La «emérita»

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La «emérita»

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No todo van a ser amantes o «amigas entrañables» en minifalda y sin bragas en lo referente a la dilatada vida «despistada» del cobarde fugado. En este caso, que se sepa, sigue casado sin necesidad de haber recurrido a absurdas figuras ausentes en el Código Civil de «Marca España» como aquél rocambolesco «cese temporal de la convivencia» referido a los padres de Froilán el binguero y de la hermosa Vickyfé (las incipientes joyitas ultraderechistas de la familia borbona. Así, que nadie crea que no me acuerdo de una de las principales damnificadas (si no la mayor damnificada) del sátrapa y vividor heredero de Franco: Sofía, la astada griega.
De esta forma, hoy comparto un artículo de Antonio Pérez, miembro de Verdad, Justicia y Reparación
«El rey Emérito ha dado muestra de su legendaria campechanía imitando cual simpa a la pícara plebe. Es decir, yéndose de tapadillo y sin pagar. Como tataranieto de Isabel II y –biológicamente hablando- del guardaespaldas Puig-Moltó, calcó a su abuelo Alfonso XIII quien salió en 1931 de España llevándose unos 50 millones de euros de la época y a su padre quien, sin moverse de sus yates, le dejó una herencia calculada en no menos de mil millones de pesetas.
Hoy, al emérito se le calcula una fortuna de dos mil millones de euros por lo que, sea baja o alta esa estimación, que se le conozcan sobornos saudíes por valor de cien millones es una fruslería. Manejando estas magnitudes, también resulta que regalar 65 millones a una de sus querindongas es propiamente el chocolate del loro. Y, encima, sin saber en qué régimen matrimonial están inscritos. Pero, sobre todo, no podemos saber si son 65, 650 o 6,5 millones. Ni menos aún conocemos si fue un regalo o un depósito a una fiduciaria –antes llamada testaferra- con domicilio en el paraíso fiscal de Mónaco.
Las andanzas privadas de Juan Carlos I nos importan un bledo aunque sospechamos que sus amantes no podrán cantar «La bien pagá» porque el pago de sus servicios no las habrá alcanzado para comprar el bicarbonato y las sales de fruta que habrán necesitado para limpiarse el estómago. Lo que realmente nos interesa es que, siendo hijo de Franco, nació con un pecado original que nunca ha limpiado. Igual que nunca ha aclarado cómo fue posible que sus dos generales más monárquicos –Armada y Miláns del Bosch- le dieran un golpe de Estado el 23F y que Él se enterara «por la prensa».
Al lado de estas colosales trapacerías –que nacieron con sangre y casi volvieron a ella- que se resumen en cuarenta años de corrupción institucionalizada, son otras fruslerías propias del cargo. Por ello, nos ha sorprendido que el Presidente Sánchez declare que ‘el Estado empapela a las personas, no a las instituciones’.
Olvidemos que el actual Estado juancarlista ha perseguido de iure y, sobre todo, de facto, a algunas venerables instituciones –que se lo pregunten a vascos y catalanes.
Olvidemos asimismo que las instituciones no caen del cielo sino que son obra de la memoria de las personas –por curiosidad, ¿cuándo la Memoria Democrática será una institución y no una secretaría sin presupuesto?-.
Olvidemos incluso el antiguo lema libertario «paz a los hombres y guerra a las instituciones» –también atribuido a Lenin. Pero nunca olvidaremos que la Monarquía es una institución espermatozoica y constitutivamente personal. Obviamente, Sánchez ha dejado claro lo que todos sabíamos: que seguirá protegiendo y pagando a la Casa Real.
Ahora bien, ¿hasta dónde llega esa Casa? Lo de eméritos –en plural- fue una ocurrencia de Juan Carlos apoyada por el gobierno puesto que ni esa palabra ni ese concepto aparecen en la sacrosanta Constitución. Sin embargo, la C78 sí estipula terminantemente que la soberanía reside en el pueblo y que la monarquía es sólo una forma de gobierno. Cállense, pues, esos palmeros que confunden forma con encarnación; forma es ornato protocolario y encarnar es un término religioso –léase, informe-. Por todo ello, cabe volvernos a preguntar ¿hasta dónde llega la Casa Real? Y, en concreto, aunque la pregunta sea retórica, ¿llega hasta la reina llamada emérita?


