JUAN MANUEL DE PRADA

"Culos" por Juan Manuel de Prada

Resulta muy triste y aleccionador comprobar cómo la naturaleza humana (a la que presuntamente guía un apetito de libertad) se inventa de continuo nuevas formas de esclavitud que sustituyan, bajo máscaras más o menos sibilinas, las antiguas. Aquel aciago «¡Vivan las caenas!» que el populacho proclamaba exultante, azuzado por elementos reaccionarios, cuando Fernando VII fue repuesto en el trono, mantiene hoy toda su desoladora vigencia. Una de esas nuevas formas de sometimiento –que, para más inri, se presenta como recurso liberador– la constituye la cirugía plástica, tenebrosa plaga que golpea con especial ferocidad a las mujeres, aunque la igualación en la esclavitud esté propiciando que cada vez más hombres se enganchen como bueyes mansurrones a su carro. Las mujeres se liberaron de corsés y fajas y demás emblemas de la restricción indumentaria, pero a cambio se han entregado con risueña inconsciencia a las restricciones del bisturí, mucho más severas y mortificantes. Ahora, con la proximidad del verano, estas formas de charcutería encubierta adquieren renovada pujanza; y las mujeres corren al quirófano a desprenderse de sus cartucheras y de su hermosa celulitis, para poder enseñar en la playa unas nalgas entecas que desafíen las leyes de Newton, como si la misión de la carne no fuese derrumbarse gloriosamente, expandirse gloriosamente, aceptar gloriosamente las heridas del tiempo, que son muescas de una belleza mucho más plena y lograda. Pues cuando abolimos el tiempo y las leyes gravitatorias, la belleza se convierte en un artificio fósil, encapsulado y estéril.

Hoy quisiera hacer un elogio de los culos opulentos, ubérrimos, esponjosos, orgullosos de su blandura, movedizos y barrocos, frente a esa marea de culos birriosos y apretados que nos pretenden imponer desde los quirófanos, esos culos subnormales, extirpados de celulitis, plastificados y andróginos, que ejercen sobre la lujuria un efecto similar al del bromuro. Gabriele D’Annunzio, fervoroso rapsoda del culo femenino, escribió un soneto titulado A la hermana de la luna, del que aventuro una traducción pálida y aproximativa: «Forma tan dulce que te redondeas / donde los riñones insertan su arco / y, venciendo en tu abundancia a los senos, / ya desbordas mi mano que te explora // y te divides y desdoblas en dos mundos / donde el Pecado desea encerrarme / como en un paraíso, con sus bienes / más raros y misterios más hondos. // ¡Oh cándida mole en el vivo perno / que ondeas erguida en el alto cielo / donde se juntan nubes voluptuosas! // Resplandece aquí, cual mármol argivo, / si te invoco, despojada de velos, / ¡oh tú, carnal hermana de la luna!». Ese dulce desbordamiento de la mano al que alude D’Annunzio, esa carnalidad que vence en abundancia a los senos y, como ellos, acepta las leyes de la gravedad, es lo que aquí reivindico, hastiado de esas modas estreñidas que nos pretenden imponer un culo femenino recauchutado, jibarizado, antipático al tacto y abominable a la vista. Deja, querida lectora, que tu culo se desborde y se desmande; deja que la celulitis lo adorne con sus magulladuras –que no son un síntoma de decadencia, como quieren hacerte creer, sino un gozoso síntoma de la edad núbil–; deja que muestre su voluptuosidad y no lo reprimas en el quirófano, pues operar un culo es tan cruel como cortarle las cuerdas vocales a un adolescente para que no delate las alteraciones viriles de su voz. Recuerda que el hombre que no te ama con celulitis no merece ser amado, por majadero y soplapollas, pues esas diminutas abolladuras son el mejor reclamo del deseo, la tapicería que añade temblor a tu piel (porque el culo tiembla o no es culo) y proclama tu feminidad. No dejes, en fin, que te arrebaten uno de tus atributos más nobles (y también más cachondos, dicho sea con todos los respetos).

