HOLLYWOOD, Crónica Negra

Jean Harlow, víctima del fanatismo religioso
La rubia platino, uno de los mayores sex symbols del Hollywood de los años 30, tuvo una muerte triste y absurda.

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Jean Harlow entró en el cine por la puerta grande. El millonario Howard Hughes la había elegido como protagonista femenina de su película de aviones “Los ángeles del infierno” (1931) una de las mayores superproducciones rodadas hasta entonces. Aquel film lanzó su carrera y gracias a títulos como “El enemigo público”, “Tierra de pasión” o “Los enredos de una dama” Jean se convirtió en una de las grandes estrellas de los años 30. Es más, de alguna forma, redefinió el papel de la mujer protagonista en Hollywood en aquella década. La actriz era desenvuelta y segura de sí misma y poseía una sensualidad provocativa. Sus trajes ceñidos y su pelo rubio platino marcaban su estilo, un estilo que levantaba ampollas en los sectores más conservadores de la sociedad americana. Pero a diferencia de las heroínas descaradas y valientes que interpretaba en la pantalla, en la vida real Jean Harlow se vio abocada a una tragedia en la que no pudo hacer nada.

En el mes de febrero de 1937 la actriz tuvo una gripe. Los médicos que la atendieron la trataron además de ciertos problemas renales que padecía desde que de niña sufriera la escarlatina. Dos meses después, a pesar de que todavía no estaba recuperada, la Metro la exigió que empezara a rodar la película “Saratoga” en la que formaba pareja con Clark Gable. Un sábado la actriz se desmayó en el plató. Durante todo el fin de semana Jean Harlow sufrió fuertes dolores en la espalda y en el estómago. Pocos días después fallecía inesperadamente en el hospital. La causa de la muerte había sido una insuficiencia renal pero la prensa amarilla no se conformó con el dictamen médico. Las columnas de chismorreo cinematográfico publicaron teorías descabelladas como que Jean había fallecido a causa de un aborto chapucero que le habrían practicado en su propia casa o que había sido envenenada por orden de la Mafia. Pero ¿Por qué no se conformaban con la versión oficial? Probablemente porque en contra de Jean Harlow figuraba su tormentoso currículum sentimental.



Jean Harlow se había casado tres veces. La primera cuando todavía estaba en el instituto, con tan solo16 años. Se divorció a los 18. Más tarde, al poco de iniciar su carrera en Hollywood, conoció a un ejecutivo de la Metro llamado Paul Bern. Había una película, “La pelirroja”, que ella deseaba protagonizar pero Louis B. Mayer, el jefe de estudio, se negaba. Paul Bern insistió y peleó por la Harlow hasta que finalmente le dieron el papel. De ahí nació una relación amorosa entre la actriz y el ejecutivo y pronto anunciaron su boda.

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El problema es que Paul Bern resultó ser impotente sexualmente y además un hombre violento. Se dice que ya en la noche de bodas le propinó a Jean una brutal paliza que agravó aún más los problemas de riñón que tenía la actriz. Lo cierto es que su matrimonio terminó de forma trágica a los dos meses. Paul Bern apareció muerto en su casa. Estaba completamente desnudo frente al espejo de su vestidor. Se había disparado un tiro en la sien. Todos achacaron el su***dio a su problema de impotencia pero poco después se conocieron otros hechos bastante sorprendentes. Al parecer Paul Bern estaba ya casado con una mujer de Nueva York que tenía un historial psiquiátrico, Dorothy Millette. Bern era pues bígamo y esa noche la mujer le había visitado en su casa para pedirle explicaciones y los vecinos pudieron escuchar gritos de discusión. Muchos creen que fue esa mujer quien asesinó al marido de Jean Harlow pero nunca pudo ser interrogada porque un par de días después su cadáver apareció flotando en el río.

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De esta forma Jean Harlow tuvo que enfrentarse no solo a la muerte de su marido sino a todo el escándalo posterior. Pero lo hizo con gran entereza. Tan solo una semana después de la muerte volvió al trabajo, incorporándose al rodaje de la película “Tierra de pasión”. En lo sentimental también se recuperaría pronto. Al año siguiente volvió a casarse con un operador de cámara con el que solo convivió siete meses y en 1935 se enamoró del actor William Powell. Con él planeaba volver a casarse cuando entonces ocurrió la tragedia.

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La trayectoria de Jean Harlow como veis alimentaba el morbo, pero lo más extraño del caso es lo que ocurrió entre el sábado en el que se desmayó en el plató de la película “Saratoga” y la fecha de su muerte. Tras salir del estudio Jean Harlow se fue a casa de su madre para que la cuidara. Pasados unos días y al ver que la actriz no acudía al plató un grupo de compañeros, entre los que estaba Clark Gable, fueron a verla a la casa. La madre, en principio, no quería dejarles entrar. Cuando por fin a base de mucho insistir consiguieron verla se encontraron con una Jean Harlow casi agonizante. La madre era miembro de la Iglesia de la Ciencia Cristiana y según su doctrina a su hija no debía verla ningún médico, bastaban las oraciones para sanarla. Finalmente fue una llamada de Louis B. Mayer, el jefe de la Metro y al que la madre de Jean Harlow respetaba muchísimo, la que convenció a la mujer para que permitiera que su hija fuera trasladada a un hospital. Pero ya era demasiado tarde.

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Jean Harlow murió el 7 de junio de 1937. Su novio, William Powell, estaba destrozado. Él se encargó de todo. Compró tres criptas en el cementerio de Forest Lawn de Los Ángeles. Una para Jean, otra para su madre y otra para él mismo. En la lápida de la tumba de Jean Harlow se puede leer: “nuestra Baby” ya que ese era el apelativo cariñoso con el que le llamaban todos sus amigos. Y en efecto, con tan solo 26 años, la actriz era aún una baby, demasiado joven para morir.

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Una reina en tiempos equivocados
“La crónica negra de Hollywood” repasa esta semana la historia de Dorothy Dandridge, la actriz de color protagonista de "Carmen Jones” que falleció inesperadamente a la edad de 42 años.

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En cierta ocasión Dorothy Dandridge fue contratada como cantante en un hotel de cinco estrellas de Las Vegas. Para amenizar la espera hasta la actuación bajó un rato a la piscina. El encargado del hotel se acercó rápidamente para advertirle de que las personas de color no podían bañarse en la piscina. La actriz mojó entonces la punta de su pie en el agua y salpicó un poco al empleado a modo de broma. Fue suficiente, el encargado dio la orden de cerrar la piscina para vaciarla y desinfectarla. Dorothy Dandridge fue la primera mujer negra en ser nominada al Oscar a la mejor actriz, la primera afroamericana que apareció en la portada de la revista Life. Cantaba como los ángeles y tenía un gran talento de actriz. De haber nacido en una época con menos prejuicios se habría convertido en una gran estrella pero murió sola en su cuarto de baño y con dos dólares en su cuenta bancaria.

Dorothy Dandridge era hija de una humorista de cuarta categoría que siempre quiso que sus dos hijas tuvieran una carrera artística. Empezaron cantando en la iglesia y pronto formaron un trio junto a una amiga llamado The Dandridge Sisters. Actuaron por todo el país, triunfaron en los programas musicales de la radio y se convirtieron en una de las atracciones fijas del famoso Cotton Club de Nueva York. Allí Dorothy se enamoró y decidió casarse con Harold, uno de los hermanos Nicholas, famosos bailares de claqué. Pero Harold Nicholas resultó ser un mujeriego que la hizo muy infeliz. Además tuvieron una hija que nació con un problema de retraso mental.




En cierta ocasión Dorothy Dandridge fue contratada como cantante en un hotel de cinco estrellas de Las Vegas. Para amenizar la espera hasta la actuación bajó un rato a la piscina. El encargado del hotel se acercó rápidamente para advertirle de que las personas de color no podían bañarse en la piscina. La actriz mojó entonces la punta de su pie en el agua y salpicó un poco al empleado a modo de broma. Fue suficiente, el encargado dio la orden de cerrar la piscina para vaciarla y desinfectarla. Dorothy Dandridge fue la primera mujer negra en ser nominada al Oscar a la mejor actriz, la primera afroamericana que apareció en la portada de la revista Life. Cantaba como los ángeles y tenía un gran talento de actriz. De haber nacido en una época con menos prejuicios se habría convertido en una gran estrella pero murió sola en su cuarto de baño y con dos dólares en su cuenta bancaria.



Su marido acabó abandonarla y para pagar a las enfermeras que cuidaban día y noche de la niña decidió trabajar como actriz ya que con las Dandridge Sisters había tenido alguna experiencia en la pantalla, como un número musical que rodaron junto a los hermanos Marx en la película “Un día en las carreras”. El problema era que en aquella época, finales de los años 40, los papeles para mujeres jóvenes afroamericanas eran prácticamente inexistentes. Dorothy Dandridge consiguió trabajo en algunas películas de serie B pero no le quedó más remedio que volver a los clubs y seguir cantando.