La Profesional.
Las monarquías son como la Hidra, cortas una cabeza y surgen media docena. Ocurrió en Gran Bretaña: en 1649, hartos de dos guerras civiles-religiosas promovidas por el rey Carlos I, sus súbditos británicos le decapitaron –para mayor inri, pusieron el tajo a ras de suelo para que no se pudiera arrodillar. Carlos fue heredado por varios reyezuelos e incluso emperatrices de manera que, hasta que estalló la I Guerra Mundial, la Casa reinante en Londres era la alemana Haus Sachsen-Coburg und Gotha. Como Alemania era el Enemigo, pasó a llamarse Casa de Windsor, dinastía de ‘orígenes inmemoriales’ cuando, en realidad, data de 1917.
Por su parte, en Francia, guillotinaron al rey y a la reina ‘alemana’, pero aun así, los Capeto reinaron esporádicamente y ahora Luis Alfonso Gonzalo Víctor Manuel Marco de Borbón y Martínez-Bordiú, bisnieto del Generalísimo, autodenominado duque de Anjou pese a que la república francesa no reconoce ningún título nobiliario, aspira heredar la corona de la Dulce Francia.
Mientras, en Portugal, fueron más drásticos: en 1908, el gran Manuel Buiça -acompañado por Alfredo Costa-, ejecutó al rey Carlos I y, simultáneamente, remató la tarea ejecutando también el príncipe heredero Luis Filipe. El siguiente rey duró menos de dos años. Se acabó la Casa de Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha –otra vez los sajones…
En España, la reina emérita pertenece a la teutona-danesa Casa de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, un clan que se decantó por el nazismo. Sofía abandonó su religión ortodoxa al hacerse católica en 1961. Si París bien valía una misa –dijo un rey francés-, el Madrid ferozmente franquista bien la valió una abjuración religiosa. Apostasía ortodoxa indisoluble de un pecado original como el de Juan Carlos e igualmente sin renegar: ser hija de Franco. En el sentido antes desgranado, también podríamos preguntarnos si se enteró del 23F ‘por la prensa’ pero no vamos a suscitar veladas insinuaciones porque hay otros detalles que hoy nos interesan más.
No necesitamos conspiración alguna para constatar que una anciana cabeza royal se está librando del escrutinio sobre el Emérito. Es más, Sofía de Grecia-Dinamarca y España, es compadecida por el común. ¿Compadecida por la sinvergonzonería de su esposo cuando nadie cree que se casara por amor?, ¿compadecida por llevar una vida literalmente de reina, semejante en adulterios, ocultaciones, secreteos y complicidades a las de todas las monarquías? A la emérita la ensalzan porque, dicen, es «muy profesional».
Pero, veamos, ¿ahora se llama profesional a callar ante el adulterio, olvidar las comisiones multimillonarias y, fiel a su clan filonazi, continuar la ayuda descarada a los (muchos) restos del franquismo? Pues sonará muy moderna pero, ayer mismo, a esa clase de profesionalidad se la entendía como propaganda de los peores arquetipos de la sumisión femenina.
Sofía Emérita es la vera imagen de la perfecta ama de casa -antes conocidas despectivamente como marujas: consentidora de sus astas córneas y florero de cuchipandas institucionales… mater dolorosa pero beneficiaria de la corrupción monárquica. Una imagen detestable siempre y, más aún, anacrónica en estos tiempos en los que la mujer comienza a romper el cepo doméstico. Gloriosa tarea que avanzará más rápidamente si recordamos que hidras hay muchas y que la Emérita encabeza a las Sumisas Profesionales».
 
