Juana Rivas

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LAS DOS VERSIONES
La historia de Juana Rivas (y Daniel, Gabriel y Francesco)
Rosa Cuervas-Mons

El pasado lunes el Tribunal Constitucional rechazaba el recurso presentado por Juana Rivas, la madre de Maracena (Granada) que se niega a entregar a sus dos hijos a su expareja, un hombre italiano condenado por maltrato. El motivo de la decisión del Tribunal, que no llegó a analizar el fondo del asunto, es que la mujer no ha agotado sus opciones de recurso ante los tribunales ordinarios.

Rivas, en paradero desconocido junto con -se supone- sus dos hijos de 3 y 11 años desde el pasado 26 de julio, deberá agotar la vía judicial antes de pedir amparo al Constitucional, una medida que su asesora ya ha anunciado que tomarán.

La versión de Juana
Si bien la historia de Juana ocupa desde hace días titulares en periódicos e informativos, La Gaceta ha preferido mantener un prudente silencio en torno a este asunto sobre el que, hasta hace no mucho, se sabía poco.

Juana Rivas debía entregar a sus dos hijos menores de edad a su expareja, un hombre italiano condenado en 2009 por lesiones contra ella. Un hombre con el que Juana volvió a establecer una relación sentimental fruto de la cual nació el segundo hijo de la pareja (hoy de tres años) y al que la mujer denunció de nuevo hace un año; una denuncia aún pendiente de tramitar por la justicia italiana.

Cuando se conoció el caso de Juana, explicaba a los medios de comunicación Francisca Granados -asesora jurídica del centro municipal de la mujer de Maracena-, la movilización social y el hecho de que la Junta de Andalucía ofreciera a Juana personarse en la causa convirtieron el asunto en “hito histórico”.

El día convenido para la entrega de los menores Juana no se presentó en el punto de encuentro y se mantiene, desde entonces, en paradero desconocido, aunque no hay orden alguna de búsqueda alguna hacia ella ni sus hijos. (Anoten mentalmente este punto, sobre el que luego volveremos).

La última hora sobre el ‘caso Juana’ la explicaba este martes la asesora de la mujer, Francisca Granados, que anunciaba que se había renunciado al recurso de queja planteado ante el Tribunal Supremo (TS) y que esperaba volver a recurrir al Constitucional.

Tras señalar la urgencia con que se debe actuar en este caso dado que los dos progenitores están citados el próximo 8 de agosto ante el Juzgado número 2 de Granada, ha negado haber recibido propuesta alguna del padre de los menores: “[Juana] nunca ha vetado a ese padre para que se ponga en contacto con sus hijos”, decía Granados que, preguntada por el paradero de Juana afirmaba: “Habrá creado un hogar para que lleven una vida lo más normal posible y se sientan bien y estén bien”.

La versión de Francesco
Mucho menos escuchada y difundida, la versión sobre el asunto que ofrece el padre de los niños, Francesco Arcuri, difiere, como era de esperar, de la de Juana.

Tomando como referencia la descripción que de Arcuri hace un columnista del diario El Mundo, se sabe de este genovés de 50 años que no ve a sus hijos desde hace más de un año y que trabaja como responsable de un hotel rural en la Isla de San Pietro.

Allí vivieron, hasta mayo de 2016, Juana y sus hijos. Entonces la mujer se fue a pasar unos días en España, y hasta hoy.

Siempre según el testimonio del propio Arcuri, Juana y él se conocieron en Londres en 2005 y poco después nació su primer hijo, Gabriel. Llegamos así a 2009, la primera denuncia: Juana, Gabriel y Arcuri vivían en Granada. Una mañana, después de que Juana “llegara a casa después de una noche de farra”, discutieron. Insultos y golpes de Juana contra el ordenador y los auriculares de su pareja. Él trata de coger los auriculares y daña a Juana en la mano. Ella va al médico y, tras ser tratada de una lesión leve, presenta una denuncia contra Francesco.

Esa tarde, cuando Francesco pasea al niño -él se encargaba de la crianza del niño y Juana regentaba una tienda- el hombre es detenido. Tras pasar una noche en el calabozo y quedar en libertad con cargos y con una orden de alejamiento de Juana, se encuentra sin poder ver a su hijo. Francesco explica que prefirió “evitar el juicio y aceptar una condena de tres meses y un año de alejamiento” para ver al pequeño.

Se quiebra la orden de alejamiento
De forma voluntaria Juana y Francesco incumplen esa orden de alejamiento; vuelven a vivir juntos y tienen un segundo hijo, Daniel, nacido en enero de 2014.

Segunda denuncia
En mayo de 2016 Juana se marcha de Italia con sus hijos asegurando que volverá. Dos meses después confirma que no regresará y meses más tarde, en noviembre, Francesco deja de poder hablar con sus hijos por skype. Llega la segunda denuncia por agresión contra Francesco.