Dorothy consiguió bastante éxito con su carrera musical. Fue por ejemplo la primera mujer afroamericana en cantar en la sala Empire del Waldorf Astoria en Nueva York, uno de los locales más elegantes del país. El público la aplaudía a rabiar pero cuando terminaba la actuación era obligada a salir por la puerta de atrás ya que la entrada por la puerta principal del hotel estaba vedada a las personas de color. En 1954 llegó su gran oportunidad en el cine. El director Otto Preminger anunció que iba a rodar una adaptación cinematográfica de la ópera “Carmen” de Bizet interpretada solo por actores afroamericanos. Lena Horne, Ertha Kitt y todas las actrices negras del momento se disputaban el papel de Carmen pero Dorothy consiguió también que la admitieran en el casting y en la prueba supo ganarse al director.

Dorothy Dandridge no solo bordó su papel de la descarada y sensual Carmen Jones sino que consiguió ser la primera mujer de color de la historia en ser nominada al Oscar a la mejor actriz. Hasta entonces solo Hattie McDaniel había ganado la estatuilla por su papel de Mammy en “Lo que el viento se llevó” pero como secundaria, no como protagonista. Finalmente el Oscar de ese año se lo llevo Grace Kelly por “La angustia de vivir” pero Dorothy había logrado un hito al ser nominada. La actriz pensaba que su carrera estaba lanzada pero se equivocaba. En los años siguientes nadie le ofreció buenos papeles.



Pudo ser Cleopatra en la superproducción que preparaba Rouben Mamoulian pero cuando éste fue reemplazado por Mankiewicz en la dirección la sustituyeron por Elizabeth Taylor. En 1957 tuvo un papel secundario en “Una isla al sol” de Robert Rossen y en 1959 protagonizó otro musical con Otto Preminger, “Porggy y Bess” que le valió una nominación al Globo de Oro pero, desgraciadamente, la película resultó un fracaso en taquilla. La carrera de Dorothy Dandridge no iba nada bien y su vida personal tampoco. Se había enamorado de un tipo con mala fama: Jack Denison, un vividor que se gastó toda su fortuna en poco tiempo. Arruinada, la actriz perdió la custodia de su hija ya que no tenía dinero para pagar a las enfermeras que la cuidaban y la niña fue internada en una institución mental. Dorothy naufragó entonces en la depresión y se enganchó al alcohol y a las pastillas. En poco tiempo se convirtió en una ruina de mujer. Solo su manager permaneció a su lado y a base de mucho luchar consiguió sacarla del pozo e ilusionarle de nuevo en su trabajo.


El 8 de septiembre de 1965 debían viajar a Nueva York donde había sido contratada varias semanas como cantante. Antes de coger el avión se pasarían por la consulta de un médico que la trataba de una lesión que esos días Dorothy tenía en el tobillo. Cuando el manager llegó a su apartamento Dorothy no contestaba al timbre. Tras mucho llamar el hombre forzó la puerta y la encontró tirada en el cuarto de baño, muerta. Estaba desnuda y parecía a punto de vestirse, con un fular liado a la cabeza y recién maquillada.

Los médicos que acudieron al levantamiento del cadáver no se ponían de acuerdo sobre las causas de la muerte. Uno de ellos pensaba que una astilla de la fisura que se había hecho en el tobillo podía haberse introducido en el sistema circulatorio y haberle provocado una embolia. El otro solo se fijó en un bote de pastillas vacío que había en su tocador. Una carta hallada en la casa, escrita en los días de su depresión y en la que pedía a sus amigos que la incineraran si la encontraban muerta, fue lo que desniveló la balanza. El juez concluyó. Causa de la muerte: su***dio por sobredosis de pastillas.





En cierta ocasión Dorothy Dandridge fue contratada como cantante en un hotel de cinco estrellas de Las Vegas. Para amenizar la espera hasta la actuación bajó un rato a la piscina. El encargado del hotel se acercó rápidamente para advertirle de que las personas de color no podían bañarse en la piscina. La actriz mojó entonces la punta de su pie en el agua y salpicó un poco al empleado a modo de broma. Fue suficiente, el encargado dio la orden de cerrar la piscina para vaciarla y desinfectarla. Dorothy Dandridge fue la primera mujer negra en ser nominada al Oscar a la mejor actriz, la primera afroamericana que apareció en la portada de la revista Life. Cantaba como los ángeles y tenía un gran talento de actriz. De haber nacido en una época con menos prejuicios se habría convertido en una gran estrella pero murió sola en su cuarto de baño y con dos dólares en su cuenta bancaria.

Dorothy Dandridge era hija de una humorista de cuarta categoría que siempre quiso que sus dos hijas tuvieran una carrera artística. Empezaron cantando en la iglesia y pronto formaron un trio junto a una amiga llamado The Dandridge Sisters. Actuaron por todo el país, triunfaron en los programas musicales de la radio y se convirtieron en una de las atracciones fijas del famoso Cotton Club de Nueva York. Allí Dorothy se enamoró y decidió casarse con Harold, uno de los hermanos Nicholas, famosos bailares de claqué. Pero Harold Nicholas resultó ser un mujeriego que la hizo muy infeliz. Además tuvieron una hija que nació con un problema de retraso mental.

Su marido acabó abandonarla y para pagar a las enfermeras que cuidaban día y noche de la niña decidió trabajar como actriz ya que con las Dandridge Sisters había tenido alguna experiencia en la pantalla, como un número musical que rodaron junto a los hermanos Marx en la película “Un día en las carreras”. El problema era que en aquella época, finales de los años 40, los papeles para mujeres jóvenes afroamericanas eran prácticamente inexistentes. Dorothy Dandridge consiguió trabajo en algunas películas de serie B pero no le quedó más remedio que volver a los clubs y seguir cantando.

Dorothy consiguió bastante éxito con su carrera musical. Fue por ejemplo la primera mujer afroamericana en cantar en la sala Empire del Waldorf Astoria en Nueva York, uno de los locales más elegantes del país. El público la aplaudía a rabiar pero cuando terminaba la actuación era obligada a salir por la puerta de atrás ya que la entrada por la puerta principal del hotel estaba vedada a las personas de color. En 1954 llegó su gran oportunidad en el cine. El director Otto Preminger anunció que iba a rodar una adaptación cinematográfica de la ópera “Carmen” de Bizet interpretada solo por actores afroamericanos. Lena Horne, Ertha Kitt y todas las actrices negras del momento se disputaban el papel de Carmen pero Dorothy consiguió también que la admitieran en el casting y en la prueba supo ganarse al director.

Dorothy Dandridge no solo bordó su papel de la descarada y sensual Carmen Jones sino que consiguió ser la primera mujer de color de la historia en ser nominada al Oscar a la mejor actriz. Hasta entonces solo Hattie McDaniel había ganado la estatuilla por su papel de Mammy en “Lo que el viento se llevó” pero como secundaria, no como protagonista. Finalmente el Oscar de ese año se lo llevo Grace Kelly por “La angustia de vivir” pero Dorothy había logrado un hito al ser nominada. La actriz pensaba que su carrera estaba lanzada pero se equivocaba. En los años siguientes nadie le ofreció buenos papeles.

Pudo ser Cleopatra en la superproducción que preparaba Rouben Mamoulian pero cuando éste fue reemplazado por Mankiewicz en la dirección la sustituyeron por Elizabeth Taylor. En 1957 tuvo un papel secundario en “Una isla al sol” de Robert Rossen y en 1959 protagonizó otro musical con Otto Preminger, “Porggy y Bess” que le valió una nominación al Globo de Oro pero, desgraciadamente, la película resultó un fracaso en taquilla. La carrera de Dorothy Dandridge no iba nada bien y su vida personal tampoco. Se había enamorado de un tipo con mala fama: Jack Denison, un vividor que se gastó toda su fortuna en poco tiempo. Arruinada, la actriz perdió la custodia de su hija ya que no tenía dinero para pagar a las enfermeras que la cuidaban y la niña fue internada en una institución mental. Dorothy naufragó entonces en la depresión y se enganchó al alcohol y a las pastillas. En poco tiempo se convirtió en una ruina de mujer. Solo su manager permaneció a su lado y a base de mucho luchar consiguió sacarla del pozo e ilusionarle de nuevo en su trabajo.

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El 8 de septiembre de 1965 debían viajar a Nueva York donde había sido contratada varias semanas como cantante. Antes de coger el avión se pasarían por la consulta de un médico que la trataba de una lesión que esos días Dorothy tenía en el tobillo. Cuando el manager llegó a su apartamento Dorothy no contestaba al timbre. Tras mucho llamar el hombre forzó la puerta y la encontró tirada en el cuarto de baño, muerta. Estaba desnuda y parecía a punto de vestirse, con un fular liado a la cabeza y recién maquillada.

Los médicos que acudieron al levantamiento del cadáver no se ponían de acuerdo sobre las causas de la muerte. Uno de ellos pensaba que una astilla de la fisura que se había hecho en el tobillo podía haberse introducido en el sistema circulatorio y haberle provocado una embolia. El otro solo se fijó en un bote de pastillas vacío que había en su tocador. Una carta hallada en la casa, escrita en los días de su depresión y en la que pedía a sus amigos que la incineraran si la encontraban muerta, fue lo que desniveló la balanza. El juez concluyó. Causa de la muerte: su***dio por sobredosis de pastillas.

