Dolores Delgado, de Ministra de Justicia del PSOE a Fiscal General del Estado

Gracias por tu respuesta.

Me acuerdo ahora de aquella frase creo que era del conde de Romanones: "Al amigo se le pone el culo, al enemigo por el culo, y al indiferente se le aplica La legislación vigente".

¡Anda que no ha llovido y nevado desde entonces, pero parece que para ciertas cosas no pasa el tiempo!

Un abogado es un mercenario, trabaja para los intereses de su cliente. Un fiscal vela por la legalidad y el juez, por la verdad (en el proceso penal, la verdad material y en el civil, la formal). Las reglas del juego, la igualdad de armas, la contradicción y el sistema judicial en todos los países civilizados.

En primero civil a mí me contaron la primera regla del abogado: no trabajar para las tres P si quieres llegar a fin de mes: ni putas, ni pobres, ni parientes.

Lo de los pobres, es vocacional; las putas, también, parientes ni de coña (mi experiencia:D:D:D)
 
Alucinante no, Eton. No lo harian gratis, sus contactos. No te parece?

Es mafia: algunos lo harían a cambio de dinero, otros a cambio de favores y otros como favor de cara a que se lo devolvieran en el futuro. Seguro que había de todo. Incluso quienes lo hacían bajo coacción o amenaza de un mal mayor.

Llegados a este punto, ¿quién pone la mano en el fuego por cómo llegó la Lola a ministra?...suponemos que Sánchez la nombró libremente, ¿no?, ¿sí?....Quién me dice a mí que esto no es un intercambio de favores, o un pago....

A Villarejo hay que reconocerle este talento para el submundo: cuando digo que me alucina es porque yo no sabría ni por dónde empezar a pedir los favores y pagarlos como quien paga unos Louboutin. Me daría corte proponerle a alguien eso.

Esta tarde he recordado el caso de aquella familia de una empresa inmobiliaria a quienes estafaron los Albertos, un caso que me llamó mucho la atención en su momento. Esta familia fue por lo legal, venga a contratar abogados, venga a presentar documentación y no hubo manera de hacer justicia, a pesar de que las pruebas eran apabullantes, y los mismos periodistas se asombraban del devenir de los acontecimientos. Qué más da tener la verdad de tu lado si estás a merced del Villarejo de turno o similar.
 
Jueces y fiscales avisan: Delgado ya no puede ser la interlocutora del Gobierno

"Bocazas", "impertinente", "calumniadora" son algunas de las expresiones empleadas por los miembros de la judicatura con los que ha hablado este medio

28/09/2018 BEATRIZ PARERA

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La ministra de Justicia ya no tiene credibilidad. Esa es la conclusión a la que llegan un buen número de jueces y fiscales consultados por El Confidencial tras la publicación de los audios difundidos por 'moncloa.com' en los que Dolores Delgado y el exjuez Baltasar Garzón participan junto a José Villarejo en una comida en el año 2009. Consideran que el contenido de esas conversaciones ha incapacitado a la titular de Justicia para ser la interlocutora del Gobierno frente a la judicatura.

Según aseguran algunos de los consultados, los comentarios efectuados en esas grabaciones evidencian "una incontinencia verbal" y "falta de discreción" que la anulan para una de sus funciones fundamentales en su papel como ministra: actuar como correa de transmisión entre las carreras judicial y fiscal y el Ejecutivo. La comunicación entre los poderes ejecutivo y judicial queda, de este modo, gravemente dañada.

No todo son críticas. Su asociación, la Unión Progresista de Fiscales, ha salido en su defensa mediante un comunicado público en el que destaca su labor en los últimos 25 años y la contrapone a lo que considera una difusión de conversaciones “parciales" que carecen de "garantía alguna de integridad" y constituyen una intromisión en la vida íntima y particular de un ciudadano que "no se puede permitir en un Estado de derecho”.

Un episodio en particular de la serie de conversaciones publicadas ha generado mayor preocupación. Los comentarios de la ministra sobre su estancia en Cartagena de Indias donde pudo ver a jueces y fiscales que no identifica en compañía de menores. "Ha puesto a cualquiera que haya ido a Colombia bajo sospecha", destacan y señalan el plus de gravedad de que se lo contara a policías.

"Poner a parir a los compañeros ante mandos policiales le pesará como una losa siempre", indica una de las personas consultadas. La gran mayoría asegura que estas "confesiones" de la ministra son directamente "mentiras" que profirió para significarse en ese almuerzo. "Bocazas", "impertinente", "calumniadora" son algunas de las expresiones empleadas por los jueces y fiscales con los que ha hablado este medio.

