular, Pedro Sánchez también sufrió durísimos rigores antes de ser defenestrado de la Secretaría General del PSOE, sin que los autores del golpe interno recibieran ni el mismo tratamiento, ni prácticamente críticas. Reparemos en las fotos editoriales de los líderes que quieren dejar en mal lugar, publicadas en sus peores tomas. Algunas veces rozan el esperpento. Esas expresiones agrias, desmejoradas. Hasta canas despeinadas pusieron a Iglesias en una portada. Pero es que ¿hace falta demostrar la deriva de buena parte de la prensa, radio y televisión en España? ¿No vemos sus manipulaciones y en definitiva su servicio al poder sin reparar en métodos? Las hemerotecas están llenas.

La firma es importante. Rubrica lo que hacemos. En los contratos mercantiles, tiene consecuencias. Hasta penales en incumplimientos. Cómo será que la propia Victoria Prego dijo en Los desayunos de RTVE que no hacía falta otro nombre que el suyo para demostrar la veracidad de los hechos. Decir Victoria Prego era suficiente. Con una encomiable autoestima para su bienestar personal, que olvida pasajes bien negros de su trayectoria. Aquel silencio en la conspiranoia emprendida por Pedro J. Ramirez en el 11M que hoy se conmemora. La propia publicación de su entrevista a Rajoy en aquella jornada de reflexión con sus "convicciones morales" sobre la autoría de ETA. O el episodio de Suárez y el referéndum a la Monarquía por citar solo algunos de los más relevantes.

Indudablemente vivimos tiempos en los que la precariedad condiciona voluntades. Esta penosa circunstancia no es ajena a haber falseado u ocultado datos que la sociedad precisaba para tomar decisiones. Ni a la banalización de los contenidos. Pero cuando firmamos algo, cuando ponemos nuestra cara, voz y palabras, estamos contando a la audiencia lo que honestamente hemos visto, lo que necesita saber. No cabe la obediencia debida. Se observa una tendencia a exonerar al periodista de los contenidos que firma, como si fuera algo al margen de las directrices de su medio y, en su caso, intereses políticos.

Comparémoslo con otras profesiones. Medicina, ingeniería, conducción, lo que quieran. Y apliquen el método. Por ejemplo, si vender comida adulterada ocasiona problemas, imaginen lo que provoca la información manipulada. Tiene consecuencias. Muchas más que una gastroenteritis. Los datos de la propia APM fueron categóricos:
el 75% de los periodistas dijeron sucumbir a la presión de los jefes, y más del 75% se autocensura, es decir no informa de lo que en conciencia cree debería informar. La audiencia no tiene la culpa.

En absoluto, digo sea el caso de los denunciantes dado que ni sabemos quiénes son, pero el hecho existe y es muy grave. ¿Estamos seguros, en esas condiciones, de que cumplen el servicio público a la sociedad que es nuestra misión? ¿La denuncia de la APM y de todos nosotros no debe ser la de saber y acabar con esa situación? ¿No es esto lo realmente "incompatible con el sistema democrático"? Nuestra vida puede ser muy triste, pero más lo es la de quienes sufren las consecuencias de una información con "verdades alternativas". Es como poner los pies en un pantano cuando te han dicho que la explanada era de cemento.
 
El repartidor de periódicos
Aníbal Malvar

El censor que llevo http://es.wikipedia.org/wiki/Aníbal_Malvar

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Opinión



11 Marzo, 201711 Marzo, 2017
Nos cuenta hoy El Mundo que el diputado Jordi Cumial, PDeCAT, les ha llamado de todo en sede parlamentaria. Fue en la comisión de control de medios del Parlament de este viernes, durante la que Cumial reprochó al director de TV3 que abriera el telediario con una noticia sobre la implicación de Artur Mas en la trama del 3%, información basada precisamente en otra que habría destapado el periódico que fundara el hoy diluido Pedro J.: “¿Por qué no se cita la fuente?”, bramó el diputado convergente. “¿Porque el diario El Mundo tiene querellas por injurias, demandas por mentir y se ha demostrado que es un periódico que publica mentiras?”.

El caso es que el periodismo ha entrado esta semana de lleno en el debate político como un actor de primer orden más, tras la denuncia de la Asociación de Periodistas de Madrid sobre la presunta campaña de amenazas que aseguran haber sufrido diez periodistas anónimos por parte del corazón armado de Podemos, el partido del amor y los ósculos parlamentarios. Pedro G. Cuartango ha tenido la prudencia de no magnificar los insultos de Cumial al diario que dirige, cuando lo propio en estos tiempos hubiera sido comparar la facundia del convergente con la ETA, con el ISIS o con los autores intelectuales del armagedón. Si lo pilla Marhuenda.