Dorothy Dandridge fue una pionera, un modelo a seguir para muchas actrices y cantantes de color. No sería hasta 2001 cuando una mujer negra, Halle Berry, lograría por fin llevarse el Oscar a la mejor actriz protagonista y en su sentido agradecimiento fue a Dorothy a la primera a la que recordó. Curiosamente un par de años antes Halle Berry había interpretado a Dorothy Dandridge en un biopic para la televisión.

http://cadenaser.com/programa/2017/05/06/sucedio_una_noche/1494065361_482421.html
 
William Holden: el actor duro, cínico y atormentado

El 16 de noviembre se cumplirán 35 años de la muerte de William Holden, el protagonista de títulos como “El crepúsculo de los dioses”, “Sabrina”, “El puente sobre el río Kwai” o “Grupo Salvaje”, entre otras muchas. Su fallecimiento ocurrió en su casa de Santa Mónica debido a un accidente provocado por el alcohol.

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William Holden llegó por la noche a su casa. Estaba completamente borracho. Tropezó con un mueble o con una alfombra y al caer se golpeó la cabeza con una mesa de cristal Según el forense, Holden intentó tapar la hemorragia con unos pañuelos, pero, como estaba tan bebido, no pudo hacerlo y se desangró. Cuatro días después la policía encontró su cadáver.

Había nació en Illinois el 17 de abril de 1918. Su familia se trasladó a vivir a Pasadena, en California y en 1937, mientras estaba en la universidad, un cazatalentos le convenció para que probara suerte en el mundo de Hollywood.

Su gran oportunidad le llegó en 1939 con la película “Sueño dorado”, con Barbara Stanwyck y Adolph Menjou y dirigida por Rouben Mamoulian. William Holden estaba nervioso y antes de rodar se bebía un par de tragos de whisky. Pero los nervios continuaban traicionándole y el estudio se planteó despedirle. Fue entonces cuando intervino Barbara Stanwyck. Que alargaba su jornada para trabajar con él, repasar el papel y enseñarle el oficio de la actuación. Gracias a ella pudo seguir actuando.

Comenzaron los éxitos: “Sinfonía de la vida”, “Rivales por un beso”, “Juventud ambiciosa”, “Vuelo de águilas… Corría el año 1942 y Estados Unidos estaba en guerra y, como otros actores, también William Holden se alistó en el ejército. Cuando volvió a Hollywood tres años después su carrera se estancó hasta que Billy Wilder le dio el papel de un guionista en apuros que se encuentra con una vieja estrella de Hollywood en “El crepúsculo de los dioses” por la que obtuvo su primera nominación al Oscar. A partir de entonces Holden se convirtió en un actor ideal para los papeles de anti héroes, de tipos cínicos que solo él podía convertir en un segundo en encantadores.

Ganó el Oscar al mejor actor por “Traidor en el infierno”, también dirigida por Billy Wilder y también a las órdenes del director de origen austriaco brilló en una comedia como “Sabrina” al lado de Audrey Hepburn y Humphrey Bogart.

William Holden encadenaba éxito tras éxito: “Los puentes de Toko-Ri”, “La colina del adiós” y “Picnic” junto a una nueva actriz que comenzaba a brillar: Kim Novak. Holden era el mejor cuando se trataba de hacer personajes solitarios e inadaptados. Luego rodó otro de sus grandes éxitos: “El puente sobre el río Kwai”.



Poco a poco su estrella se fue apagando y aceptó trabajar en Europa. En 1963 se separó de su mujer y tres años después tuvo un accidente en Italia en donde murió el conductor del otro vehículo. Holden conducía a gran velocidad y estaba bebido. Sin embargo, no fue procesado. Su reputación sufrió un gran revés y él comenzó a beber aún más de lo que ya lo hacía.

Su carrera parecía que iba en una inevitable cuesta abajo cuando le llegó un nuevo proyecto: “Grupo Salvaje”. Por última vez volvió a resurgir. Rodó “Network, un mundo implacable” por la que fue nuevamente candidato al Oscar. Pero los estragos de la bebida ya habían hecho mella en su carácter. Se había convertido en un hombre amargado e introvertido. Solo era feliz en África, en una reserva de animales salvajes que había creado en Kenia.

Pocos meses después de su muerte la Academia de Hollywood concedió un Oscar honorífico a Bárbara Stanwyck y la actriz dedicó su premio a su amigo William Holden. “Hace unos años, dijo, estuve en este escenario con William Holden. Le quise mucho y le echo de menos. Él siempre deseó que ganará un Oscar. Y esta noche, mi “Golden Boy” (haciendo referencia al título original de “Sueño dorado”, el film que rodaron juntos y en el que ella tanto le ayudó) esta noche, tu deseo se ha hecho realidad”.



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Errol Flynn: una vida llena de películas, alcohol y s*x*
Este viernes 14 de octubre se cumplieron 57 años de la muerte de Errol Flynn. Su vida estuvo llena de escándalos y excesos que le hacen merecedor de un capítulo en esta crónica negra.

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Errol Flynn fue de las pocas estrellas que jamás necesito recurrir al departamento publicitario de su estudio, ya que por sí mismo hacía correr ríos de tinta en los periódicos. Y lo más curioso es que el público le perdonaba todo. La gente le admiraba por sus proezas tanto dentro como fuera de la pantalla. Tuvo cientos de amantes. Mujeres de toda condición y edad que sucumbían ante su magnetismo.

Según contaba, desde su debut en el s*x* con la criada que le cuidaba de niño hasta el final de su vida, hizo el amor con más de 10.000 mujeres. En lo alto de una colina de Mullholland Drive construyó su mansión, pensada como un templo del s*x*: dormitorios llenos de espejos, camas de agua, agujeros para practicar el voayerismo… Los fines de semana Flynn reunía a sus amigos, invitaba a personajes famosos y juntos se lanzaban a orgías que duraban varios días.



Luego estaba El Zaca, su yate. El actor lo llamaba cariñosamente la triple F: Flynn’s Fucker Flyer, el velero copulador de Flynn. Las fiestas, borracheras y orgías a bordo del Zaca eran famosas. Conseguir una invitación para subir a bordo era algo por lo que muchos hubieran vendido su alma.

Si los escándalos no podían con él, otro enemigo en cambio empezaba a destruirle poco a poco. Errol Flynn se estaba convirtiendo en un alcohólico, y no sólo eso, también le gustaba experimentar con drogas. Flynn empezó a fumar opio ávidamente cuando supo que desarrollaba el placer sexual. Luego se pasó a la cocaína y a la morfina hasta acabar completamente colgado de la aguja hipodérmica.

A finales de los años 40 la carrera de Errol Flynn estaba cayendo en picado y buena parte de la culpa la tenían sus excesos. Cada vez menos directores querían contratarle. Errol Flynn era ya una sombra avejentada y barriguda de sí mismo. Al mismo tiempo los problemas económicos aumentaron. Le perseguían los acreedores, el fisco americano y también sus ex mujeres.

El actor dejó Hollywood y buscó refugio en Europa. Aceptó presentar una serie producida en Inglaterra: El teatro de Errol Flynn. Debido al austero plan de las producciones televisivas repetir una escena era un lujo impensable. Por eso varios de los episodios contienen escenas que presentan a un Errol Flynn claramente borracho.

En 1959 con el corazón debilitado y el hígado deshecho viajó a Vancuver en Canadá para vender su yate, ya que las deudas le agobiaban. Durante las negociaciones se sintió repentinamente enfermo y se retiró a su hotel. Al cabo de unas horas había muerto. Su organismo, castigado duramente por los excesos había estallado. El médico que firmó su certificado de defunción pensaba que era un anciano. Y es que su cuerpo avejentado era el resultado de medio siglo de borracheras, orgías y drogas.

Errol Flynn fue enterrado en el Forest Lawn Memorial Park, el mismo cementerio en el que yacen Bogart, Buster Keaton o Jean Harlow. En el ataúd, cuentan, sus amigos metieron seis botellas de vodka para hacerle más llevadera la otra vida.

http://cadenaser.com/programa/2016/10/15/sucedio_una_noche/1476554926_473651.html

 
Cómo la trágica muerte de River Phoenix ha eclipsado su propia vida
El legado interpretativo del protagonista de 'Mi Idaho Privado' ha quedado en segundo plano por las circunstancias de su muerte, pero es digno de análisis: ha forjado a toda una generación de actores.

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"Chris Chambers era el líder de nuestra pandilla, y mi mejor amigo. Él venía de una mala familia, y todo el mundo sabía que acabaría mal. Incluido Chris".


Así describía Gordie Lachance (Richard Dreyfuss) al personaje interpretado por River Phoenix en Cuenta conmigo. Escuchada hoy, esa frase adquiere otro significado. No porque resulte premonitoria, irónica o efectista, sino porque provoca un escalofrío en el espectador. La muerte de Phoenix a los 23 años por sobredosis ha acabado trascendiendo a la tragedia en sí para convertirse en un símbolo cultural, porque estaba a punto de ser una estrella; un símbolo mediático, porque la prensa lleva casi 24 años tratando de constuir una moraleja en torno a ella sin éxito; y un símbolo generacional, porque aquel suceso funciona como una línea trazada entre la Generación X(los que recuerdan a River Phoenix) y los millennials (los que no tienen ni idea de quién es). Pero por encima de todo, la muerte de River Phoenix se ha sobredimensionado hasta el punto de eclipsar su propia vida. Porque hoy, al escuchar su nombre, uno piensa primero en su muerte antes que en cualquiera de sus películas.