El malestar es generalizado tanto en la Audiencia Nacional —su destino antes de ser nombrada ministra— como en el Supremo. "La mancha se extiende sobre todo el poder judicial", destacan algunos, mientras que otros opinan que todo lo sucedido daña profundamente la imagen de la Justicia tanto en España como a nivel internacional, donde, recuerdan, ella también actúa como interlocutora con ministros de su cartera.
https://www.elconfidencial.com/espa...aviso-delgado-interlocutora-gobierno_1622109/
Me parece que esta mujer, la Lola, es un hembra de..."rompe y rasga".
 
Perdón, a ver si he entendido bien: Villarejo cobro siete millones de euros para evitar la extradición de este sujeto, lo que al parecer consiguió, gracias a sus contactos con Garzon y la entonces fiscal y hoy ministra Delgado. Justo? Y Garzon y Delgado, podemos preguntar si cobraron, y cuanto? O lo hicieron gratis? Gratis et amore? Santo cielo, Pedro Sanchez, pero te das cuenta de a quienes estas sosteniendo?

Por desgracia, creo que Sánchez conoce el percal perfectamente, y no le importa mientras él sea presidente.
 
29/09/2018

LA INTENSA AMISTAD DE LA MINISTRA Y EL EX JUEZ
LA SÓLIDA
AMISTAD DEL EX JUEZ Y LA MINISTRA MÁS ALLÁ DE LO LABORAL
GARZÓN Y MOLINA: UNA RELACIÓN DE 45 AÑOS


Son uña y carne desde hace 25 años, en lo profesional y en lo personal. Una relación que en su entorno se resisten a encasillar. “Nadie les pregunta”, dicen a LOC. Los dos están casados desde hace tiempo
Dolores Delgado y Baltasar Garzón se conocieron hace 25 años. Desde entonces han forjado una estrecha amistad, tanto en lo profesional como en lo personal, nunca ocultada. Ambos están casados desde hace tiempo y tienen hijos.
POR CONSUELO FONT
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SI HAY ALGO QUE NO HA SORPRENDIDO DE la comida de la ministra de Justicia con el comisario Villarejo, que ha desatado esta semana un escándalo sin precedentes, es que en ese encuentro también estuviera Baltasar Garzón, pues es del dominio público que el ex juez y Dolores Delgado son uña y carne y mantienen una gran amistad desde hace muchos años. Una relación que en su entorno se resisten a encasillar. “Se conocieron cuando Lola fue destinada como fiscal a la Audiencia Nacional en 1993 y Baltasar, que ya había alcanzado el estrellato tras la famosa operación Nécora, era titular del juzgado número 5. Trabajaron juntos en múltiples causas relacionadas con el narcotráfico, el crimen organizado o el terrorismo de ETA y se volvieron inseparables. Ahora bien, hasta donde llega su amistad es cosa de ellos, porque nadie les pregunta”, asegura un personaje cercano a la ministra.

Entre otras cosas, porque ambos están casados desde hace muchos años. Garzón desde 1980 con María Rosario Molina, una mujer muy de puertas para adentro, que es la madre de los tres hijos del juez: María, Baltasar y Aurora.

En el caso de la ministra, que asimismo es madre de dos hijos, confirman en su círculo que también sigue casada con Jordi Valls Capell, un hombre cuya identidad apenas ha trascendido hasta ahora, pues es alérgico a salir en los papeles. Este medio se ha puesto en contacto con el gabinete de prensa del Ministerio de Justicia para contrastar datos del matrimonio, pero no ha habido respuesta.

Según ha podido averiguar LOC, Valls Capell es un alto ejecutivo de El Corte Inglés de origen catalán y también un cotizadísimo fotógrafo de paisajes urbanos, tanto que algunos le definen como el Antonio López de la fotografía. De hecho, ha realizado varias exposiciones de su obra, la última en primavera de 2017, que se bautizó como La Mirada Múltiple en el espacio de las artes de El Corte Inglés.

Valls, con el que Dolores Delgado se casó en 1986, es licenciado en Ciencias Aplicadas por el Instituto Tecnológico de Rochester, en Minnesota (EEUU). Cursó también un MBA en el Instituto de Empresa y un máster en Administración de Empresas por la Universidad de Navarra. Posteriormente, inició su carrera de alto ejecutivo convirtiéndose en el único catalán miembro de la cúpula directiva de El Corte Inglés en Madrid en estos últimos años. Hasta 2017 fue el máximo responsable de las tiendas Supercor, pero ese verano, en plena guerra interna por el control de los almacenes, Víctor del Pozo, el CEO nombrado por las hermanas Álvarez junto a Nuño de la Rosa tras despojar a su primo Dimas del poder ejecutivo, quiso poner a un hombre de su confianza en Cataluña. Y decidió enviar a Jordi Valls, quien se incorporó a su cargo en Barcelona en septiembre de 2017, dejando en Madrid a su familia, la ministra Dolores Delgado, que entonces todavía ejercía como fiscal de la Audiencia Nacional, y sus dos hijos.

