JUAN LUIS CEBRIAN Y LA IMPUNIDAD

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Juan Luis Cebrián y la impunidad


Jesús Cacho


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Juan Luis Cebrián y Felipe González. - Foto EFE

Uno de esos episodios para el recuerdo. Subir al despacho de Juan Luis Cebrián en la segunda planta del edificio de Miguel Yuste, sede de la redacción de El País, sabiendo que a uno le van a dar boleta no es plato de gusto, de modo que a quien esto suscribe no le cabía el susto en el cuerpo cuando franqueó aquella puerta. Me sorprendió entrar en un espacio apenas iluminado por la luz de una lámpara de mesa que, como si de una pintura tenebrista se tratara, tejía una línea entre la luz y las sombras sobre el mostacho del señorito, ocultando al visitante su mirada y todo lo demás. Me dijo, más o menos, que la empresa había perdido su confianza en mí. Respondí con idéntico argumento pero al revés. Y de repente mis nervios desaparecieron al reparar en unas gotitas de sudor que, cual minúsculas perlas de miedo, colgaban suspendidas, como indecisas, de los pelillos rubios de su cuidado bigote. Aquel tío tenía miedo. Aquel tío lo estaba pasando peor que yo. Aquel tío ha sido siempre un acollonado acostumbrado a vencer su cobardía con sobredosis de esa soberbia que proporciona el saberse un “amo del universo” en versión Wolfe.

Uno de los “amos del prao” durante los últimos 40 años. Poco más de 40 se cumplen de la muerte de Franco en la cama, y el cuarenta aniversario de su fundación acaba de celebrar El País, buque insignia del grupo Prisa, cuyo primer ejecutivo, mandamás indiscutido, es Cebrián. El muy granuja ha pretendido festejar la efeméride por todo lo alto, aunque haya poco espacio para los cohetes en un imperio, el levantado por Jesús Polanco, que llegó a tener a España en un puño en su día y que hoy está casi reducido a cenizas, quebrado por este genio de la literatura y las finanzas, esclavo de una deuda de más de 3.000 millones que nunca podrá devolver. Y en pleno festejo, cabritos los dioses, pérfida doña Fortuna, resulta que al sujeto le han encontrado una vía de agua, casi un canal de la Mancha, con su presencia en los papeles de Panamá a través de su ex, y una participación en una extraña petrolera radicada en paraíso fiscal, de la que posee el 2%, con opción a un 3% más, regalo de un íntimo amigo llamado Massoud Zandi. De modo que a Jannly le han arruinado la celebración, hay que ser cabrones, y qué mala es la gente, oiga, que ni siquiera respeta las fiestas de guardar.

El episodio, más que anécdota, es categoría con todas las de la ley. Es el final del círculo, el cierre del bucle de la corrupción que tiene hoy postrado a este país. Resulta que el personaje que presume poco menos que de haber traído la democracia a España, al alimón con Adolfo Suárez y un tal Juan Carlos I, el tipo que más influencia ha tenido en la conformación de una opinión pública de izquierdas en España, el Imperio que ponía y quitaba ministros, manejaba el BOE, obtenía favores sin cuento de todos los Gobiernos, ese personaje, ese imperio, han ido a parar a la misma alcantarilla que el resto del régimen de la Transición, a la misma piscina de aguas fecales de la ambición por el vil metal, el maldito parné, que ha vuelto locos a tantos españoles de moral distraída.

El capo di tutti capi de Prisa ha venido a morir en la ribera donde ha muerto el régimen del 78, en la misma mierda
Como ese PSOE que se corrompió en los noventa y que hoy, desnortado, dirige un aventurero con menos luces que un barco de contrabando, capaz de aliarse con el Daesh si preciso fuera para poder gobernar. Como ese Juan Carlos I, guinda del pastel, que, después de traicionar venturosamente lo queFranco había dejado atado y bien atado, se dedicó a pillar, a amontonar dinero de comisiones sin cuento hasta convertirse en la gran fortuna que es hoy. Como este PP cuyo tesorero acumula en Suiza una fortuna cercana a los 50 millones cuya propiedad no se conoce pero se sospecha. Un PP carcomido por una corrupción tan apabullante, de Aznar a Rato casi todos, que resulta hoy difícil imaginar en él un solo hombre bueno. Como ese Pujol apandador que, mientras predicaba la buena nueva de la independencia de Cataluña, se dedicaba a robar a dos manos para que toda su prole pudiera transitar por este mundo cruel sin penuria alguna. Todos decididos a hacer de la libertad un negocio. Hacerse ricos tras la muerte de Franco y la llegada del maná europeo. Esta es la moraleja de los papeles de Panamá cebrianitas. El capo di tutti capi de Prisa ha venido a morir en la ribera donde ha muerto el régimen del 78, en la misma mierda. No podía hacerlo en otro lugar ni en ceremonia distinta: él y su grupo han sido faro y escollera, madre y madrastra, put* y chulo de esta pobre democracia a medio cocinar que hoy sangra por los cuatro costados, víctima de tantos y tan principales salteadores de caminos.