Durante el rodaje de Cuenta conmigo Phoenix, que tenía 14 años, convenció a su compañero de reparto Will Wheaton (dos años menor) de que utilizase sus conocimientos informáticos para trucar una máquina recreativa y jugar partidas infinitas sin echar monedas. River le prometió que, si les pillaban, asumiría toda la culpa. Esa combinación de manipulación perversa y nobleza protectora intoxicaría cada uno de los 13 personajes que interpretó a lo largo de su carrera. Cuenta conmigo era una fábula sobre el último verano en el que cuatro chavales podían permitirse ser niños, y su rodaje supuso un proceso similar: acompañado por su amigo y coprotagonista Corey Feldman, Phoenix probó su primera cerveza en el bar del pueblo, y un técnico le ofreció su primer porro. Para cuando llegó el momento de promocionar la película, la habitación donde un Phoenix de 15 años concedía entrevistas olía permanentemente a marihuana.

La belleza de River Phoenix (precoz, y por lo tanto perturbadora) era objetivamente angelical, pero había algo crudo y oscuro en su forma de mirar a los demás que le empujó al cine adulto de forma orgánica: no necesitó afrontar la clásica transición de niño-actor a hombre-actor, porque a los 14 años ya era un actor de carácter. Criado en una comuna hippy llamada Los Hijos de Dios, Phoenix mantuvo sus primeras relaciones sexuales a los 4 años y continuó hasta los 10, edad en la que regresó al celibato para a los 15 años perder, según él mismo la definía, su segunda virginidad. En aquel momento, con sólo dos películas a sus espaldas (Cuenta conmigo yExploradores, donde aparecía con Ethan Hawke), River Phoenix ya mantenía económicamente a sus padres y a sus cuatro hermanos: Rain, Summer, Liberty y Joaquin, que por aquel entonces se hacía llamar Leaf (hoja) para sentirse más en comunión con la temática espiritual de su clan.

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De izq a dcha: Jerry O'Connell, River Phoenix, Will Wheaton y Corey Feldman.© Cordon Press



A los 18 años, River consiguió una nominación al Oscar por Un lugar en ninguna parte. A los 19, interpretó al joven Indiana Jones en Indiana Jones y la última cruzada. A los 21, ganó la Copa Volpi al mejor actor en el festival de Venecia por Mi Idaho privado. Para explorar su personaje de chapero narcoléptico y drogadicto abandonado por su madre (y por la sociedad), Phoenix exploró la sexualidad con otros hombres y probó diversas drogas. En cuestión de semanas, el rodaje de aquella minúscula producción independiente se vio sacudido por, tal y como recuerda uno de sus trabajadores, "un rampante consumo de heroína". El actor negaba los rumores de su drogadicción en las entrevistas, y abogaba por un estilo de vida saludable que incluia el veganismo cuando nadie sabía lo que era el veganismo. Su compromiso ecologista le llevó a comprar 320 hectáreas de bosque en peligro de explotación en Costa Rica, y en 1992 apoyó públicamente la candidatura de Bill Clinton a la presidencia.

Pero su consumo de drogas y alcohol comenzó a ser problemático e insostenible durante los rodajes, lo cual le llevó a perder los papeles protagonistas de El río de la vida (que haría Brad Pitt) y Reality Bites (Ethan Hawke). Etiquetado desde su adolescencia como "el nuevo James Dean" por su espíritu curtido, atormentado y seductor, River Phoenix era el bastión de una nueva generación de actores subversivos que tenían cara de guaperas pero la ponían al servicio de historias marginales rodadas allí donde Hollywood no había llevado nunca sus cámaras. Y todos los demás le siguieron, al entender que no tenían que pasar por el aro de la industria si no querían. Phoenix evocaba el pasado, revolucionaba el presente y, por lo tanto, tenía un emocionante futuro por delante: su siguiente proyecto eraEntrevista con el vampiro, que más que una película se trataba de una convención de todas las estrellas masculinas de los 90.

El 31 de octubre de 1993, River Phoenix acudió al Viper's Room.

Soñaba con ser una estrella del rock. Por eso aquella noche llevaba su guitarra al hombro, pero nada más entrar le indicaron que el dueño del club, Johnny Depp, no tenía intención de bajarse del escenario. Al quedarse sin hueco para tocar sus canciones, River se sentó en una mesa con su hermano Joaquin, su hermana Rain y su novia Samantha Mathis (de 22 años) y se bebió de un trago la copa de un amigo sin preguntar qué era: un cóctel líquido de heroína y cocaína. Pasado un rato, miró a su amigo Bob Forrest y le dijo "no me encuentro bien, creo que estoy teniendo una sobredosis", para a continuación perderse entre la multitud asistente al concierto de Depp. Minutos después, Joaquin le sacó a la calle y River se desvaneció en la acera. Su hermana se sentó sobre su pecho para tratar de sujetarle y Joaquin (que tenía 19 años) llamó al 911: "mi hermano está teniendo un ataque, creo que ha tomado un valium, por favor, se está muriendo". El cantante de Red Hot Chilly Peppers, Flea, le llevó al Cedar-Sinai, donde fue declarado su fallecimiento menos de una hora después.





La muerte de River Phoenix pervive como un mito testarudo de la cultura pop que se resiste a desaparecer. Quizá porque aquella noche captura de un modo sádico la narrativa de la Generación X, con su hastío por la vida y sus estrellas invitadas. El escenario era el bar de Johnny Depp, un lugar donde, según recuerda Gavin Edwards en The Last Night at the Viper's Room, la entonces novia de Depp, Kate Moss, se ponía a servir copas, a Naomi Campbell le gustaba bailar con el portero, Christina Applegate (a los 21 años, estrella televisiva de Matrimonio con hijos) hacía compañía aSamantha Mathis y Chrissie Hynde charlaba sobre religión con Depp. Antes de ir al Viper's Room River y Joaquin se pasaron por una fiesta donde un actor adolescente, Leonardo DiCaprio, intentó sin éxito acercarse a saludar a su ídolo. "Estaba más que pálido, estaba blanco" recordaría DiCaprio años después a quien él mismo define como su héroe.

La portada de la Super Pop con la cara de River Phoenix impactó a los adolescentes españoles (aún) más que aquel anuncio contra las drogas en el que un gusano se adentraba en una nariz. Los admiradores del actor, como los chavales de Cuenta conmigo, se hicieron mayores de repente. El Viper's Room se convirtió para siempre en un mausoleo atestado de flores y velas, un símbolo de la Generación X pero no el que pretendía Johnny Depp cuando lo inauguró sólo dos meses antes de la tragedia. Christian Slater le reemplazó a última hora en Entrevista con el vampiro. La última película que protagonizó, Dark Blood, dio para un thriller basado en hechos reales: su director, tras enterarse de que la ausencia de un acuerdo entre la productora y la aseguradora le obligaba a destruir todo el material rodado, se coló en la oficina y robó los rollos de celuloide. En 2011 la estrenó, rellenando los huecos con una narración en off.

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La muerte de River Phoenix reescribió y, finalmente, eclipsó su vida. Su madre publicó una carta en el L.A. Times en la que defendía que su hijo no era drogadicto, pero no sirvió de nada. Aquel 31 de octubre River dejó de ser "el nuevo James Dean" para reclamar su propio nombre, forjando un estatus de leyenda frustrada con el que los medios no tienen muy claro qué hacer: la narrativa en torno a su figura se ha acabado centrando mucho más en lo que podría haber sido que en lo que efectivamente fue.

Murió a punto de ser una estrella y hoy, cuando lleva más tiempo muerto del que estuvo vivo, parece permanentemente a punto de ser una leyenda. Una promesa que, como siempre pasa con las que no se cumplen, duele demasiado recordar. Pero sí hay algo que a River Phoenix le dio tiempo a hacer antes de morir: le demostró a docenas de actores de su edad que no tenían que esperar a los 40 años para adentrarse en personajes amargos y heridos. Así que si River Phoenix simboliza algo, es la fundación de toda una generación de actores que interpretan con sus entrañas.

¿Que cómo habría sido la carrera de River Phoenix hoy, cuando cumpliría 47 años? Quizá parecida a la de Leonardo DiCaprio (quien heredó sus papeles en Vidas al límite y Diario de un rebelde), el actor más popular del planeta. O quizá a la de Ethan Hawke, protagonista de un puñado de clásicos generacionales; Brad Pitt, un mito erótico de los 90 y un coloso de Hollywood en los 2000; Keanu Reeves, reconvertido en estrella de acción mamporrera; Jared Leto, semiretirado del cine para apostar por una carrera musical; Christian Slater, desaparecido con el final de los 90; o Joaquin Phoenix, el actor más visceral de su generación. Ninguna de estas conjeturas encontrará jamás una resolución. Porque el mito y la fascinación de River Phoenix radican en que, tanto en su vida como en su muerte, se resisten a conceder una respuesta.

https://www.revistavanityfair.es/ac...-room-joaquin-phoenix-leonardo-dicaprio/25727
 
“Heath Ledger fue el responsable de su muerte”
El padre del actor asegura en una entrevista que la familia intentó advertirle al actor que no mezclara medicamentos sin embargo, el intérprete no quiso escuchar los consejos

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El actor Heath Ledger murió en su departamento de Nueva York a causa de una sobredosis de medicamentos. La tragedia que sorprendió a Hollywood ahora vuelve a ocupar titulares, esta vez por las fuertes declaraciones que ha hecho su padre, Kim, al periódico australiano Daily Mail Australia.




