La CNMV multa a Borrell con 30.000 € por usar información privilegiada en de venta acciones Abengoa

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La CNMV multa a Borrell con 30.000 euros por usar información privilegiada al vender acciones de Abengoa
El ministro de Asuntos Exteriores se deshizo en 2015 de títulos de la compañía, de la que era consejero, un día antes de que suspendiera pagos y se desplomara en Bolsa
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LUCÍA ABELLÁN
Madrid 27 NOV 2018 - 21:58 CET
por usar información privilegiada en la venta de acciones de la compañía Abengoa, de la que era consejero, en un momento crítico para la firma. Borrell se deshizo en 2015 de 10.000 acciones de la tecnológica solo un día antes de que se desplomara en Bolsa, con motivo de la presentación de un preconcurso de acreedores. El organismo supervisor de los mercados considera que, como consejero de la empresa —con acceso a información sensible—, el ministro cometió "una infracción muy grave" al realizar la operación. La sanción aparece este martes en el Boletín Oficial del Estado. Borrell ha decidido no recurrir,aunque considera errónea la evaluación de la CNMV.

La venta de acciones se efectuó el 24 de noviembre de 2015, justo dos días antes de que Abengoa presentara el preconcurso de acreedores y las acciones cayeran un 52,07% y un 29,72% en las siguientes dos jornadas bursátiles. La CNMV, que abrió expediente a Borrell y lleva investigando el caso desde julio de 2017, impuso la multa el pasado 27 de septiembre, según recoge el BOE. La decisión viene firmada por el presidente de este organismo, Sebastián Albella, y está fechada el 15 de noviembre.

La nota oficial recoge que Borrell se desprendió de 10.000 acciones, por un importe de 9.030 euros, "por la venta por cuenta de un tercero". Ese tercero es Carolina Mayeur, exesposa del ministro, a cuyo nombre figuraba el paquete de acciones vendido en noviembre de 2015. El texto publicado este martes considera que esa venta se hizo "disponiendo de información privilegiada sobre este emisor", en referencia a Abengoa. La multa aplicada es la mínima que contempla la Ley del Mercado de Valores para las faltas muy graves, sin el descuento del que podría haberse beneficiado el titular de Exteriores por pronto pago.

Borrell reconoció el mes pasado, cuando la CNMV ya le había impuesto la multa pero aún no se había divulgado, que “no fue adecuado” vender una parte “muy, muy pequeña” de la cartera de acciones de Abengoa que gestionaba. El ministro admitió la falta de oportunidad “por el momento en que se produjo y por la apariencia de irregularidad que pudo generar”. A juicio de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que vela por la transparencia en los mercados, Borrell "conocía información relevante que todavía no había sido publicada". Aunque el ministro no desveló la cantidad de acciones que tenía, fuentes próximas a él aseguraron en octubre que estaba valorada en unos 380.000 euros.

Pese a que en un principio contempló hacerlo, el ministro decidió finalmente no recurrir la multa. En primer lugar, para que el asunto quede zanjado y no adquiera más relevancia pública. También, según sugirió hace unos días en el Congreso, para evitar una situación incómoda en el Ministerio de Economía. Porque para recurrir la sanción tendría que presentar un recurso de alzada ante su compañera de gabinete, la ministra de Economía, Nadia Calviño. “Sería una situación anómala”, dijo Borrell, “recurrir a un Gobierno del que formo parte y no me parece políticamente correcto, porque puede ser presentado como un conflicto de intereses”. Agotada esa vía, Borrell podría haberse dirigido a un juzgado de lo contencioso-administrativo. Al aceptar abonar la sanción, el ministro renuncia a estos procedimientos, aunque presentará un escrito ante la CNMV para dejar patente su discrepancia con el análisis de este organismo, según explican fuentes conocedoras de esas intenciones.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha pedido la dimisión de Borrell. Lo ha hecho a través de un mensaje en Twitter: "Este gobierno no se puede permitir un ministro sancionado por la CNMV por vender acciones con información privilegiada. Respeto a Borrell por su inteligencia y su altura política y creo que dimitirá sin necesidad de que se lo exijamos. Hoy tiene la oportunidad de dar ejemplo".
https://elpais.com/politica/2018/11/27/actualidad/1543307276_424238.html
 
