La ciencia lo confirma: Mejor solo que mal acompañado

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La ciencia lo confirma: Mejor solo que mal acompañado





Las relaciones interpersonales son una inmensa fuente de alegría, pero también causan grandes desilusiones. Por eso, si bien numerosos estudios han demostrado que contar con una sólida red de apoyo social es importante para recuperarnos de las enfermedades y mantener a raya problemas como la depresión, no es menos cierto que en algunos casos, es válido el viejo refrán: “mejor estar solo que mal acompañado”.

Cuando una relación aporta más insatisfacciones que satisfacciones, más penas que alegrías y nos resta más que sumas, ha llegado el momento de hacer un alto en el camino y repensarlo todo. Tendrás que decidir si esa relación puede repararse y tener un futuro o si, al contrario, necesitas poner punto final.

Una relación de pareja tóxica puede afectar tu salud
Psicólogos de la Universidad Estatal de Nueva York han puesto el dedo en la llaga al comprobar que una relación de pareja que nos haga infelices puede tener un impacto muy negativo sobre nuestra salud, tanto física como psicológica. De hecho, la calidad de una relación de pareja puede afectarnos mucho más de lo que podríamos pensar.

En la investigación, los psicólogos analizaron durante dos años las relaciones de pareja de 200 jóvenes, tanto noviazgos como matrimonios, con el objetivo de determinar cómo estas influían en la salud de sus miembros.

Descubrieron que aproximadamente un tercio de los jóvenes experimentaron cambios significativos en sus relaciones a lo largo del tiempo, así como en su estado de salud. Cuando en la relación de pareja predominaban el amor, apoyo, afecto, compromiso y comprensión, la salud de ambos miembros mejoraba.

Sin embargo, cuando la relación estaba marcada por la hostilidad y las críticas, las personas se sentían infelices y frustradas. Si estas relaciones se mantenían a lo largo del tiempo, la salud de sus miembros comenzaba a resentirse, aparecían síntomas de depresión, problemas con el alcohol y otros malestares físicos.

También se apreció que cuánto más rápido las personas dejaban atrás esas malas relaciones, mejor se recuperaban. Eso significa que cuanto más nos mantengamos atados a una mala relación, más difícil nos resultará recuperarnos, tanto en el plano emocional como físico.

Hostilidad y falta de apoyo, sensaciones psicológicas con repercusiones físicas

Una mala relación de pareja puede precipitarnos en un estado de estrés en el que la desilusión se mezcla con el pesimismo y la ira. Obviamente, mantenernos en ese estado durante mucho tiempo terminará provocando cambios a nivel fisiológico que afectan nuestra salud.

En este sentido son especialmente reveladoras una serie de investigaciones realizadas por psicólogos de la Universidad Estatal de Ohio que demuestran el enorme impacto que una relación de pareja puede tener sobre nuestro estado de salud.

Estos investigadores estudiaron a 76 mujeres, la mitad de ellas casadas y la otra mitad divorciadas o a punto de separarse. Al realizarles un examen de sangre descubrieron que quienes mantenían una relación de pareja complicada o seguían atadas emocionalmente a una relación difícil, mostraban una respuesta más débil del sistema inmunitario.

Luego reclutaron a 42 matrimonios con el objetivo de investigar qué sucede en nuestro organismo durante una discusión de pareja. Un día la pareja debía hablar durante media hora sobre un tema que le granjeara el apoyo mutuo pero otro día debía abordar un tema en el que no estaban de acuerdo y que generara tensión.

Mientras hablaban, los investigadores les hicieron pequeñas quemaduras en los brazos para analizar el efecto del apoyo o la incomprensión en el proceso de curación. Comprobaron que cuando las parejas discutieron, sus heridas tardaron un día más en sanar. De hecho, en las parejas que mostraron una mayor hostilidad, las heridas tardaron dos días más en cicatrizar.

Estos datos sugieren que el estrés que podemos experimentar en una relación de pareja realmente desencadena cambios en nuestro organismo que, a largo plazo, pueden pasar factura a nuestra salud. Por tanto, si estás “atrapado” en una relación tóxica, que te genera más insatisfacción que felicidad, deberías hacer un alto para repensar el camino que habéis emprendido, reflexionar y buscar la mejor solución para ambos.

¿Por qué es mejor estar solo que mal acompañado?
Hay personas que ejercen una influencia positiva. Personas que aportan mucho y que nos ayudan a crecer. Hay otras personas que, por el tipo de relación que hemos establecido con ellas, nos restan. Cuando estamos en compañía de estas últimas, podemos sentirnos solos porque no tenemos puntos en común y nos sentimos incomprendidos, lo cual conduce a un vacío afectivo. La escritora australiana Germaine Greer lo resumió perfectamente: «La soledad nunca es más cruel que cuando se siente cerca a alguien que ha dejado de comunicarse«.