El empresario aseguró que la muerte de su hijo, en 2008, fue absoluta responsabilidad del actor, y que se hubiera evitado si Heath hubiera seguido las recomendaciones que su familia le dio. "Fue su culpa absolutamente. No hubo nadie más. Él llegó a ellos. Él los puso en su sistema. No puedes culpar a nadie más en esa situación. Eso es duro de aceptar, porque lo amaba tanto y estaba muy orgulloso de él", dijo durante la entrevista.

Según contó el padre del protagonista de En terreno vedado, la hermana de Heath era una de las personas que más lo aconsejaban. Ella le decía constantemente que no mezclara píldoras para dormir con drogas para reducir el dolor y opiáceos. “Su hermana habló por teléfono con él la noche anterior y le dijo que no tomara medicación con pastillas para dormir", añadió. Según el empresario su hijo, de 28 años, le respondió a su hermana que no se preocupara que él sabía “lo que estaba haciendo”. “No tenía ni idea de lo que hacía”, recordó Kim. En la autopsia que se le hizo al actor se detectó que en su organismo se encontraron restos de oxicodona, hidrocodona, diazepam y doxilamina.

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El padre de Ledger cree que muchas veces el estrés que tienen los actores es la principal causa de que caigan en el abuso de los medicamentos. “Hay tanta presión sobre ellos para actuar que a veces su cuerpo dice que eso no es bueno y que necesita tiempo de descanso. Pero los médicos les dan calmantes para que continúen. Ese fue el caso de Heath. Tenía que estar en el escenario para terminar de grabar", relató Kim Ledger.

La entrevista a Kim se realiza justo días después de que en Australia se diera a conocer un estudio que revela que cada día hay más personas que se vuelven adictas a los calmantes, pastillas para dormir y opiáceos.

https://elpais.com/elpais/2016/07/27/estilo/1469615700_152923.html

 
La solitaria muerte de Heath Ledger

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El mundo del cine y sus fans no se lo podían creer. Heath Ledger había aparecido muerto en su apartamento de Nueva York. Su asistenta le encontró boca abajo y desnudo a los pies de su cama. En su cuarto la policía halló pastillas para dormir y otros medicamentos antidepresivos con receta. No había ninguna nota de su***dio junto al cuerpo del actor. Su familia, que se enteró de su muerte por los informativos, afirmó que la muerte de Heath Ledger se debió a un accidente, una mezcla de píldoras para dormir con otras sustancias para reducir el dolor. Una fatal imprudencia.

Heath Ledger vivía uno de los mejores momentos de su carrera. Acababa de rodar "El Caballero Oscuro" y estaba en mitad de la filmación de "El imaginario del doctor Parnassus" de Terry Gilliam.



Heath Ledger nació la localidad australiana de Perth el 4 de abril de 1979. A los diez años interpretó a Peter Pan en una función escolar y su hermana mayor le fue animando a que se convirtiera en actor. Su actor favorito era Gene Kelly porque le gustaba mucho cantar y bailar. En Australia trabajó en varias series de televisión y en 1997 dio el salto a Hollywood. En el año 2000 le vimos haciendo de hijo de Mel Gibson en "El patriota". Ledger siempre tuvo un punto rebeldía que le hacía ideal para hijo impulsivo y respondón de Gibson.

Un año después le veíamos de protagonista en "Destino de caballero" y más tarde en "Las cuatro plumas" o "Casanova". En la vida real el propio Ledger era tambien un poco Casanova. Fue novio actrices como Heather Graham o Naomi Watts. En 2004 conoció a Michelle Williams durante el rodaje de "Brokeback Mountain", película por la consiguió su primera nominación al Oscar. Con Michelle Williams tuvo una hija, Mathilda. Parecía que todo en su vida le iba bien pero su relación con Williams terminó en 2007.



Su papel de Joker en "El Caballero oscuro" le atormentaba porque temía no estar a la altura del que interpretó Jack Nicholson. El actor se encerró durante todo un mes en una habitación de un hotel de Londres para preparar su personaje. Escribió un diario y ensayó diferentes voces.

Según el diario The New York Times la preparación tan intensa y el duro rodaje de este film le había alterado el sueño y el actor comenzó a tomar pastillas para dormir. Además, Ledger estaba bastante estresado ya que apenas descansaba empalmando un rodaje tras otro, titulos como "Candy" y "I'm not There" en donde hizo de Bob Dylan.




El mundo del cine y sus fans no se lo podían creer. Heath Ledger había aparecido muerto en su apartamento de Nueva York. Su asistenta le encontró boca abajo y desnudo a los pies de su cama. En su cuarto la policía halló pastillas para dormir y otros medicamentos antidepresivos con receta. No había ninguna nota de su***dio junto al cuerpo del actor. Su familia, que se enteró de su muerte por los informativos, afirmó que la muerte de Heath Ledger se debió a un accidente, una mezcla de píldoras para dormir con otras sustancias para reducir el dolor. Una fatal imprudencia.

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Heath Ledger nació la localidad australiana de Perth el 4 de abril de 1979. A los diez años interpretó a Peter Pan en una función escolar y su hermana mayor le fue animando a que se convirtiera en actor. Su actor favorito era Gene Kelly porque le gustaba mucho cantar y bailar. En Australia trabajó en varias series de televisión y en 1997 dio el salto a Hollywood. En el año 2000 le vimos haciendo de hijo de Mel Gibson en "El patriota". Ledger siempre tuvo un punto rebeldía que le hacía ideal para hijo impulsivo y respondón de Gibson.

Un año después le veíamos de protagonista en "Destino de caballero" y más tarde en "Las cuatro plumas" o "Casanova". En la vida real el propio Ledger era tambien un poco Casanova. Fue novio actrices como Heather Graham o Naomi Watts. En 2004 conoció a Michelle Williams durante el rodaje de "Brokeback Mountain", película por la consiguió su primera nominación al Oscar. Con Michelle Williams tuvo una hija, Mathilda. Parecía que todo en su vida le iba bien pero su relación con Williams terminó en 2007.

Su papel de Joker en "El Caballero oscuro" le atormentaba porque temía no estar a la altura del que interpretó Jack Nicholson. El actor se encerró durante todo un mes en una habitación de un hotel de Londres para preparar su personaje. Escribió un diario y ensayó diferentes voces.

Según el diario The New York Times la preparación tan intensa y el duro rodaje de este film le había alterado el sueño y el actor comenzó a tomar pastillas para dormir. Además, Ledger estaba bastante estresado ya que apenas descansaba empalmando un rodaje tras otro, titulos como "Candy" y "I'm not There" en donde hizo de Bob Dylan.

Pocos días antes de su muerte se le vio paseando con su hija sucio y desaliñado. Tenía problemas con Michelle Williams por la custodia de su hija y llevaba bastante mal la presión mediática. Sus amigos y familiares le aconsejaban que parara su frenético ritmo, que se tomara un descanso y, sobre todo, que no mezclara medicamentos y sustancias sin supervisión médica. Su propia hermana habló con él la noche anterior a su muerte y se lo recordó, pero Ledger no le hizo caso.

Heath Ledger dejó como únicos herederos a sus padres y hermanas, ya que elaboró su testamento antes de conocer a su ex pareja, Michelle Williams. Heath Ledger, a pesar de su fama y de su emergente carrera, no era un actor rico. Tan solo poseía un coche y su casa de Nueva York. Siempre pensó que lo de convertirse en una estrella había sido algo fruto de la casualidad. Su familia recogió el Oscar que ganó por su papel de Joker en "El caballero oscuro".

http://cadenaser.com/programa/2017/01/21/sucedio_una_noche/1485019245_707419.html
 
El oscuro secreto de Hollywood: Grandes actrices fueron obligadas a abortar

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Entre la década de 1920 y 1950 los abortos eran un “control de natalidad” en Hollywood, según el testimonio de una actriz anónima que consignó la revista Vanity Fair y el de muchos célebres biógrafos.

En el viejo Hollywood, hombres poderosos que movían grandes productoras de cine, tomaban decisiones sobre el cuerpo de las mujeres que trabajaban para ellos y los hacían amasar exorbitantes fortunas.

Según relata el magazine, entonces los abortos eran la oportunidad de mantener la figura de las actrices de moda, que eran el centro de atención.

“Estos hombres y mujeres -nuevos ricos- no sabían cómo controlar su dinero, sus cuerpos, sus vidas o el gasto, deleitándose en exceso”, señalaAnne Helen Petersen, autora de escándalos del Hollywood clásico. De acuerdo a la escritora, en el antiguo Hollywood, las it girls, se libraron de su destino como dueñas de casa y por primera vez, ganaron grandes ingresos que podían gastar en lo que sea y con quien quisieran. Sin embargo, no podían decidir sobre sus cuerpos.

En este sentido, los estudios buscaban fórmulas para evitar que las estrellas destruyeran su imagen con escándalos. Fue así como en 1922,William H. Hays introdujo “cláusulas de moralidad” obligatorias en los contratos de celebridades, donde se señalaba que un embarazo no deseado no sólo traería vergüenza a la industria sino que violaría las políticas del estudio. “Era una suposición común que las estrellas glamorosas no serían populares si tenían hijos”, afirma Cari Beauchampen su libro sobre las mujeres poderosas del viejo Hollywood viejo, Without Lying Down.