Alguna vez hemos llegado a probar –pese a que habitamos un mundo cada vez más artificial y aséptico– una manzana recién arrancada del árbol. Son manzanas de aspecto magullado, a veces excavadas por los gusanos; sin embargo, ¡qué distinto su sabor del de esas otras manzanas de aspecto lustroso que compramos en el supermercado, envasadas al vacío en una especie de condón profiláctico! Un culo con celulitis es como una manzana arrancada del árbol. Quizá su aspecto externo sea al principio un poco disuasorio para el gusto afectado y tiquismiquis de esta época que nos ha tocado en suerte sufrir; pero, ¡ah, cuando le hincamos el diente!

Y aquí lo dejo, que luego dicen que soy un cochino.



Texto publicado en El Semanal en junio del 2004.
 
Espero que nadie la deje porque madure y envejezca por alguien que simplemente le gana en juventud.
Es descorazonador comprobar cómo escritores de reconocido prestigio determinan la valía de una mujer en función (básicamente) de su belleza física, no de su intelecto. Que lo haga Donald Trump es comprensible, pero que lo hagan Premios Nobel, no.

Me viene a la memoria Albert Camus. Este hombre despreciaba enormemente a las mujeres feas (se deduce esto algunas de sus obras y de sus diarios). Solamente se tiraba a mujeres "cañón" (en terminología de De Prada). El gran amor de su vida (la gallega María Casares) fue una estudiante pésima (pero era atractiva y una fiera en la cama).

Así era De Prada en 1997:

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Las niñas del Amor de Dios decían de él que tenía "los ojos muy chulos".
 
Lo comparo con otro comunicador estrella, Cesar Vidal... solo valoraba la belleza física de las mujeres degradando cualquier rasgo femenino como negativo, así llegó a decir que la historia miente mucho porque Cleopatra era cañija, fea y vieja, dado que tenía ya cuarenta años cuando conoció al romano, una nariz que le llegaba al suelo y no pasaba de tapón de corcho....
por tanto Marco Antonio no podía buscar un romance con ella dadas esas circunstancias.

También hay que reconocer que absorben una sociedad machista que al dia de hoy sigue empozoñada en atacar el físico de la mujer, y por si no fuera suficiente la presión de las revistas donde te dicen que si no tienes el cuerpo y la ropa que ellas te venden no vales nada, programas como "mentiras en la red", siempre cuentan la misma historia: un hombre se enamora de una mujer con la que chatea cinco horas todos los días, y el programa va a buscar a ve quién hay detrás y se encuentra que no es la de la foto.... el hombre se siente engañado, estafado, aún cuando la chica siempre le dice que solo falseó el físico por miedo al rechazo, pero todo lo demás es cierto.... es decir, que solo el físico vale y sirve....
 
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Capturé esta foto de la Hemeroteca del ABC. Fue tomada la foto en 2006. Su matrimonio con Casaseca solo duró 6 años (2000-2006). Como De Prada tiene muchos amigos curas consiguió la nulidad.
 
En un artículo mencionaba "nuestros hijos". ¿Alguien sabe si ha tenido hijos con María Cárcaba? Me extraña que se haya casado en 2011 y aún no haya tenido hijos con la asturiana.

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He escaneado una fotocopia de La Opinión de Zamora de 25 de junio de 2000. Esta es la única foto de la primera boda de Juan Manuel de Prada que fue publicada en la prensa.

Fue una boda muy sencilla. La novia iba de verde y utilizaron como arras monedas de 100 pesetas.
 
Ver el archivo adjunto 537574

He escaneado una fotocopia de La Opinión de Zamora de 25 de junio de 2000. Esta es la única foto de la primera boda de Juan Manuel de Prada que fue publicada en la prensa.

Fue una boda muy sencilla. La novia iba de verde y utilizaron como arras monedas de 100 pesetas.
Es como los ecos de sociedad de hace cincuenta años. El tipo quiere ser Quevedo, o Umbral o Cela y no encuentra su sitio. Me parece puro gas, pero habrá a quien le guste.
 
Me han escaneado la noticia de La Opinión de Zamora entera (en PDF). "Una boda con todas las letras". Pinchen el link y roten la imagen. Es un documento inédito que no figura en Internet.
 

Adjuntos

  • DePradaCasaseca.pdf
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Última edición:
María José Casaseca Martín, zamorana, es hija del Jefe de Cirugía del Hospital Virgen de la Concha y ex-bibliotecaria de la Biblioteca Municipal San José Obrero. Tiene estudios universitarios terminados.