La última hora del asunto en el lado del padre de los niños la explicaba, también este martes, su abogado, Adolfo Alonso, militante socialista: intentan abrir nuevas negociaciones con los letrados italianos de las dos partes y están dispuestos a retirar las denuncias que hay contra Juana si los niños llegan a Italia antes del día 7 de agosto. “No quiero destrozarle la vida a nadie. Aquí hay mucho sufrimiento y solo quiero lo mejor para mis hijos”, decía a la agencia EFE el propio Arcuri.

En paradero desconocido
Regresamos ahora a esa nota mental que habíamos guardado en la mitad de esta información. Hay tres personas -un adulto y dos menores- en paradero desconocido.

Que los menores están con su madre es, salvo que las autoridades sepan algo que no ha trascendido a la opinión pública, sólo una suposición. Quizá por eso, en la red social Twitter son muchos los que se preguntan bajo la etiqueta #Juananoestáenmicasa por qué las autoridades no buscan a los menores ilocalizados y piden que se encuentre a los niños.

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También cuestionan si la actuación judicial o policial sería la misma si el desaparecido presuntamente con sus dos hijos fuera un hombre y señalan sin tapujos que Juana ha secuestrado a sus hijos.

Otros, los más, cuentan con que los niños estarán bien con su madre y subrayan el sufrimiento que puede causar el hecho de entregar a sus propios hijos a alguien condenado por maltrato.

Y esto es, ahora mismo, lo que se sabe de la historia de Juana. Que es, en realidad, la historia de Daniel, Gabriel, Juana y Francesco.

https://gaceta.es/civilizacion/juana-rivas-hijos-francesco-version-20170801-1806/
 
El caso de Juana Rivas: verdades y mentiras de una dolorosa historia
BERTA CONZÁLEZ DE VEGA
  • 6 AGO. 2017 03:32
La primera vez que Juana Rivas apareció en los medios de comunicación nacionales fue en enero para entregar en el Ministerio de Justicia y en el Congreso 150.000 firmas de una petición en contra de que la Justicia permitiera que los padres maltratadores tuvieran contacto con sus hijos. Explicó que su ex pareja estaba condenado por agredirla. No entró en detalles: que aquello ocurrió en 2009, que a los dos meses había quebrado la orden de alejamiento y que, cuatro años más tarde, después de otra pareja, ella se fue a la isla de Carloforte, en Cerdeña, donde vivía él, y allí tuvieron a su segundo hijo. Juana iba asesorada por Paqui Granados, del área de igualdad del Ayuntamiento de Maracena, que la aconsejó en la denuncia de violencia de género que interpuso contra su ex, Francesco Arcuri, el 12 de julio de 2016. Fue antes de comunicarle que se quedaba en España y él exigiera la devolución de los menores, amparado por el Convenio de La Haya, que establece como excepción el peligro para los niños que los juzgados españoles no ven. Ahora, Juana Rivas está desaparecida, con sus dos hijos, desde que no se presentó el 26 de julio al punto de encuentro donde debía llevarlos. Arcuri espera en un hotel en Granada, la ciudad a la que llegó con Juana embarazada de su hijo mayor, en 2006, desde Londres, donde se conocieron.

Los detalles aparecen porque Francesco Arcuri se ha defendido, primero en un artículo de Arcadi Espada. Pero, además, un magistrado de tendencia progresista como Miquel Pasquau, del Tribunal Superior de Justicia deAndalucía, se preguntaba en su blog si en el momento en que aparece la palabra maltratador ya hay que prescindir de los jueces. Surgieron entonces dudas sobre la versión de Juana Rivas y, el próximo martes, cuando el juzgado los ha citado, una plataforma de apoyo a Francesco Arcuri estará allí. Él no está al tanto: "Sólo me preocupan los niños".

En las críticas en Tripadvisor al hostal que llevaban en Carloforte los clientes hablan de la "cordialidad" de la pareja y de las mermeladas caseras de Juana. "Jamás me dijo que la estaba maltratando. Cuando venía aquí de vacaciones, sola, sin él, tampoco. A algunos conocidos los animaba a irse allí a vivir", dice una fuente cercana a ella, que se lamenta "de lo mal que está asesorada". "Me da pena. Lo estará pasando mal y no sabrá cómo parar esto. Ella es consciente de la manipulación", añade.

La misma sensación tiene su ex pareja: "Estoy seguro de que Juana está sufriendo. Por los niños. Puede ser una gran madre, por eso quiero que vuelva allí y tengamos la custodia compartida". Una oferta inasumible para ella. Él quiere que los niños sigan viviendo en su Italia, con una cala a los pies de su casa, en un pueblecito a siete kilómetros, de 6.000 habitantes, donde tenían una asociación cultural con el nombre del pueblo de Juana Rivas: Benalúa. Hasta allí le llegó a Arcuri la noticia de la recogida de firmas y los calificativos dedicados por Juana, que le ha llamado "terrorista".

