Sacto.
A su madre le dio muchísimos disgustos. Su madre no podía ni ver al lisensiado.
Nos vendieron que estaba a los pies de la cama de su madre en Houston y no fue así.
Luego lloró mucho en el entierro, claro.
Como lloró en el de su padre y tampoco tenía relación con él.
Luego lo de Juan de la Rosa, que fue de una frialdad y un desapego tremendo.
Eso se lo oí yo contar llorando a Hilario Lopez Millán. Muy amigo de Juan.
Con la mujer de su padre ya sabéis lo que pasó.
Con sus tíos, ídem de lienzo.
Lo dicho: el lisensiado, las palmeras y parece que su prima Chayo. Y no hay más
Venga hombre!!!