Prisa es el Régimen del 78. Concebido en sus orígenes como un periódico de corte liberal (Manuel Fraga, Ricardo de la Cierva, Darío Valcárcel) dispuesto a acompañar el tránsito de la dictadura a la democracia, El País se decantó pronto hacia las posiciones abandonadas de la izquierda mediática, el fértil terreno de lo “progre” en el que un aventurero sin escrúpulos como Polanco, aventajado de ese capitalismo de amiguetes dispuesto a hacer negocios a la sombra del poder político, masajeándolo primero y luego -tan fuerte, tan poderoso ya-, simplemente dándole órdenes, iba a construir un imperio ante el que llegarían a arrodillarse los ricos hispanos. RelataGregorio Morán (“El cura y los mandarines”) el episodio chusco de la policía del ministro Martín Villa deteniendo a unos jóvenes por llevar un ejemplar de El País bajo el brazo, y el correlato de esa misma policía registrando en febrero de 1977 la casa del rojo peligroso en que se había convertido el director de informativos de TVE con Arias Navarro. El destino, siempre dispuesto a correr el velo que separa el ser del parecer, iba a sentar décadas después a Cebrián y Martín Villa en torno a la mesa del mismo Consejo de Administración, como presidente y alto cargo, respectivamente, de Prisa. Cierre del bucle. Enemigos a muerte desde siempre de cualquier idea liberal susceptible de salir de la mollera de la derecha española, ha sido esa misma derecha “cavernaria y corrupta” la que ha vuelto, 40 años después, a rescatar a Prisa de una quiebra fraudulenta, vicepresidentaSáenz de Santamaría mediante, obligando a los bancos a convertir enequity parte de la monstruosa deuda contraída por el grupo, amén de convencer a Telefónica para que comprara la ruina de Canal Plus. Enésimo cierre del bucle de los amos del Régimen.

Prisa y su metamorfosis con el Régimen

En realidad Prisa se había metamorfoseado tanto con el Régimen, tanto se había camuflado en el paisaje financiero, en los valores del “a pillar a pillar, que el mundo se va a acabar” del sistema, que mientras la economía crecía como la espuma en una burbuja de crédito cuya explosión acabaría acusando la mayor crisis de nuestra historia, Prisa, para no ser menos, se endeudaba en más de 5.000 millones de euros, una cifra a todas luces imposible de devolver ni siquiera mediante el proceso de trocear el grupo y venderlo por piezas, que es lo que ha hecho este genio de las finanzas travestido de ensayista y académico de la Lengua. El figura ha arruinado de paso a los hijos de Polanco, lo cual no ha sido óbice ni cortapisa para que él se haya embolsado no menos de 25 millones en los últimos cinco ejercicios -13,6 millones solo en 2011-, y se haya apuntado como fin de fiesta un “bonus de jubilación” de 6 millones más, a cobrar en 2020. Nuestros altos ejecutivos son así, capaces de arruinar la empresa que gestionan mientras se enriquecen con descaro en la España del ande yo caliente y ríase la gente.

El figura ha arruinado a los hijos de Polanco, lo cual no ha sido óbice ni cortapisa para que él se haya embolsado no menos de 25 millones en los últimos cinco ejercicios
Juan Luis ha hecho estos días grandes y alabanciosas declaraciones de amor al periodismo, a la libertad de expresión y todo lo demás. Cebrián ha hecho mucho daño a un país al que pudo haber hecho mucho bien. La profecía de nuevo cumplida de Gil de Biedma: “De todas las historias de la Historia, sin duda la más triste es la de España porque termina mal”. Se trata, en efecto, de uno de los personajes que, so capa de progresismo, más ha contribuido a hacer imposible la consolidación en España de una sociedad abierta y tolerante con la discrepancia ideológica. Lo suyo ha sido siempre la España cainita de buenos y manos. Olvídense de categorías conceptuales. Buenos y malos travestidos de simples amigos o enemigos. Más daño aún ha hecho al periodismo. La mayoría de los profesionales que en estos 40 años han desfilado porEl País y han terminado tarifando con este cínico presuntuoso han acabado, de un modo u otro, sintiendo en el cogote el aliento fétido de este apóstol de las medias verdades –es el único periodismo que concibe- dispuesto siempre a denigrar a todo aquel que se hubiera atrevido a desafiarle, convencido como ha estado siempre de que fuera del paraguas de Prisa no había vida en mil millas a la redonda.

Lo sufrí con ocasión del escándalo Ibercorp, cuando, ya en El Mundo, el diario de Prisa, entonces dirigido por Joaquín Estefanía, fue capaz de publicar toda una página, impar para más señas, con la transcripción literal de una conversación mía con el abogado Juan Peláez, marqués de Alella, que había sido obtenida mediante la intervención ilegal del teléfono de mi domicilio por parte de las mismas mafias policiales que ahora mismo siguen suministrando material de derribo a tanto aguerrido periodista de investigación como pulula por estos pagos, sin que ningún ministro del Interior haya sido capaz de sanear esta cloaca, convertida en seria amenaza para las libertades. Por supuesto que ni Estefanía ni El País, defensores a ultranza de aquella beautiful people en la que figuraba Mariano Rubio, el gobernador del BdE pillado con las manos en la masa de Ibercorp, me han ofrecido nunca la menor disculpa. Nuevo cierre del bucle de la corrupción.

El orate Cebrián ha seguido sermoneando todos estos años, dictando doctrina a los atolondrados españoles tan necesitados ellos de sus sabias consejas. Como Aznar y tantos otros, los ricos españoles jamás renuncian a subirse al púlpito. Prisa y el PSOE. Nunca estuvo claro si se trataba de un grupo editorial con partido político, o de un partido político con grupo editorial anexo. Tanto monta. La larga mano de Cebrián y su cuate Felipe González han propiciado innumerables a la par que divertidos espectáculos de maquinación política en la sombra. El más reciente, el protagonizado con el pobre Pedro Sánchez, al que un día, hace escasas semanas, llamaron a capítulo para leerle la cartilla, después de que el botarate pretendiera ni más ni menos que pactar con Podemos, de modo que vente pacá, muchacho, que te vamos a enseñar de qué va esto: mira, eso de pactar con los comunistas ni hablar, que nosotros somos la izquierda caviar y no estamos dispuesto a que un demagogo de tres al cuarto venga ahora a quitarnos lo nuestro y obligarnos a vivir en un régimen que, como en Venezuela, no es capaz de ofrecer a sus ciudadanos ni papel higiénico para limpiarse el culo. Lo tuyo es Ciudadanos, buen mozo, esa es la bahía en la que tienes que largar el ancla; llama a Albert Rivera, que ya está avisado, y firma con él un acuerdo. Y a partir de ahí, lo que quieras. Y Pedro, bien mandado, cierra la puerta al pacto con esecoleta morada que tanto horroriza, tanta preocupación causa a la mesocrática barriga de un Felipe rico y a la rica chequera de un Cebrián obligado a pasar a su ex consorte un estipendio mensual de 40.000 euros.

