Huelga de taxistas:"¿Como coxx llego yo a Torremolinos?" Celia Villalobos dixit.

Ahi tienes el verdadero propósito de ésta movida. Consolidar definitivamente el monopolio y cobrar "lo que les sale del bolo"
En Madrid Garrido les ha machacado. Bien hecho Garrido. Hoy ya está circulando

Todo lo que han perdido los taxistas

Todo lo que han perdido los taxistas

Publicado el 6 de Febrero de 2019 - 00: 50
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Antonio M. MartínREDACTORantonio.martin@elindependiente.com@antoniomg16

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Taxis en huelga frente a la Feria de Madrid. EP

Puede que Ángel Garrido no sea del gusto de Pablo Casado, no en vano lo ha sustituido por su candidato para la Comunidad de Madrid sin mucho miramiento, pero hay que reconocerle una virtud que hasta ahora parecía oculta: la premonición.

El pasado 24 de enero, jueves, Garrido sentenció el conflicto del taxi él solito, desde el sillón que le ponía frente a Carlos Alsina en Onda Cero. “Por apostar al todo o nada los taxistas pueden quedarse con nada“, dijo sin levantar siquiera la ceja.

Por poner en contexto, apenas unas horas antes los taxistas de Madrid levantaban barricadas y quemaban neumáticos y contenedores a las puertas de Ifema, donde se estaba celebrando Fitur, una de las mayores ferias de turismo del mundo. Para Garrido aquello debía estar ya descontado, vaticinando que los animados taxistas, como aquellos soldados que viajaron a la Primer Guerra Mundial pensando que volverían en unas semanas, no sabían la que se les venía encima.

Los taxistas han perdido y Garrido ha ganado, y no caben más lecturas

Garrido, que ya se sabe amortizado, desplegó desde entonces un ejercicio de resistencia que debería avergonzar a Damiá Calvet, el precoz conseller de Transportes al que le temblaron las canillas en cuanto vio que Tito Álvarez y compañía aparecían en la Gran Vía barcelonesa. Sea porque sabe que tiene fecha de caducidad, sea porque quiere demostrar a Casado que tiene madera para quedarse en la Puerta del Sol, lo cierto es que el todavía presidente regional se ha apuntado un tanto por la escuadra.

Porque los taxis han perdido y Garrido ha ganado, y aquí no caben más lecturas. La derrota, además, ha sido de las que duelen, porque los taxistas han quemado mucha tierra en pos de una victoria que creían segura. La situación les ha estallado en las manos y la vuelta a la normalidad, ese don tan español, no va a ser sencilla en la capital.

Sin el favor público
Los taxistas no han calibrado demasiado bien lo que suponía llevar a cabo una estrategia de bloqueo total. Sus principales líderes consideran que desde las instituciones se está lanzando un mensaje contra ellos equivocado a sabiendas, pero ese no ha sido el principal problema. El gran error es que no han sido capaces de hacer que la opinión pública empatice -ni simpatice- con ellos.

Según un estudio de Smartme Analytics, las descargas de Uber y Cabify se han disparado un 50% desde que comenzara el conflicto en la capital, gracias a una campaña de publicidad que jamás hubieran podido pagar ni entre Uber y Cabify. Un importante porcentaje de la población madrileña que no conocía o no había probado estas aplicaciones lo ha hecho estos días, con lo que eso supone para el taxi. El que se tenía que mover por Madrid no tenía otro remedio que utilizarlas si el transporte público no le cuadraba para su trayecto.

Las descargas de Uber y Cabify se han disparado un 50% desde que se inició el conflicto

Los propios taxistas sabían de sobra que esta circunstancia se estaba produciendo. “Las VTC están haciendo más viajes que nunca“, decían muchos miembros del sector, sabiendo que habían perdido el favor de los usuarios, seguramente por culpa de un pequeño núcleo radical que está al frente de las agrupaciones y que ha liderado las movilizaciones.

Ya no están invictos
Hasta ahora el taxi contaba sus batallas por victorias. ¿Cómo si no iba a tener un sector la osadía de cortar las principales calles de Madrid o Barcelona? Se sabían -creían- impunes, no en vano venían de juguetear con el Ministerio de Fomento y con un José Luis Ábalos todavía tierno y recién aterrizado en su despacho en pleno Paseo de la Castellana.

Ahí, con Ábalos de perfil y dejándole el enorme marrón a Pedro Saura, un más que aseado secretario de Estado de Transportes, los taxistas se pasearon, chocaron las manos, se sonrieron y salieron de la sede del departamento con sus representantes levitando. En su afán de imponer, a falta de una lambretta estilo Neymar, decidieron decretar a Ábalos que había que corregir una nota de prensa que no contenía un par de términos que consideraban necesarios. Bien entrada la noche, aparecieron esa palabras, aquí y allá, con el normal jolgorio de los por entonces acampados en la vía madrileña.

Con estos antecedentes, y con el rápido triunfo en Barcelona, debieron pensar que con Garrido también iba a ser cuestión de tiempo. La situación empezó a enquistarse tanto que el propio Tito Álvarez se montó en el AVE con la cúpula de Élite Taxi, agrupación mayoritaria en Barcelona, y, recibido como un mesías por los taxistas, sacó la pizarra para cambiar el rumbo de las protestas y dejar las afueras -Ifema- para trasladarse al puro centro de Madrid -calle Génova y Puerta del Sol-. No salió bien.

Falta de cohesión… y de ingresos
Cuando uno va ganando es muy fácil mantener la cohesión de la tropa, la ilusión y las ganas de seguir conquistando. Ahora, cuando vienen mal dadas, empiezan a salir voces discordantes y corrientes propias, habitualmente una por cabeza, que eso también es muy español.