El padre niega de manera tajante el continuo maltrato al que se refiere su ex en la denuncia, sin tramitarse todavía en Italia, y dice tener muchos testimonios a su favor. En su fallo de abril, la sala de la Audiencia cree que, con la denuncia, Juana Rivas buscaba "el presumible propósito de eludir la aplicación de la norma". Era la vía para parar la devolución de unos hijos a la que era su casa. Luego vino la recogida de firmas y la resurrección de la sentencia de 2009.

Había peleas, como cuando le pidió a Juana que no saliera con el coche por la noche porque el pequeño tenía fiebre y él no se quería quedar aislado. "Juana puede perder los nervios. Una vez agarró a una conocida por el cuello. Le gusta mucho salir y entrar. Se ha podido cansar de vivir aislada y preferir Granada. Pero tuvo un hijo allí, con él, y nadie le obligó a volver", añade una persona que salió de su círculo al ver que "todo se politizaba con la ideología del género" y que la presentaban "como una causa, una heroína". También fue una causa la de Vanessa Skewes, la chilena con la que presentó las firmas y con la que aparece en las fotos ante el Congreso. También su ex pareja le había sometido, según decía, a unas agresiones que nunca pudo probar. Desde mayo, los hijos de Vanessa están con su padre y EL MUNDO desmontó gran parte de su historia.

En el proceso ha sido fundamental el informe de los equipos psicosociales de los juzgados de Familia, donde no se aprecia peligro para los niños. "Hemos pedido su nulidad. Lo tenía que haber hecho el equipo especializado en Violencia de Género", afirma María Pozo, la abogada de oficio a la que le llegó la denuncia, después de que Juana contara su caso en el área de igualdad de Maracena, "desprovista de medios porque su familia es de perfil medio/bajo y allí se le dotó de las prestaciones a las que tiene derecho". Arcuri justifica por qué no le ha pasado dinero: "Sería como reconocer que estoy de acuerdo con la situación". El italiano quiere a sus hijos con él: "Los he llevado al colegio, al pediatra. El verano pasado, para no volverme loco, les preparé una pista de fútbol y les hice una cama nueva". No ignora lo apegado que está el mayor a Juana. En el informe se dice que prefiere "el modelo educativo" de la madre. Tiene 11 años.

Equipos psicosociales
"El informe de los equipos psicosociales es perfectamente válido. No hay dos psicologías distintas a aplicar", explica José Manuel Aguilar, psicólogo y perito judicial. Una apreciación que han compartido los cuatro jueces de sala de la Audiencia de Granada que, a petición del Estado italiano, dijeron que los niños tenían que volver con el padre, como había hecho una juez antes. "Si no lo hacen, España puede tener problemas", dice otro perito que comparte grupos de Whatsapp con jueces, abogados y psicólogos.

El martes, habrá penúltimo capítulo de la huida de Juana. «No tengo ni idea de si le obligarán a decir dónde están los niños», dice resignado Arcuri, que no volverá a Italia sin verlos. «Yo de la señora Juana no sé nada desde el 25 de julio», asegura su abogada de oficio, que se niega a decir si aconsejó la huida o la entrega. En la sentencia de abril se decía que «quizás sea oportuno señalar» que «no cabe tomarse la Justicia por propia mano». También que, en caso de no entregar a los menores, se acordarían las «medidas coercitivas» necesarias, incluido «el auxilio de las Fuerzas y Seguridad del Estado». No ha ocurrido. Por ahora.

http://www.elmundo.es/cronica/2017/08/06/5985ffabe5fdea8a7e8b4641.html
 
El juez dicta orden de busca y captura contra Juana Rivas

La madre permanece desaparecida junto a sus dos hijos que debe devolver al padre en cumplimiento de una sentencia
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Juana Rivas. (EFE)
AUTOR
BEATRIZ PARERA

08.08.2017 – 10:21 H.
Juana Rivas ha optado este martes por no presentarse ante el Juzgado de Instrucción 2 de Granada que la había citado después de su huida junto a sus dos hijos el pasado 26 de julio tras incumplir la orden judicial de entregar a sus hijos al padre, condenado en 2009 por un delito de lesiones en el ámbito familiar. La vecina de la Macarena (Granada) no ha respondido a la cita con el juez, acordada en el marco de las diligencias abiertas por la vía penal para dirimir si ella ha podido incurrir en un delito penal de retención ilícita de menores.

Su decisión ha tenido graves repercusiones ya que se ha provocado que se curse en su contra una orden de detención destinada a localizarla y cumplir de este modo con la sentencia que la obliga a restituir a los niños a su padre, residente en Italia, país que reclama la vuelta al domicilio familiar de losmenores de 11 y 3 años.