Los maridos nunca saben lo que hacen sus mujeres

Ellos siguen mandando. Ellos, el PP, el PSOE, Juan Carlos I, el capitalismo castizo madrileño... no están por las reformas en serio. Ellos están por alargar la vida del difunto Régimen hasta donde sea posible. Ellos están para seguir en el machito. Por eso ha sido una faena, una putada en toda regla, que a hombre tan justo y preclaro, a este Gandhi que con sola su figura fue capaz de devolvernos la democracia él solito, le hayan vinculado con las cuentas en Panamá de su primera mujer. Porque Cebrián nunca supo lo que Teresa Arandahacía con su dinero cuando estaban casados. El Régimen es así. Los maridos nunca se enteran de lo que sus santas hacen en casa. Ana Mato jamás supo que su marido aparcaba todas las noches un jaguaren el garaje de casa; ella pasaba por allí, bien cierto, pero no miraba, de la misma forma que Arias Cañete no sabía lo que hacía su doña con su pasta, esa noble jerezana de toda la vida de Dios en Jerez o caballo o Domecq, de la misma forma, también, que Rajoy nunca supo ni media del trajín que durante años se trajo Luis Bárcenas yendo y viniendo a Suiza con sus millones a cuestas.

Es una putada en toda regla que a este Gandhi que con su sola figura fue capaz de devolvernos la democracia él solito le hayan vinculado con las cuentas en Panamá de su primera mujer
De modo que el noble Jannly se ha cabreado muy seriamente y ha amenazado con querellas a diestro y siniestro. “Desde que tuvimos éxito hemos tenido que sufrir algunos ataques injustificados, pero además falsarios” ha dicho esta semana en la dura entrevista a la que le sometió la gran Pepa Bueno, valiente, en la Cadena SER. El precio del éxito. Y la envidia, pecado español por antonomasia. Cebrián anuncia querellas con el dinero de Prisa, faltaría más. Otra característica de los eximios ejecutivos hispanos, siempre dispuestos a resolver problemas privados con dinero ajeno, con el dinero del prójimo, y que le vayan dando a los accionistas. A la periodista no se le ocurrió preguntarle por qué su ex tenía poderes en una sociedad domiciliada en las Seychelles y creada por el bufete panameño Mossack Fonseca, ni cuáles son sus negocios con Massoud Zandi en la petrolera Star Petroleum, compañía que también enmascaró su propiedad a través de paraísos fiscales con la ayuda del mismo bufete. Pepa Bueno rehusó convertirse en un santiamén en Pepe el Malo.

Así está el periodismo español. Leo en El País del viernes, primera página: “En la ceremonia [celebración del 40 aniversario], que se convirtió en una fiesta del periodismo libre e independiente, Felipe VI (¿qué hacía allí Felipe VI?) destacó el papel de este diario como una garantía de la democracia”. Decir que El País ha mantenido “una visión abierta e integradora de la sociedad española” es sencillamente falso. Las dos Españas siguen tan firmes, tan eternamente enfrentadas como siempre, tan incapacitadas para llegar a esos grandes pactos que reclama un país necesitado de enterrar de una vez sus demonios históricos y afrontar en paz un futuro de modernidad. Y Cebrián ha sido uno de los grandes mantenedores de esa letanía de confrontación que impide a España desprenderse de su pasado más atrabiliario. Parece, pues, que Felipe VI no sabe cómo está el periodismo español y, lo que es peor, la propia democracia, aunque, si quiere, yo se lo explico en media hora de una tarde cualquiera de mayo.

El Bonaparte de las Tullerías

No parece que las querellas vayan a ir a más. Los leguleyos han pedido al intelectual que quieto parao, apéate del burro y sé prudente, tío, que estás mucho mejor callado. Pero está la ofensa moral. La soberbia herida, esa herencia presente en el ADN de todo poderoso hispano que se precie. Usted no sabe con quién está hablando. La soberbia que le lleva a ningunear la supuesta campaña contra él y su grupo como “la más pequeña de las que hemos sufrido, una revolucioncita de las redes sociales". Eximio representante de la Transición, Cebrián ha ido a caer en la gran fosa séptica de la corrupción del Régimen que tiene a los españoles de buena voluntad perplejos, paralizados por el miedo a un futuro que no se adivina tras la aduana del 26J. Muy bien podría el sujeto hacer suyo el speech del gran Al Pacino en “Un domingo cualquiera”, la película de Oliver Stone: He cometido todos los errores que un hombre de mediana edad puede cometer, he despilfarrado gran parte de mi dinero, he echado de mi vida a todo el que me ha amado, he quebrado la empresa que pusieron en mis manos y he arruinado a los hijos del fundador, he sembrado cizaña en los múltiples surcos de esta España en perenne barbecho, y mi nombre ha aparecido también flotando en las aguas muertas del mar de Panamá. Últimamente ni siquiera soporto la cara que veo en el espejo, pero como el resto de prohombres del Régimen, reclamo mi derecho a la impunidad para no ser menos. Y mi determinación de seguir al mando, obligado como estoy a demostrar a las nuevas generaciones que no soy el bandido corso de Elba sino el Bonaparte de los jardines de las Tullerías. Así muere un Régimen tras 40 años de mala vida. Solo con humor podremos seguir respirando en esta maltratada España nuestra.

http://vozpopuli.com/analisis/81386-juan-luis-cebrian-y-la-impunidad
 
Gracias @pato laqueado , cuando lo he leído esta mañana en vozpopuli , he pensado ¿cuantos artículos llevamos leyendo en los que nos dicen claro y alto que el Rey, Aznar, Felipe Gonzalez, ....... los partidos etc son ladrones y corruptos , que el sistema está corrompido de raiz, que todo les importa un bledo, que pretenden mantenerlo hasta donde puedan , (me imagino que hasta que todo estalle por los aires) y no pasa nada?