El pasado verano en su huelga, el taxi era un grupo prieto, no había fisuras. Pero claro, no es sencillo mantener esa unidad cuando los días pasan y uno tira de la app del banco para ver como las cifras se acercan al rojo de manera irremediable.

Según las estimaciones de los taxistas, cada uno de los huelguistas ha dejado de ingresar 170 euros por día no trabajado, 190 por cada festivo. Contando las más de dos semanas con los motores fríos son alrededor de 2.700 euros que no llegarán nunca a la cuenta bancaria.

Cada taxi ha perdido de media 2.700 euros durante los 16 días de huelga en la capital

Eso, teniendo en cuanto que el seguro del coche hay que seguir pagándolo, así como todos los impuestos que rodean a la actividad normal de un taxista, convierte la situación en insostenible para un sector en el que la mayoría de sus miembros son autónomos y no cobran si no trabajan. Así es imposible mantener nada.

Esta división se ha puesto de manifiesto con la votación para desconvocar la huelga. De los 7.483 votos que los taxistas depositaron en las ocho urnas colocadas este martes en la terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, 4.223 estaban a favor de volver al trabajo este mismo miércoles. Por contra, 3.522 sufragios pedían mantener la presión. Igualado.

Los taxistas se la han jugado y han prometido más movilizaciones -“Hemos perdido la batalla, pero no la guerra”, decían sus representantes- que seguramente empiecen en el inminente Mobile World Congress de Barcelona, pero esta derrota va a doler, y mucho, en un sector que hasta ahora parecía imbatible
 
Los VTC apuntan al bolsillo de los cargos de la Generalitat
Exigirán responsabilidades patrimoniales a los encargados del decreto del sector.
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    Los aparcamientos para VTC de Barcelona permanecen vacíos desde el pasado viernes


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Roberto L. Vargas. Madrid.


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José Luis Ábalos Transporte por carretera


Los servicios jurídicos de las compañías de vehículos de alquiler con conductor (VTC) ultiman una batería de medidas legales contra el decreto-ley de la Generalitat de Cataluña que regula su actividad. Y entre las compensaciones que van a exigir está que los responsables políticos del Gobierno autonómico responsables de la norma, con el consejero de Territorio, Damían Calvet, a la cabeza, paguen de su bolsillo los daños que consideran que la regulación que han impulsado ha causado al sector.




La normativa catalana de las VTC ha establecido la obligatoriedad de que estos servicios se precontraten con un mínimo de 15 minutos de antelación, con la posibilidad de que los ayuntamientos amplíen el margen hasta una hora. La medida ha llevado a aplicaciones como Uber o Cabify a abandonar esta comunidad autónoma y a las firmas propietarias de estos vehículos con las que trabajaban las aplicaciones a presentar EREs temporales. Tanto las apps como estas compañías entienden que la normativa de la Generalitat es un obstáculo que hace inviable su negocio y les obliga a echar el cierre. Y por eso mismo exigirán un resarcimiento al Gobierno catalán, porque le consideran responsable del cese de su actividad.

Responsabilidades

Pero el sector no quiere limitar sus reclamaciones al ámbito meramente institucional. «Vamos a pedir responsabilidades patrimoniales a las personas que han realizado semejante atropello», explican fuentes de este sector. Junto a esta reclamación de indemnizaciones, también interpondrán querellas criminales contra los consejeros que hayan tenido responsabilidad en el decreto, como ya anunciaron la semana pasada.

En un primer momento, Unauto, la patronal de las empresas VTC, calculó que las reclamaciones a la Generalitat podrían rondar los 1.000 millones de euros en caso de que el Gobierno catalán aprobase una regulación que restringiese su actividad. Sin embargo, la introducción de la precontratación les llevó a revisar tal cifra al alza. Entienden que esta medida no es una mera restricción para su negocio sino que les ha llevado al cierre, lo que les obligará a afrontar pagos como la cancelación de contratos con clientes, de «leasing» de los vehículos o a indemnizar a sus conductores. Y estos costes, dicen, debe asumirlos también la administración que los ha provocado. Sus últimas estimaciones apuntan a que la cantidad que podrían reclamar rondaría los 1.500 millones de euros.

Conductores

Y no son sólo las empresas de VTC las que preparan reclamaciones. Fuentes del sector aseguran que muchos conductores de estos vehículos están también sopesando reclamar en los Tribunales daños y perjuicios a la Generalitat por aprobar una norma que les ha llevado a perder su puesto de trabajo.




Aunque los VTC tengan toda su artillería legal apuntando al Gobierno catalán, no está tan claro que tuviera que ser en última instancia el que asumiese posibles indemnizaciones. Durante el debate de convalidación en el Congreso del decreto-ley estatal del sector, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, aseguró que, en caso de que se derivasen indemnizaciones, sería el Estado el que las asumiría. Según su argumentación, toda la legislación sobre el sector VTC que se apruebe emana del decreto estatal y eso eximiría, teóricamente, a las autonomías de tener que pagar cualquier responsabilidad patrimonial. Sin embargo, la argumentación de Ábalos no queda recogida por escrito en el decreto-ley, algo que le hicieron ver los nacionalistas catalanes durante el debate en el Congreso de la norma. Para que quede negro sobre blanco y no haya malentendidos, tanto ERC como PdeCAT han solicitado que, durante su tramitación parlamentaria como proyecto de ley, el decreto refleje por escrito la cuestión.
 
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