Según la fuente anteriormente citada, Jordi vive ahora a caballo entre Cataluña y Madrid, pues en los días laborables trabaja en Barcelona y los fines de semana suele venir a estar con su familia en la capital. “Así lo ha estado haciendo todo este año, quizá por ello se rumoreó que Lola y él se habían separado. Pero al menos hasta que ella tomó posesión como ministra el 7 de junio pasado, el matrimonio seguía junto. De hecho, en primavera estuve con Lola en su despacho de la Audiencia y me estuvo hablando de su marido con toda normalidad, incluso tenía colgado allí uno de sus murales que representa la Puerta del Sol de Madrid”.

El hecho de estar casada no ha sido óbice, como tampoco en el caso del juez Garzón, para que mantuviesen a sangre y fuego su inquebrantable amistad, que era del dominio público, pues jamás se han ocultado, y lógicamente ha dado lugar a todo tipo de dimes y diretes en medios de la judicatura.

Dolores nació en Madrid, se licenció en Derecho por la Universidad Autónoma y en 1989 ganó por oposición una plaza de fiscal. Su primer destino fue el Tribunal de Justicia de Cataluña, donde ejerció hasta 1993, y tras un corto paso por la Fiscalía Antidroga, fue destinada a la Audiencia Nacional. Allí se cimentó su relación con Garzón, con el que trabajó codo con codo cuando éste era titular del juzgado número 5 en causas relacionadas con el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo. Guardias juntos, juicios, seminarios y conferencias que fueron forjando una amistad muy estrecha, en la que destaca la admiración sin límites de Dolores por el juez estrella, a quien considera su maestro, y del que ha llegado a decir en una ocasión: “Se ha convertido en un modelo de juez que muchos jóvenes quieren emular”.

MÁS ALLÁ DE LO LABORAL

Tienen una conexión total y comparten una misma vocación por la Judicatura que ha llevado a la ministra a secundar causas de Garzón como su idea de la justicia universal, que le condujo a la detención del dictador chileno Augusto Pinochet o la reforma de la ley de testigos protegidos. También Garzón se muestra partidario de la iniciativa de trasladar los restos de Franco del Valle de los Caídos, pues opina que “es una necesidad urgente, como acto de reparación de las víctimas”.

Pero la relación entre Garzón y Delgado no se ha limitado al ámbito de los juzgados, pues no era extraño encontrarles juntos en restaurantes, por ejemplo el Bazaar, en el barrio de Chueca, frecuentado también por los Reyes Felipe y Letizia, donde en 2014 fueron fotografiados, aunque esas imágenes nunca llegaron a publicarse.

También han asistido juntos a diversas cacerías. Por ejemplo, en 2009 ambos estaban presentes en la que se celebró en la finca jienense de Navaltoro, famosa porque acabó costándole la cartera al entonces ministro socialista de Justicia, Mariano Fernández Bermejo.

Los que conocen bien a Dolores Delgado dicen de ella que es una mujer de fuerte carácter, que no conoce las medias tintas ni las dobleces, por lo que ama con toda su alma, pero también odia con la misma intensidad. Muy polemista, no tiene pelos en la lengua e incluso peca de ser políticamente poco correcta. Un día le preguntaron por qué una mujer joven y atractiva se hace fiscal, a lo que respondió: “Las mujeres somos más cotillas que los hombres, y ser cotilla es bueno para ser fiscal”.

Un apasionamiento que le ha llevado a apoyar incondicionalmente a su amigo también en los momentos más bajos del juez estrella, como cuando fue expulsado de la carrera judicial en 2012 acusado de prevaricación por las escuchas a abogados e imputados en el caso Gürtel. Incluso llegó a denunciar que estaba siendo objeto de una campaña brutal contra su persona.

Son muchos los que auguraban que su amistad con un hombre tan polémico como Baltasar Garzón acabaría trayendo más de un quebradero de cabeza a Dolores Delgado, tal como esta semana finalmente se ha comprobado al conocerse su almuerzo con el comisario José Manuel Villarejo, actualmente en prisión provisional por el caso Tándem. En las cintas difundidas de la citada comida, celebrada en el restaurante madrileño Rianxo en 2009, se desvelan intimidades tales como que la ministra llega a calificar de “mari**n” al actual titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska.