Me imagino que cuando la tasa de paro sea insostenible, la miseria se extienda y haya un estallido social, cogerán sus aviones y al exilio dorado a disfrutar de lo robado, hasta entonces a mantener el sistema y a seguir llenando la saca.
 
Gracias @pato laqueado , cuando lo he leído esta mañana en vozpopuli , he pensado ¿cuantos artículos llevamos leyendo en los que nos dicen claro y alto que el Rey, Aznar, Felipe Gonzalez, ....... los partidos etc son ladrones y corruptos , que el sistema está corrompido de raiz, que todo les importa un bledo, que pretenden mantenerlo hasta donde puedan , (me imagino que hasta que todo estalle por los aires) y no pasa nada?

Me imagino que cuando la tasa de paro sea insostenible, la miseria se extienda y haya un estallido social, cogerán sus aviones y al exilio dorado a disfrutar de lo robado, hasta entonces a mantener el sistema y a seguir llenando la saca.

¿Qué quieres que pase si tenemos La Liga, La Champions y Supervivientes?...además de cada 4 años elecciones democráticas a través de las cuales gobierna el pueblo.
Todos contentos...y si haya alguien descontento, se fabrican unos Podemos/Trump o lo que haga falta para recoger "el voto negativo" y ya 'ta.
Y para que no se nos ocurran "cosas raras", tipo cambiar el sistema, politica- o económicamente hablando, viene la siguiente crisis de las subprime /refugiados/ extraterrestres (tiempo al tiempo ;) ) o lo que haga falta...y ya 'ta.
 
Juan Luis Cebrián y la impunidad


Jesús Cacho


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Juan Luis Cebrián y Felipe González. - Foto EFE

Uno de esos episodios para el recuerdo. Subir al despacho de Juan Luis Cebrián en la segunda planta del edificio de Miguel Yuste, sede de la redacción de El País, sabiendo que a uno le van a dar boleta no es plato de gusto, de modo que a quien esto suscribe no le cabía el susto en el cuerpo cuando franqueó aquella puerta. Me sorprendió entrar en un espacio apenas iluminado por la luz de una lámpara de mesa que, como si de una pintura tenebrista se tratara, tejía una línea entre la luz y las sombras sobre el mostacho del señorito, ocultando al visitante su mirada y todo lo demás. Me dijo, más o menos, que la empresa había perdido su confianza en mí. Respondí con idéntico argumento pero al revés. Y de repente mis nervios desaparecieron al reparar en unas gotitas de sudor que, cual minúsculas perlas de miedo, colgaban suspendidas, como indecisas, de los pelillos rubios de su cuidado bigote. Aquel tío tenía miedo. Aquel tío lo estaba pasando peor que yo. Aquel tío ha sido siempre un acollonado acostumbrado a vencer su cobardía con sobredosis de esa soberbia que proporciona el saberse un “amo del universo” en versión Wolfe.

Uno de los “amos del prao” durante los últimos 40 años. Poco más de 40 se cumplen de la muerte de Franco en la cama, y el cuarenta aniversario de su fundación acaba de celebrar El País, buque insignia del grupo Prisa, cuyo primer ejecutivo, mandamás indiscutido, es Cebrián. El muy granuja ha pretendido festejar la efeméride por todo lo alto, aunque haya poco espacio para los cohetes en un imperio, el levantado por Jesús Polanco, que llegó a tener a España en un puño en su día y que hoy está casi reducido a cenizas, quebrado por este genio de la literatura y las finanzas, esclavo de una deuda de más de 3.000 millones que nunca podrá devolver. Y en pleno festejo, cabritos los dioses, pérfida doña Fortuna, resulta que al sujeto le han encontrado una vía de agua, casi un canal de la Mancha, con su presencia en los papeles de Panamá a través de su ex, y una participación en una extraña petrolera radicada en paraíso fiscal, de la que posee el 2%, con opción a un 3% más, regalo de un íntimo amigo llamado Massoud Zandi. De modo que a Jannly le han arruinado la celebración, hay que ser cabrones, y qué mala es la gente, oiga, que ni siquiera respeta las fiestas de guardar.

El episodio, más que anécdota, es categoría con todas las de la ley. Es el final del círculo, el cierre del bucle de la corrupción que tiene hoy postrado a este país. Resulta que el personaje que presume poco menos que de haber traído la democracia a España, al alimón con Adolfo Suárez y un tal Juan Carlos I, el tipo que más influencia ha tenido en la conformación de una opinión pública de izquierdas en España, el Imperio que ponía y quitaba ministros, manejaba el BOE, obtenía favores sin cuento de todos los Gobiernos, ese personaje, ese imperio, han ido a parar a la misma alcantarilla que el resto del régimen de la Transición, a la misma piscina de aguas fecales de la ambición por el vil metal, el maldito parné, que ha vuelto locos a tantos españoles de moral distraída.