La cita estaba prevista para las 10 de la mañana en el edificio judicial de Caleta, donde tiene su sede el Juzgado de Instrucción 2 de Granada, que se ha declarado hábil para este caso en el mes de agosto, después de que, en labores de guardia el pasado viernes 28 de julio, abriera diligencias previas para averiguar si la madre ha podido cometer posibles delitos de desobediencia a la autoridad judicial; de [URL='https://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2017-08-01/delitos-juana-rivas-no-entrega-hijos_1423580/']sustracción interparental de menores
y de violencia psicológica habitual contra los hijos, como apuntó la defensa de su expareja, Francesco Arcuri, que había solicitado al Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada medidas cautelares contra Rivas, entre ellas una orden de búsqueda internacional, que este juez denegó. El italiano, también citado, sí ha comparecido.[/URL]
Sí realizó un auxilio a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para que busquen a los menores tanto en Maracena como en aquellos lugares donde puedan encontrarse, después de que se le comunicara que Juana Rivas no había comparecido con ellos en el Punto de Encuentro Familiar de Granadadonde debían ser recogidos por su progenitor. También derivó el caso al juzgado de guardia al objeto de estas diligencias que dieron lugar a la citación de este martes de ambas partes, en presencia de sus abogados.

Fuentes judiciales señalan que el Convenio de La Haya de 1980 suscrito por España estipula la normativa a seguir en casos de posible sustracción internacional de menores. Italia ordenó la entrega de los niños, tras el periodo estipulado desde mayo de 2016 en que Juana Rivas, con el consentimiento del padre, estuvo con ellos en Maracena (Granada).

Sin entrar en el fondo del asunto, -en el que está pendiente de traducción y envío a los tribunales italianos de una nueva denuncia de Rivas por malos tratos ante los juzgados españoles, aprovechando este periodo en su país-, la vía penal trata de dirimir si la madre ha podido incurrir en un supuesto delito de retención ilícita de menores, al no restituir a los mismos, según pidió la Audiencia Provincial de Granada siguiendo la solicitud de Italia, y la normativa internacional vigente.

Según estas mismas fuentes, si Rivas hubiera optado por comparecer y devolver a los menores, se habría visto beneficiada por una rebaja de petición de pena en caso de que se tenga que enfrentar a la misma por algún posible delito, así como no verse expuesta a medidas cautelares. Las mismas fuentes han apuntado a que, en este punto del proceso, la razón de no haber tenido conocimiento de la citación judicial, podría carecer de validez al estar en vigor el auxilio solicitado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. El caso de Juana Rivas ha alcanzado una gran notoriedad mediática, con campañas en las redes sociales promovidas por grupos a su favor, como la que se dio a conocer con la etiqueta 'Juana está en mi casa' después de que incumpliera la orden judicial por la que había de devolver sus hijos a Arcuri.
https://www.elconfidencial.com/espa...ivas-hijos-granada-custodia-maltrato_1426526/
 
Al hilo del “CASO RIVAS”...

En tantos años de profesión nunca había sentido lo que ayer, escuchando la entrevista telefónica que una cadena de televisión realizó a Adolfo Alonso, compañero abogado que defiende los intereses del padre de los dos hijos de Juana Rivas.
Me dolía -me dolía especialmente, y me sigue doliendo- su dolor profundo al expresar cuantísima tristeza le produce la situación. Y el estupor paralizante que siente cuando algo que pertenece al campo del Derecho se convierte -sin sustento alguno- en un circo mediático. Me dolía su impotencia, sabiendo que no importaba lo que dijera: ni se le iba a entender jurídicamente, ni mucho menos comprender empáticamente. Su cliente está condenado públicamente por el solo hecho de ser hombre.

Afloran datos, sí... La Sra. Rivas no ha dudado en exhibir ante las cámaras el Fallo de la Sentencia de 2009 que condenaba al padre de sus hijos a tres meses de prisión por la comisión de un delito de lesiones del art. 153.2 y 3 del Código Penal. Añado: DEL CÓDIGO PENAL ESPAÑOL.

Para quienes no se manejen en estas cuestiones, este artículo contempla como delito leve las acciones -maltrato, sirve un empujón, una bofetada- QUE NO CAUSAN LESIONES. Sólo que si la persona que recibe ese trato (como en este caso sería) es o ha sido esposa o pareja, se agrava la pena y pasa a ser delito encuadrado en el marco de la violencia de género.

Lo interesante, si es que alguien quiere investigar, son varias cuestiones a destacar:
a) en ese mismo Fallo de Sentencia se observa que JUANA ES ABSUELTA y su pareja ES CONDENADO. Esto es: SE DENUNCIARON MUTUAMENTE POR MALTRATO (lo que ocurre en una riña entre dos). Él afirma que llegó a una conformidad y aceptó porque se le estaba privando de ver a su hijo (entonces uno solo) y era la única forma de volver a verlo. He de decir que, tristemente, esta realidad se vive a diario en los Juzgados de toda España, donde es la palabra de uno contra otro y no hay parte de lesiones alguno que justifique la denuncia.
b) La condena del art. 153 del Código Penal implica que, muy lejos de lo afirmado por Juana en los medios de comunicación (acerca de que le dio una paliza por llegar a altas horas de la madrugada y que tuvo que ser asistida hospitalariamente), estas afirmaciones faltan a la verdad. Y lo son por el propio contenido de la condena: el art. 153 del Código Penal español, por el que fue condenado , implica que NO HAY LESIONES. Ni, por supuesto, parte de lesiones. Ni por lo tanto, palizas ni malos tratos. Y una persona que falta a la verdad e algo tan grave, debe ser cuestionada en el resto de afirmaciones que realice.

