LA MAFIA Y SUS CLANES

Avianca 203: lo que no te contaron de los 110 muertos (y sus asesinos) del peor atentado de Pablo Escobar

Hoy se cumplen 30 años de la bomba que mató a los 101 pasajeros y seis tripulantes del avión y otras tres personas en tierra, en el que todavía hoy es considerado el atentado con más víctimas de la historia del narcotráfico



Pablo Escobar, en los años 80
Pablo Escobar, durante su juicio de 1991

Pablo Escobar, en los años 80 Pablo Escobar, durante su juicio de 1991





MADRID Actualizado:27/11/2019

«Más de cien muertos al estallar en vuelo un avión colombiano», decía el titular de ABC. Este diario dio aquella primera noticia junto a las imágenes de los restos del fuselaje absolutamente destrozado. En páginas interiores se apuntaba ya a la teoría que solo unos pocos se han atrevido a poner en duda en los 30 años que se cumplen hoy de aquella tragedia: «El cartel de Medellín se responsabilizó ayer del atentado que costó la vida a las 107 personas que viajaban en el Boeing-727 de Avianca y que estalló en el aire tan solo cinco minutos después de haber despegado del aeropuerto de Bogotá».


En los párrafos siguientes se daban más detalles en la misma dirección : «El comunicado anónimo señaló que en el avión viajaban cinco “sapos”, apodo con el que se conoce habitualmente a las personas que delatan a otras. Oficiales del Servicio de Inteligencia colombiano declararon a ABC que si se comprueba la autenticidad de las llamadas telefónicas, la acción terrorista sería una respuesta del cartel a la operación que hace tres días fue desplegada en una zona selvática, para acorralar a los dos máximos responsables del narcotráfico internacional: Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, que lograron escapar hacia la selva».

No parecía haber duda de que el mayor narco de la historia –el mismo sobre el que se han rodado infinidad de series y películas y sobre el que se han escrito miles de libros desde su muerte en 1993– estaba detrás del atentado con más muertos de la historia del narcotráfico. No sobrevivió ninguno de los 101 pasajeros ni los seis tripulantes, como tampoco otras tres personas en tierra que murieron como consecuencia de los escombros y que no fueron contabilizadas al principio.

La primeras pruebas

El atentado parecía un episodio más –aunque el más sanguinario– de la guerra frontal que el cartel de Medellín y el grupo de los conocidos como «Extraditables», con Escobar a la cabeza, mantenía contra el Gobierno colombiano. A comienzos del verano de 1989, un coche bomba con 100 kilos de dinamita había matado al gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancur. El 18 de agosto, habían asesinado al coronel de la Policía, Valdemar Franklin Quintero, y esa misma noche, al candidato presidencial Luis Carlos Galán, que había denunciado públicamente los crímenes de Escobar y que tenía la extradición de los narcos a Estados Unidos como principal reclamo de la campaña que estaba teniendo lugar en esos momentos. Dos meses antes de la explosión del avión de Avianca, 60 kilos de dinamita también habían destruido la sede del periódico «El Espectador» en la capital, cuyo director, Guillermo Cano, había sido asesinado dos años antes.

Aunque parecía que no podía ponerse en duda que el monstruo de todos esos episodios previos estaba detrás, algunas evidencias se han puesto en duda en investigaciones posteriores. Por ejemplo, la verdadera identidad de los brazos ejecutores del atentado o de las mismas víctimas. El mismo Escobar, un criminal reconocido que nunca tuvo miedo de reconocer los miles de asesinatos que había cometido u ordenado a lo largo de su vida, jamás admitió su autoría. Cien cadáveres más en su currículo no cambiaban su historia, pero en el juicio de junio de 1991, insistió en que él no tuvo nada que ver. Declaró que él mismo se llevó una gran sorpresa cuando leyó en los diarios que él era el principal sospechoso de la explosión del avión de Avianca.

Sin embargo, todo apuntaba a él. Una prueba es que en el avión viajaba un importante asesor del ministerio de Justicia colombiano, Gerardo Arellano, principal responsable de estas extradiciones. Recordemos el lema de los narcotraficantes al respecto: «Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos». Otra es que se suponía que el mismo candidato presidencial, y a la postre ganador, César Gaviria, debía ir en el mismo vuelo, aunque a última hora cambiara de opinión alertado por su seguridad. Y ABC subrayaba al día siguiente: «En el último informe de la torre de control, el piloto aseguró que la situación a bordo era absolutamente normal, motivo que impulsó a los investigadores a manifestarse desde el primer momento por el atentado».