LAS RESPONSABILIDADES DE LOS MINISTROS
Sánchez decide ignorar que Borrell usó “información privilegiada” y mantiene al titular de Exteriores en el Gobierno
  • Las explicaciones del ministro no convencieron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que le ha impuesto una multa de 30.000 euros por una falta muy grave en sus obligaciones cuando era consejero de Abengoa
  • PP, Podemos, Cs, Esquerra y el Govern catalán piden la dimisión del titular de Exteriores, cuya versión es que si hubiera tenido información privilegiada no hubiese sufrido cuantiosas pérdidas

https://elpais.com/politica/2018/11/27/actualidad/1543307276_424238.html

Es un hombre puesto ahí por los mastodontes el PXXE. Ese es el problema.
 
EL MINISTRO VENDIÓ LAS ACCIONES 12 MIN. DESPUÉS DE RECIBIR LA LLAMADA DE DOMÍNGUEZ ABASCAL
El actual secretario de Estado de Energía dio a Borrell la información privilegiada cuando presidía Abengoa
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José Domínguez Abascal (Foto: Euromedia Comunicación).

17 Comentarios


El actual secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, fue el encargado de dar el chivatazo a Josep Borrell para que vendiera su paquete de acciones en Abengoa. Domínguez Abascal era, por aquel entonces, presidente no ejecutivo de la compañía y facilitó la información privilegiada –dos días antes de que Abengoa presentara el preconcurso de acreedores– que le ha costado al actual ministro de Asuntos Exteriores una multa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por valor de 30.000 €.

Borrell vendió las participaciones en Abengoa 12 minutos después de haber mantenido una conversación telefónica, tal y como reflejan los datos internos de la investigación por la venta del paquete accionarial. Y esa conversación fue con una importante persona, relevante en Abengoa en aquel momento, y relevante ahora en el Gobierno: José Domínguez Abascal.

Y es que Domínguez Abascal estuvo presente en Abengoa desde 2008 y pasó por cargos de alta responsabilidad como el de secretario general Técnico de Abengoa, asesor del presidente en temas de I+D y tecnología, presidente no ejecutivo desde septiembre de 2015 y presidente ejecutivo de la compañía entre el 3 de diciembre de 2015 y marzo de 2016. Hoy, Domínguez Abascal es el secretario de Estado de Energía del Gobierno de Pedro Sánchez.

expediente contra el actual ministro de Exteriores, Josep Borrell, por la venta en aquel momento, noviembre de 2015, de acciones de Abengoa de un familiar suyo por un valor total de 9.030 euros. La sanción se acaba de conocer: 30.000 euros. Y hay que recordar, además, que el ahora ministro de Exteriores era consejero de la compañía y, según la CNMV, conocía información no desvelada.



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Abengoa.


Justo después de la venta de las acciones, a finales de noviembre de 2015, Abengoa solicitó el preconcurso de acreedores. La CNMV afirmó en su expediente, fechado el pasado 27 de septiembre, que Borrell conocía, por su cargo de consejero en la compañía, “información relevante que no había sido publicada”.

El organismo encargado de la regulación bursátil explicó en un comunicado el procedimiento llevado a cabo y confirmó los hechos y la multa. Fue la propia CNMV, de ese modo, la que aclaró que el expediente se inició el 13 de julio de 2017 y que la venta de esos títulos de Abengoa había sido ordenada por Borrell, aunque las acciones no le pertenecían a él, sino a una persona de su entorno cercano.

El ahora ministro de Exteriores era administrador de unas acciones que pertenecían a un familiar

El propio Borrell, tras la publicación del expediente explicó que en 2016 la CNMV inició “actuaciones administrativas” sobre una operación de la cartera de valores de “un familiar”, que, pese a no corresponder a títulos bursátiles de su propiedad, él había aceptado administrar.

El ministro no quiso en ese instante concretar el importe de la sanción. Aunque su frase aludió a que el montante de la multa era “bastante mayor” que los 9.030 euros de la operación investigada. “Era una parte muy, muy pequeña de mi cartera de valores, que desgraciadamente perdí, si hubiera tenido información privilegiada no lo habría perdido todo”, afirmó el ministro desde los pasillos del Congreso de los Diputados.

