Y el liberado 77: el asesino de Alcàsser
A las 17:40 del viernes, un hombre con pasamontañas negro hizo el paseíllo a la puerta de la cárcel de Herrera de la Mancha. Era Miguel Ricart, coautor de los crímenes de Alcàsser, quien sólo ha cumplido 21 de sus 170 años de condena. A la salida le aguardaba un coche, que le llevó a la estación de Manzanares, donde montó en un tren con destino a Jaén, aunque finalmente terminó en Madrid. No fue en busca de su hija Rosa María, quien el pasado domingo rompió su silencio en «Crónica»: «Si me lo encuentro hablaré con él porque es mi padre... Mi familia no quiere que venga a buscarme. Temen que destroce mi vida como hizo con las suyas»
A las 17:40 del viernes, un hombre con pasamontañas negro hizo el paseíllo a la puerta de la cárcel de Herrera de la Mancha. Era Miguel Ricart, coautor de los crímenes de Alcàsser, quien sólo ha cumplido 21 de sus 170 años de condena. A la salida le aguardaba un coche, que le llevó a la estación de Manzanares, donde montó en un tren con destino a Jaén, aunque finalmente terminó en Madrid. No fue en busca de su hija Rosa María, quien el pasado domingo rompió su silencio en «Crónica»: «Si me lo encuentro hablaré con él porque es mi padre... Mi familia no quiere que venga a buscarme. Temen que destroce mi vida como hizo con las suyas»