La «emérita»

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No todo van a ser amantes o «amigas entrañables» en minifalda y sin bragas en lo referente a la dilatada vida «despistada» del cobarde fugado. En este caso, que se sepa, sigue casado sin necesidad de haber recurrido a absurdas figuras ausentes en el Código Civil de «Marca España» como aquél rocambolesco «cese temporal de la convivencia» referido a los padres de Froilán el binguero y de la hermosa Vickyfé (las incipientes joyitas ultraderechistas de la familia borbona. Así, que nadie crea que no me acuerdo de una de las principales damnificadas (si no la mayor damnificada) del sátrapa y vividor heredero de Franco: Sofía, la astada griega.
De esta forma, hoy comparto un artículo de Antonio Pérez, miembro de Verdad, Justicia y Reparación
«El rey Emérito ha dado muestra de su legendaria campechanía imitando cual simpa a la pícara plebe. Es decir, yéndose de tapadillo y sin pagar. Como tataranieto de Isabel II y –biológicamente hablando- del guardaespaldas Puig-Moltó, calcó a su abuelo Alfonso XIII quien salió en 1931 de España llevándose unos 50 millones de euros de la época y a su padre quien, sin moverse de sus yates, le dejó una herencia calculada en no menos de mil millones de pesetas.
Hoy, al emérito se le calcula una fortuna de dos mil millones de euros por lo que, sea baja o alta esa estimación, que se le conozcan sobornos saudíes por valor de cien millones es una fruslería. Manejando estas magnitudes, también resulta que regalar 65 millones a una de sus querindongas es propiamente el chocolate del loro. Y, encima, sin saber en qué régimen matrimonial están inscritos. Pero, sobre todo, no podemos saber si son 65, 650 o 6,5 millones. Ni menos aún conocemos si fue un regalo o un depósito a una fiduciaria –antes llamada testaferra- con domicilio en el paraíso fiscal de Mónaco.
Las andanzas privadas de Juan Carlos I nos importan un bledo aunque sospechamos que sus amantes no podrán cantar «La bien pagá» porque el pago de sus servicios no las habrá alcanzado para comprar el bicarbonato y las sales de fruta que habrán necesitado para limpiarse el estómago. Lo que realmente nos interesa es que, siendo hijo de Franco, nació con un pecado original que nunca ha limpiado. Igual que nunca ha aclarado cómo fue posible que sus dos generales más monárquicos –Armada y Miláns del Bosch- le dieran un golpe de Estado el 23F y que Él se enterara «por la prensa».
Al lado de estas colosales trapacerías –que nacieron con sangre y casi volvieron a ella- que se resumen en cuarenta años de corrupción institucionalizada, son otras fruslerías propias del cargo. Por ello, nos ha sorprendido que el Presidente Sánchez declare que ‘el Estado empapela a las personas, no a las instituciones’.
Olvidemos que el actual Estado juancarlista ha perseguido de iure y, sobre todo, de facto, a algunas venerables instituciones –que se lo pregunten a vascos y catalanes.
Olvidemos asimismo que las instituciones no caen del cielo sino que son obra de la memoria de las personas –por curiosidad, ¿cuándo la Memoria Democrática será una institución y no una secretaría sin presupuesto?-.
Olvidemos incluso el antiguo lema libertario «paz a los hombres y guerra a las instituciones» –también atribuido a Lenin. Pero nunca olvidaremos que la Monarquía es una institución espermatozoica y constitutivamente personal. Obviamente, Sánchez ha dejado claro lo que todos sabíamos: que seguirá protegiendo y pagando a la Casa Real.
Ahora bien, ¿hasta dónde llega esa Casa? Lo de eméritos –en plural- fue una ocurrencia de Juan Carlos apoyada por el gobierno puesto que ni esa palabra ni ese concepto aparecen en la sacrosanta Constitución. Sin embargo, la C78 sí estipula terminantemente que la soberanía reside en el pueblo y que la monarquía es sólo una forma de gobierno. Cállense, pues, esos palmeros que confunden forma con encarnación; forma es ornato protocolario y encarnar es un término religioso –léase, informe-. Por todo ello, cabe volvernos a preguntar ¿hasta dónde llega la Casa Real? Y, en concreto, aunque la pregunta sea retórica, ¿llega hasta la reina llamada emérita?