Partiendo de esta triste constatación, me remito al plano escrupulosamente jurídico de la cuestión:

Estamos hablando de una señora que, tras el episodio de 2009 -juzgado en España- retoma la convivencia con el padre de sus hijos, naciendo un segundo hijo de la relación. Y que en 2016 -ignoramos si antes también- al finalizar el curso escolar viene a España indicando al padre que regresará -como parece natural- al finalizar las vacaciones.

Una vez en España, y como la vez anterior (y, en mi opinión, intentando valerse del sistema judicial español), Juana denuncia en Granada un (supuesto) maltrato psicológico por parte del padre. Pero como existen normas procesales vinculantes para todos los jueces y todos los Juzgados, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Granada estima que ese asunto debe ser instruido (y juzgado en su caso) en Italia.

Al mismo tiempo el padre, viendo que Juana y sus hijos no regresan y no habiendo sido consultado ni aceptado esa decisión unilateral de la madre, hace lo que tiene que hacer: acude al Juzgado correspondiente en solicitud del cumplimiento de un Convenio Internacional suscrito tanto por Italia como por España, el CONVENIO DE LA HAYA SOBRE SUSTRACCIÓN DE MENORES. Porque existe sustracción de menores cuando uno de los progenitores se lleva del país de residencia de los menores a éstos sin consentimiento o aceptación del otro progenitor.

Por supuesto, existe una excepción a la obligación de devolver a los menores a su país de residencia, y esta excepción consiste en que la restitución al país de residencia suponga un grave riesgo para el menor: RIESGO QUE NO HA SIDO APRECIADO POR DOS TRIBUNALES.
Eso es lo que hizo, en un procedimiento judicial en el que JUANA ESTUVO REPRESENTADA Y DEFENDIDA. Y en el que el juez correspondiente determinó que NO EXISTÍA ESA SITUACIÓN DE RIESGO, y que por tanto los menores debían regresar al domicilio familiar. Y no sólo eso: JUANA RECURRIÓ, y un Tribunal Superior confirmó la decisión del Juez.

El compañero Alonso lo explicó claramente: no se está decidiendo absolutamente nada acerca de la patria potestad, ni de la guarda y custodia... Se está ventilando un asunto de SECUESTRO INTERNACIONAL DE MENORES. Eso, le pese a quien le pese, es lo que ha hecho la madre. Y me permito decir que si ella, Juana, estuviera bien asesorada, hace tiempo que debería haber iniciado los correspondientes procedimientos en Italia (país competente para decidir)para resolver lo relativo a la guarda y custodia de sus hijos, alimentos, visitas y demás medidas que han de adoptarse en los supuestos en que los padres rompen su convivencia.

Pero Juana no sólo decidió unilateralmente que no iba a hacer esto. Dando un giro de tuerca y pese a que (en un proceso en el que ha estado personada y ha sido parte) hay una resolución y una orden firme de restitución de los menores, decide que no los va a entregar.
El Juzgado de Primera Instancia 3 de Granada, a quien ha correspondido este asunto (Cooperación Internacional: el Juzgado de granada se limita a cumplir una resolución firme dictada por otro país que suscribió el Convenio de la Haya), dicta la correspondiente resolución, fijando día y hora de la puesta a disposición y restitución de los menores.

Como decimos, la madre se niega a cumplir, situándose en un punto complejo. Debemos pensar que su abogada la habrá aconsejado como corresponde, haciéndole saber las consecuencias PENALES de dicho comportamiento: nos situamos en un plano delicado, ya hablamos de obstrucción a la justicia, desobediencia judicial, secuestro -por vez segunda-..., procesos todos ellos que sí se ventilarán en España, en Granada. Y de hecho, ya la Juez del jugado de Violencia sobre la Mujer ha derivado la petición del padre a los Juzgados de Instrucción.

Le pese a quien le pese, se trata de un asunto que se está ventilando en los Juzgados de Italia. Y éstos han decidido (en un proceso en el que la madre ha sido parte) que los niños han de volver.

Y volvemos a la entrevista del compañero Adolfo Alonso, y a su sensación de impotencia al hablar con los medios de comunicación: DA LO MISMO LO QUE DIGA EL PADRE, porque siempre ¡siempre! Va a tener más peso lo que diga la madre. Aun cuando él venga respaldado por resoluciones judiciales. Aun cuando ella haya cometido toda una suerte de actos y adoptado decisiones por la vía de hecho ILEGALES. No importa que una madre haya secuestrado a dos menores alejándolos de un padre, ni que desobedezca y obstruya a la justicia. Siempre pesará el calificativo de MALTRATADOR, hayan pasado los años que pasen. Sin importar si los antecedentes están cancelados. Sin importar si se aquietó a la denuncia y retiró la suya en beneficio de la relación familiar. Nadie, absolutamente nadie, apostará por él.