En muchos casos, esas relaciones se convierten en una fuente de frustración o agobio sistemático que nos arrebata nuestra energía emocional o incluso terminan afectando nuestra autoimagen y autoestima. El supuesto amor degenera en formas de convivencia que resultan frustrantes, francamente catastróficas y muy alejadas del auténtico placer, felicidad y satisfacción que debería aportar. En esos casos, es mejor estar solo que mal acompañado.

La soledad elegida puede llegar a ser un bálsamo para el alma. Nos brinda una increíble libertad y, sobre todo, nos permite estar a solas con nosotros mismos, para reencontrarnos. La soledad también nos permite establecer nuestras propias prioridades, nos anima a ponernos en el centro de nuestra vida y a tomar las riendas de nuestro destino, asumiendo plenamente las responsabilidades por nuestras decisiones.

No se trata de un cambio intrascendente, sobre todo si tenemos en cuenta que muchas veces, cuando estamos rodeados de personas, terminamos supeditando nuestros deseos y necesidades a los suyos, relegándonos a un segundo, tercer o cuarto plano.

La soledad, en fin, nos anima a completarnos como personas y, paradójicamente, nos prepara para el amor pleno, ese que no nace del miedo a estar solos o de la dependencia emocional sino de la madurez y del auténtico deseo de compartir la vida aportando valor al otro.

Por eso, a veces hay momentos en la vida en que debemos repensar si es mejor estar solos, que quedarnos en compañías que nos limitan o incluso dañan. A veces, tomar la decisión de romper con esa relación es simplemente una cuestión de supervivencia psicológica.

Fuentes:

Barr, A. B. et. Al. (2016) Romantic relationship transitions and changes in health among rural, White young adults. J Fam Psychol; 30(7): 832-842.

Kielcot-Glaser, J. K. et. Al. (2005) Hostile marital interactions, proinflammatory cytokine production, and wound healing. Arch Gen Psychiatry; 62(12): 1377-1384.

https://rinconpsicologia.com/mejor-solo-que-mal-acompanado/

JENNIFER DELGADO SUÁREZ
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Soy psicóloga. Por profesión y vocación. Divulgadora científica a tiempo completo. Agitadora de neuronas y generadora de cambios en mis ratos libres. ¿Quieres saber más sobre mí?
 
Sí, pero la realidad es que la gran mayoría de gente prefiere estar mal acompañada que sola. Hay muchísimas parejas que o no se soportan, o se les ha acabado el amor, o siguen juntos por inercia, o llevan años aguantando cuernos etc. etc. pero que no quieren ni escuchar hablar de separarse. En el fondo, es algo biológico: el instinto de supervivencia (la expulsión de la tribu es la muerte).
 
Sí, pero la realidad es que la gran mayoría de gente prefiere estar mal acompañada que sola. Hay muchísimas parejas que o no se soportan, o se les ha acabado el amor, o siguen juntos por inercia, o llevan años aguantando cuernos etc. etc. pero que no quieren ni escuchar hablar de separarse. En el fondo, es algo biológico: el instinto de supervivencia (la expulsión de la tribu es la muerte).
Me encanta leer todo lo q publicas
 
Sí, pero la realidad es que la gran mayoría de gente prefiere estar mal acompañada que sola. Hay muchísimas parejas que o no se soportan, o se les ha acabado el amor, o siguen juntos por inercia, o llevan años aguantando cuernos etc. etc. pero que no quieren ni escuchar hablar de separarse. En el fondo, es algo biológico: el instinto de supervivencia (la expulsión de la tribu es la muerte).

Primero, @Serendi gracias por abrir este hilo. Bueno en realidad me gustan casi todos los que abres.
Y estoy de acuerdo con la prima anterior. Me gusta mucho leerte @Sydney

Dicho esto, voy a aportar mi granito en este tema, al cual le estoy dando vueltas estos días.
La mayoría de personas no quieren estar solas porque tienen miedo de si mismos. No se conocen, no han hecho el esfuerzo ni el camino interior, ya que es difícil.
Lo más fácil es buscar una salvación en el exterior ( o sea, pareja) de ahí que prefieran estar mal acompañados que solos.

Pero....llevo tiempo pensando que la sociedad que viene será la sociedad de los solitarios.
Si miramos eso de "el que sobrevive es el que se adapta al medio", estamos hablando de que los que van a sobrevivir en la nuevas décadas (tecnologia, realidad virtual, todo online, etc) Son los que sepan estar solos, ¿no?

Los que no sepan o no quieran aprender van a tener unas décadas muy duras.
Yo lo veo así, pero es una conclusión personal.
 