Josep Borrell lleva tiempo, de hecho, pendiente de los trámites abiertos por la situación de Abengoa. Con este motivo tuvo que declarar en octubre de 2017 en el juicio contra la ex cúpula de la multinacional a causa de las indemnizacionesal expresidente de la compañía Felipe Benjumea y su ex consejero delegado, Manuel Sánchez Ortega, tras su cese. Borrell, sin embargo, no tuvo que hacerlo como investigado sino en calidad de testigo como integrante de la comisión de nombramientos y retribuciones. La explicación del que fuera consejero de la empresa subrayó que él no estuvo presente en la reunión del consejo de administración que finalmente aprobó dichos pagos.

Miembro independiente del Consejo

Borrell se unió a las filas de Abengoa en el año 2009 como miembro independiente del Consejo de Administración de la compañía. En 2010 el papel del ahora ministro fue en aumento y llegó a ocupar el cargo de presidente de su consejo asesor internacional.

Desde 2009 y hasta su salida de la compañía en 2016, Borrell cobró más de dos millones de euros procedentes de las cuentas de Abengoa. A partir de 2010, cuando comenzó a formar parte de diversas comisiones del consejo, su salario anual ascendía a cerca de 300.000 euros.

Borrell, por otra parte, formaba parte del consejo de administración cuando la banca acreedora exigió la marcha de Benjumea con el propósito de impulsar la ampliación de capital de 650 millones de euros. De hecho, el ahora ministro fue el único miembro de la comisión de nombramientos y retribuciones que no fue imputado en el juicio contra la excúpula de la compañía sevillana por las indemnizaciones que recibieron el entonces presidente, Felipe Benjumea, y el consejero delegado, Manuel Sánchez Ortega, tras su marcha en septiembre de 2015: 11,4 y 4,4 millones de euros, respectivamente.
 
Pues sale ahora en tv con la misma prepotencia y chulería de siempre.
Pegándole una bronca a una periodista por osar interrumpirle.
 
Comentario de sobrado.
Te go yo mucho patrimonio para por 9.000 euros hacer algo ilegal.
Señor Borrell en este su país hay gente que precisa trabajar casi un año para lograr eso, levantándose a las 6 y desplazándose en caro transporte público para rendir.

En que mundo vive esta gente??
 
¿Alguien se creyó lo de la moralización de la vida pública?


Declarando su "apoyo total" al ministro Borrell, Sánchez ha traicionado los compromisos de regeneración que hizo hace seis meses

Carlos Elordi
28/11/2018 - 21:27h
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El ministro de Exteriores Josep Borrell en un encuentro internacional sobre Patrimonio para el Desarrollo.EDUARDO PARRA / EUROPA PRESS

La previsión del Gobierno, expresada sin recato por alguno de sus corifeos mediáticos, es que de la multa a Borrell se deje de hablar dentro de pocos días. Y eso es lo más probable. Sí, el episodio quedará inscrito indeleblemente en el currículo del ministro. Pero se sumará a la lista, ya insoportablemente larga, de trasgresiones de la moral pública que no tienen trascendencia política alguna. Declarando su "apoyo total" al ministro, Pedro Sánchez ha traicionado los compromisos de regeneración que hizo hace seis meses y aunque la gravedad del asunto es mucho menor se ha comportado como lo hace el PP con sus casos de corrupción: mirando para otro.




En una democracia idílica, y en algunas con nombre y apellido también, Borrell no habría aceptado el cargo de ministro sabiendo que tenía pendiente una sanción por algo que a algunos les parecerá una tontería, pero que no deja de tener su miga. Vender acciones de Abengoa dos días antes de que se hundieran en el mercado sabiendo que eso iba a ocurrir porque él formaba parte de la dirección de la compañía no solo viola las normas. De ahí la multa. Es también un comportamiento indigno que convierte al titular de exteriores en una persona de la que la ciudadanía no puede fiarse. Porque esa disponibilidad para la trampa podría volver a aparecer en situaciones de mucho mayor calado que la venta de acciones por valor de 10.000 euros.

En un escenario como el que el asunto ha creado no se trata de pedir dimisiones, de ser justiciero para quedar bien con la audiencia. Quien habría de haber tomado la iniciativa y salir de la foto era el propio Borrell, como acertadamente señaló Pablo Iglesias. Pero él y Pedro Sánchez debieron convenir que eso no les convenía políticamente. Y santas pascuas. Aquí no ha ocurrido nada. Pasemos a otras cosas.