«El avión voló en pedazos»
Un vigilante de una empresa cercana al lugar de la explosión contó a los periodistas lo que había presenciado: «Vi que el avión botaba un chorro de humo y al momento se produjo una explosión. Fue como si hubiera sido una bomba. Se partió. O mejor dicho, voló en pedazos». Una versión muy parecida a la de otros testigos, que coincidieron en que el avión comenzó a descender dejando atrás una estela de humo antes de sufrir una segunda explosión que lo partió en varios trozos. Los restos del aparato y los cuerpos de las víctimas quedaron esparcidos en un radio de cinco kilómetros sobre el cerro Canoas, en el municipio de Soacha, al suroccidente de Bogotá.

Ahí surgió una de la primeras preguntas que ponían en duda la tesis oficial y que defendió hace tres años precisamente « El espectador»: la identidad de las víctimas. Para ponernos en antecedentes, hay que tener en cuenta que dos días después de la explosión llegaron al lugar de la tragedia investigadores de la National Transportation Safety Board, de la Federal Aviation Administration y del FBI, así como observadores de la compañía Boeing, fabricantes del aparato, y de la compañía Pratt and Whitney, constructores de los motores. Una semana después, el director de la Aeronáutica Civil, Yesid Castaño González, aseguró ya que se trataba de una bomba portada por un miembro del cartel que había sido engañado: Alberto Prieto. Un «suizo», como le llamaban en el argot del narcotráfico, cuya misión consistía grabar la conversación de los «sapos» que viajaban delante de su asiento. Lo que no sabía Prieto es que lo que activó no era una grabadora, sino la bomba.

Pero, ¿si la bomba fue puesta en el avión por un suicida engañado por el Cartel de Medellín, por qué nunca apareció su cadáver? En una investigación sobre accidentes aéreos, la identificación de las víctimas siempre es prioridad. En el caso del vuelo 203 de Avianca, sin embargo, nadie tiene clara la lista de fallecidos tres décadas después. No solo el del autor oficial del atentado, cuyo cuerpo nunca se llegó a identificar, también el de otros pasajeros. Hace tres años, la esposa de Jaime Alejandro Vanegas, un exitoso empresario de Bogotá que murió en el avión, reveló un secreto que había guardado desde entonces: el Instituto de Medicina Legal sepultó dos veces a su marido por equivocación. Uno era el verdadero, mientras que el otro cadáver nadie lo reclamó fue una equivocación y, supuestamente, nadie lo reclamó.

La confesión de Arete
De ninguno de estas cuestiones han hablado los periódicos, los libros, las series y las películas que se han hecho sobre esta tragedia ni sobre Pablo Escobar en estos 30 años. Como dijo el director de la Aeronáutica Civil: «Pensaba que este tipo de actos solo ocurrían en algunos países en donde existen fuertes odios por cuestiones religiosas o étnicas, y no en naciones latinoamericanas en donde el gran problema radica en los desajustes sociales y económicos». Pero parece que así fue. En primer lugar, porque Dandenis Muñoz Mosquera, alias la Quica, fue condenado a diez cadenas perpetuas por fraguar el plan en un juicio celebrado en Estados Unidos, a pesar de que él siempre negó su participación en ese atentado.

En 1994, Carlos Mario Alzate Urquijo, alias Arete, lugarteniente de Escobar, se entregó a la Policía colombiana y asumió toda la responsabilidad de los hechos. Eso exculparía a la Quica, que llevaba ya cinco años encarcelado en Norteamérica, lo que provocó la primera polémica pública sobre la versión oficial. El entonces fiscal Gustavo de Greiff envió una carta al juez estadounidense desde Bogotá, para comunicarle que se había equivocado a juzgar por la confesión de Arete. «No tenemos ninguna evidencia que vincule al señor Muñoz Mosquera, alias “Quica”, a ese atentado. Tan pronto como podamos suministrarle la evidencia que tenemos sobre este asunto, procederemos a hacerlo. Consideré que era necesario informarlo de la situación anteriormente mencionada con el fin de evitar que se cometa una posible injusticia en el caso bajo su consideración», escribía.