Primero, @Serendi gracias por abrir este hilo. Bueno en realidad me gustan casi todos los que abres.
Y estoy de acuerdo con la prima anterior. Me gusta mucho leerte @Sydney

Dicho esto, voy a aportar mi granito en este tema, al cual le estoy dando vueltas estos días.
La mayoría de personas no quieren estar solas porque tienen miedo de si mismos. No se conocen, no han hecho el esfuerzo ni el camino interior, ya que es difícil.
Lo más fácil es buscar una salvación en el exterior ( o sea, pareja) de ahí que prefieran estar mal acompañados que solos.

Pero....llevo tiempo pensando que la sociedad que viene será la sociedad de los solitarios.
Si miramos eso de "el que sobrevive es el que se adapta al medio", estamos hablando de que los que van a sobrevivir en la nuevas décadas (tecnologia, realidad virtual, todo online, etc) Son los que sepan estar solos, ¿no?

Los que no sepan o no quieran aprender van a tener unas décadas muy duras.
Yo lo veo así, pero es una conclusión personal.
A lo que dices, con lo que estoy totalmente de acuerdo, súmale que se viven más años y por lo tanto a más edad en proporción directa más posibilidades de que vivas solo, y se tenga que poner en marcha el proceso adaptativo a esta nueva situación en nuestras vidas.
Un saludo, buenas tardes y gracias por aportar tu granito de arena a este humilde Hilo, @LOSTIE
 
@Serendi y @LOSTIE

Me parece un planteamiento interesante pero no acabo de estar del todo de acuerdo.

El hecho de que se vivan más años no tendría que implicar que más posibilidades de vivir solo porque la esperanza de vida es mayor para todos, no sólo para unos cuantos. De hecho, la esperanza de vida ya es mayor con lo que respeca a, por ejemplo, 100 años atrás. El problema es la falta de contacto, la falta de vínculos comunitarios, en definitiva: el capital social.

Por otra parte, no creo que se pueda aprender a estar solo. Es una circunstancia que, cuando viene impuesta, no te queda más remedio que aceptar, de hecho, te puedes acostumbrar, pero de ahí a que te guste o a que sea algo que se puede aprender... no lo veo. Necesitamos los vínculos con los demás. De hecho, la supervivencia de la especie no es posible en solitario, por mucho que ahora la consigna sea "las mujeres ya no necesitamos a un hombre para ser madres". Alucino cada vez que alguien suelta eso. ¿No necesitamos a un hombre? ¿Hola? ¿Y el esperma de dónde se creen que sale?
 
Me parece un planteamiento interesante pero no acabo de estar del todo de acuerdo.
-- De acuerdo, buenas tardes, siempre es bueno y enriquecedor discrepar, como modo de alcanzar el conocimiento, con otros puntos de vista--

El hecho de que se vivan más años no tendría que implicar que más posibilidades de vivir solo porque la esperanza de vida es mayor para todos, no sólo para unos cuantos. De hecho, la esperanza de vida ya es mayor con lo que respecta a, por ejemplo, 100 años atrás. El problema es la falta de contacto, la falta de vínculos comunitarios, en definitiva: el capital social.
--a esto yo le sumaría la diferencia generacional de los que te rodean, familia sobre todo, que para ellos vas siendo una luz que se va difuminando en el horizonte y si no de facto si que te van aislando, el tiempo lo tienen para otros asuntos menos repetitivos y ya sabidos como los tuyos---

Por otra parte, no creo que se pueda aprender a estar solo.
-- Si te vales por ti mismo, yo creo que si se puede por lo menos intentarlo---

Es una circunstancia que, cuando viene impuesta, no te queda más remedio que aceptar, de hecho, te puedes acostumbrar, pero de ahí a que te guste o a que sea algo que se puede aprender... no lo veo.
--guarda relación con el anterior párrafo, tiene puntos puntos en común con mi opinión, gracias---

Necesitamos los vínculos con los demás.
--Si los vínculos están ahí, lo que no existe es la voluntad ni el tiempo --repito-- para atender a esas personas mayores; y en ello y en contra juega la rapidez de nuestras existencias, que no nos damos un respiro para nosotros y menos para nuestros mayores---

De hecho, la supervivencia de la especie no es posible en solitario, por mucho que ahora la consigna sea "las mujeres ya no necesitamos a un hombre para ser madres". Alucino cada vez que alguien suelta eso. ¿No necesitamos a un hombre? ¿Hola? ¿Y el esperma de dónde se creen que sale?
--si, ahora nos vamos a reproducir mediante partenogénesis:
Tipo de reproducción sexual que consiste en el desarrollo de una célula reproductora hasta llegar a formarse un nuevo individuo, sin que se produzca fecundación; normalmente es el óvulo el que se desarrolla de este modo, como ocurre en ciertos crustáceos e insectos, pero a veces, en algunas plantas, como las algas, puede desarrollarse la célula reproductora masculina. Alucina vecina---

Saludos @Sydney
 
@Serendi y @LOSTIE

Me parece un planteamiento interesante pero no acabo de estar del todo de acuerdo.