Se cree que estas cláusulas también prohibieron el matrimonio para algunas actrices. Petersen dice que había rumores de que la “bomba sexy” Jean Harlow no podía casarse con William Powell porque “MGM había escrito una cláusula en su contrato que no le permitía casarse”.
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Cuando Harlow quedó embarazada durante el romance, llamó a su agente de publicidad en MGM, Howard Strickling, en estado de pánico. Poco después -según EJ Fleming, autor de The Fixers: Eddie Mannix, Howard Strickling and the MGM Publicity Machine– Jean “entró al Hospital Good Shepherd para “descansar un poco”. “Ella fue vista solamente por sus médicos y enfermeros privados en la habitación 826, la misma habitación que había ocupado el año anterior por una ‘apendicectomía’“, escribió Fleming, dando a entender que en ese recinto se dio por terminado el embarazo de la rubia.

De acuerdo al biógrafo Lee Israel, en la década de 1930, la actriz Tallulah Bankhead también se le practicó un aborto “al igual que otras mujeres de ondas permanentes”.

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Asimismo, en 1935 cuando la cantante y actriz Jeanette McDonald quedó embarazada, el jefe del estudio MGM, Louis B. Mayer, le dijo a Strickling que había que “deshacerse del problema”. Muy pronto McDonald se registró en un hospital con una “infección de oído”, según Fleming.

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En 1931 la estrella Joan Crawford estaba distanciada de su maridoDouglas Fairbanks Jr., quedó embarazada de su amante Clark Gable. Otra vez , Strickling arregló por un aborto. En lugar de revelar la verdad a su esposo, Crawford le dijo que durante el rodaje de una de sus películas en la isla de Catalina, se cayó en la cubierta de un barco y perdió el bebé.

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Otro caso es el de Bette Davis, conocida rival de Crawford, quien también eligió “voluntariamente” hacerse un aborto por el bien de su carrera. Davis mantenía a su familia entera, su madre, su hermana y su marido, Harmon Nelson, con quien se casó en 1932. Ella le dijo a su biógrafo Charlotte Chandler que si hubiera tenido un hijo en 1934 habría “perdido el papel más importante en su vida”, el de Mildred en Of Human Bondage, que le valió su primera nominación al Oscar. Más tarde en la vida, Davis tuvo tres hijos.



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Los estudios MGM tenían todo tipo de cláusulas que castigaban a las estrellas que tenían bebés, dicen los biógrafos del Hollywood antiguo. Así lo afirma Jane Ellen Wayne en su libro Las chicas de oro de MGM, donde la actriz Ava Gardner dice que si hubiera tenido un hijo, le habrían quitado su sueldo. “Entonces, ¿cómo podría yo hacer una vida? Frank (Sinatra, quien fue su pareja) estaba en la ruina y mis futuras películas me iban a llevar por todo el mundo. No podía tener un bebé. MGM hizo todos los arreglos para que volara a Londres. Alguien del estudio estuvo conmigo todo el tiempo. El aborto fue en silencio, muy discreto”, dijo.


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Una de las que más sufrió con estas políticas fue Judy Garland, famosa por interpretar a Dorothy en El mago de Oz. Ella luchó para mantener tanto su peso como su imagen ingenua, y nunca fue libre de tomar sus propias decisiones.

“Casadas o no, las chicas MGM mantuvieron su imagen virginal”, dice Wayne, quien afirma que esto fue especialmente cierto en Garland. En 1941, a los 19 años, se casó con el director de orquesta David Rose sin la aprobación de MGM, y en 24 horas se le ordenó volver al trabajo. Cuando se quedó embarazada, su madre Ethel, en connivencia con el estudio, arreglaron un aborto para Garland, porque el público “la amaba como una niña, no como una madre”.

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Luego, en 1943, Garland se quedó embarazada de su romance con Tyrone Power, y nuevamente Strickling preparó todo para que le hicieran un aborto. Se cree que estos incidentes afectaron psicológicamente a Garland, derivando en graves problemas. Recordemos que la actriz murió años más tarde debido a una sobredosis de barbitúricos.

El mismo amante de Garland, Tyrone Power, también habría embarazado aLana Turner y una vez más, Strickling arregló un aborto. El procedimiento se llevó a cabo sin anestesia, en su cama de hotel. Su madre le tapó la boca con la mano para ahogar sus gritos. Una semana después, la actriz estaba de vuelta en el set filmando Ziegfeld Girl.



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Como ves, en el apogeo del viejo Hollywood, las mujeres más deseadas y “poderosas”, no tenía derecho a elegir cuando se trataba de sus cuerpos. Aunque ya han pasado mucho años y estas prácticas han quedado en el pasado, en algunas partes del mundo todavía muchos deciden sobre lo que las mujeres deben y no deben hacer con sus vidas.

https://www.biobiochile.cl/noticias...des-actrices-fueron-obligadas-a-abortar.shtml


 
'La Divina Garbo', misterios de una vida

Había nacido la leyenda
'La divina' dejaba atrás una trayectoria cinematográfica plena de éxitos. Su precoz despedida y su aparatosa reclusión acompañada de un riguroso escamoteo de su imagen al público, provocaron el origen de una potente rumorología en torno a sus romances y su ambigua sexualidad

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Beckham Hill, elegante barrio de Manhattan a orillas del East River. Una anciana de elegante porte y canosa melena, que oculta sus ojos tras unas gafas de sol de gran tamaño, pasea por una de sus calles. Pese a su desaliñada indumentaria, la rodea un halo de natural distinción y misterio que, muy a su pesar, no le permite pasar desapercibida.

Los transeúntes no pueden imaginar que aquella solitaria es Greta Garbo, la gran actriz de cine convertida en leyenda.



En los comercios del barrio sí la conocen: es una de sus clientes más comedidas, adquiere únicamente productos económicos, consulta su precio previamente haciendo uso de su voz profunda de marcado acento germánico y abona su compra con billetes que saca bien dobladitos de su cartera y que entrega tras contarlos cuidadosamente, con precaución, temerosa de excederse. En la licorería es una clienta apreciada: compra vodka y whisky con asiduidad.

Pocos de sus vecinos conocen su identidad, sólo aquellos que, coetáneos a la artista, saben de su historia y de su precoz retiro de la gran pantalla.

El portero de la finca en la que se halla su lujoso apartamento de la calle 52 está también en el ajo. Cobra un buen sueldo adicional por proteger la intimidad de la artista y espantar a los paparazzis que, ávidos, le tantean de vez en cuando en busca de carnaza para sus reportajes.

La Garbo los odia: ‘Los periodistas son la peor raza que existe’.Aquellas cámaras que otrora la amaban son ahora su peor enemigo. Los teleobjetivos le horrorizan. ‘Quiero que me dejen sola’, afirma tan contundente como reiteradamente.

Y es que sin quererlo se ha convertido en objetivo de la rumorología mundial. Su retiro de la vida pública y el incógnito que rodea su existencia son el acicate de biógrafos y periodistas, que hurgan inmisericordes en su pasado. De nada sirven sus viajes a Europa (La Vanguardia publicaba en su día la noticia de una visita a Barcelonapara ser operada de cataratas), o las travesías transatlánticas que le permiten reencontrarse con aquel mar que tanto ama. La prensa no ceja en su empeño, lanzando potentes dardos que apuntan con pretendida pericia a su intimidad. Su ambigua sexualidad y su copiosa lista de amantes ocupan la diana.

Greta, decepcionada, asiste impotente al ‘destripe’ de su intimidad, descubriendo cómo se miente sobre ella.

De haber sabido que éste sería su futuro, aquella joven regordeta de aspecto provinciano que respondía en sus inicios al nombre de Greta Lovisa Gustafsson, se lo habría pensado mejor antes de seguir su vocación de actriz.

No había tenido una infancia fácil. De familia humilde, tras la muerte de su padre, al que adoraba, se había visto obligada a trabajar en una barbería, enjabonando a los clientes.

Greta quería ser artista. A los 16 años iba a escondidas a un cine del barrio, donde el dueño le dejaba entrar gratis. Tenía un sueño: sería actriz y haría todo cuanto estuviese en su mano por conseguirlo.

A los 18 años decidió optar a una beca en la Real Academia Dramática de Estocolmo. Allí trabaría contacto con el director cinematográfico Mauritz Stiller, figura clave en su vida. De su mano rodaría La leyenda de Gosta Berling, film basado en la novela de la premio Nobel Selma Lagërlof que curiosamente ella acostumbraba a leer a su padre.

Los críticos fueron inflexibles: ‘Demasiado alta’, ‘demasiado gorda’, ‘fea sonrisa’, ‘frente demasiado estrecha’ o ‘cejas demasiado gruesas’, serían algunos de los poco caritativos apelativos que recibiría Greta. Pese a todo, la película sería su trampolín a la meca del cine. Louis B. Mayer la visionó y quiso fichar a Stiller. Éste puso una condición: Greta debía acompañarle. La Metro no prestó mucha atención a la actriz hasta que Stiller decidió transformarla: depilación, dieta, estratégico maquillaje… También un cambio de apellido: Greta Gustafsson es ahora Greta Garbo, haciendo referencia probablemente al ‘garbo’ con el que camina gracias a sus anchas espaldas, y su alta estatura y, por supuesto, el nuevo ‘porte’. Ha nacido una estrella.


