Aline Griffith, condesa viuda de Romanones “Cambiar la ley de sucesión de títulos nobiliarios ha sido nefasto”
Pilar Blanco
Siempre se la ha considerado una de las mujeres más elegantes y con más amistades entre la nobleza. Aline Griffith ha publicado un libro en el que hace un repaso de su vida.
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Siempre se la ha considerado una de las mujeres más elegantes y con más amistades entre la nobleza. Aline Griffith ha publicado un libro en el que hace un repaso de su vida.
- Leonardo da Vinci decía que la sabiduría es la hija de la experiencia. Aline Griffith, condesa viuda de Romanones, llegó a España en 1943 cuando los taxis eran coches de caballos y todavía había cartilla de racionamiento. Acaba de publicar sus memorias El fin de una era (Ediciones B). Es consciente de que su libro no va a ser bien recibido porque dice lo que piensa, no lo que es políticamente correcto.
- -Usted habla español con un fuerte acento americano...
-Nunca perdí el amor por EE UU, pero me siento apasionadamente española. Me casé muy joven y maduré en el seno de una gran familia. A mi país le pierde la soberbia; es tan rico y poderoso que no ha tenido necesidad de conocer al resto del mundo. El americano medio viaja poco, entre otras cosas, porque sólo tiene 15 días de vacaciones...
- - El abuelo de su marido era presidente de la Grandeza de España. ¿Cómo era la relación de los nobles con Franco?
-Estaban en contra porque consideraban que estaba usurpando el lugar que le correspondía a Don Juan. Hasta que no murió aquella generación, los nobles de España no aceptaron a Franco.
- -Sorprende que cuente que era divertido.
-Tal vez no es el adjetivo adecuado, pero todo el mundo lo describía como alguien muy serio y tieso; incluso sus ministros decían que era tan sobrio que ni siquiera disfrutaba de la comida, tan espartano que parecía de cuartel. Lo conocí en una cacería, me sentaron a su lado y conmigo fue muy amable, me sorprendió lo puesto que estaba en la política de EE UU.
- -¿Es verdad que Franco hacía trampas y cazaban por él?
-Sus soldados nos cogían las perdices que habíamos cazado y se las ponían a él. Se lo cuento a su hija y ésta me corrobora que es así, pero no se atreve a decírselo a su padre.
- -Carmen Franco es buena amiga suya...
-Sí, de las personas que conozco es de las que más admiro; se parece mucho a su padre, es muy inteligente, espartana, culta, con una gran memoria. Sufrió mucho; le costó entender el cambio tras su muerte: de los tres días de largas colas para dar el último adiós a la antipatía. - -¿Qué piensa Carmen de lo que hace su hija, siempre en las revistas del corazón?
-Nunca comenta nada que pueda perjudicar a sus hijos.
- -¿Tenía Carmen Polo mucha ascendencia sobre el general?
-Yo era demasiado joven para darme cuenta de si tenía poder sobre Franco o no. En la formación que recibí como espía me habían contado que Franco era un hombre feroz porque era amigo de Hitler. Eso fue cierto al comienzo, pero al general no le importaban ni los alemanes ni los aliados, sólo le importaban los españoles. ¡Estuve en la cárcel de Málaga por viajar sin un visado especial! Pero con el tiempo entendí que controlar los desplazamientos fue necesario para evitar que se tomara Gibraltar y que los alemanes tuvieran una salida por el Mediterráneo. ¡La Segunda Guerra Mundial hubiera sido diferente!
- -¿Y es verdad el rumor de que los duques de Windsor eran pro Hitler?
-¡Eso es falso!
-¿Y que el duque de Windsor abdicó, libremente, por amor?
-Bajo mi punto de vista se equivocó al renunciar al trono. Wallis Simpson estaba desesperada porque no quería que abdicara. Es verdad que el duque estaba locamente enamorado de ella, pero la verdadera razón de su abdicación fue una conspiración urdida por el primer ministro Stanley Baldwin, la Iglesia de Inglaterra y miembros de la Familia Real. Era demasiado moderno, muy popular entre los ingleses, le preocupaban todas las cosas y eso hacía que se inmiscuyera en la política social; utilizaron su matrimonio como excusa.
-¿Y Wallis Simpson estaba tan enamorada como él?
-Mucho menos. Ésa era mi percepción aunque al final creo que lo llegó a querer mucho.
- -Otra de las parejas que aparecen en su libro es Ava Gardner y Frank Sinatra, que no sale bien parado...