La Profesional.
Las monarquías son como la Hidra, cortas una cabeza y surgen media docena. Ocurrió en Gran Bretaña: en 1649, hartos de dos guerras civiles-religiosas promovidas por el rey Carlos I, sus súbditos británicos le decapitaron –para mayor inri, pusieron el tajo a ras de suelo para que no se pudiera arrodillar. Carlos fue heredado por varios reyezuelos e incluso emperatrices de manera que, hasta que estalló la I Guerra Mundial, la Casa reinante en Londres era la alemana Haus Sachsen-Coburg und Gotha. Como Alemania era el Enemigo, pasó a llamarse Casa de Windsor, dinastía de ‘orígenes inmemoriales’ cuando, en realidad, data de 1917.
Por su parte, en Francia, guillotinaron al rey y a la reina ‘alemana’, pero aun así, los Capeto reinaron esporádicamente y ahora Luis Alfonso Gonzalo Víctor Manuel Marco de Borbón y Martínez-Bordiú, bisnieto del Generalísimo, autodenominado duque de Anjou pese a que la república francesa no reconoce ningún título nobiliario, aspira heredar la corona de la Dulce Francia.
Mientras, en Portugal, fueron más drásticos: en 1908, el gran Manuel Buiça -acompañado por Alfredo Costa-, ejecutó al rey Carlos I y, simultáneamente, remató la tarea ejecutando también el príncipe heredero Luis Filipe. El siguiente rey duró menos de dos años. Se acabó la Casa de Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha –otra vez los sajones…
En España, la reina emérita pertenece a la teutona-danesa Casa de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, un clan que se decantó por el nazismo. Sofía abandonó su religión ortodoxa al hacerse católica en 1961. Si París bien valía una misa –dijo un rey francés-, el Madrid ferozmente franquista bien la valió una abjuración religiosa. Apostasía ortodoxa indisoluble de un pecado original como el de Juan Carlos e igualmente sin renegar: ser hija de Franco. En el sentido antes desgranado, también podríamos preguntarnos si se enteró del 23F ‘por la prensa’ pero no vamos a suscitar veladas insinuaciones porque hay otros detalles que hoy nos interesan más.
No necesitamos conspiración alguna para constatar que una anciana cabeza royal se está librando del escrutinio sobre el Emérito. Es más, Sofía de Grecia-Dinamarca y España, es compadecida por el común. ¿Compadecida por la sinvergonzonería de su esposo cuando nadie cree que se casara por amor?, ¿compadecida por llevar una vida literalmente de reina, semejante en adulterios, ocultaciones, secreteos y complicidades a las de todas las monarquías? A la emérita la ensalzan porque, dicen, es «muy profesional».
Pero, veamos, ¿ahora se llama profesional a callar ante el adulterio, olvidar las comisiones multimillonarias y, fiel a su clan filonazi, continuar la ayuda descarada a los (muchos) restos del franquismo? Pues sonará muy moderna pero, ayer mismo, a esa clase de profesionalidad se la entendía como propaganda de los peores arquetipos de la sumisión femenina.
Sofía Emérita es la vera imagen de la perfecta ama de casa -antes conocidas despectivamente como marujas: consentidora de sus astas córneas y florero de cuchipandas institucionales… mater dolorosa pero beneficiaria de la corrupción monárquica. Una imagen detestable siempre y, más aún, anacrónica en estos tiempos en los que la mujer comienza a romper el cepo doméstico. Gloriosa tarea que avanzará más rápidamente si recordamos que hidras hay muchas y que la Emérita encabeza a las Sumisas Profesionales».
Podrias poner el Link, por favor?
 