El capo di tutti capi de Prisa ha venido a morir en la ribera donde ha muerto el régimen del 78, en la misma mierda
Como ese PSOE que se corrompió en los noventa y que hoy, desnortado, dirige un aventurero con menos luces que un barco de contrabando, capaz de aliarse con el Daesh si preciso fuera para poder gobernar. Como ese Juan Carlos I, guinda del pastel, que, después de traicionar venturosamente lo queFranco había dejado atado y bien atado, se dedicó a pillar, a amontonar dinero de comisiones sin cuento hasta convertirse en la gran fortuna que es hoy. Como este PP cuyo tesorero acumula en Suiza una fortuna cercana a los 50 millones cuya propiedad no se conoce pero se sospecha. Un PP carcomido por una corrupción tan apabullante, de Aznar a Rato casi todos, que resulta hoy difícil imaginar en él un solo hombre bueno. Como ese Pujol apandador que, mientras predicaba la buena nueva de la independencia de Cataluña, se dedicaba a robar a dos manos para que toda su prole pudiera transitar por este mundo cruel sin penuria alguna. Todos decididos a hacer de la libertad un negocio. Hacerse ricos tras la muerte de Franco y la llegada del maná europeo. Esta es la moraleja de los papeles de Panamá cebrianitas. El capo di tutti capi de Prisa ha venido a morir en la ribera donde ha muerto el régimen del 78, en la misma mierda. No podía hacerlo en otro lugar ni en ceremonia distinta: él y su grupo han sido faro y escollera, madre y madrastra, put* y chulo de esta pobre democracia a medio cocinar que hoy sangra por los cuatro costados, víctima de tantos y tan principales salteadores de caminos.

Prisa es el Régimen del 78. Concebido en sus orígenes como un periódico de corte liberal (Manuel Fraga, Ricardo de la Cierva, Darío Valcárcel) dispuesto a acompañar el tránsito de la dictadura a la democracia, El País se decantó pronto hacia las posiciones abandonadas de la izquierda mediática, el fértil terreno de lo “progre” en el que un aventurero sin escrúpulos como Polanco, aventajado de ese capitalismo de amiguetes dispuesto a hacer negocios a la sombra del poder político, masajeándolo primero y luego -tan fuerte, tan poderoso ya-, simplemente dándole órdenes, iba a construir un imperio ante el que llegarían a arrodillarse los ricos hispanos. RelataGregorio Morán (“El cura y los mandarines”) el episodio chusco de la policía del ministro Martín Villa deteniendo a unos jóvenes por llevar un ejemplar de El País bajo el brazo, y el correlato de esa misma policía registrando en febrero de 1977 la casa del rojo peligroso en que se había convertido el director de informativos de TVE con Arias Navarro. El destino, siempre dispuesto a correr el velo que separa el ser del parecer, iba a sentar décadas después a Cebrián y Martín Villa en torno a la mesa del mismo Consejo de Administración, como presidente y alto cargo, respectivamente, de Prisa. Cierre del bucle. Enemigos a muerte desde siempre de cualquier idea liberal susceptible de salir de la mollera de la derecha española, ha sido esa misma derecha “cavernaria y corrupta” la que ha vuelto, 40 años después, a rescatar a Prisa de una quiebra fraudulenta, vicepresidentaSáenz de Santamaría mediante, obligando a los bancos a convertir enequity parte de la monstruosa deuda contraída por el grupo, amén de convencer a Telefónica para que comprara la ruina de Canal Plus. Enésimo cierre del bucle de los amos del Régimen.

Prisa y su metamorfosis con el Régimen

En realidad Prisa se había metamorfoseado tanto con el Régimen, tanto se había camuflado en el paisaje financiero, en los valores del “a pillar a pillar, que el mundo se va a acabar” del sistema, que mientras la economía crecía como la espuma en una burbuja de crédito cuya explosión acabaría acusando la mayor crisis de nuestra historia, Prisa, para no ser menos, se endeudaba en más de 5.000 millones de euros, una cifra a todas luces imposible de devolver ni siquiera mediante el proceso de trocear el grupo y venderlo por piezas, que es lo que ha hecho este genio de las finanzas travestido de ensayista y académico de la Lengua. El figura ha arruinado de paso a los hijos de Polanco, lo cual no ha sido óbice ni cortapisa para que él se haya embolsado no menos de 25 millones en los últimos cinco ejercicios -13,6 millones solo en 2011-, y se haya apuntado como fin de fiesta un “bonus de jubilación” de 6 millones más, a cobrar en 2020. Nuestros altos ejecutivos son así, capaces de arruinar la empresa que gestionan mientras se enriquecen con descaro en la España del ande yo caliente y ríase la gente.

El figura ha arruinado a los hijos de Polanco, lo cual no ha sido óbice ni cortapisa para que él se haya embolsado no menos de 25 millones en los últimos cinco ejercicios
Juan Luis ha hecho estos días grandes y alabanciosas declaraciones de amor al periodismo, a la libertad de expresión y todo lo demás. Cebrián ha hecho mucho daño a un país al que pudo haber hecho mucho bien. La profecía de nuevo cumplida de Gil de Biedma: “De todas las historias de la Historia, sin duda la más triste es la de España porque termina mal”. Se trata, en efecto, de uno de los personajes que, so capa de progresismo, más ha contribuido a hacer imposible la consolidación en España de una sociedad abierta y tolerante con la discrepancia ideológica. Lo suyo ha sido siempre la España cainita de buenos y manos. Olvídense de categorías conceptuales. Buenos y malos travestidos de simples amigos o enemigos. Más daño aún ha hecho al periodismo. La mayoría de los profesionales que en estos 40 años han desfilado porEl País y han terminado tarifando con este cínico presuntuoso han acabado, de un modo u otro, sintiendo en el cogote el aliento fétido de este apóstol de las medias verdades –es el único periodismo que concibe- dispuesto siempre a denigrar a todo aquel que se hubiera atrevido a desafiarle, convencido como ha estado siempre de que fuera del paraguas de Prisa no había vida en mil millas a la redonda.

