María Francisca de Braganza, la royal de Portugal que no quiere ser famosa
La duquesa de Coimbra se encuentra en la tercera posición en la línea sucesoria al trono de Portugal, un país que dejó de ser una monarquía en 1910
María Francisca, con su padre. (Instagram)
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JUANRA LÓPEZ
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TIEMPO DE LECTURA 5'
07/10/2018 05:55 - ACTUALIZADO: 07/10/2018 05:56
El caso de María Francisca de Braganza (y el de sus hermanos) no es el único ni muchísimo menos, pero lo que la diferencia de otros royals, que en realidad no lo son, es su deseo de no estar en primer plano.
En Portugal, como en otros países europeos, la monarquía es un sentir que se identifica con el pasado. Lo que no significa que no haya descendientes de las casas reales que sigan empeñados en la restauración de esta institución algún día. En Francia tenemos el ejemplo de Luis Alfonso de Borbón , en Italia a Emanuele Filiberto de Saboya , que está redoblando sus esfuerzos por alcanzar notoriedad e incluso se plantea crear un partido político. O, como hemos visto la semana pasada, Nicolás de Rumanía , que, despojado de su título real y apartado de la lucha sucesoria, se casaba en el país en el que desearía ser rey algún día.
Su padre, aspirante al trono
En Portugal no hay monarquía desde 1910 cuando fue depuesto el último rey, Manuel II , pero los monárquicos siguen agazapados por si algún día cambian las tornas y regresan los reyes. El aspirante no es otro que Eduardo Pio de Braganza , conocido popularmente como Dom Duarte, nacido en Suiza y que visitó Portugal por primera vez en los años 50.
[LEE MÁS: El eterno candidato a rey de Portugal espera su ocasión]
Hijo de un primo del último monarca, tiene a su vez tres hijos: Alfonso, el que más notoriedad ha adquirido hasta el momento ; María Francisca, de la que nos vamos a ocupar a continuación, y Dionisio, nacidos en 1996, 1997 y 1999, respectivamente.
Dom Duarte sigue realizando a lo largo de los años intensas actividades como representante de la Casa Real dentro de Portugal y también fuera, sobre todo a través de la Fundación Manuel II, pero ese legado quedará algún día en manos de sus hijos, quienes son conscientes del peso de su linaje, pero que no parecen particularmente preocupados por ello. El primogénito,Alfonso, príncipe de Beira y duque de Barcelos , ha llevado una vida muy discreta, fruto de la educación que ha recibido de sus padres, al igual que sus otros dos hermanos, a quienes ocasionalmente vemos en fotografías con sus progenitores.
Nuevo título nobiliario
María Francisca, por su parte, se ha convertido este verano en duquesa de Coimbra , en una ceremonia celebrada en esa misma ciudad, en la iglesia Reina Santa, rodeada de su familia. Una distinción de la que se rindió cuenta a través de las redes sociales y de los 'ecos de sociedad' de distintas publicaciones, que informaban de un acontecimiento que para la mayoría de los portugueses no ha tenido relevancia alguna. No en vano el sentir popular en estos momentos no parece especialmente proclive a la instauración de la monarquía ni a su boato que contra viento y marea mantiene Dom Duarte.
Dom Duarte, en un encuentro con los Reyes en 2014. (Reuters)
María Francisca, que tuvo de padrinos de bautismo a María de Liechtenstein y al político y fadista Nuno da Camara Pereira , lleva aún una vida más de perfil bajo que la de su hermano. Estudia Comunicación en la Universidad Católica de Lisboa, no deja rastro en las redes sociales, como otras royals de su generación, y sus declaraciones a los medios son más bien escasas.
[Católico y soltero: así es Alfonso de Braganza, pretendiente al trono portugués]
En la actualidad vive con sus dos hermanos en la capital portuguesa y no es habitual verla en actos sociales, por lo que podríamos decir que lleva una vida prácticamente anónima. Sin embargo, su presencia no pasó inadvertida en el Baile de Debutantes del año pasado en París (conocido popularmente como Le Bal). Una participación que fue alentada por sus padres, que veían en este acontecimiento, cita de aristócratas o de hijos de celebrities, como una oportunidad de establecer relaciones diplomáticas (y, por qué no, también personales).
En esta fiesta fue fotografiada con el apuesto Joannes Pedro de Jong, hijo de María Teresa de Orleans y Braganza , pero a día de hoy nada ha trascendido de la relación que pueda haber entre ambos.
En unas declaraciones recientes a 'Flash', un medio portugués, su madre, Isabel de Heredia , ha manifestado lo importante que es para sus hijos que adquieran una formación, aunque después decidan dedicarse a otra costa distinta a la que hayan estudiado: "Siempre les digo que estudien lo que les guste, que luego hagan lo que quieran, porque la parte práctica es muy importante, pero es fundamental que mis hijos trabajen".
Isabel, que desde su boda en 1995 con Dom Duarte, ha sido una mujer discretísima, ha sido crucial en la educación de sus hijos y en cómo se ha forjado su personalidad, como reconocía a la revista 'Caras' el año pasado: "Promuevo situaciones en las que nos sentemos a la mesa a conversar o dar paseos juntos. Por ejemplo, todos los años hacemos un viaje los cinco".