En 1925 rueda junto a Marlene Dietrich, su futura amante, Bajo la máscara del placer.

Al año siguiente, Greta protagoniza El torrente basada en un cuento del inefable escritor valenciano Blasco Ibáñez. Bajo las órdenes de Monta Bell, uno de los hombres de confianza de Charles Chaplin, su papel conquista a la crítica.

En 1927 rueda El demonio y la carne con Clarence Brown, su director de confianza, con el que colaborará en siete ocasiones.

En 1930, con la interrupción del cine sonoro, Stiller sucumbe pero la actriz, contra todo pronóstico, se empeña en debutar y logra triunfar. Su voz profunda y masculina, unida a su marcado acento germánico, la dotan de una peculiar personalidad y misterio. Sus primeras palabras en Anna Christie, dirigida por Brown -‘Dame un whisky con ginger ale y no seas tacaño, baby’- forman parte de la historia del cine.

El mito Garbo empieza a forjarse. Miembro destacado del star system, Hollywood la encumbra como una de sus rutilantes estrellas, y la maquinaria propagandística empieza a funcionar. Eso pese a su carácter inhibido, que le impedía acudir a las macrofiestas hollyoodienses: ‘Nunca os negués a asistir a una fiesta. Aceptad y luego no vayáis. Nadie echa de menos nunca a nadie’, aconsejaba. Su vida amorosa fue habitual moneda de cambio, sus romances reales y ficticios con sus compañeros de reparto se airean oportunamente, en especial el mantenido con John Gilbert, eterno candidato a inminente marido. Al tiempo, crecen los rumores de sus relaciones lésbicas con otras actrices como Joan Crawford, Barbara Stanwyck o la mencionada Marlene, con quien compartía amante, la guionista española Mercedes Acosta.

Su carrera proseguiría triunfante y fue nominada al Oscar en cuatro ocasiones. Se le concedió finalmente en 1954 el Oscar honorífico . La actriz se había retirado trece años antes, tras rodar, bajo la dirección de Cukor, La mujer de las dos caras. Como era de esperar, la actriz se negó a recogerlo.

Genio y figura hasta el fin.

El 15 de abril de 1990, casi 50 años después de retirarse, Greta muere por una complicación de los problemas renales que le aquejan desde hace años. Tiene 84 años. ‘La divina’ lograba al fin estar sola.

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https://www.lavanguardia.com/hemero...hollywood-cine-suecia-lesbianismo-muerte.html

 
Marlene Dietrich: ‘la mujer más sola del mundo’

Su lista de amantes de ambos sexos fue interminable, su vida fue un derroche de glamur, erotismo y pasión. Pero, ¿fue feliz el Angel Azul?

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Contaba 89 años cuando Marlene Dietrich, convertida ya en un mito del séptimo arte declaraba en las páginas de La Vanguardia, sentirse‘la mujer más sola del mundo’: ¿Qué condujo a la que fuere la mujer más deseada y enigmática estrella de su época a emitir tamaña aseveración?

Todo había empezado años antes, cuando María Magadalena Dietrich había topado con el olfato cinematográfico del afamado director alemán Josef Von Stenberg: ‘Hermoso trasero, pero necesita un rostro’. Afirmaría su descubridor, al conocerla. Aquella jovencita rellenita de tan solo 1’65 de estatura, de rala cabellera y rudas facciones, calaron en Stenberg que supo vislumbrar lo que se escondía tras esa vulgar fachada y apostó por ella. Marlene, como se hacía llamar desde los once años, era hija de una viuda y había tomado el apellido de su padre, el teniente de policía Louis Erich Otto Dietric Dietrich.



Se abría el telón para la futura estrella, atrás quedaban su carrera de violinista, truncada por una ‘oportuna’ lesión de muñeca, sus inicios en el famoso Teatro Alemán con el prestigioso Max Reinhart y sumatrimonio con un checo, Rudolf Sieber, al que había conocido durante el rodaje de una película de cine mudo y con el que tendría a su única hija, María.
Cuando conoció a Von Stenberg, Marlene ya había mantenidotórridas relaciones con miembros de uno y otro s*x*. Casi inmediatamente se hicieron amantes y el cineasta se convirtió en su Pigmalión. El estaba dispuesto a convertir a la joven Marlene en una bomba erótica. La transformó en la femme fatale por antonomasia. Volcando en ella todos sus conocimientos y obsesiones fetichistas, la modeló a su gusto y la hizo fascinante. Le hizo perder unos kilos, le enseñó a maquillarse y a iluminar su rostro a fin de disimular su ancha nariz nórdica y marcar sus pómulos eslavos, le cambió el peinado y, lo más importante, su personalidad. La joven aprendió ahacer de su lánguida mirada un argumento de seducción y a desplegar con descaro esas interminables piernas que en el futuro aseguraría por miles de dólares. Descubriendo el inherente magnetismo de la Dietrich, Von Sternberg hizo de ella un ardoroso y subyugante objeto de deseo. Creó el mito erótico, Lola Lola, la depravada reina del cabaret de El ángel azul , fue el personaje con el que debutó en el cine y su catapulta a la fama. Había nacido Marlene. La película, considerada una obra maestra de la historia del cine, cosecha un gran éxito, descubre a la estrella y a la vez muestra una sociedad corrompida y en crisis: el nazismo estaba al acecho.


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La actriz, siempre esplendorosa, ya de pequeña gustaba de lucir las joyas y ostentosas prendas de su madre que llevaba a escondidas al colegio ante la asombrada mirada de sus compañeras. Así no es extraño que gastase su primer sueldo en un suntuoso abrigo de pieles. Cegada por el éxito, abandona a su marido y a su hija, y sigue a Von Sternberg a Hollywood. Éste le consigue un contrato para la Paramount y, convencido de su talento, se entrega a Marlene. Empecinado en hacer de ella una irresistible vamp insiste en su figura: le hace perder quince kilos y, a fin de afinar su rostro, la convence para que se extraiga las muelas del juicio (dato que ella siempre negó), la maquilla para acentuar su teutona palidez y depila sus cejas a lo Greta Garbo, quien curiosamente sería su eterna rival. Siempre se las compararía e incluso compartirían amante,Mercedes de Acosta.
Director y estrella viven juntos aunque en casas separadas, lo que no impide que la esposa de Von Sternberg pleitee con la actriz por ‘enajenación conyugal’. La Dietrich saldría victoriosa. Se inicia una fructífera relación durante la cual ruedan seis obras culminantes:Marruecos (1930), junto a Gary Cooper, en la que no oculta su bisexualidad y luciendo un esmoquin besa provocativamente a otra mujer
; su película favorita , Fatalidad (1931), El Expreso de Shanghái (1932), La Venus rubia (1932), Capricho inmortal (1934) y El diablo es mujer (1935), donde interpreta a una ardiente tabaquera española con una tópica visión de nuestro país que provocó un conflicto hispano-estadounidense de gran eco.
Tras romper su relación con Von Sternberg rueda con directores de la talla de Hitchcock, Wilder, Lubitsch o Welles, otro antiguo amante bajo cuya batuta interpretaría su último papel como protagonista enSed de mal .
Su clamoroso éxito atrae la atención de Hitler, que intenta convertirla en primera estrella de cine del Reich, a lo que ella se niega rotundamente. Marlene le detestaba y milita activamente contra el nazismo , lo que le acarrea no pocos problemas con sus compatriotas, aunque pese a nacionalizarse americana, la estrella siempre reivindica sus orígenes.
En 1943 se embute en un uniforme militar y acude presta a arengar a los aliados a primera línea de fuego.
Entonando su mítico Lilí Marleen, que la consagra como cantante, se convierte en un símbolo para los soldados de ambos bandos.

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La desgraciada vida amorosa de Rita Hayworth

La actriz más deseada de Hollywood en los años cuarenta pasó por cinco matrimonios que acabaron en divorcio

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ASTRID MESEGUER,
BARCELONA
14/05/2017 00:05Actualizado a14/05/2017 02:08
Nunca deseó ser actriz, pero su bello rostro brilló como nunca en la gran pantalla durante los años cuarenta del pasado siglo. Para muchos será siempre Gilda (1946), el icono sexual de la película que la encumbró a la fama y la convirtió en la mujer más deseada del planeta. El filme de Charles Vidor fue considerado en España “gravemente peligroso” por la Iglesia católica por la famosa escena del sensual striteas* de guante.

Antes de ser Rita Hayworth había sido Margarita Carmen Cansino, una joven morena y atractiva que bailaba con gracia desde pequeña y que solo anhelaba ser amada. Nació en Brooklyn el 17 de octubre de 1918, hija de padres bailarines: Eduardo Cansino, un sevillano que emigró a Estados Unidos, y Volga Hayworth, bailarina anglo-irlandesa del Ziegfeld Folies. Su infancia no fue feliz. A los tres años empezó a bailar y a los 13 ya era profesional.

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Formó pareja artística con su padre y tuvieron mucho éxito. “Desde que pude mantenerme en pie con tres años, recibí clases de baile. No me gustaba, pero no tenía el valor de decírselo a mi padre. Ensayar, ensayar y ensayar. Así fue mi infancia”, aseguró Hayworth en una entrevista.