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    “Yayo es la esencia. Es seguir siendo”. Así hablaba hace 18 años el juez Baltasar Garzón de su esposa, Rosario Molina, a la que llaman cariñosamente Yayo, con la que contrajo matrimonio en 1980. Lo hizo para el diario argentino ‘Página 12’, tras la publicación del libro de Pilar Urbano ‘Garzón. El hombre que veía amanecer’ (Plaza & Janés). “Somos como una sola persona. Son muchos años de unión. Si no fuese así, nuestra vida sería muy dura”. Fue la respuesta en las mismas páginas de Molina, 15 meses mayor que su marido, el juez. Natural de Granada, Molina ejerció durante años como profesora de Bioquímica, profesión que abandonó para que Garzón forjara la suya y criar a los tres hijos del matrimonio: María, Baltasar y Aurora. A su consolidado matrimonio de 38 años hay que sumarle los siete años de noviazgo que comenzaron una noche de fin de año cuando ambos se conocieron en Baeza (Jaén), siendo ella estudiante en un colegio de monjas filipinas y él, seminarista. Una vocación que quedó sólo en eso porque no pudo superar el celibato. El arrojo de Molina compensó la timidez de Garzón, quien temía recibir un no por respuesta, prendado como estaba de la joven a la que veía como “una mujer, no a una cría. Era resuelta, determinada, con personalidad, con temple. Sabía lo que quería, no era voluble, no cambiaba de un día para otro. Yo ya la quería y necesitaba que ella me lo dijera”. Siete años de relación a distancia (él se marchó a Granada y ella, a Sevilla) que se sostenía en los veranos de encuentros y en las escapadas que Garzón podía permitirse gracias a sus trabajos temporales como albañil, mozo... “Sabiendo que Yayo me quería lo veía todo fácil. Así pude seguir mi carrera. Porque sabía que en poco tiempo la iba a ver a ella y ella era lo que me movía a hacer todo”, le confesó el magistrado a Pilar Urbano.

    AZUCENA S. MANCEBO

Lo flipo: Garzón ha sido seminarista y Pilar Urbano le ha hecho hagiografía...qué cosas. Sólo falta que quisiera ser jesuita.

El perfil del marido de la Lola (artista y tendero), explica bastante por qué soporta esta situación: vive en su propio mundo y prefiere no ser molestado.
 
Llegados a este punto, ¿quién pone la mano en el fuego por cómo llegó la Lola a ministra?...suponemos que Sánchez la nombró libremente, ¿no?, ¿sí?....Quién me dice a mí que esto no es un intercambio de favores, o un pago....

Cacho ha publicado que a Sánchez le hicieron el gobierno y que a la mayoría de los agraciados con un ministerio no los conocía.
Y efectivamente, eso es lo que se chafardea por ahí. Luis del Pino se atrevió a decir en Twitter que la Operación Moción de Censura y el Ejecutivo que salió de ella habían sido muñidos en una cloaca... Y de cloacas Del Pino sabe bastante. La cuestión es: ¿qué cloaca?

El mismo Cacho ha escrito que Garzón "se pidió" el Ministerio de Justicia. Como está inhabilitado tenía que ocuparlo por persona interpuesta. Y colocó allí a la Lola, su amiga entrañable. Pero el que debía mangonear en la sombra es Balta. ¿Cuál es la cloaca por la que nada Balta? ¿Y por qué había que darle a El Mago el control del Ministerio de Justicia? ¿Qué favor se le debe? ¿Qué se quería que pilotara? Y otra más: ¿Tiene visos de ser cierta la guerra de mandiles, cada bando con su cloaca, allá en las cañerías del Deep Power, de la que hasta Losantos habló hoy?

Otra reflexión. ¿Alguien cree, de verdad, que la grabación que tiene Moncloa.com es una filtración directa de Villarejo para chantajear a la Lola y conseguir una salida a su situación penal? Villarejo es un indeseable, pero no un idiota. Nadie chantajea con un material que al primero que incrimina es a sí mismo, porque el interesado aparece en él confesando la comisión de graves delitos que complican aún más su situación. Pretender venderle esta moto a los ciudadanos es demostrar que tienes muy poco respeto por ellos y que los crees tontos de baba, incapaces de sumar dos y dos y razonar.
 
Los nombres de la camarilla de jueces y fiscales que viajaba gratis a Cartagena de Indias
Ana Isabel Martín 28 de septiembre de 2018

Entre 2008 y 2009 se celebraron allí una veintena de seminarios y talleres a los que iban en peregrinación miembros de la Judicatura española, casi siempre los mismos. Uno de ellos lo cuenta

Por aquellos años, en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, algunos miembros de la Judicatura pasaban semanas enteras en Latinoamérica a gastos pagados con la excusa de participar en cursos y seminarios organizados por el Ministerio de Justicia, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o la Fiscalía General del Estado.


Una práctica que, en realidad, sigue vigente a través de convenios de estos organismos con la AECID.

Estos seminarios y cursos se celebran siempre en los cuatro centros de formación que la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) tiene allí: en Cartagena de Indias (Colombia), La Antigua (Guatemala), Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Montevideo (Uruguay).