muy acertado el artículo.
sigo sin entender por qué la llaman profesional, por el simple hecho de aguantar cuernos con sonrisa falsa y seguir poniendose el anillo como amantísima esposa cuando tanto daño le está haciendo a la institución y los coletas e indepes relamiendose los dedos de gusto. no es solo cuestión de cuernos, es la falta de respeto que ha tenido su marido a españa y a los españoles.

pero parece no enterarse de nada. dignidad? orgullo? si tuviera dignidad y orgullo se hubiera divorciado o separado hace mucho tiempo por el bien suyo, por las mujeres, por su hijo, por su nieta y por españa.

pero ahí sigue, con sonrisa tonta, con su fama de sufridora que tanto le gusta a la gente, sin haberse molestado en aprender bien el español, ni gallego ni vasco ni catalán en mas de 40 años, sin saber cuanto se gasta y dónde, cuando desaparece, y con su hermana de gorrona en zarzuela mientras los españoles le pagamos su tren de vida.

ahora empezad que si leti, esto o lo otro, etc, cuando algo no gusta oir recurrir a leti es muy socorrido.
 
muy acertado el artículo.
sigo sin entender por qué la llaman profesional, por el simple hecho de aguantar cuernos con sonrisa falsa y seguir poniendose el anillo como amantísima esposa cuando tanto daño le está haciendo a la institución y los coletas e indepes relamiendose los dedos de gusto. no es solo cuestión de cuernos, es la falta de respeto que ha tenido su marido a españa y a los españoles.

pero parece no enterarse de nada. dignidad? orgullo? si tuviera dignidad y orgullo se hubiera divorciado o separado hace mucho tiempo por el bien suyo, por las mujeres, por su hijo, por su nieta y por españa.

pero ahí sigue, con sonrisa tonta, con su fama de sufridora que tanto le gusta a la gente, sin haberse molestado en aprender bien el español, ni gallego ni vasco ni catalán en mas de 40 años, sin saber cuanto se gasta y dónde, cuando desaparece, y con su hermana de gorrona en zarzuela mientras los españoles le pagamos su tren de vida.

ahora empezad que si leti, esto o lo otro, etc, cuando algo no gusta oir recurrir a leti es muy socorrido.
El propio Juan Carlos dijo de ella eso: es una profesional.

Ha sabido siempre cuál es exactamente su papel y donde colocarse en cada situación, da igual la parte del mundo en que esté. Cómo hablar a cada uno. Vestirse adecuadamente en cada evento. Ha representado inmejorablemente a España en los cientos de viajes que ha hecho. ¿Eso es fácil o difícil? No parece gran cosa, pero mal que nos pese, su sucesora no puede decir lo mismo, después de más de 16 años. (Lo siento, es inevitable comparar).


Nació para florero, la educaron para ser un buen florero, y fue un excelente florero. Cumplió sobradamente su misión en la vida. Cómo cualquiera de nosotras, si hubiésemos nacido en ese entorno. La mayoría veríamos la vida igual que ella. Esforzarse por salir de su mundo, acercarse a los que la mantienen... pues hubiese sido estupendo. Tampoco nos engañemos. La mayoría haríamos lo mismo que ella. Lo más probable.


Sin querer ofender, pero el gallego, vasco y catalán no sirven de nada fuera de sus respectivas CCAA. Sofia sabe inglés, y es lo que se necesita fuera de nuestras fronteras, y para recibir a dignatarios que nos visitan. Según una forera que no recuerdo, habla inglés británico con fuerte acento alemán. Creo recordar que también sabe francés y alemán, además de griego, obviamente. Y quizá alguno más.

A esos niveles de la realeza, la infidelidad no tiene el valor que para nosotros. La propia Isabel II sabe que Felipe de Edimburgo le ha sido infiel muchísimas veces, y dijo una vez que no pedía fidelidad a su marido, si no lealtad (sic) ¡Y eso que ahí los papeles se invierten, y la cornuda es la titular! ¡Qué creo yo es más fácil largar al infiel! Yo no aguantaría, tal y como dices, pero esa gente se mueve en entornos muy distintos, y tienen otros objetivos. Sofia no es una excepción.