Y así estamos. Con una exministra de sanidad que celebra como un triunfo que la justicia haya decidido no procesarla por obtener irregularmente un master en la Universidad Rey Juan Carlos. Y sus correligionarios aplaudiendo. Como si los hechos que llevaron a su dimisión nunca se hubieran producido.

¿En qué se diferencia sustancialmente esa actitud, la suya y la de los que le aplauden, de la que adoptó Pablo Casado el día que supo que los tribunales no le iban a procesar por sus irregularidades académicas y sus ocultaciones al respecto?

En esos episodios, y en otros muchos más, se confirma que las normas de comportamiento de los políticos siguen pautas que nada tienen que ver con las que rigen en el resto de la sociedad. En el mundo cerrado que es la política el criterio determinante es la relación de fuerzas. Salvo casos extremos de incumplimiento flagrante de las leyes, y a veces ni siquiera en esos, lo que preside las decisiones ante situaciones conflictivas de ese tipo es si los adversarios van a ser capaces de utilizarlas para doblar el espinazo a su rival y, lo que es lo mismo pero al revés, si se tiene la fuerza necesaria para superar la tormenta que viene por intensa que esta vaya a ser. El manejo de las influencias que se tienen en los medios de comunicación es un elemento crucial en la gestión de esas situaciones. Por ambas partes. Y los entendimientos con otros partidos para que refuercen una u otra postura también

Cualquier otro criterio no cuenta en esa dialéctica. Es el juego del poder. En el que no tienen sitio más que los que lo tienen asignado con antelación. Antes, cuando la movilización social tenía un papel en la dinámica política, lo que algunos llamaban "las masas" podían invitarse por su cuenta y hasta alterar significativamente el rumbo del poder. El sucedáneo actual de esa influencia es el voto. ¿Pero cuántos se acordarán del asunto Borrell o de las trampas de Pablo Casado cuando les toque meter su papeleta en una urna? Los habrá, pero no serán muchos. Y eso, además, no es la democracia.

Pero es lo que tenemos. Y así va a seguir. Desde luego no parece que Pedro Sánchez vaya a cambiarlo sustancialmente, decepcionando a quienes creían que había llegado para hacerlo. Está demasiado apretado por las limitaciones que se dificultan su gestión como para meterse en el berenjenal de la moralización de la vida pública. Que, en primer lugar, hasta podría reventar la aparente estabilidad interna del PSOE si caminara en esa dirección. Nadie ahí dentro quiere ser un chivo expiatorio.

Y en este terreno de Pablo Casado es casi mejor ni hablar. Su fuga hacia delante le lleva hacia la xenofobia –vuelve a estar clara la mano de Aznar – y no le permite entretenerse con otras menudencias. Por eso el PP ha archivado el asunto del mensaje de Ignacio Cosidó a sus parlamentarios, tranquilizándoles en el sentido de que el Tribunal Supremo seguía controlado. Aunque eso comprometa gravemente la imagen de independencia que pretende tener el juez Manuel Marchena y ponga aún más en cuestión la supuesta imparcialidad del tribunal que va a juzgar a los independentistas catalanes.

Y el PP calla también sobre las grabaciones del excomisario Villarejo. Que por muy manipuladas que puedan estar no dejan de describir a la anterior cúpula del partido como una guarida de delincuentes sin escrúpulos. Casado ha dicho que él no tiene nada que ver con eso. Pero, ¿cómo creerle si era ya un dirigente destacado del partido cuando se producían esos hechos?

Ciudadanos y Unidos Podemos esperan obtener ventajas electorales de unos y otros comportamientos. Pero no parece que el eventual ascenso de esos partidos vaya a tener la dimensión necesaria para propiciar un cambio sustancial en los modos de la política española. Al menos por ahora. O sea, que habrá que aguantar.

https://www.eldiario.es/zonacritica/Alguien-creyo-moralizacion-vida-publica_6_840675960.html


Me acuerdo ahora de aquello:



No sé hasta que punto podrá mantener su limpieza rodeado de impurezas....:wideyed:
 
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