María José Bultó
Abogada especialista en Derecho de Familia, Penal y Menores
Tribuna Abogados - Valencia
 
JUANA RIVAS, EL MALTRATO Y LOS JUECES.

Es probable que Juana Rivas no sólo fuese maltratada en 2009, cuando su pareja fue condenado a tres meses de prisión y un año de alejamiento por una agresión física (una bofetada), sino que lo haya sido también, física y psicológicamente, después de la reanudación de la convivencia (de la que nació un segundo hijo) hasta que vino en el verano de 2016 a España con sus dos hijos sin oposición del padre. Digo que es probable porque ella lo dice, y porque al parecer, según algunas informaciones, servicios administrativos especializados en violencia de género así lo consideran.

Al llegar a España Juana denunció ese maltrato. Como se habría producido en Italia, la jurisdicción competente serían los tribunales italianos, y por ello un Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Granada habría apreciado su falta de jurisdicción. En tal caso, dicho Juzgado estaba obligado a remitir la denuncia "inmediatamente" a las autoridades italianas, lo que probablemente se habrá hecho a través del conducto del Ministerio de Justicia, con la debida traducción al italiano de la denuncia. Según aparece en informaciones de prensa, dicha denuncia aún no estaría tramitándose en Italia, lo que supone una merma (por retraso) en la protección de los derechos de Juana que puede tener sus consecuencias.

Entre tanto, el padre de los dos hijos menores comprueba que Juana no regresa a Italia al término de las vacaciones, y por tanto pierde la comunicación con sus hijos, con los que quiere seguir conviviendo y cumpliendo sus funciones paternas. Quién sabe si lo que pretende es forzar a Juana a volver con él, quién sabe si no es así. A partir de ahí se genera, objetivamente un conflicto delicado. Por un lado, Juana tiene derecho a no seguir conviviendo con su ex pareja (haya habido o no maltrato), a venirse a España, y a pretender la custodia de sus hijos, es decir, que sus hijos vengan también a vivir a España con su madre. Por otro lado, el padre tiene derecho a convivir con sus hijos y a obtener, en su caso, la custodia de los hijos, y en principio no tiene por qué aceptar la decisión unilateral, por la vía de hecho, de la madre sobre dónde y con quién han de vivir los hijos de ambos. No puede darse la razón a los dos: o a una, o a otro.

Es claro que dicho conflicto de intereses ha de resolverlo el Juez, y que ha de resolverlo con arreglo a lo que establezcan las normas aplicables. No lo decide la mujer, ni los hijos, ni los psicólogos, ni los servicios sociales del Ayuntamiento de Maracena. Tiene que ser un juez. Dicho así, todos creeríamos estar de acuerdo, por ser algo elemental; pero, como ahora veremos, no estoy tan seguro de que lo estemos.

Al Juez acude el padre, e invoca una norma de alto rango, que es el Convenio de La Haya sobre sustracción de menores, según el cual, obviamente, ninguno de los progenitores tiene derecho a desplazar a los menores de su país de residencia sin aceptación del otro. Es seguro que Juana Rivas haría valer en ese procedimiento lo dispuesto en el artículo 13 b del Convenio, que prevé una excepción a la obligación de restituir a los menores a su país: que exista "un grave riesgo de que la restitución del menor lo exponga a un peligro grave físico o psíquico o que de cualquier otra manera ponga al menor en una situación intolerable". Es de suponer que se habrán presentado pruebas, informes psicológicos, que se habrán alegado los malos tratos y la paralización o demora en la tramitación de esa denuncia por falta de jurisdicción e incumplimiento de la obligación de remitirla con inmediatez a Italia, y que se habrá oído a uno de los hijos, el de 11 años, que manifiesta no querer volver. También es de suponer que el padre habrá intentado demostrar que no existe ese riesgo para los menores. Y el juez, tras oír a ambas partes, y sin que en ese punto se haya producido indefensión, llegó a la convicción de que el riesgo no existía, por lo que optó por atenerse a la regla (obligación de restituir). Juana perdió ese juicio, como tantas personas pierden procesos en los que están convencidos de llevar razón. El Juez pudo equivocarse, y existe una garantía contra las equivocaciones de los jueces, que es el recurso de apelación. Juana Rivas apeló, pero la Audiencia Provincial también dio la razón a las tesis del padre. Estas resoluciones pueden criticarse, pero es claro que deben cumplirse. Si no aceptamos esto, entonces es que no estamos de acuerdo en que el conflicto tenía que resolverlo un juez.