Antes esta noticia, la Quica hizo el siguiente comentario durante una entrevista, desde prisión, a La W Radio: «Es algo muy ilógico. En el país donde sucedieron los hechos y que hizo la investigación, nunca me acusaron. Y en un país ajeno a los hechos, con puras mentiras y testigos falsos, me condenaron por ello». Y luego añadió: «Cuando me arrestaron no tenían una sola acusación contra mí. Me dijeron que si no ayudaba a ubicar a Pablo Escobar me iban a condenar por otros delitos muy graves, que merecían la pena de muerte o la cadena perpetua. Buscaron testigos falsos, gente que yo nunca había visto en mi vida. La grabación fue editada por la DEA y el FBI para inculparme. Yo me vine para Nueva York porque me iban a matar en Colombia, y no para atentar contra nadie».

Popeye, el sicario de Pablo Escobar
Las autoridades norteamericanas desconfiaron de la versión de Arete, sobre todo porque el Gobierno colombiano les negó la posibilidad de entrevistarle directamente. Además, pensaron que este mentía porque durante los interrogatorios aseguró que la bomba del avión de Avianca contenía cinco kilogramos de dinamita, pero el informe del FBI mencionaba otro explosivo: Semtex.

El sicario más mediático de Pablo Escobar, John Jairo Velasquez, alias Popeye, declaró en un documental que, efectivamente, el encargado de montar la bomba fue Arete. Este se la entregó después a Eugenio León García, alias el «Taxista», colaborador del Cartel de Medellín, que contrató a su vez a Darío Uzma, otro sicario que se comprometió a ejecutar el plan por un millón de dólares. Este fue quien compró los billetes a nombre de Julio Santodomingo y quien engañó a Prieto, que no dejaba de ser un menor de edad, para que los llevara consigo dentro del Boeing.

Según Popeye, por lo tanto, la Quica no participó en ningún momento en este plan, a pesar de que continúa en la cárcel por ello. Una versión que podría verse reforzada por el hecho de que hasta un ex-agente del FBI, Frederick Whitehurst, desenmascaró a uno de los testigos que participó en el juicio del condenado a diez cadenas perpetuas en Estados Unidos.

Las dudas de «El Espectador»
«El Espectador» publicó un amplio reportaje en el que cuestionaba otras conclusiones de la investigación oficial del atentado, sugiriendo incluso que la explosión había sido producto de un fallo mecánico y no de una bomba. Este diario rescataba entre sus argumentos «el escándalo del laboratorio del FBI» que estalló en 1995. A raíz de este, un grupo de expertos en criminalística fueron comisionados para esclarecer la verdad de, entre otros muchos casos, el de la investigación del accidente del avión de Avianca en Colombia.

Después de cientos de entrevistas y de revisar más de 60 mil documentos, los expertos presentaron sus conclusiones en 1997, en un informe de 517 páginas que decía cosas como: «Creemos que [el agente Richard Hahn que investigó el caso del avión de Avianca] cometió varios errores: testificó equivocadamente en el primer juicio al decir que la dinamita no podía provocar la corrosión y la craterización en el avión; dio opiniones científicas relacionando la corrosión y la craterización con la velocidad de detonación que no tienen sentido y no se justifican por su experiencia; antes del segundo juicio no investigó sobre la validez de sus teorías aun cuando la literatura que adjuntó Fred Whitehurst en su memorando estaba en conflicto con su teoría; dio un testimonio incompleto en relación con los resultados de la Unidad de Materiales; testificó de forma equivocada y por fuera de su área de conocimiento en relación con las explosiones aire-gasolina, y sobreestimó ligeramente su experiencia».

Todas las pruebas que aportaba este diario fueron muy criticadas no solo por la aerolínea, sino por los mismos familiares de la víctimas, quienes dijeron que solo era una campaña del periódico para vender más ejemplares. Una de ellas, Clara Campuzano, madre de Emilio José Díaz, uno de los pasajeros del fatídico vuelo de Avianca reconocía a EFE el año pasado: «Todavía me duele su ausencia y la forma en la que murió».