Pero el más solicitado era entonces y es el de Cartagena, por su enclave idílico: en el antiguo Claustro de Santo Domingo, en pleno centro de una ciudad con unos atardeceres conocidos en toda Colombia y una temperatura media anual de 29 grados. "El lugar es espectacular", señalan fuentes de la cooperación internacional española a ESdiario.

cartagena.jpg


Por aquellos años, 2008 y 2009, se celebraron a una docena de seminarios, cursos y talleres al año relacionados con la administración de justicia en el centro de formación de Cartagena, a una media de uno al mes. Y siempre, curiosamente, de lunes a viernes, para alargar la estancia lo más posible. Aunque a veces acababan los jueves.

Uno de los asistentes relata a ESdiario la dinámica: salían de Madrid el viernes previo, llegaban allí el sábado y tenían el domingo libre. De lunes a viernes, normalmente el horario de las clases y ponencias era de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Después, tiempo de asueto. Y el que quería podía quedarse el fin de semana siguiente, aunque esas noches de hotel extra se las pagaba de su bolsillo.

El viaje, el alojamiento y los gastos de manutención para los ponentes corrían a cuenta del organismo organizador, bien el Ministerio, la Fiscalía o el CGPJ. Y los puestos, un auténtico caramelo, se acababan repartiendo "entre unos cuantos", confiesa la misma fuente a este periódico.

Entre los nombres de los jueces, fiscales y miembros del CGPJ asistentes se repiten con frecuencia estos, según ha podido comprobar este diario: el propio Baltasar Garzón, entonces juez en ejercicio en la Audiencia Nacional; el juez Javier Gómez Bermúdez, que presidió la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional; la fiscal Gabriela Bravo, actual consejera de Justicia de la Comunidad Valenciana; Cándido Conde Pumpido, por entonces Fiscal General del Estado; el que fuera fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, y su mujer, Elvira Tejada de la Fuente, también fiscal; y Pascual Sala, expresidente del CGPJ, del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional.

En los seminarios y cursos que organizaba el CGPJ por aquel entonces, mediante un convenio con la AECID, los que decidían los agraciados que viajan eran Félix Azón, hoy director general de la Guardia Civil, y Miguel Collado, encargados de la comisión de la Escuela Judicial del CGPJ. Azón barría para los vocales de la izquierda, Collado para los de la derecha.

Aquí están algunos de los seminarios y cursos que tuvieron lugar en Cartagena entre 2008 y 2009: La Justicia Penal Internacional: la persecución del delito; Atención a víctimas del terrorismo y otros delitos violentos; La víctima ante el proceso penal: tratamiento integral, jurídico y asistencial; y Derechos de los ciudadanos en su relación con la administración de justicia como servicio de calidad.


* Nota: Desde el departamento de prensa de Gabriela Bravo matizan que los seminarios a los que ella asistió en Cartagena fueron en los años 2011 y 2012, no antes, y en su calidad de portavoz del CGPJ. Javier Zaragoza también quiere aclarar que no fue a ningún seminario en la ciudad colombiana en 2008 ni 2009, sino después.

https://www.esdiario.com/774191107/...ntificador=774191107&origin=newsletter&tipo=3
 
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Los nombres de la camarilla de jueces y fiscales que viajaba gratis a Cartagena de Indias
Ana Isabel Martín 28 de septiembre de 2018

Entre 2008 y 2009 se celebraron allí una veintena de seminarios y talleres a los que iban en peregrinación miembros de la Judicatura española, casi siempre los mismos. Uno de ellos lo cuenta

Por aquellos años, en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, algunos miembros de la Judicatura pasaban semanas enteras en Latinoamérica a gastos pagados con la excusa de participar en cursos y seminarios organizados por el Ministerio de Justicia, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o la Fiscalía General del Estado.


Una práctica que, en realidad, sigue vigente a través de convenios de estos organismos con la AECID.

Estos seminarios y cursos se celebran siempre en los cuatro centros de formación que la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) tiene allí: en Cartagena de Indias (Colombia), La Antigua (Guatemala), Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Montevideo (Uruguay).

Pero el más solicitado era entonces y es el de Cartagena, por su enclave idílico: en el antiguo Claustro de Santo Domingo, en pleno centro de una ciudad con unos atardeceres conocidos en toda Colombia y una temperatura media anual de 29 grados. "El lugar es espectacular", señalan fuentes de la cooperación internacional española a ESdiario.

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Por aquellos años, 2008 y 2009, se celebraron a una docena de seminarios, cursos y talleres al año relacionados con la administración de justicia en el centro de formación de Cartagena, a una media de uno al mes. Y siempre, curiosamente, de lunes a viernes, para alargar la estancia lo más posible. Aunque a veces acababan los jueves.

Uno de los asistentes relata a ESdiario la dinámica: salían de Madrid el viernes previo, llegaban allí el sábado y tenían el domingo libre. De lunes a viernes, normalmente el horario de las clases y ponencias era de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Después, tiempo de asueto. Y el que quería podía quedarse el fin de semana siguiente, aunque esas noches de hotel extra se las pagaba de su bolsillo.