Ni el Juez ni la Audiencia han dicho que la custodia de los menores deba atribuirse al padre. Sólo han dicho que como no aprecian riesgo para los menores, estos, por exigencia del Convenio de La Haya, deben ser devueltos a su residencia habitual. Juana podría sin duda alguna, plantear una demanda en la que pretenda la atribución de la custodia de los menores, y entonces lo que habría de valorarse ya no es sólo si existe o no un "riesgo grave" para los menores, sino simplemente qué es más conveniente para ellos, siendo más que previsible que dada la edad del menor de los hijos, el Juez concediera la custodia a la madre. Pero Juana no ha optado (todavía) por esa vía, y la obligación de devolverlos al lugar donde vivían sólo admitía la excepción del "grave riesgo" que no ha sido apreciado por jueces se supone que atentos. Pueden estar equivocados, pueden no estarlo, pero finalmente hay una resolución judicial (que al parecer quiere recurrirse en amparo, lo que no comporta automáticamente la suspensión de su eficacia). En esta tesitura, la madre opta por negarse a su cumplimiento. La situación se complica: está haciendo valer su opinión/interés personal (y el que considera preferible para sus hijos) frente a lo que la sentencia ha considerado preferible, y al resistirse a la devolución de los menores sustraídos entra en juego el código penal. Juana, con la solidaridad de mucha gente sin duda bienintencionada, ha decidido exponerse a consecuencias que podrían ser terribles: cárcel de entre dos a cuatro años y, además, inhabilitación para la patria potestad entre cuatro y diez años. Este delito no se cometió por traer a los niños a España, ni por no devolverlos al término de las vacaciones, sino por "incumplir gravemente la obligación de restituirlos "establecido por una resolución judicial" (artículo 225 bis 2.2º del código penal). Aún así, el código prevé la exoneración de responsabilidad penal si en el plazo de veinticuatro horas (cuidado: desde la denuncia, y no desde que ésta se notifica a la madre), comunica el paradero de los menores y se compromete en firme a su restitución inmediata.

¿Cómo valorar todo esto? Desde luego, con cautela. No hay que presuponer que la madre miente, ni tampoco que el padre es un maltratador. No existe todavía una norma que establezca que la mera existencia de una denuncia por maltrato permita a la madre decidir por sí sola sobre los hijos. Es verdad que si, como parece, existen informes técnicos especializados que inducen a pensar en un perfil de maltratada, el Juzgado de Familia y la Audiencia podrían haber optado por apreciar cautelarmente ese "grave riesgo" también para los hijos, no acordar su devolución y dejar la cuestión de fondo (la custodia) a resolver en un nuevo procedimiento, que por cierto se ventilaría en un Juzgado de Violencia sobre la Mujer y que, insisto, más que probablemente permitiría a Juana vivir en España con sus hijos. Pero yo no estuve en el juicio que se celebró, y no puedo presumir que los jueces hayan tomado una decisión desatenta de lo que consideran mejor para los menores. Quién sabe. Y este "quién sabe" nos devuelve al punto de partida: ¿aceptamos que, con el inevitable riesgo de equivocación, y con el derecho a criticarlos, son los jueces a través de los procedimientos establecidos quienes tienen que resolver las disputas parentales, o por el contrario optamos porque apenas aparezca en escena la palabra "maltratador" el juez sobra?.

Miguel Pasquau Liaño
Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)
 
El futuro de Juana Rivas se oscurece: cinco claves para entender el caso
Juana Rivas continúa desaparecida junto a sus hijos. Este martes decidió desobedecer de nuevo las órdenes de un juez y no se presentó a una citación

AUTOR
BEATRIZ PARERA

09.08.2017 – 05:00 H. - ACTUALIZADO: 1 H.
Juana Rivas continúa desaparecida junto a sus hijos. Este martes decidió desobedecer de nuevo las órdenes de un juez y no se presentó a una citación en el marco de la investigación penal sobre si ha cometido delitos de desobediencia a la autoridad judicial, de sustracción interparental de menoresy de violencia psicológica habitual contra los hijos, de los que la acusa su ex marido, el italiano Francesco Arcuri. Esta decisión complica de forma muy grave su futuro y la pone en riesgo de perder, no sólo la libertad, sino también la custodia de los dos niños que se niega a entregar al padre.

El caso, que ha alcanzado una enorme notoriedad mediática en este mes de agosto, se oscurece para ella por momentos. Rivas ha dado en los últimos 15 días cinco pasos que la han llevado a esta delicada situación. Se encuentra en busca y captura y la Fiscalía la acusa de un "secuestro" de los dos menores de 3 y 11 años. El padre fue condenado por maltratarla pero la relación se reanudó después. Cuando regentaban juntos un hotel rural en un paraje aislado en una pequeña isla, según su versión, la violencia física se reprodujo.


1. El pasado 26 de julio Rivas lanzó su primer órdago. En rebeldía con una sentencia del Juzgado de Primera Instancia de 3 de Granada, optó por no entregar a los niños a Arcuri que reside en una pequeña isla de Cerdeña. No acudió al punto en el que debía hacer la entrega. Su defensa alegó que huyó de Caloforte con los menores por estar sometida a una situación insostenible deviolencia psicológica y física. Tras varias denuncias por violencia de género, se refugió en Maracena (Granada) en 2016. Desde entonces, los pequeños no ven al padre que había dado en principio su consentimiento para el traslado a esta localidad.