“El mayor pecado de la APM estos días ha sido precisamente plantear una lección de periodismo desde la opacidad. Hacer eso en un texto sin pruebas, sin nombres, sin datos, en definitiva, incurre en los peores males del periodismo”, escribe en el mismo periódico Teodoro León Gross con atinada equidistancia. Para perros de presa ya tienen al incombustible pirómano Federico Jiménez Losantos, que con su apocalíptica vocecilla nos advertía este viernes en las mismas páginas: “Si Podemos llega a la Moncloa, no solo nos despedirá cerrando los medios privados. Nos hará un ramoverde, como a Leopoldo López, o nos ahorrará este Valle de Lágrimas”. A Federico le gusta tanto la hipérbole que hasta se habrá tomado en serio la respuesta de Pablo Echenique a su caricatura en la revista Mongolia: “Se creerán graciosos estos perroflautas de Revista Mongolia. Como me los cruce un día, sabrán lo que son 200kg de furia sobre ruedas. Voy a ir al Mongolia habla ese con mi primo chungo de la coleta y a ver si sois tan gallitos”. Pero es este un lenguaje que no entienden los federicos, el lenguaje dulce del humor. Y es comprensible. Si Federico gozara del don de la risa, se tendría que estar riendo todo el tiempo de sí mismo, y eso es muy malo para las mandíbulas.

En su extravagante deriva hacia la frenopatía informativa, El País ha tratado el tema de forma incluso más federiquista que Federico. El País celebra como ninguno el centenario de TBO, que se cumplió estos días, y consigue que lo más creíble y deontológico de sus páginas sea el humor gráfico. Jorge M. Reverte sufre terrores desde el diario de Prisa cada vez que enciende el ordenador para escribir sus columnas: “El uso de las redes sociales, en las que son auténticos especialistas algunos militantes de Podemos, puede convertir la vida de cualquiera en un infierno”. Reverte hace oposiciones para ser guionista del próximo gore de Jaume Balagueró.

Su compañera de periódico Maite Rico, en su artículo El mundo al revés, no le va a la zaga al otro zombie: “Tampoco sorprende que los medios digitales afines a Podemos desplieguen su artillería contra los [periodistas] denunciantes. Ni siquiera sorprende que algún graciosillo oficial se mofe en televisión de algo tan grave”.

Pero no son solo sus columnistas. Los editorialistas de El País se pusieron de zafarrancho intelectual este martes en el texto inequívocamente titulado El acoso de Podemos. Allí nos desvelaban el origen de esa sed de mal que ha llevado a algunos tuiteros podemitas a llamar “tonto” a un periodista: “El problema de fondo es que Podemos, y muy concretamente su líder, considera a los medios de comunicación un poder no electo”. Pues claro. Quizá quien lo redactó es muy consciente de que Juan Luis Cebrián sí fue, y aun es, un poder electo de los herederos del franquismo (ay, que me ha denunciado la APM).


Leyendo El País se queda uno con la impresión de que los campos de España están sembrados de cadáveres de periodistas muertos de un tuit. No sabía que tuviéramos la piel tan blanda. Los periodistas de libelos digitales como Público estamos cotidianamente expuestos a los insultos y vejaciones verbales que desde los comentarios nos disparan nuestros trolls. Nuestros queridos trolls. Yo amo a mis trolls. Detrás de sus espumarajos verbales, a veces encuentro mis propias deficiencias, mis cegueras y mis contradicciones. Gracias, furibundos.


Considerar las redes sociales como armas de destrucción masiva no es tan ridículo como pueda parecer. Tal actitud responde a una muy interesada campaña contra la libertad de expresión. De la que son cómplices esos jueces que se pasan el día en tuenti buscando chistes adolescentes sobre Carrero Blanco para llenar nuestras cárceles de carne fresca. No, Reverte. Un tuit no puede convertir la vida de nadie en un infierno. Y no se puede judicializar. Es como si nuestros togados entraran en los bares de incógnito y se pusieran a procesar a todo el que diga me cago en dios por atentado contra las creencias religiosas del obispo Reig, sacrosanto adalid de la lucha a hostias contra el “imperio gay”. Twitter no es un medio de comunicación. Es un inmenso foro de comentarios de bar en el que la copa te la pones tú. Los periodistas presuntamente “acosados y perseguidos” que se esconden tras la APM no son ni víctimas ni héroes. La primera regla del decálogo del héroe es dar la cara.

Y hablando de decálogos y de twitter. Esta semana Patxi López se ha dirigido a los militantes socialistas para alertar contra las subidas de tono en redes sociales provocada por el inminente Waterloo de las primarias. Se me pone carne de gallina cada vez que escucho a un político español no diciendo una sandez: “Tus palabras representan al partido. Piensa antes de publicar”. No sé si es una frase para la historia, pero sí para la memoria. Y es tratar el asunto de la libertad de expresión en las redes como se merece.

Me despido con una frase que me llamó hondamente la atención. La escuché en la película The big short, que va sobre la estafa de las hipotecas subprime y tal. El director Adam McKay la presenta como escuchada en un bar, el origen orillero de twitter.

La verdad es como la poesía.
Pero todo el mundo odia la put* poesía.
 