El viaje, el alojamiento y los gastos de manutención para los ponentes corrían a cuenta del organismo organizador, bien el Ministerio, la Fiscalía o el CGPJ. Y los puestos, un auténtico caramelo, se acababan repartiendo "entre unos cuantos", confiesa la misma fuente a este periódico.

Entre los nombres de los jueces, fiscales y miembros del CGPJ asistentes se repiten con frecuencia estos, según ha podido comprobar este diario: el propio Baltasar Garzón, entonces juez en ejercicio en la Audiencia Nacional; el juez Javier Gómez Bermúdez, que presidió la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional; la fiscal Gabriela Bravo, actual consejera de Justicia de la Comunidad Valenciana; Cándido Conde Pumpido, por entonces Fiscal General del Estado; el que fuera fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, y su mujer, Elvira Tejada de la Fuente, también fiscal; y Pascual Sala, expresidente del CGPJ, del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional.

En los seminarios y cursos que organizaba el CGPJ por aquel entonces, mediante un convenio con la AECID, los que decidían los agraciados que viajan eran Félix Azón, hoy director general de la Guardia Civil, y Miguel Collado, encargados de la comisión de la Escuela Judicial del CGPJ. Azón barría para los vocales de la izquierda, Collado para los de la derecha.

Aquí están algunos de los seminarios y cursos que tuvieron lugar en Cartagena entre 2008 y 2009: La Justicia Penal Internacional: la persecución del delito; Atención a víctimas del terrorismo y otros delitos violentos; La víctima ante el proceso penal: tratamiento integral, jurídico y asistencial; y Derechos de los ciudadanos en su relación con la administración de justicia como servicio de calidad.


* Nota: Desde el departamento de prensa de Gabriela Bravo matizan que los seminarios a los que ella asistió en Cartagena fueron en los años 2011 y 2012, no antes, y en su calidad de portavoz del CGPJ. Javier Zaragoza también quiere aclarar que no fue a ningún seminario en la ciudad colombiana en 2008 ni 2009, sino después.

https://www.esdiario.com/774191107/...ntificador=774191107&origin=newsletter&tipo=3

Vaya un ramillete. Los sociatas con toga.
Aparte de sus trapicheos con menores, o no, el abuso de dineros públicos es notorio.
Lo llevan en el ADN desde su fundador para abajo. :cat:
 
Lola es la marioneta de Balta, la persona puesta para hacer lo que Balta no puede hacer porque está inhabilitado (Balta ya quiso ser ministro con Felipón).
Me da igual que estén enrollados o no. Lola no puede tener ningún cargo público, ni en la política ni en el sistema judicial.
 
Los nombres de la camarilla de jueces y fiscales que viajaba gratis a Cartagena de Indias
Ana Isabel Martín 28 de septiembre de 2018

Entre 2008 y 2009 se celebraron allí una veintena de seminarios y talleres a los que iban en peregrinación miembros de la Judicatura española, casi siempre los mismos. Uno de ellos lo cuenta

Por aquellos años, en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, algunos miembros de la Judicatura pasaban semanas enteras en Latinoamérica a gastos pagados con la excusa de participar en cursos y seminarios organizados por el Ministerio de Justicia, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o la Fiscalía General del Estado.


Una práctica que, en realidad, sigue vigente a través de convenios de estos organismos con la AECID.

Estos seminarios y cursos se celebran siempre en los cuatro centros de formación que la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) tiene allí: en Cartagena de Indias (Colombia), La Antigua (Guatemala), Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Montevideo (Uruguay).

Pero el más solicitado era entonces y es el de Cartagena, por su enclave idílico: en el antiguo Claustro de Santo Domingo, en pleno centro de una ciudad con unos atardeceres conocidos en toda Colombia y una temperatura media anual de 29 grados. "El lugar es espectacular", señalan fuentes de la cooperación internacional española a ESdiario.

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Por aquellos años, 2008 y 2009, se celebraron a una docena de seminarios, cursos y talleres al año relacionados con la administración de justicia en el centro de formación de Cartagena, a una media de uno al mes. Y siempre, curiosamente, de lunes a viernes, para alargar la estancia lo más posible. Aunque a veces acababan los jueves.

Uno de los asistentes relata a ESdiario la dinámica: salían de Madrid el viernes previo, llegaban allí el sábado y tenían el domingo libre. De lunes a viernes, normalmente el horario de las clases y ponencias era de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Después, tiempo de asueto. Y el que quería podía quedarse el fin de semana siguiente, aunque esas noches de hotel extra se las pagaba de su bolsillo.

El viaje, el alojamiento y los gastos de manutención para los ponentes corrían a cuenta del organismo organizador, bien el Ministerio, la Fiscalía o el CGPJ. Y los puestos, un auténtico caramelo, se acababan repartiendo "entre unos cuantos", confiesa la misma fuente a este periódico.