Lo sufrí con ocasión del escándalo Ibercorp, cuando, ya en El Mundo, el diario de Prisa, entonces dirigido por Joaquín Estefanía, fue capaz de publicar toda una página, impar para más señas, con la transcripción literal de una conversación mía con el abogado Juan Peláez, marqués de Alella, que había sido obtenida mediante la intervención ilegal del teléfono de mi domicilio por parte de las mismas mafias policiales que ahora mismo siguen suministrando material de derribo a tanto aguerrido periodista de investigación como pulula por estos pagos, sin que ningún ministro del Interior haya sido capaz de sanear esta cloaca, convertida en seria amenaza para las libertades. Por supuesto que ni Estefanía ni El País, defensores a ultranza de aquella beautiful people en la que figuraba Mariano Rubio, el gobernador del BdE pillado con las manos en la masa de Ibercorp, me han ofrecido nunca la menor disculpa. Nuevo cierre del bucle de la corrupción.

El orate Cebrián ha seguido sermoneando todos estos años, dictando doctrina a los atolondrados españoles tan necesitados ellos de sus sabias consejas. Como Aznar y tantos otros, los ricos españoles jamás renuncian a subirse al púlpito. Prisa y el PSOE. Nunca estuvo claro si se trataba de un grupo editorial con partido político, o de un partido político con grupo editorial anexo. Tanto monta. La larga mano de Cebrián y su cuate Felipe González han propiciado innumerables a la par que divertidos espectáculos de maquinación política en la sombra. El más reciente, el protagonizado con el pobre Pedro Sánchez, al que un día, hace escasas semanas, llamaron a capítulo para leerle la cartilla, después de que el botarate pretendiera ni más ni menos que pactar con Podemos, de modo que vente pacá, muchacho, que te vamos a enseñar de qué va esto: mira, eso de pactar con los comunistas ni hablar, que nosotros somos la izquierda caviar y no estamos dispuesto a que un demagogo de tres al cuarto venga ahora a quitarnos lo nuestro y obligarnos a vivir en un régimen que, como en Venezuela, no es capaz de ofrecer a sus ciudadanos ni papel higiénico para limpiarse el culo. Lo tuyo es Ciudadanos, buen mozo, esa es la bahía en la que tienes que largar el ancla; llama a Albert Rivera, que ya está avisado, y firma con él un acuerdo. Y a partir de ahí, lo que quieras. Y Pedro, bien mandado, cierra la puerta al pacto con esecoleta morada que tanto horroriza, tanta preocupación causa a la mesocrática barriga de un Felipe rico y a la rica chequera de un Cebrián obligado a pasar a su ex consorte un estipendio mensual de 40.000 euros.

Los maridos nunca saben lo que hacen sus mujeres

Ellos siguen mandando. Ellos, el PP, el PSOE, Juan Carlos I, el capitalismo castizo madrileño... no están por las reformas en serio. Ellos están por alargar la vida del difunto Régimen hasta donde sea posible. Ellos están para seguir en el machito. Por eso ha sido una faena, una putada en toda regla, que a hombre tan justo y preclaro, a este Gandhi que con sola su figura fue capaz de devolvernos la democracia él solito, le hayan vinculado con las cuentas en Panamá de su primera mujer. Porque Cebrián nunca supo lo que Teresa Arandahacía con su dinero cuando estaban casados. El Régimen es así. Los maridos nunca se enteran de lo que sus santas hacen en casa. Ana Mato jamás supo que su marido aparcaba todas las noches un jaguaren el garaje de casa; ella pasaba por allí, bien cierto, pero no miraba, de la misma forma que Arias Cañete no sabía lo que hacía su doña con su pasta, esa noble jerezana de toda la vida de Dios en Jerez o caballo o Domecq, de la misma forma, también, que Rajoy nunca supo ni media del trajín que durante años se trajo Luis Bárcenas yendo y viniendo a Suiza con sus millones a cuestas.

Es una putada en toda regla que a este Gandhi que con su sola figura fue capaz de devolvernos la democracia él solito le hayan vinculado con las cuentas en Panamá de su primera mujer
De modo que el noble Jannly se ha cabreado muy seriamente y ha amenazado con querellas a diestro y siniestro. “Desde que tuvimos éxito hemos tenido que sufrir algunos ataques injustificados, pero además falsarios” ha dicho esta semana en la dura entrevista a la que le sometió la gran Pepa Bueno, valiente, en la Cadena SER. El precio del éxito. Y la envidia, pecado español por antonomasia. Cebrián anuncia querellas con el dinero de Prisa, faltaría más. Otra característica de los eximios ejecutivos hispanos, siempre dispuestos a resolver problemas privados con dinero ajeno, con el dinero del prójimo, y que le vayan dando a los accionistas. A la periodista no se le ocurrió preguntarle por qué su ex tenía poderes en una sociedad domiciliada en las Seychelles y creada por el bufete panameño Mossack Fonseca, ni cuáles son sus negocios con Massoud Zandi en la petrolera Star Petroleum, compañía que también enmascaró su propiedad a través de paraísos fiscales con la ayuda del mismo bufete. Pepa Bueno rehusó convertirse en un santiamén en Pepe el Malo.

Así está el periodismo español. Leo en El País del viernes, primera página: “En la ceremonia [celebración del 40 aniversario], que se convirtió en una fiesta del periodismo libre e independiente, Felipe VI (¿qué hacía allí Felipe VI?) destacó el papel de este diario como una garantía de la democracia”. Decir que El País ha mantenido “una visión abierta e integradora de la sociedad española” es sencillamente falso. Las dos Españas siguen tan firmes, tan eternamente enfrentadas como siempre, tan incapacitadas para llegar a esos grandes pactos que reclama un país necesitado de enterrar de una vez sus demonios históricos y afrontar en paz un futuro de modernidad. Y Cebrián ha sido uno de los grandes mantenedores de esa letanía de confrontación que impide a España desprenderse de su pasado más atrabiliario. Parece, pues, que Felipe VI no sabe cómo está el periodismo español y, lo que es peor, la propia democracia, aunque, si quiere, yo se lo explico en media hora de una tarde cualquiera de mayo.