Muchos periodistas se creen que tienen el poder de la palabra,que solo a ellos les corresponde la critica.Ese es el error,el tratar a los ciudadanos como a borregos.Los periodistas también están sujetos a la libre opinión de los ciudadanos,a recibir críticas cuando en vez de informar con la ética de la información veraz,la manipulan para agradar al jefe que es el que le da el sueldo y puede ascenderle,mientras un manto de silencio cómplice y vergonzoso lo extienden para que la gente no sepa de corrupciones que nos afectan a todos,entonces montan una orquesta de ruidos distorsionados cada vez que uno, o varios del pepe tienen que ir ante un juez a declarar de malas prácticas de gestión.
Como la que va de graciosilla Cristina Pardo que si nace más creída y tonta no nace.Por que entrenar, entrena un rato largo.Todos los que van de famosillos y enterados están sujetos a la crítica,por que derecho de pernada solo la tiene uno en exclusiva y ya bastante rabia da,para que algunos quieran tirar la piedra y esconder la mano y pidan protección a la madre del cordero.Joer que país de pandereta más cutre tenemos.
 
No te canses, tu comentario cae en saco roto. Ya sabes cómo va: matar toros es un arte, cortar troncos es de paletos de caserío y así ad infinitum. Como se dice en mi tierra, d'on no n'hi ha, no en raja.
Matar toros es una barbaridad y está al mismo nivel que prenderles fuego en los cuernos o arrastrarlos por la calle. Y creo que los catalanes, que han llegado a tener tres plazas de toros en su "capital", deberían estar calladitos al respecto de la bestialidad que es el toreo.
 
Matar toros es una barbaridad y está al mismo nivel que prenderles fuego en los cuernos o arrastrarlos por la calle. Y creo que los catalanes, que han llegado a tener tres plazas de toros en su "capital", deberían estar calladitos al respecto de la bestialidad que es el toreo.
Los catalanes ya prohibimos por ley el toreo hace unos años (como tb hicieron en su momento los canarios). Ahora un tribunal español acaba de anular la prohibición, gracias España por dejarnos volver a matar toros cuando estábamos a punto de cargarnos el correbou para siempre. Gracias, viva Ejpaña.
 
Te equivocas. Yo soy vasca y respeto al resto de los españoles. Así que por lo menos por respeto a mi, y a muchos vascos más, no debieras verter esos comentarios sobre nuestra cultura.
Espero entonces tus comentarios sobre las ofensivas declaraciones de algunos vascos acerca del resto de españoles. Y si vuestra "cultura" son piedras, troncos y un idioma inventado hace 50 años, a lo mejor se merece el cachondeo general. Lo que pasa es que estáis tan acostumbrados al mito del vasco superior y el castellano inferior que cuando os sacan las miserias y las verdades os da rabia.
 
Espero entonces tus comentarios sobre las ofensivas declaraciones de algunos vascos acerca del resto de españoles. Y si vuestra "cultura" son piedras, troncos y un idioma inventado hace 50 años, a lo mejor se merece el cachondeo general. Lo que pasa es que estáis tan acostumbrados al mito del vasco superior y el castellano inferior que cuando os sacan las miserias y las verdades os da rabia.

No veras post míos ofendiendo a ningún español. Te reto a que me los traigas.

En cuanto al idioma tiene más de 50 años.y no es inventado. Nuestra cultura no se reduce solo a piedras y troncos. Debieras informarte mejor y luego comentar, de lo contrario cometerás errores.

En fin no sé porque doy consejos porque los listos no los necesitan, y los tontos no hacen caso de ellos.
 
No veras post míos ofendiendo a ningún español. Te reto a que me los traigas.

En cuanto al idioma tiene más de 50 años.y no es inventado. Nuestra cultura no se reduce solo a piedras y troncos. Debieras informarte mejor y luego comentar, de lo contrario cometerás errores.

En fin no sé porque doy consejos porque los listos no los necesitan, y los tontos no hacen caso de ellos.
El idioma es inventado. Antes de esos 50 años lo que había eran dialectos diferentes que hacían que nadie entendiera a nadie y que el euskera fuera desapareciendo sin ayuda de nadie. De ahí surgió el batua, como puedes ver aquí

https://es.wikipedia.org/wiki/Euskera#El_euskera_bat.C3.BAa

Como verás, esty estupendamente informada.
 
Hablando de consejos.Que tal este?? Dos no discuten si uno no quiere.Creo que hay que dejar que quien quiere provocar ,y discutir que lo haga contra si mismo,sin interlocutor que le escuche.No entrar en provocaciones absurdas.
 
Hablando de consejos.Que tal este?? Dos no discuten si uno no quiere.Creo que hay que dejar que quien quiere provocar ,y discutir que lo haga contra si mismo,sin interlocutor que le escuche.No entrar en provocaciones absurdas.
Suele aplicarse a los que no tienen razón y quieren una salida rápida. También es muy popular entre padres de hijos habidos fuera del matrimonio que no quieren hablar con la madre de la criatura, como Pepe Navarro con Yvonne Reyes.
 

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