 
Ocho funcionarios son detenidos por fuga de operador financiero del Chapo




EFE - México
30/01/2020

Ocho funcionarios de seguridad del Reclusorio Sur fueron detenidos por su presunta relación con la fuga este miércoles del exoperador financiero de los hijos de Joaquín "el Chapo" Guzmán y otros dos reos vinculados al cártel de Sinaloa, informó este jueves la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México (FGJCDMX).

En un comunicado, la Fiscalía reveló que estos ocho funcionarios "posiblemente" faltaron a las reglas internas, por lo que "pudieron" favorecer la huida de los internos y sobornar a sus compañeros para que permitieran la salida de los internos "sin mayor problema".

"Es importante mencionar que no se descarta la probable participación de más servidores públicos en estos hechos, derivado de los elementos obtenidos en las entrevistas a testigos, así como en las imágenes de las cámaras de video vigilancia", indicó Ulises Lara, vocero de la Fiscalía capitalina en el boletín.

Antes, en una rueda de prensa, la secretaria de Gobierno capitalina, Rosa Icela Rodríguez, explicó este jueves que el tercer turno de funcionarios reportó la falta de tres internos, cuando 15 minutos antes, al cerrar el segundo turno, los custodios no habían informado de novedad alguna durante su servicio.

Ahí se activó el protocolo de evasión, dos horas más tarde de la hora de fuga que maneja la investigación de la Fiscalía.

Horas antes de la evasión, también dentro del segundo turno de funcionarios, las cámaras evidencian que hubo movimientos irregulares en el área de ingreso de la prisión de al menos cinco internos y tres guardias, apuntó Rodríguez.

Por esta razón, la Fiscalía capitalina confirmó que han interrogado a 22 servidores públicos de todos los niveles, además de revisar los vídeos de las cámaras de vigilancia, con los que "puede establecerse" la participación de los funcionarios y detectar omisiones.

"Asimismo, se analizan horarios, revisión de protocolos, plantillas de personal, turnos y cualquier tipo de documentos, con la finalidad de conocer posibles complicidades y buscar sanciones", aseveró Lara.

Los fugados, que iban a ser extraditados a Estados Unidos, son Luis Fernando Meza González y Víctor Manuel Félix Beltrán originarios de Culiacán, en el noroccidental estado de Sinaloa, recluidos por narcotráfico; así como Yael Osuna Navarro, originario de Nayarit, también en el noroeste del país, acusado por asociación delictiva.

Víctor Manuel Féliz, alias el Vic, era considerado antes de su detención en 2016 uno de los operadores financieros de los hijos de Joaquín "el Chapo" Guzmán, capo del cártel de Sinaloa hoy condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.

Félix Beltrán trabajaba para el cártel de Sinaloa y era el sucesor de su padre, Víctor Manuel Félix Félix, el Señor, quien fue detenido en marzo de 2011 y era consuegro de Joaquín Guzmán.

El Vic, originario de Sinaloa, era el presunto encargado de las operaciones financieras y de blanquear el dinero obtenido por el tráfico de drogas, especialmente heroína, en México y Estados Unidos.

Fue detenido por las autoridades mexicanas el 26 de octubre de 2017 tras un operativo en una urbanización del distrito de Santa Fe, una de las zonas más acomodadas de la capital.

 
"PABLO ESCOBAR" Perfil Psicológico

Un breve repaso por el perfil psicológico de Pablo Escobar, analizando punto por punto sus atributos mentales mas marcados.



 
Nuevas mafias entran en el negocio de los pisos ocupados en Mataró

Entidades vecinales de Mataró alertan de nuevas ocupaciones de extranjeros dirigidos desde Francia


Nuevas mafias entran en el negocio de los pisos ocupados en Mataró


Dos mujeres con maletas a punto de acceder a un local ocupado en el barrio de Cerdanyola de Mataró (JS)



FEDE CEDÓ, MATARÓ
16/02/2020


La mafia paquistaní ha irrumpido en un mercado que en Mataró (Maresme) hasta ahora era exclusivo de los delincuentes magrebíes y españoles, la ocupación de viviendas cuyas llaves reciben previo pago en su país de hasta 4.000 euros. A cambio, las mafias les consiguen un alojamiento con contrato (falso) en pisos y locales, habitualmente propiedad de entidades financieras que tardan años en activar los trámites de desahucio y les acompañan a conseguir las ayudas de los servicios sociales. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Mataró (FAVM) ha denunciado el hecho y pide que se intervenga, ya que la realidad de las víctimas es que “son estafadas porqué creen que actúan legalmente”.