-No era bueno. Trataba muy mal a Ava, quien, a pesar de sus borracheras, era más decente que Sinatra. Ella sufrió mucho por su culpa y eso la llevaba a la bebida. Él era muy celoso, muy machista, decía muchos tacos... Ava era una mujer bellísima incluso sin pintar, con un cuerpo espectacular; no era muy inteligente, pero sí era muy buena persona y, sobre todo, muy frágil.
-¿También Luis Miguel Dominguín le hizo daño?
-Su relación duró muy poco. Yo nunca he creído que el torero alardeara de que había sido su amante. Le conocí mucho y estaba muy por encima de los toreros de la época a nivel cultural.
- -Tampoco salen muy bien parados en su libro los Kennedy.
-Jackie Kennedy sólo era encantadora con los hombres, no con las mujeres. La conocí en New York, era una mujer muy interesada. Su buena prensa fue por ser la primera vez que una mujer de esas características ocupaba la Casa Blanca y John era incluso más mujeriego de lo que se cuenta. Era vergonzoso que un presidente de los EE UU se comportara así y, además, está el fracaso de la invasión en la bahía de Cochinos...
- -Otra de sus grandes amigas fue Lola Flores.
-Era una mujer y una artista sin igual, simpatiquísima, fantástica. Una vez, tras haber estado actuando por Suramérica con muchísimo éxito, me preguntó: “Tú, que eres una mujer de mundo, ¿qué crees que debo hacer con el dinero que he ganado en este tiempo?”. Le contesté: “Lo mejor es que vayas al banco, seguro que te darán unos buenos intereses”. Mi sorpresa fue su respuesta: “¡No quiero saber nada ni de banco ni de banqueros. Mejor se queda donde está, debajo del colchón!”.
- -A Grace Kelly la conoció mucho antes de casarse con Rainiero.
-Vino mucho a la finca Pascualete que tenemos en Trujillo. La vi dos meses antes de su muerte. Grace y Ava eran íntimas amigas, pero de eso me enteré cuando se casó con Rainiero. Ava decía: “Grace es la mejor borracha que conozco”. Era muy inteligente.
- -En la alta sociedad española, ¿hay mucho parásito?
-No pueden vivir sin trabajar porque están todos arruinados. En la época de Franco nos expropiaron muchas fincas y no nos pagaron casi nada.
- -¿Qué le parece que las mujeres puedan recibir títulos nobiliarios?
-Ha sido nefasto, ha creado graves problemas entre hermanos, hay familias que no se hablan, muchas causas están en los tribunales y eso es terrible. Se están remontando a varias generaciones atrás, imagínese el lío. Se ignora que la ley que había proviene del siglo XIII. En Inglaterra las mujeres simplemente no heredan. ¿Por qué si el sucesor al trono es el Príncipe y no Doña Elena no hacen lo mismo con los títulos nobiliarios?
- -Me sorprendió mucho el libro que escribió sobre Chacal. Fue usted muy benévola con alguien que había asesinado a más de 80 personas...
-Tenía mucho miedo. Resulta que Carlos trabajó en la empresa de seguros que dirigía mi marido, venía a menudo a casa. Yo, ¡una agente del servicio secreto americano!, no sospeché jamás. Era muy educado, culto, hablaba a la perfección inglés. Me enteré que Carlos era el Chacal por el periódico y seguía libre. A los tres meses de publicar el libro le capturaron los franceses en Sudán...
- -También extraña que diga que Fernando Marcos sea el político que más admira.
-Era lo contrario que su mujer. Había pasado la Segunda Guerra Mundial en una cárcel japonesa, pasó muchas calamidades. Hizo mucho por Filipinas, mejoró la vida de sus ciudadanos y fue un dirigente muy fiel a EE UU.
-Pero es Norteamérica la que le engaña para echarlo del país.
-Me pareció una vergüenza.
- -También dejaron caer al sah de Persia.
-Otro desastre. ¡Mire cómo está Irán! El sah mantuvo Oriente Medio tranquilo porque todos le tenían miedo. ¡Fue una decisión de Carter, el peor presidente que ha habido jamás en EE UU! Ni siquiera le dejaron volver cuando estaba enfermo de cáncer.
- -Sin embargo, Carter, como Obama, ha recibido el Nobel de la Paz.
-No tengo palabras. Eso demuestra que el Nobel es un premio político.
- -¿Habla a menudo con Nancy Reagan?
-Sí, ahora está más frágil, somos de la misma edad. ¡Me reprochaba que no la ocultara! Primero conocí a Reagan en Los Ángeles, todavía no se había elegido ni como candidato republicano. Me llamó para que le diera contactos y le contara cosas del exterior porque ¡no sabía nada!
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