Sofia sabe de la infidelidad de Juan Carlos desde poco después de llegar a reina. Alguna vez ha trascendido que fue a una finca donde supuestamente había ido Juan Carlos de caza, a darle una sorpresa, acompañada de “los niños”. Y la sorpresa se la llevó ella, al encontrar al rey con otra. Huyó de España y se quiso separar. Su madre, Federica de Grecia la convenció de que no se separara. Que todos los Borbones eran mujeriegos, y le convenía aguantar. Le costó convencerla (eso oí) y después de semanas de dudas, volvió junto a Juan Carlos. Creo que más allá de que matrimonios como el suyo son pactados a altos niveles, Sofia sí ha estado enamorada. El episodio que le descubrió la infidelidad, a primeros del 76, le costó superarlo.


Por mucho que nos extrañe, ligar matrimonio con amor es relativamente reciente. Hay matrimonio si hay consentimiento. Cuando te casas te preguntan si quieres, no si amas a tu novio/a. Ha sido habitual, en todas clases sociales, casarse por razones que nada tienen que ver con el amor. Insisto que muchos no lo soportaríamos, hoy, pero esa gente de la realeza tiene otras formas de pensar. Al menos hasta hace poco, porque los príncipes herederos de ahora ya piensan distinto.


Es otro mundo. Viven muy bien, pero no les tengamos envidia. Es lo que me parece que hay detrás de muchos post. Es como rabia. Tranquilidad. Sofía está ahí porque se lo han permitido.

Me parece que ha sido una dignísima reina de España, pero tampoco me va a dar pena si acaba exiliada, y sin asignación. Nos hablarán de lo “dura” que fue su vida en el exilio, de niña y de anciana. Esto si me enfada. Porque han cogido mucho, y han vivido de lujo, por mucho que digan. Primero del pueblo griego, luego del español. Vamos, ninguna pena.
 
El propio Juan Carlos dijo de ella eso: es una profesional.

Ha sabido siempre cuál es exactamente su papel y donde colocarse en cada situación, da igual la parte del mundo en que esté. Cómo hablar a cada uno. Vestirse adecuadamente en cada evento. Ha representado inmejorablemente a España en los cientos de viajes que ha hecho. ¿Eso es fácil o difícil? No parece gran cosa, pero mal que nos pese, su sucesora no puede decir lo mismo, después de más de 16 años. (Lo siento, es inevitable comparar).


Nació para florero, la educaron para ser un buen florero, y fue un excelente florero. Cumplió sobradamente su misión en la vida. Cómo cualquiera de nosotras, si hubiésemos nacido en ese entorno. La mayoría veríamos la vida igual que ella. Esforzarse por salir de su mundo, acercarse a los que la mantienen... pues hubiese sido estupendo. Tampoco nos engañemos. La mayoría haríamos lo mismo que ella. Lo más probable.


Sin querer ofender, pero el gallego, vasco y catalán no sirven de nada fuera de sus respectivas CCAA. Sofia sabe inglés, y es lo que se necesita fuera de nuestras fronteras, y para recibir a dignatarios que nos visitan. Según una forera que no recuerdo, habla inglés británico con fuerte acento alemán. Creo recordar que también sabe francés y alemán, además de griego, obviamente. Y quizá alguno más.

A esos niveles de la realeza, la infidelidad no tiene el valor que para nosotros. La propia Isabel II sabe que Felipe de Edimburgo le ha sido infiel muchísimas veces, y dijo una vez que no pedía fidelidad a su marido, si no lealtad (sic) ¡Y eso que ahí los papeles se invierten, y la cornuda es la titular! ¡Qué creo yo es más fácil largar al infiel! Yo no aguantaría, tal y como dices, pero esa gente se mueve en entornos muy distintos, y tienen otros objetivos. Sofia no es una excepción.