Entre los nombres de los jueces, fiscales y miembros del CGPJ asistentes se repiten con frecuencia estos, según ha podido comprobar este diario: el propio Baltasar Garzón, entonces juez en ejercicio en la Audiencia Nacional; el juez Javier Gómez Bermúdez, que presidió la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional; la fiscal Gabriela Bravo, actual consejera de Justicia de la Comunidad Valenciana; Cándido Conde Pumpido, por entonces Fiscal General del Estado; el que fuera fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, y su mujer, Elvira Tejada de la Fuente, también fiscal; y Pascual Sala, expresidente del CGPJ, del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional.

En los seminarios y cursos que organizaba el CGPJ por aquel entonces, mediante un convenio con la AECID, los que decidían los agraciados que viajan eran Félix Azón, hoy director general de la Guardia Civil, y Miguel Collado, encargados de la comisión de la Escuela Judicial del CGPJ. Azón barría para los vocales de la izquierda, Collado para los de la derecha.

Aquí están algunos de los seminarios y cursos que tuvieron lugar en Cartagena entre 2008 y 2009: La Justicia Penal Internacional: la persecución del delito; Atención a víctimas del terrorismo y otros delitos violentos; La víctima ante el proceso penal: tratamiento integral, jurídico y asistencial; y Derechos de los ciudadanos en su relación con la administración de justicia como servicio de calidad.


* Nota: Desde el departamento de prensa de Gabriela Bravo matizan que los seminarios a los que ella asistió en Cartagena fueron en los años 2011 y 2012, no antes, y en su calidad de portavoz del CGPJ. Javier Zaragoza también quiere aclarar que no fue a ningún seminario en la ciudad colombiana en 2008 ni 2009, sino después.

https://www.esdiario.com/774191107/...ntificador=774191107&origin=newsletter&tipo=3

Si no recuerdo mal, Conde Pompido anduvo por la Venezuela de Chavez/Maduro haciendo negocietes con otros cuantos ex ministros sociatas, incluido Zapatero.
 
PE-RIO-DIS-MO
29 de septiembre de 2018
Por
Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña
-

El comisario Villarejo en su entrevista con Jordi Évole en La Sexta.

Es un hecho excepcional, es un caso de excepción, que dos policías se presenten en un medio de comunicación, placa en mano. Es como para pensárselo, como comprenderán. Es una imagen que no se ve en España a menudo, más propia de otras latitudes. Desde que MONCLOA.COM publicó en exclusiva los audios que confirmaban la amistad cercana entre la ministra Dolores Delgado y el comisario José Villarejo, el ‘pressing’ no ha hecho más que aumentar casi de manera dramática. Antes de esta sobreactuación, este diario había puesto a disposición de la Fiscalía Anticorrupción esos mismos audios que ahora nos pide y entregamos al juez De Egea.

El ‘pressing’ de la cadena mediática con la que está respondiendo el Gobierno a las revelaciones periodísticas obliga a tener que aportar la carga de la prueba a quien es inocente, solo culpable de informar a la sociedad de un hecho relevante: una ministra mintió sobre un hecho importante (su amistad con un policía corrupto) y su comportamiento dista de ser ejemplar para estar en el Gobierno de España. Hasta para ser fiscal, su puesto de trabajo, después de que comprobemos cómo le explican la organización de una red de prostit*ción y luego se queda a las copas con el proxeneta, el tal Villarejo.

El tal Villarejo. Las insidias y calumnias de la Cadena SER –a la que este medio va a demandar– hacen que uno tenga que aportar la carga de la prueba, cuando lo legítimo sería lo contrario. Por lo tanto, que quede claro. No conozco de nada al comisario Villarejo, ni a su mujer, ni a sus socios, ni siquiera a los policías de su pandilla. A diferencia de la ministra y el inhabilitado juez Garzón, por cierto, amigos de francachelas.

No soy, ni he sido socio en mi vida, por tanto, no ya de él, sino de nadie de su entorno. En contra de lo que insinúa insidiosamente algún medio de comunicación.

El martes llegaron los primeros indicios de que el aparato represor del Estado, las cloacas actuales, no se iban a quedar quietas. Una llamada del diario El País nos desvelaba que, lejos de investigar la relación de la ministra y Garzón con una trama corrupta, los directivos de este diario habían puesto a sus redactores a investigar a MONCLOA.COM. Comenzaba el ‘pressing’. Ese mismo día la ministra había aporreado la mesa del desayuno del Club Siglo XXI, diciendo, con todo el peso de ser la titular del departamento de Justicia y jefa de los fiscales: “Iremos al fondo”.