El hecho de que se vivan más años no tendría que implicar que más posibilidades de vivir solo porque la esperanza de vida es mayor para todos, no sólo para unos cuantos. De hecho, la esperanza de vida ya es mayor con lo que respeca a, por ejemplo, 100 años atrás. El problema es la falta de contacto, la falta de vínculos comunitarios, en definitiva: el capital social.

Por otra parte, no creo que se pueda aprender a estar solo. Es una circunstancia que, cuando viene impuesta, no te queda más remedio que aceptar, de hecho, te puedes acostumbrar, pero de ahí a que te guste o a que sea algo que se puede aprender... no lo veo. Necesitamos los vínculos con los demás. De hecho, la supervivencia de la especie no es posible en solitario, por mucho que ahora la consigna sea "las mujeres ya no necesitamos a un hombre para ser madres". Alucino cada vez que alguien suelta eso. ¿No necesitamos a un hombre? ¿Hola? ¿Y el esperma de dónde se creen que sale?
Aprender a estar solo quiere decir que por ejemplo si se rompe una relación, es preferible tener tiempo psra uno mismo, para conocer lo que queremos y crecer interiormente. No enlazar relaciones sin sentido por miedo a pasar tiempo solos. Y no, no se necesita a un hombre hoy en día, podemos ser independientes y ser felices igualmente. Lo de ser madres soltera obviamente sí se necesita el esperma de un hombre jejee aunque sea anónimo. Ese tema ya es distinto, lo veo con demasiada responsabilidad para hacerlo solas.
 
@Serendi y @LOSTIE

Me parece un planteamiento interesante pero no acabo de estar del todo de acuerdo.

El hecho de que se vivan más años no tendría que implicar que más posibilidades de vivir solo porque la esperanza de vida es mayor para todos, no sólo para unos cuantos. De hecho, la esperanza de vida ya es mayor con lo que respeca a, por ejemplo, 100 años atrás. El problema es la falta de contacto, la falta de vínculos comunitarios, en definitiva: el capital social.

Por otra parte, no creo que se pueda aprender a estar solo. Es una circunstancia que, cuando viene impuesta, no te queda más remedio que aceptar, de hecho, te puedes acostumbrar, pero de ahí a que te guste o a que sea algo que se puede aprender... no lo veo. Necesitamos los vínculos con los demás. De hecho, la supervivencia de la especie no es posible en solitario, por mucho que ahora la consigna sea "las mujeres ya no necesitamos a un hombre para ser madres". Alucino cada vez que alguien suelta eso. ¿No necesitamos a un hombre? ¿Hola? ¿Y el esperma de dónde se creen que sale?

Gracias por tus ideas.
Si que tienes razón en que hemos evolucionado como especie al permanecer en grupo, pero igual ha llegado el momento en este punto de la historia en que tendremos que aprender a ser auto suficientes e independientes. Y que esta auto suficiencia e independencia será lo que nos evite entrar en situaciones de depresión, dependencia emocional, etc, que es obvio que son dañinas.
Como yo lo veo, y viendo la sociedad que llega (y pronto, porque creo que es cosa de una década) no podemos tener una generación o dos enteras con depresión o dependencia emocional, tomando pastillas o cosas peores. Porque vamos a tener una sociedad virtual, donde casi todo será online, donde los nuevos adultos (que ahora tienen 19-20) ya saben estar solos y desenvolverse en esta nueva era.

Los mayores casos de dependencia emocional, miedo a la soledad, depresión por estar solo, los estoy viendo en edades comprendidas entre 35-55 años. Entre los menores de 25 ya veo independencia, auto suficiencia y poca empatia. Lo hacen todo online y no tienen relaciones personales fuertes.

Por eso decía lo de aprender a estar solo, porque es lo que viene, y es más por sobrevivir, no por elección.
 
Sí, pero la realidad es que la gran mayoría de gente prefiere estar mal acompañada que sola. Hay muchísimas parejas que o no se soportan, o se les ha acabado el amor, o siguen juntos por inercia, o llevan años aguantando cuernos etc. etc. pero que no quieren ni escuchar hablar de separarse. En el fondo, es algo biológico: el instinto de supervivencia (la expulsión de la tribu es la muerte).


This. El miedo a no formar parte del grupo es el mayor pánico de mucha gente, que son dependientes pero no lo quieren reconocer. Y va en contra, precisamente, del instintos de supervivencia: sobreviven los más fuertes, y éstos, son los que se adaptan al medio estando solos. A alguien que tiene miedo a salirse de la tribu se lo comen en cuanto sale al bosque sin saber nociones de supervivencia, por eso hay gente que tras una ruptura se le viene el mundo encima.
 
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