Sofia sabe de la infidelidad de Juan Carlos desde poco después de llegar a reina. Alguna vez ha trascendido que fue a una finca donde supuestamente había ido Juan Carlos de caza, a darle una sorpresa, acompañada de “los niños”. Y la sorpresa se la llevó ella, al encontrar al rey con otra. Huyó de España y se quiso separar. Su madre, Federica de Grecia la convenció de que no se separara. Que todos los Borbones eran mujeriegos, y le convenía aguantar. Le costó convencerla (eso oí) y después de semanas de dudas, volvió junto a Juan Carlos. Creo que más allá de que matrimonios como el suyo son pactados a altos niveles, Sofia sí ha estado enamorada. El episodio que le descubrió la infidelidad, a primeros del 76, le costó superarlo.


Por mucho que nos extrañe, ligar matrimonio con amor es relativamente reciente. Hay matrimonio si hay consentimiento. Cuando te casas te preguntan si quieres, no si amas a tu novio/a. Ha sido habitual, en todas clases sociales, casarse por razones que nada tienen que ver con el amor. Insisto que muchos no lo soportaríamos, hoy, pero esa gente de la realeza tiene otras formas de pensar. Al menos hasta hace poco, porque los príncipes herederos de ahora ya piensan distinto.


Es otro mundo. Viven muy bien, pero no les tengamos envidia. Es lo que me parece que hay detrás de muchos post. Es como rabia. Tranquilidad. Sofía está ahí porque se lo han permitido.

Me parece que ha sido una dignísima reina de España, pero tampoco me va a dar pena si acaba exiliada, y sin asignación. Nos hablarán de lo “dura” que fue su vida en el exilio, de niña y de anciana. Esto si me enfada. Porque han cogido mucho, y han vivido de lujo, por mucho que digan. Primero del pueblo griego, luego del español. Vamos, ninguna pena.
Hablas lo que sabes pero no sabes lo que hablas.
Respecto a la cornamenta de Isabel II que sepas que a Felipe de Edimburgo tambien le pusieron cornamenta y .......

Estoy de acuerdo que Sofia fue un buen florero, pero siempre y cuando estuviese con la boquita cerrada.
 
Hay mujeres que aguantan cuernos y perdonan y siguen queriendo a sus parejas . ...indigno el que no respeta y pone los cuernos .
La emérita ha querido a Juan Carlos y sigue importándole lo que le pase.
Trabajó como florero y lo hizo muy bien , como profesional nada que objetar .
Me parece inhumano juzgar con esta dureza a personas mayores ,tampoco ha matado a nadie y en toda vida hay aciertos y errores , me da igual que haya sido la reina de España o el vendedor de periódicos de la esquina .
En internet a veces se opina con una dureza que espanta.
 
Hay mujeres que aguantan cuernos y perdonan y siguen queriendo a sus parejas . ...indigno el que no respeta y pone los cuernos .
La emérita ha querido a Juan Carlos y sigue importándole lo que le pase.
Trabajó como florero y lo hizo muy bien , como profesional nada que objetar .
Me parece inhumano juzgar con esta dureza a personas mayores ,tampoco ha matado a nadie y en toda vida hay aciertos y errores , me da igual que haya sido la reina de España o el vendedor de periódicos de la esquina .
En internet a veces se opina con una dureza que espanta.
Lo que es inhumano es como le trato su marido JC pasandole las amigas por delante y metiendolas en su casa con ella y Sofia ciega, porque los cuernos cuando dan dinero son de oro.
Inhumano es que el rey en plena crisis y gente perdiendo todo y suicidandose el con una maquinita contando los billetes
1597255775907.png
 
juancar la llamó profesional porque es su ideal de esposa: callada, sumisa, tontita y yo no me entero de nada. es el prototipo de lo que los monárquicos tipo peñazofiel o cualquier machista franquista tipo vox querrían en sus casas.
 
El propio Juan Carlos dijo de ella eso: es una profesional.