2. Horas después, Juana decidió huir. Se encuentra desde entonces en paradero desconocido. La decisión de escapar fue comunicada a los medios de comunicación por su defensa. La Guardia Civil, comienza su búsqueda sin éxito. El padre se ampara en el Convenio de La Haya de 1980, suscrito por España y que regula los aspectos civiles de la sustracción internacional de menores.

3. Tras esta segunda muestra de rebeldía, la mujer recurrió al Tribunal Constitucional en un intento desesperado de que la amparara para evitar la entrega de sus hijos. El TC rechazó su petición y alegó que no se ha agotado la vía judicial previa. Es decir, los magistrados, sin entrar en el fondo del asunto, consideraron que es pronto para acudir a esta instancia.

4. Se abre una nueva vía judicial. Otro juzgado granadino la cita ahora para investigarla por la desobediencia en la entrega. Ella vuelve a declararse en rebeldía y no aparece. Horas después del momento señalado para la comparecencia, la magistrada encargada de esta parte de la investigación ordena su detención inmediata y asegura que lo acordado civilmente obliga a que los menores sean, inmediatamente y "sin excusa", entregados al padre.

5. En caso de ser localizada, Juana será arrestada y tendrá que comparecer en el Juzgado. Las posibles consecuencias de sus decisiones van desde su ingreso en prisión hasta la pérdida de la patria potestad de sus hijos que, además, tendrían que ser trasladados de forma urgente a Italia con el padre, aseguran las fuentes jurídicas consultadas.

https://www.elconfidencial.com/espana/2017-08-09/juana-rivas-maltrato-custodia-hijos_1426880/
 
No se.... hay algo en esta historia que chirría. Quizás esté mal asesorada, pero no termina de verse claro el tema. Al menos esa es mi opinión.
Lo que chirría es que después de la denuncia y condena a su marido por malos tratos, vuelve con el y tiene otro hijo, y ahora recurre a la justicia y a la opinión pública porque "es que mi marido es un maltratador".
¿Y no lo era cuando se quedó embarazada de su segundo hijo?
Es que estas mujeres que se ciegan por amor, nos dejan a las demás por los suelos a la hora de pedir igualdad.
No quiero ni pensar dónde pueden estar escondidos dos niños en pleno agosto; ¿dónde juegan, con quién, van a la piscina, están metidos entre cuatro paredes?
Y no quiero ni pensar que le entre el cuarto de hora y haga un disparate irreversible.
 
No se si en algun sitio se mencional la nacionalidad de los niños . Si son italianos lo tiene crudo no se puede sacar a menores de su pais sin el consentimiento de los padres. Lo que ha hecho ella la pueden imputar por secuestro aunque sea la madre.
 
Juana actuó bajo mi punto de vista pésimamente mal. Y creo que muy mal asesorada además. Lo que ha conseguido es una orden de busca y captura. ¿O es que pensaba desaparecer del mapa de por vida? Si empezamos a saltarnos a la torera las leyes... mal vamos! No huye ella. Huye con dos menores, que por muy hijos suyos que sean, no son propiedad privada. A ver en qué queda el caso, pero pinta mal.
Jamás he estado de acuerdo en eso de que "Juana está en mi casa". Juana, donde debería de estar es en un juzgado, tratando de arreglar la situación.
 
Lo que chirría es que después de la denuncia y condena a su marido por malos tratos, vuelve con el y tiene otro hijo, y ahora recurre a la justicia y a la opinión pública porque "es que mi marido es un maltratador".
¿Y no lo era cuando se quedó embarazada de su segundo hijo?
Es que estas mujeres que se ciegan por amor, nos dejan a las demás por los suelos a la hora de pedir igualdad.
No quiero ni pensar dónde pueden estar escondidos dos niños en pleno agosto; ¿dónde juegan, con quién, van a la piscina, están metidos entre cuatro paredes?
Y no quiero ni pensar que le entre el cuarto de hora y haga un disparate irreversible.
Pues al parecer hay mujeres que "perdonan", y "olvidan". Yo siempre digo que a mí me dan una vez. Y me dan la primera, porque no me lo espero,y me coge totalmente por sorpresa, pero la segunda... te aseguro que no.
 
Lo que chirría es que después de la denuncia y condena a su marido por malos tratos, vuelve con el y tiene otro hijo, y ahora recurre a la justicia y a la opinión pública porque "es que mi marido es un maltratador".
¿Y no lo era cuando se quedó embarazada de su segundo hijo?
Es que estas mujeres que se ciegan por amor, nos dejan a las demás por los suelos a la hora de pedir igualdad.
No quiero ni pensar dónde pueden estar escondidos dos niños en pleno agosto; ¿dónde juegan, con quién, van a la piscina, están metidos entre cuatro paredes?
Y no quiero ni pensar que le entre el cuarto de hora y haga un disparate irreversible.
Como que nos dejan a las mujeres por los suelos? Sera a ti que put* manía de mujeres hombres como si un genero fuera mejor o peor, que chorrada es esa anda q no hay hombres q pierden el culo, sarta de sandeces sueltas.
 
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