En el caso de Mataró, las entidades vecinales han denunciado que “transportan familias enteras” desde Francia, con promesas de encontrar una vida mejor en Mataró. También se han detectado llegadas desde Lleida, donde las mafias también hacen el agosto con las recolectas de fruta, con familias enteras que son trasladadas a antojo para pagar las deudas contraídas para el viaje. Una vez aquí les ofrecen un piso o un local y a cambio deben abonar entre tres mil y cuatro mil euros a las mafias, que se encargaran de ocupar un piso, cambiar el cerrojo y aportar un contrato firmado de alquiler. “Es más barato –apuntan- pagar en origen que viajar en patera, por lo que ahora están pidiendo 8.000 euros”. Asmae, una joven marroquí, confirma que por 4.000 euros puedes viajar de Marruecos a Mataró. “Te pagan el viaje en autocar, te dan de comer, te consiguen un piso y la tarjeta para visitar al médico”.


Los que llegan de forma irregular acaban siendo explotados en campos agrícolas y en limpieza de casas

“Todos saben lo que está pasando en Mataró, la Policía Local, los Mossos y el Ayuntamiento” lamenta Juan Sánchez, presidente de la FAVM “pero es un problema de difícil solución que hay que abordar en origen, en las fronteras”. Las víctimas, se dan cuenta de que han sido estafadas “cuando van al CAP y no las pueden atender”. Estas personas, según ha podido comprobar la entidad vecinal “acaban siendo explotados en los campos agrícolas y en limpieza de domicilios sin contrato, con sueldos irrisorios”. Se ha dado el caso de detectar “hasta 200 empadronamientos seguidos” de personas que quieren regularizar su situación apuntan desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

En Mataró, especialmente en los barrios más masificados como Rocafonda o Cerdanyola, donde han detectado la llegada de mujeres solas con niños en las calle Mare de Déu de la Cisa, Corredor y las adyacentes. En la capital del Maresme confluyen las dos mafias en la ocupación de viviendas, la más veterana, la magrebí apoyada por delincuentes locales y la recién llegada paquistaní. Desde la PAH conocen la situación aunque juzgan que es incipiente, por lo que las autoridades podrían actuar si operan de inmediato. Otro problema en el que ejercen de mediadores “es en los extranjeros que llegan con visado de turista para quedarse cuando caduca a los tres meses”. La situación es desesperada ya que, en el momento que acuden a la buscar la ayuda de la administración “las casas de acogida y los servicios sociales están colapsados”.

Otra modalidad de engaño se ciñe sobre las familias que ya han llegado al país y cuya situación legal es irregular. “Siempre hay alguien del barrio que detecta a estas personas” apuntan desde las entidades “que contacta con los necesitados y les ofrece, a cambio de 1.500 euros, un piso-patada, con todos los servicios disponibles”. En este caso no se prestan a engaño ya que son advertidos de que el piso es de un banco, pero también “les informan al detalle de como proceder en caso de desahucio”.

 
Una nueva vida lejos de la mafia
Una serie documental italiana relata las historias de mujeres que han logrado sobrevivir a la venganza de la organización criminal ‘Ndrangheta



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La periodista Cecilia Anesi y la unidad especial 'Cacciatori di Calabria' observan la red de túneles utilizada por la 'Ndrangheta en Platí (Calabria).



ALESSANDRO LEONE
Cupello (Italia) -
31 MAR 2020

La familia de Maria Stefanelli se trasladó de Oppido, en Calabria, a Varazze, en Liguria y en el otro extremo de Italia, para volver a juntarse con el padre, que acababa de sufrir un infarto durante una visita a su hermano. Tras su muerte, Antonio, tío de Maria y miembro de la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa, se instaló en su casa para reemplazarlo. Desde entonces empezaron los abusos sexuales del que la mujer apellida “el orco”. Pero, en el intento de resolver el problema, Maria recuerda ante la cámara que terminó por caer en uno más grande. Como cuenta en la serie documental Donne in fuga dal crimine(Mujeres que huyen del crimen), Ciccio Marando, hermano del narcotraficante Pasqualino, le prometió protegerla. Obtuvo un permiso de 24 horas para salir de la cárcel y se casó con ella.