El Bonaparte de las Tullerías

No parece que las querellas vayan a ir a más. Los leguleyos han pedido al intelectual que quieto parao, apéate del burro y sé prudente, tío, que estás mucho mejor callado. Pero está la ofensa moral. La soberbia herida, esa herencia presente en el ADN de todo poderoso hispano que se precie. Usted no sabe con quién está hablando. La soberbia que le lleva a ningunear la supuesta campaña contra él y su grupo como “la más pequeña de las que hemos sufrido, una revolucioncita de las redes sociales". Eximio representante de la Transición, Cebrián ha ido a caer en la gran fosa séptica de la corrupción del Régimen que tiene a los españoles de buena voluntad perplejos, paralizados por el miedo a un futuro que no se adivina tras la aduana del 26J. Muy bien podría el sujeto hacer suyo el speech del gran Al Pacino en “Un domingo cualquiera”, la película de Oliver Stone: He cometido todos los errores que un hombre de mediana edad puede cometer, he despilfarrado gran parte de mi dinero, he echado de mi vida a todo el que me ha amado, he quebrado la empresa que pusieron en mis manos y he arruinado a los hijos del fundador, he sembrado cizaña en los múltiples surcos de esta España en perenne barbecho, y mi nombre ha aparecido también flotando en las aguas muertas del mar de Panamá. Últimamente ni siquiera soporto la cara que veo en el espejo, pero como el resto de prohombres del Régimen, reclamo mi derecho a la impunidad para no ser menos. Y mi determinación de seguir al mando, obligado como estoy a demostrar a las nuevas generaciones que no soy el bandido corso de Elba sino el Bonaparte de los jardines de las Tullerías. Así muere un Régimen tras 40 años de mala vida. Solo con humor podremos seguir respirando en esta maltratada España nuestra.

http://vozpopuli.com/analisis/81386-juan-luis-cebrian-y-la-impunidad

Es sabido que J. L. Cibrián tuvo durante décadas silla fija, cual Padrino español, en los encuentros anuales del grupo Bilderberg.
Allá dónde los políticos de turno vienen como invitados (el año pasado P. Sánches, antes los del PP) Cebrián es anfitrión...
Al principio era en representación de Polanco y con el tiempo en calidad propia...

Al decir Polanco, me acuerdo que circulaban algunos cotilleos por allí que unían el nombre de la KKQueen con Polanco...

En fin...:banghead::banghead:...Los perros ladran, la caravana sigue su camino...:sneaky:..(n)
 
Es sabido que J. L. Cibrián tuvo durante décadas silla fija, cual Padrino español, en los encuentros anuales del grupo Bilderberg.
Allá dónde los políticos de turno vienen como invitados (el año pasado P. Sánches, antes los del PP) Cebrián es anfitrión...
Al principio era en representación de Polanco y con el tiempo en calidad propia...

Al decir Polanco, me acuerdo que circulaban algunos cotilleos por allí que unían el nombre de la KKQueen con Polanco...

En fin...:banghead::banghead:...Los perros ladran, la caravana sigue su camino...:sneaky:..(n)

¿ que cotilleos circulaban?
 



KO Diario
2 horas ·


El Grupo PRISA vale alrededor de 500 millones de euros y tiene unas deudas de aproximadamente 2.500 millones de euros, es decir, 5 veces más de lo que la empresa vale.


Muchos bancos han tenido que quedarse con acciones porque no son capaces de cobrar esa deuda.

A esto, surgen dos dudas: primero: ¿es esto liberalismo?

¿Podría una pyme seguir abierta teniendo deudas por 5x su propio valor?

Y segundo: ¿es esto un grupo mediático que puede informar con libertad e independencia?

Las respuestas están clara.

Es así como El País se ha convertido en el blog de unos banqueros.
 
El pobre Cebrián y los llantos del 'establishment'


El retrato que dibujó Cebrián en Salvados de la situación de El País y de sí mismo es tan sonrojante que el desparpajo con que lo expuso sólo puede revelar hasta qué punto no ha entendido que a la gente no le gusta que le tomen por idiota

Pere Rusiñol
65 comentarios

12/12/2016 - 20:26h
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Juan Luis Cebrián, en un momento de la entrevista en el programa Salvados de La Sexta.

El mundo vive tiempos salvajes y los más afamados representantes del establishment –político, económico, mediático: ¿quién decía que la Santísima Trinidad era un invento?– no salen de su asombro: se oponen al Brexit y gana el Brexit; apuestan por Hillary Clinton y gana Donald Trump; piden el a la reforma constitucional en Italia y arrasa el no... Y siempre a pesar del terrible e inminente Apocalipsis que predicen a partir del mismo momento en que se vote en sentido contrario al que quieren los estupefactos mandarines.

Hasta ahora la respuesta del establishment para tratar de explicar las causas de tan asombrosa e inédita insumisión era doble: tratar a los votantes de gilipollas u organizar grandes simposios sobre el populismo y sus peligros. Pero desde anoche cuentan al menos con una nueva herramienta que les puede ayudar muchísimo a entender al menos un poco qué está pasando y por qué cada vez menos gente sigue sus indicaciones: pueden visualizar tantas veces como quieran el estupendo Salvados que el periodista Jordi Évole dedicó a Juan Luis Cebrián.


Basta con ver el programa y empezar a entender qué les está pasando: es imposible creerles, por mucha predisposición que se tenga. Cebrián es quizá el mayor símbolo del periodismo en España y el fundador de El País, el diario de referencia durante cuatro décadas. Pues su exhibición de cinismo y su actitud de perdonavidas –esta combinación letal que caracteriza al establishment al menos desde la Gran Recesión mundial que arrancó en 2007– fue tan indigesta que cualquier respuesta es una invitación a la desconfianza y hasta a optar por el camino contrario.