La prensa portuguesa, fan de María Francisca
Dos de las claves son que han dado a sus hijos mucha independencia (por ejemplo, María Francisca cursó su Erasmus en Roma el año pasado ) y mucho diálogo.
La prensa portuguesa, proclive a una vuelta de la monarquía, suele publicar con frecuencia loas a la joven aristócrata y destacan, además de su ya reiterada discreción, su belleza y posición, que la convierten en una codiciada soltera, al igual que su hermano.
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María Francisca, con su padre. (Instagram)
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07/10/2018 05:55 - ACTUALIZADO: 07/10/2018 05:56
El caso de María Francisca de Braganza (y el de sus hermanos) no es el único ni muchísimo menos, pero lo que la diferencia de otros royals, que en realidad no lo son, es su deseo de no estar en primer plano.
En Portugal, como en otros países europeos, la monarquía es un sentir que se identifica con el pasado. Lo que no significa que no haya descendientes de las casas reales que sigan empeñados en la restauración de esta institución algún día. En Francia tenemos el ejemplo de Luis Alfonso de Borbón , en Italia a Emanuele Filiberto de Saboya , que está redoblando sus esfuerzos por alcanzar notoriedad e incluso se plantea crear un partido político. O, como hemos visto la semana pasada, Nicolás de Rumanía , que, despojado de su título real y apartado de la lucha sucesoria, se casaba en el país en el que desearía ser rey algún día.
Su padre, aspirante al trono
En Portugal no hay monarquía desde 1910 cuando fue depuesto el último rey, Manuel II , pero los monárquicos siguen agazapados por si algún día cambian las tornas y regresan los reyes. El aspirante no es otro que Eduardo Pio de Braganza , conocido popularmente como Dom Duarte, nacido en Suiza y que visitó Portugal por primera vez en los años 50.
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Hijo de un primo del último monarca, tiene a su vez tres hijos: Alfonso, el que más notoriedad ha adquirido hasta el momento ; María Francisca, de la que nos vamos a ocupar a continuación, y Dionisio, nacidos en 1996, 1997 y 1999, respectivamente.
Dom Duarte sigue realizando a lo largo de los años intensas actividades como representante de la Casa Real dentro de Portugal y también fuera, sobre todo a través de la Fundación Manuel II, pero ese legado quedará algún día en manos de sus hijos, quienes son conscientes del peso de su linaje, pero que no parecen particularmente preocupados por ello. El primogénito,Alfonso, príncipe de Beira y duque de Barcelos , ha llevado una vida muy discreta, fruto de la educación que ha recibido de sus padres, al igual que sus otros dos hermanos, a quienes ocasionalmente vemos en fotografías con sus progenitores.
Nuevo título nobiliario
María Francisca, por su parte, se ha convertido este verano en duquesa de Coimbra , en una ceremonia celebrada en esa misma ciudad, en la iglesia Reina Santa, rodeada de su familia. Una distinción de la que se rindió cuenta a través de las redes sociales y de los 'ecos de sociedad' de distintas publicaciones, que informaban de un acontecimiento que para la mayoría de los portugueses no ha tenido relevancia alguna. No en vano el sentir popular en estos momentos no parece especialmente proclive a la instauración de la monarquía ni a su boato que contra viento y marea mantiene Dom Duarte.
Dom Duarte, en un encuentro con los Reyes en 2014. (Reuters)
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En la actualidad vive con sus dos hermanos en la capital portuguesa y no es habitual verla en actos sociales, por lo que podríamos decir que lleva una vida prácticamente anónima. Sin embargo, su presencia no pasó inadvertida en el Baile de Debutantes del año pasado en París (conocido popularmente como Le Bal). Una participación que fue alentada por sus padres, que veían en este acontecimiento, cita de aristócratas o de hijos de celebrities, como una oportunidad de establecer relaciones diplomáticas (y, por qué no, también personales).
En esta fiesta fue fotografiada con el apuesto Joannes Pedro de Jong, hijo de María Teresa de Orleans y Braganza , pero a día de hoy nada ha trascendido de la relación que pueda haber entre ambos.
En unas declaraciones recientes a 'Flash', un medio portugués, su madre, Isabel de Heredia , ha manifestado lo importante que es para sus hijos que adquieran una formación, aunque después decidan dedicarse a otra costa distinta a la que hayan estudiado: "Siempre les digo que estudien lo que les guste, que luego hagan lo que quieran, porque la parte práctica es muy importante, pero es fundamental que mis hijos trabajen".
Isabel, que desde su boda en 1995 con Dom Duarte, ha sido una mujer discretísima, ha sido crucial en la educación de sus hijos y en cómo se ha forjado su personalidad, como reconocía a la revista 'Caras' el año pasado: "Promuevo situaciones en las que nos sentemos a la mesa a conversar o dar paseos juntos. Por ejemplo, todos los años hacemos un viaje los cinco".
La prensa portuguesa, fan de María Francisca
Dos de las claves son que han dado a sus hijos mucha independencia (por ejemplo, María Francisca cursó su Erasmus en Roma el año pasado ) y mucho diálogo.
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