JUBILEO DE ORO DEL SULTÁN DE BRUNEI

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El sultán de Brunei celebra por todo lo alto su 50 aniversario en el
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El sultán Hassanal Bolkiah asiste a la cerebración de sus 50 años en el trono en Bandar Seri Begawan (Brunei), el pasado jueves. BRUNEI PRIME MINISTERS OFFICEEFE
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Miles de personas se congregaron en la capital para ver al monarca, que desfiló junto a su esposa en una carroza dorada tirada por sus súbditos

La sorprendente nueva afición de la princesa Sarah de Brunei

Con todo el lujo y boato que merecía la ocasión, el poderoso sultán de Brunei, Hassanal Bolkiah, celebró este jueves por todo lo alto sus 50 años de reinado sobre este pequeño y rico Estado del sureste asiático.

Durante tan señalada jornada en el país, decenas de miles de personas se congregaron en las calles de la capital, Bandar Seri Begawan, para agitar sus banderas y tomar fotos del monarca, que desfiló junto a su esposa, Anak Hajah Saleha, en una carroza dorada tirada por decenas de sus súbditosantes de presidir una fastuosa ceremonia bajo la cúpula de su enorme palacio.

un reinado de 65 años.

Hasanal Bolkiah, de 71 años, accedió a su cargo tras la abdicación de su padre en 1967, convirtiéndose en el vigésimo noveno sultán de una dinastía que lleva más de siete siglos gobernando este pequeño país tropical, enclavado en Malasia -en la costa norte de la isla de Borneo- y con una superficie similar a la de Cantabria.

Con una fortuna valorada en unos 20.000 millones de dólares, unos 17.000 millones de euros (en su día fue el hombre más rico del mundo), la vida de Bolkiah está plagada de extravagancias, como la flota de 5.000 automóvilesdeportivos que mantiene -junto a aviones privados o helicópteros- o las dimensiones de su palacio. Situado a orillas del río, el complejo palaciego es más grande que la Ciudad del Vaticano y cuenta con casi 1.800 habitaciones y 290 baños.

Además, este padre de 17 hijos es propietario de la cadena de hoteles Dorchester Collection, a la que pertenecen alguno de los más lujosos hoteles de París, Londres o Roma. En su día a día, también cumple las funciones deprimer ministro, ministro de Defensa, ministro de Finanzas y es la cabeza de la religión islámica en su nación.

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El sultán Muda Hassanal Bolkiah, monarca absoluto de Brunei, en el Palacio de Nurul Iman, su residencia oficial. OLIVIA HARRIS REUTERS
En sus cinco décadas al frente de una de las pocas monarquías absolutas que quedan, el monarca ha visto cómo su país lograba la independencia plena en 1984 tras casi un siglo bajo protectorado británico y cómo los estándares de vida de la población se posicionaban entre los más altos del mundo gracias a las enormes reservas de gas y petróleo que hay en el territorio, fuente de la inmensa riqueza de la nación y sus gobernantes.

Sin embargo, su reinado también presenta oscuras sombras. Además de gobernar con puño de hierro a sus 400.000 súbditos, a menudo es criticado por los defensores de los derechos humanos por sus estrictas leyes islámicas y por la falta de democracia, incluyendo la falta de elecciones o una prensa libre.

Brunei, donde un 80% de su población es musulmana, ha experimentado un viraje hacia el Islam radical en los últimos años. En 2014, el monarca sancionó la entrada en vigor de la ley islámica de la sharia, que prevé la amputación de miembros por hurto, la flagelación por consumo de alcohol o aborto o la lapidación en caso de adulterio. La introducción de esta normativa provocó una ola de indignación e incluso la condena de las Naciones Unidas, y hubo llamamientos a boicotear los hoteles pertenecientes al sultán.

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El príncipe Eduardo de Inglaterra y el sultán Hassanal Bolkiah, el pasado viernes. AHIM RANIREUTERS
En los años 2000, una querella familiar sacó a la luz el ostentoso estilo de vida del hermano pequeño del sultán, el príncipe Jefri Bolkiah, acusado de haberse hecho con miles de millones en su época al frente del Ministerio de Finanzas en los años 90. Entre sus derroches figuran la tenencia deportarrollos de papel higiénico de oro, mantener un harén de amantes occidentales, la posesión de estatuas pornográficas en una propiedad de EEUU o de un yate de lujo llamado Tits (t*tas, en inglés).

Además, con la bajada global de los precios de la energía de los últimos años, los beneficios del Gobierno de Brunei se han hundido un 70%. Esto ha forzado a las autoridades a aceptar millonarias inversiones de China, sobre todo en proyectos clave de infraestructura. A cambio, el sultanato ha guardado silencio sobre las aspiraciones territoriales de Pekín en el Mar de China meridional, unas reclamaciones que se superponen a las propias de Brunei.

Pero todo eso parece haber quedado de lado en la celebración de los festejos que está teniendo lugar estos días, una de las pocas ocasiones con las que cuenta con la población local para divertirse. Los festejos continuaron este viernes con la participación de dirigentes de varios países del Sureste Asiático y Oriente Medio, entre los que figuran el presidente filipino, Rodrigo Duterte, o la dirigente de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi.
 
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