Los editoriales de El País siguen siendo muy influyentes a la hora de decidir el voto, pero ahora casi actúa en sentido contrario. ¿Que El País dice que no se puede votar a Podemos? Pues a votarle. ¿Que mejor que Ramón Espinar pierda las primarias de Podemos en Madrid? Pues que gane. Es un fenómeno insólito y reciente, del que debería tomar buena nota Susana Díaz: antes, el apoyo de El País y del establishment te ungían. Ahora empiezan a condenarte.

El retrato que dibujó Cebrián de la situación de El País y de sí mismo es tan sonrojante que el desparpajo con que lo expuso sólo puede revelar hasta qué punto no ha entendido que a la gente no le gusta que le tomen por idiota. Este "periodista de izquierdas" se presentó prácticamente como un pobre hombre al que obligan a seguir al pie del cañón en la dirección de Prisa en contra de su voluntad, al que le obligan a cobrar 13 millones de euros en pleno ERE de El País aunque ni recuerda la cifra exacta que se embolsó. Un tipo que no pinta nada en el diario que fundó, del que es apenas un mero lector; que dirige una multinacional que empieza a estar en buena salud financiera y sin la más mínima influencia de la banca; un humilde ilusionista capaz de hacer desaparecer hasta la condición de consejero de Caixabank a su buen amigo –¡y tan parecido!– Alain Minc; un pobre periodista que jamás ha llamado a ningún político para pedir nada y que no considera noticia de primera página que Zapatero indultara ilegalmente en su último Consejo de Ministros a un banquero vinculadísimo a Prisa que de lo contrario habría tenido que dimitir ipso facto. Un pobre diablo al que obligaron a quedarse unas acciones en Luxemburgo de una petrolera con intereses en uno de los conflictos más sangrientos y sucios de África; un pobre ciudadano víctima de la jauría global al que injustamente asociaron a los Papeles de Panamá cuando sería cosa de su exmujer, con la que estaba casado en régimen de gananciales; un "guardián de la libertad" decepcionado hasta con los reporteros de El País porque optan por la cobarde autocensura.

Después de todo esto: ¿es posible volver a creer algo de lo que diga Cebrián, uno de los portavoces más reputados del establishment?

Es cierto que en algunos momentos de la entrevista parecía que a Évole le faltaba rematar. ¿Cómo no repreguntó por ahí? ¿Y por acá? Sin duda ello envalentonaba a Cebrián, que creía estar jugando con un aficionado, simpático pero de cuarta en comparación con el Astro. Justamente otra de las debilidades de los más insignes representantes del establishment en estos tiempos confusos: van tan sobrados que menosprecian a los demás. Pero paradójicamente esto fue uno de los mayores aciertos de Évole y lo que permitió que aflorara de verdad el retrato de cínico perdonavidas en toda su magnitud, sin perderse en detalles que, por importantes que sean, podían haber dificultado la contemplación del retrato en su conjunto.

Cebrián incluso quiso situarse en el mismo plano que Évole y hasta creyó haberlo conseguido: ambos periodistas, ambos integrantes del establishment y hasta presos ambos del mismo tipo de contradicciones confesables sólo ante el psicoanalista. El presidente de Prisa creyó tenerlo bien atado con esto y hasta le mostró la patita para asustarle: ¿insinúas que estoy arrodillado al poder financiero? ¡Pues tú también porque la familia Lara, que controla Atresmedia, está vinculada al Banco Sabadell!

Balas a su disposición ciertamente no le faltaban y no tuvo ni que sacarlas de la recámara. Por ejemplo: ¿me vas a acusar de opacidad offshore si en Atresmedia están los dueños de Mediapro que confiaron toda su estructura fiscal a la boutique financiera TMF en Holanda? ¿Me acusas de querer hacer y deshacer en la política si en tu grupo está nada menos que Maurici Casals, el número uno de la promoción?

De poco le sirvieron tantas balas: el fresco del personaje estaba muy bien acabado. Una obra de arte. Todos vimos que Cebrián y Évole no están en el mismo plano, sino exactamente en planos contrarios: uno nos trata de tontos para evitar que aflore la verdad; el otro es capaz hasta de hacerse el tonto con tal de regalarnos una buena fotografía que se aproxima a la verdad.

Y, ojo, esta vez el regalo es también para el establishment: si se atreven a ver la entrevista sin prejuicios, igual hasta pueden ahorrarse el próximo seminario sobre populismos.
 
Batacazo de ventas de 'El País' en el mes de noviembre (-20%)

Noviembre negro para la prensa del régimen. El País, periódico fundado en 1976 y una de las principales cabeceras españolas ha sufrido un importante desplome tanto en ventas como en difusión en el mes de noviembre de 2016, según los datos recogidos por la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) correspondientes a ese periodo y que están pendientes de auditar.





El diario El País que pertenece al mayor grupo mediático de España, el Grupo PRISA, sigue sufriendo una continuada caída (-20%) de las ventas en quiosco, pasando de los 131.293 ejemplares de noviembre de 2015 a los 105.092 del mismo mes de este año 2016.

Tampoco sus cifras de difusión son precisamente positivas con una pérdida del 13,2% en este mismo periodo hasta quedarse con 185.104 números, según recoge prnoticias.com
Las repetidas líneas editoriales de El País apoyando vanagloriando la transición y apoyando la monarquía, le han convertido en guardián a ultranza del régimen surgido en el año 78. Si inicialmente, fue tildado como periódico de izquierdas, el cambio ideológico del rotativo resulta evidente con el paso de los años, estando hoy entregado a un proceso de derechización.

Aquellas editoriales contra Pedro Sánchez, el apoyo al Susanato, o la insistencia de informar sobre lo que pasaba en Venezuela durante los períodos electorales de España, o tal vez las informaciones sobre los Papeles de Panamá, hayan catalizado una caída de ventas ya de por sí pronunciada.

http://www.ecorepublicano.es/2016/12/batacazo-de-ventas-de-el-pais-en-el-mes.html


Me gustaría saber cuantos oyentes ha perdido La Ser.
 
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