Sin darse cuenta, Maria se convirtió en propiedad exclusiva del clan (‘ndrina, en calabrés) mafioso más poderoso de Platì, a poco más de 20km de su ciudad natal, y tuvo que renunciar a la libertad. Ayudó a Ciccio a huir de la cárcel, se mudó a Platì bajo su orden y sufrió una agresión que supuso la pérdida de su segundo embarazo por haber escapado al control de la suegra por un día. A partir de ese hecho, estalló la guerra entre los Stefanelli y los Marando. Ninì, su hermano, mató a Ciccio, cuya familia respondió masacrando a él y a su tío. Antes de que fueran a por ella, Maria se salvó poniendo su destino en las manos del Estado.

Historias como esta son muy comunes en la ‘Ndrangheta, la mafia económicamente más poderosa de Italia en este momento, que factura 53.000 millones de euros anuales, más que el Deutsche Bank y McDonald’s juntos, según un estudio del instituto italiano Demoskopika de 2013. La serie documental del Investigative Reporting Project Italy (IRPI) pretende contar la rebelión de las mujeres a su sistema feudal. Lo explica la periodista Cecilia Anesi, que en el capítulo piloto Se potessi tornare (Si pudiera volver), publicado en la web del IRPI el 18 de marzo, entrevista a Maria Stefanelli, cubierta por una capa oscura para proteger su identidad: “El papel de la mujer en la ‘Ndrangheta es la ausencia. En muchos casos, sufre una historia de violencia y donde no la hay es reclusa. En sitios como San Luca [el bastión más famoso de la ‘Ndrangheta], no tiene el derecho a decidir con quién casarse”.



Una captura del documental. Cecilia Anesi entrevista a Maria Stefanelli, cubierta por una capa negra.


Una captura del documental. Cecilia Anesi entrevista a Maria Stefanelli, cubierta por una capa negra.



El hilo conductor es la realidad virtual. Los periodistas del IRPI visitaron Oppido, Volpiano, en Piamonte, donde Ciccio había instalado una célula de la 'Ndrangheta, y Platí para grabar a 360 grados los lugares que Maria no podrá ver nunca más en su vida. El resultado es un suerte de catarsis, con la protagonista que evoca y describe su infancia feliz e intenta luchar contra los recuerdos que le afectan. Anesi explica también la acogida de los locales en Platí, del que se habla también en un reportaje escrito que acompaña el documental: “Cuando vas ahí inmediatamente reconocen que no tienes nada que ver con ese lugar. Para ellos o eres periodista o policía. Pero es aún más raro cuando ven que no solo eres periodista sino también mujer”.

En Platì, solo se ven hombres por la calle y nadie se atreve a hablar de la ‘Ndrangheta, “ni siquiera si te matan a un hijo”, dice en el documental Luigi Di Gioia, el comandante de los carabineros del pueblo, de unos 4.000 habitantes. Por ello, Anesi se mueve con los agentes para mostrar el sistema de túneles que Ciccio utilizaba para visitar a Maria durante su escondite, aunque “el orgullo de los ndranghetistas es que ellos, al contrario de la Camorra, viven en la superficie”, afirma Michele Palummo, de los llamados Cacciatori di Calabria (cazadores de Calabria), la unidad especial de búsqueda de fugitivos de los carabineros.

Para seguir con la serie, el IRPI busca un productor. En caso de que lo consigan, Anesi prevé otros nueve capítulos. Los que considera más impactantes hablan de una menor abusada repetidamente por una manada de chavales bajo el mando del hijo de un boss, lo que ha silenciado automáticamente su sufrimiento; o también de extranjeras que se han dado cuenta demasiado tarde de que su esposo era un mafioso. “Estas historias que parecen muy lejanas pueden afectar a cualquiera. La gente piensa que el hombre de la ‘Ndrangheta lleve la escopeta, pero hoy puede ser también un empresario de éxito de Milán. Si vienes de otro contexto y no lo entiendes al final te metes en algo mucho más grande que tú”, afirma Anesi.