Ha sabido siempre cuál es exactamente su papel y donde colocarse en cada situación, da igual la parte del mundo en que esté. Cómo hablar a cada uno. Vestirse adecuadamente en cada evento. Ha representado inmejorablemente a España en los cientos de viajes que ha hecho. ¿Eso es fácil o difícil? No parece gran cosa, pero mal que nos pese, su sucesora no puede decir lo mismo, después de más de 16 años. (Lo siento, es inevitable comparar).


Nació para florero, la educaron para ser un buen florero, y fue un excelente florero. Cumplió sobradamente su misión en la vida. Cómo cualquiera de nosotras, si hubiésemos nacido en ese entorno. La mayoría veríamos la vida igual que ella. Esforzarse por salir de su mundo, acercarse a los que la mantienen... pues hubiese sido estupendo. Tampoco nos engañemos. La mayoría haríamos lo mismo que ella. Lo más probable.


Sin querer ofender, pero el gallego, vasco y catalán no sirven de nada fuera de sus respectivas CCAA. Sofia sabe inglés, y es lo que se necesita fuera de nuestras fronteras, y para recibir a dignatarios que nos visitan. Según una forera que no recuerdo, habla inglés británico con fuerte acento alemán. Creo recordar que también sabe francés y alemán, además de griego, obviamente. Y quizá alguno más.

A esos niveles de la realeza, la infidelidad no tiene el valor que para nosotros. La propia Isabel II sabe que Felipe de Edimburgo le ha sido infiel muchísimas veces, y dijo una vez que no pedía fidelidad a su marido, si no lealtad (sic) ¡Y eso que ahí los papeles se invierten, y la cornuda es la titular! ¡Qué creo yo es más fácil largar al infiel! Yo no aguantaría, tal y como dices, pero esa gente se mueve en entornos muy distintos, y tienen otros objetivos. Sofia no es una excepción.

Sofia sabe de la infidelidad de Juan Carlos desde poco después de llegar a reina. Alguna vez ha trascendido que fue a una finca donde supuestamente había ido Juan Carlos de caza, a darle una sorpresa, acompañada de “los niños”. Y la sorpresa se la llevó ella, al encontrar al rey con otra. Huyó de España y se quiso separar. Su madre, Federica de Grecia la convenció de que no se separara. Que todos los Borbones eran mujeriegos, y le convenía aguantar. Le costó convencerla (eso oí) y después de semanas de dudas, volvió junto a Juan Carlos. Creo que más allá de que matrimonios como el suyo son pactados a altos niveles, Sofia sí ha estado enamorada. El episodio que le descubrió la infidelidad, a primeros del 76, le costó superarlo.


Por mucho que nos extrañe, ligar matrimonio con amor es relativamente reciente. Hay matrimonio si hay consentimiento. Cuando te casas te preguntan si quieres, no si amas a tu novio/a. Ha sido habitual, en todas clases sociales, casarse por razones que nada tienen que ver con el amor. Insisto que muchos no lo soportaríamos, hoy, pero esa gente de la realeza tiene otras formas de pensar. Al menos hasta hace poco, porque los príncipes herederos de ahora ya piensan distinto.


Es otro mundo. Viven muy bien, pero no les tengamos envidia. Es lo que me parece que hay detrás de muchos post. Es como rabia. Tranquilidad. Sofía está ahí porque se lo han permitido.

Me parece que ha sido una dignísima reina de España, pero tampoco me va a dar pena si acaba exiliada, y sin asignación. Nos hablarán de lo “dura” que fue su vida en el exilio, de niña y de anciana. Esto si me enfada. Porque han cogido mucho, y han vivido de lujo, por mucho que digan. Primero del pueblo griego, luego del español. Vamos, ninguna pena.
hija mía, al menos lenguaje de signos podía aprender en su largo tiempo libre, el día es muy largo y aburrido. pero quizás tengas razón, el lenguaje de signos no sirve para nada tampoco.
 

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