Por cierto que con todo esto de jugar a las palas me ha venido a la memoria el verano pasado. Se me ocurrió jugar en la orilla a las palas y acabé rebozada en arena... y oh dios... se me rozaron los muslitos y sentía que salía fuego de mi chirriquiton. Pues oye. Que lo sepáis. Eso a Jenny no le pasa. Que da igual de que ella deba pesar como 80 kilos más que yo. Nada. Ni un roce. ¿Qué por qué lo digo? En una de sus fotos en la playa una de sus fanes de huevo le pregunta que qué usa par no rozarse entre los muslos y ella dice que nada.Que tiene la suerte de que no le rozan.... jajaJAJAJAJAjajjaaJajajaja