Da 20 anni Maria, testimone di giustizia per essersi ribellata alla 'ndrangheta, non tornava nella sua terra di origine. Un viaggio nella memoria, tra le gioie dell'infanzia e i dolori da moglie di un boss. ----

Donne in fuga dal crimine è un progetto di serie documentaria che si immerge nell’universo femminile della ‘ndrangheta. Una serie di storie vere raccontate in prima persona da donne che, rompendo per sempre i legami con le famiglie d’origine affiliate al crimine organizzato, iniziano una nuova vita come collaboratrici o testimoni di giustizia.

Se potessi tornare è la prima puntata di questa serie. La serie si avvale di una struttura narrativa originale e innovativa per raccontare come pesano in particolare sulle donne le regole spietate delle organizzazioni criminali di stampo mafioso. Lo stratagemma è un meccanismo immersivo – la tecnologia VR (realtà virtuale) – che permette alle protagoniste di tornare virtualmente nei luoghi dove si era svolta la loro prima vita, quella sotto il controllo della mafia.

Un’esperienza capace di sollevare emozioni profonde tanto nella protagonista quanto nello spettatore. In Se potessi tornare Maria Stefanelli, testimone di giustizia, è infatti la protagonista di un viaggio nella memoria, in un rinnovato rapporto tra giornalista e soggetto, che le consente di tornare nei luoghi della sua infanzia, e di riprendere almeno in questo documentario il controllo della sua storia. Seguendo le sue indicazioni, infatti, la troupe si reca fisicamente nei luoghi d’origine con la telecamera 360° per girare video da mostrare a Maria.

Sarà proprio lei, guardando i video con il visore VR, a raccontare la sua storia rivivendo virtualmente i luoghi della sua memoria. E per un attimo, essere di nuovo lì, a osservare la propria casa, camminare per le stanze della prima notte di nozze, rivivere gioie dell’infanzia e dolori da donna di mafia.

---- Con la regia di Manolo Luppichini, Se potessi tornare è realizzato da Irpi insieme ad AlteraWide grazie al sostegno di Tavola Valdese e di Fondazione Peppino Vismara. Il progetto Libere dalle mafie è presentato agli studenti degli istituti secondari superiori nelle città di Torino, Milano, Riccione e Reggio Calabria. Maria Stefanelli ha raccontato la sua storia nel libro Loro mi cercano ancora (Mondadori 2014) scritto con la giornalista Manuela Mareso.








Atrapadas en una pesadilla sin salida, algunas de ellas deciden confiar en el Estado, que propone un programa de protección de testigos. Así, Maria Stefanelli pudo conseguir otro nombre y empezar de cero una nueva vida, hace ya 20 años. Para la ‘Ndrangheta se ha convertido en una traidora que debería ser ajusticiada, pero ella nunca se ha sentido tan segura de algo. “A vece me pellizco y descubro que estoy viva”, dice en el documental.

En el futuro, a Anesi le gustaría repetir el proyecto y dedicarlo a las mujeres de otras organizaciones criminales, para demostrar que los métodos de la ‘Ndrangheta son muchos más habituales de lo que parece.


LA ILUSIÓN DEL PODER
Al mismo tiempo, el papel de la mujer en las mafias italianas parece estar viviendo una fase de crecimiento. Una investigación de Transcrime del año pasado ha calculado que un tercio de los accionistas en empresas confiscadas a las mafias es mujer. El estudio concluye que esta práctica confirma su pasividad porque es utilizada para prestar su nombre al fin de esconder al mafioso. Además, solo puede aspirar a un papel directivo en el caso de que su marido termine preso, come Maria Rosa Campagna, la esposa de Salvatore Cappello, que ha llevado la comunicación entre su marido y el clan y también el negocio del narcotráfico. En la ‘Ndrangheta, el papel de la mujer sigue siendo el mismo, el de “educar a los hijos a la venganza y a las hijas a la soportación”, como afirma Dina Lauricella, autora del libro 'Il codice del disonore. Donne che fanno tremare la ‘Ndrangheta' a 'Il Corriere della Sera'.
 
La ballena blanca de la Cosa Nostra

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