El segundo aviso llegó el miércoles, cuando un desencajado Baltasar Garzón decía que cómo se le hacía esto a una mujer que se ha jugado la vida por este país, y casi entre sollozos pedía que “20 policías” se pusieran a investigar el asunto. Lo decía en la Cadena SER, donde suele tener micrófonos a su disposición.

La misma Cadena SER que fue tan poco generosa con este diario recién nacido y aún tan pequeño. Desde el primer día fue casi el único medio que no recogió la exclusiva de MONCLOA.COM, salvo para desacreditarnos e insultarnos llamándonos “pseudomedio”.

El ‘pressing’ empezaba a hacer una presa sobre mi cuello el jueves, cuando inopinadamente y sin ningún tipo de contraste, la SER aseguraba que MONCLOA.COM era “un instrumento al servicio de Villarejo”. Una información sin firma, en contra de la normal habitual de aquella casa, plagada de grandes profesionales.

En la misma se aprovechaba que el Pisuerga pasó por Valladolid hace años. Osea, me explico: un servidor montó una discoteca, cuando era un veinteañero, en un barrio de Madrid. Un señor de casi 60 años nos puso el local a los amigos, que casi jugábamos a empresarios montando nuestra primera empresa, a la que nosotros, a falta de dinero, aportábamos nuestro trabajo. Que se fue al garete un año después. Hablamos del remoto año de 1998. Perdí de vista por completo a Codías. No supe más de él, porque cada uno teníamos nuestra vida, el de un señor de 60, yo veintipocos.

Este pecado de juventud lo pago ahora. Los sagaces observadores del Registro Mercantil descubrieron que ese señor tan mayor para nosotros, Antonio Codías, compró un párking años después. Y que pasado el tiempo, 14 años, lo vendió a la señora de Villarejo. Con estos mimbres se arma que tengo “vinculación societaria” con Villarejo.

La SER usó toda su potencia, que es mucha, y los altavoces coordinados del PSOE para difundir tamaña calumnia. Los directivos de la SER fueron informados de la falsedad de vincular a este periódico con Villarejo, y no rectificaron una coma. Ni dieron un solo segundo de voz en sus 24 horas de programación a MONCLOA.COM. Aunque solo fuera por contrastar. Habrá que verse en los tribunales.

A media tarde una reportera de la SER llamó otra vez. Descubrimos que estaban investigando y buscando antecedentes penales (alguien ha mirado el ordenador de la Policía, qué sorpresa) ¡de nuestro casero! Que el hombre, de Villarejo, solo debe saber por los telediarios.

El resto es noticia de este viernes. La SER, casualidades de esta vida, adelanta de nuevo que la Audiencia Nacional nos va a investigar, con el estrambote final de los policías, los hombres con cara de circunstancias, en una redacción. Una redactora significada de la SER llega a pedir “el cierre” de nuestro medio en una tertulia de televisión. Así, a lo crudo.

Ya se ha construido un relato en el que incluso se dice que la plantilla la ha contratado la señora de Villarejo, a la que tampoco tengo el gusto de conocer, la verdad. El relato va acompañado convenientemente de unas medidas de la Audiencia Nacional, por si faltaba algo.

El objetivo es amedrentarnos. A nosotros y, ojo, al resto de la prensa rebelde. La que está dispuesta a sacar los colores a una ministra reprobada y reprobable. La que buscará fuentes, aunque sea en el infierno, para lograr una buena información. La incómoda prensa. Ésa prensa libre cuya libertad promete cercenar la vicepresidenta Carmen Calvo.

De momento, el objetivo, que es que no se hable de las mentiras reiteradas de la ministra, está medio conseguido. Un bien al ideólogo de la estrategia. Lo que pasa es que intentar para ello arrasar un medio y cercenar la libertad de expresión no hace más que debilitar la Democracia.

Se empieza por llamar a las informaciones “el pulso al Estado” (¿la ministra es el Estado?, hasta llegó a decir que compartía el problema con el Rey), se sigue por amenazar con echar a 20 policías encima, se sigue con una mentira repetida mil veces en los boletines y se acaba con la Policía en una redacción, ante el estupor de los periodistas.

Pues lo siento. Villarejo no está aquí. Ni él (en prisión), ni su señora, ni su abogado, ni la madre de su abogado, ni un sobrino, ni un primo lejano.

Estos audios se han dado porque son obviamente de interés general. Por eso han abierto las primeras páginas y los informativos de todos los medios no afectos al Grupo Prisa, y por eso llevamos una semana sin para de hablar de ellos.

MONCLOA.COM no es un chiringuito de Villarejo. Lo encabezan dos periodistas veteranos, Joaquín Vidal y Antonio Rodríguez, procedentes ambos del Grupo Zeta.

Sobre nuestra fuente… Solo les diré que está observando, divertida, el despiste general.

Y no, no es Villarejo ni su mujer, ni su hijo, ni su madre, ni su tía.

https://www.moncloa.com/pe-rio-dis-mo/
 
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