Lo más terrible es que cuando decidieron mandar a los tres hijos a Miami por el secuestro de Papuchi, se dijo que se iban a vivir con su padre. Nadie nos imaginábamos que los cuidaría personalmente, pero es que ni siquiera los quiso en su casa, los mandö a la casa de Alfredo Fraile, su representante, que los adogió junto con su nani o tata, a la que todos, sobre Enrique consideran su madre.