Se casaron en el 2000, en la misma capilla del Amor de Dios. Su madre, Tránsito Blanco, es una señora muy religiosa. El y su mujer se desplazaron hasta allí para que naciera en esa ciudad su hija Jimena, en el año 2002.

La boda fue ejemplar y sencilla. Llevaba un vestido corto de gasa verde y un chal floreado, utilizaron como arras monedas de 100 pesetas y asistieron pocos invitados. Era una novia menuda pero guapa y favorecida. Nada de fastos ni ostentaciones. La ruptura se decidió en el año 2007.

María Cárcaba, asturiana, es hija de un conocido industrial de la región. María estudió derecho en Madrid. JM. de Prada también es licenciado en derecho. Es la productora y responsable de buena parte de la elaboración de "Lágrimas en la lluvia", que dirige y presenta su marido. Durante su etapa universitaria, le gustaba quedarse en la residencia de estudiantes y visionar films. Se la conocía por su belleza y por su afición a pasear con los patines.

María se casó, en el año 2011, con un vestido de la diseñadora ovetense Covadonga Plaza. Un vestido blanco tradicional de novia. Llevaban tres años de relación y unos cuantos años trabajando juntos en el programa.

Entre su primera y su segunda esposa, 2007-2011, tuvo una larga amistad con su colega intelectual, la planeta Laura Espido Freire. Laura parecía estar enamorada. Mejoró su imagen y se puso unos implantes mamarios, coincidiendo con la etapa en que se les veía juntos. La amistad se enfrió con su segunda boda.
 
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El padre: Pedro de Prada Casas nació el 20 de agosto de 1946 en Arquillinos (Zamora).
El hijo: Juan Manuel de Prada Blanco nació el 8 de diciembre de 1970 en Barakaldo (Vizcaya). Ejerce la abogacía. Licenciado en Derecho y escritor. Casado con María del Tránsito Blanco. Recién casado con María José Casaseca. Afable y cuidadoso con el idioma, ama el cine y huye de la playa. Aficionado a la lectura y al cine fantástico de serie B, lleva una vida austera y escribe en el reverso de papeles usados con bolígrafos publicitarios que le suministra su propia madre. Por Javier Lorenzo. Fotografía de Luis de las Alas

http://www.elmundo.es/magazine/m46/textos/avances.html

El John Wayne nacido de la tierra del pil-pil y la Maureen O'Hara del reino de la sidra se han casado. Seis días después de que Juan Manuel de Prada anunciara en su programa de televisión, 'Lágrimas en la lluvia', que se iba a casar con su colaboradora María Cárcaba, el sábado contrajeron matrimonio en la Iglesia de San Ginés de Madrid. Luego, se fueron a celebrarlo con una cena en el Casino, en la céntrica Calle Alcalá.

El anuncio se amplificó por lo insólito de las condiciones en que la pareja lo realizó: al término del programa, en la cadena Intereconomía, De Prada aparecía acompañado de Cárcaba, a la que, según dijo, llamaba «señorita» por última vez. Ella, entonces, ya lucía un espectacular anillo en el dedo anular de la mano derecha.

Después de hacer el anuncio, ella se despedía dedicándole un «eres mi John Wayne»; y él, no menos emocionado y risueño, le devolvía un: «Y tú, mi Maureen O'Hara».

(...), la prueba de que «los gordos también tenemos nuestras chances», como él mismo dijo en tono jocoso. Ya más en serio, apostilló, «a mí la vida o Dios me dio la oportunidad extraordinaria de conocer a María Cárcaba».

http://www.elcomercio.es/v/20111024/gente/asturiana-para-prada-20111024.html
 
Entre su primera y su segunda esposa, 2007-2011, tuvo una larga amistad con su colega intelectual, la planeta Laura Espido Freire. Laura parecía estar enamorada. Mejoró su imagen y se puso unos implantes mamarios, coincidiendo con la etapa en que se les veía juntos. La amistad se enfrió con su segunda boda.
WOW!!! ¿De Prada estuvo liado con Espido Freire? Le oí decir a Espido que Juan Manuel era uno de los escritores más serios de España. Los dos presumen de ser superdotados. Deberían haberse casado.

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