Y es que Eduardo Cansino, además de explotar a su hija, abusó sexualmente de ella durante años, un episodio que la marcó profundamente. Durante una actuación en un club nocturno en Tijuana (México) junto a su progenitor, un productor de la Fox se fijó en ella y le propuso una carrera en el cine para ser la nueva Dolores del Río. A partir de entonces pasó a ser Rita Cansino y debutó en la industria a los 16 años con un breve papel en El infierno de Dante(1935).




Para huir de las garras de un padre explotador, Rita se casó a los 18 años en Las Vegas con Edward Judson, un tipo que conocía muchos productores de Hollywood y que prometió convertirla en una estrella de cine. A cambio, no dudó en dejarle claro a su esposa que se acostara con otros hombres que pudieran ayudarla en su ascenso a la fama.

Además la obligó a teñirse el cabello de pelirrojo, a adelgazar unos cuantos kilos y a pasar por una drástica transformación física que resultó muy dolorosa. Para que su frente resultase más amplia, Rita tuvo que someterse a una depilación a base de electrólisis y retrasar así la línea del nacimiento de su cabello. Tras la metamorfosis, adoptó el apellido materno y pasó a ser Rita Hayworth.

Su primer marido, Edward Judson, la obligó a someterse a una drástica transformación física para convertirse en Rita Hayworth

Judson, que había estado casado en dos ocasiones anteriores, solo veía a Rita como una inversión. “Él me ayudó con mi carrera y se ayudó a sí mismo con mi dinero”, dijo la actriz. El ambicioso marido le consiguió un contrato con Columbia, pero él le exigió que le cediera algunas de sus propiedades. Tras el divorcio, en 1942, Rita se quedó prácticamente en la ruina.

El siguiente hombre que ocupó su corazón fue un joven Orson Welles. El actor y director de Ciudadano Kane se enamoró de ella cuando la vio en la portada de la revista Life y juró que sería su mujer. Dicho y hecho. El magnetismo de Welles sedujo a la bella Rita; se casaron en 1943 y en Hollywood les apodaron La bella y el cerebro. Tuvieron una hija, Rebecca, que colmó de felicidad a la intérprete, deseosa de formar una familia. Pero su segundo marido no estaba por las labores conyugales y pasaba demasiado tiempo fuera de casa ocupado con sus proyectos ...y otras mujeres.

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Orson Welles, segundo marido de Rita Hayworth, la dirigió en 'La dama de Shanghai' (1947) (Gtress)


El gran éxito que obtuvo Hayworth con Gilda contrastaba con la escasa repercusión de los trabajos del realizador estadounidense en aquella época (Estambul o El cuarto mandamiento). Un celoso Welles llegó incluso a tildar a su mujer de “idiota” ante la prensa. Por su parte, la tímida y vulnerable Rita había aprendido a callar y a aguantar todo tipo de vejaciones desde su niñez.

Trabajaron juntos en La dama de Shanghai (1947), donde la estrella lució una imagen radical por orden de Welles, que la obligó a cortarse su famosa melena pelirroja y a teñirse de rubia. Hasta entonces su rostro era tan popular como Gilda que el avión que lanzó la bomba nuclear experimental sobre las islas Bikini llevaba a la “diosa del amor” pintada en el morro; algo que molestó mucho a la actriz, que era pacifista.



Nunca deseó ser actriz, pero su bello rostro brilló como nunca en la gran pantalla durante los años cuarenta del pasado siglo. Para muchos será siempre Gilda (1946), el icono sexual de la película que la encumbró a la fama y la convirtió en la mujer más deseada del planeta. El filme de Charles Vidor fue considerado en España “gravemente peligroso” por la Iglesia católica por la famosa escena del sensual striteas* de guante.

Antes de ser Rita Hayworth había sido Margarita Carmen Cansino, una joven morena y atractiva que bailaba con gracia desde pequeña y que solo anhelaba ser amada. Nació en Brooklyn el 17 de octubre de 1918, hija de padres bailarines: Eduardo Cansino, un sevillano que emigró a Estados Unidos, y Volga Hayworth, bailarina anglo-irlandesa del Ziegfeld Folies. Su infancia no fue feliz. A los tres años empezó a bailar y a los 13 ya era profesional.


De hecho, la infeliz Rita se quejaría de que “los hombres se van a la cama con Gilda y luego despiertan conmigo”, una frase que definiría hasta qué punto su célebre personaje la había ninguneado como mujer. El matrimonio haría aguas definitivamente en 1947.

Y como no hay dos sin tres, el príncipe y playboy Ali Khan se convirtió en su tercer esposo. La espectacular ceremonia se celebró en 1949 en la Riviera francesa sobre un manto de 30.000 rosas junto a una piscina llena de agua de colonia. El enlace ayudó a la actriz a alejarse durante un tiempo de Hollywood, especialmente de Harry Cohn, el tiránico mandamás de Columbia que manejaba con mano dura su carrera.

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Rita Hayworth corta el pastel el día de su boda con el príncipe Ali Khan (Gtress)



La pareja tuvo una hija, la princesa Yasmin. Sin embargo, la felicidad duró poco, ya que Ali era mujeriego, ludópata y el matrimonio pronto fracasó. Tras su divorcio, en 1953, Rita Hayworth se quedó en bancarrota y entró en una espiral de destrucción. Solo encontró consuelo en el alcohol.

Y cuando el cantante argentino Dick Haymes entró en su vida, la situación empeoró todavía más. Se casaron para que el músico no fuera deportado, y él le agradeció el gesto aprovechándose de la fama de la actriz para conseguir contratos. Tras su falsa sonrisa se escondía un hombre egoísta y con la mano muy larga. Se divorciaron el día que Haymes la abofeteó en público.

Los hombres se van a la cama con Gilda y luego despiertan conmigo

RITA HAYWORTH Actriz
Para poner la guinda al pastel, su quinto marido la trató igual de mal. El productor James Hill quería que Rita continuara trabajando en Hollywood, mientras ella deseaba desligarse de una vez por todas de la industria. Tras tres años juntos, la actriz solicitó el divorcio alegando “crueldad mental”. Y es que Hill abusaba de ella física y verbalmente incluso en público. El actor Charlton Heston fue testigo de ello una noche que él y su mujer cenaron con Hayworth y su marido en España. “Fue la noche más vergonzosa de mi vida”, relató el intérprete de Ben-Hur en su libro de memorias.


Además de sus cinco matrimonios, Rita tuvo entre sus brazos una larga lista de amantes entre los que se incluyen Victor Mature, Anthony Quinn, Kirk Douglas, David Niven y Glenn Ford, el hombre que le dio la bofetada más famosa de la historia del cine. También se rumoreó que Paco Gento, jugador del Real Madrid en los años 50 y 60, cayó rendido a sus encantos tras una cena de gala en Los Ángeles

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Gene Kelly y Rita Hayworth trabajaron juntos en 'Las modelos' (1944) (Gtress)



La femme fatale que había inmortalizado Rita Hayworth en la mayoría de sus películas desapareció por completo cuando fue fotografiada en 1976 en el aeropuerto londinense de Heathrow con un aspecto envejecido, desorientada y totalmente irreconocible. Fue el principio de su declive. El Alzheimer había hecho acto de presencia y todo el mundo achacó su comportamiento irracional a su adicción a la bebida.

“Tenía ataques de furia y yo pensaba que era una especie de demencia alcohólica. Fue un alivio cuando nos dijeron que era Alzheimer. No fue diagnosticada hasta 1980”, afirmó su hija Yasmin.

El 14 de mayo de 1987, la mujer que un día fue todo un sex symbol cinematográfico, se despidió de este mundo sin hacer ruido. Tenía 68 años y ya hacía tiempo que había olvidado quién era: una diosa del amor que nunca se sintió amada.

Lo único que quiso siempre fue sentirse amada, pero sus cinco matrimonios solo le dieron disgustos y nunca se sintió querida

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La insaciable vida sexual de Marlon Brando
Nuevas revelaciones destapan su voracidad. “Debes saber que estoy loco”, les explicaba a sus secretarias cuando las contrataba, “y también que soy adicto al s*x*”

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"Si tuviéramos que colgarle una etiqueta sería la de heterosexual, pero, por otra parte, era muy sensual y entendía que el apetito y los sentimientos sexuales no tenían límites”, explica su biógrafa. / GETTY




“Brando se tiraría cualquier cosa. ¡Cualquier cosa! Hasta a un buzón de correos. A James Baldwin. A Richard Pryor. A Marvin Gaye”. El legendario productor y músico Quincy Jones redefinió hace un par de semanasen una entrevista en Vulture el concepto de “para lo que me queda en el convento...” y aireó la vida sexual de Marlon Brando con tal desparpajo que al lector no le quedó más remedio que subir la vista y releer el párrafo anterior: ¿pero cuál demonios era la pregunta? Era una sobre géneros musicales, lo cual llevó al chachachá y de ahí a las juergas de Brando.

Los revolcones del Hollywood clásico llevan décadas generando cotilleos, leyendas urbanas y biografías no autorizadas que sugieren que aquellas estrellas no hacían otra cosa. Una anécdota mítica de los sesenta cuenta que, durante una fiesta en su casa donde todos los invitados iban desnudos, Brando se paseó con un lirio en el trasero. Los amantes de Brando incluyen a los sospechosos habituales de la época: Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Ava Gardner, Rock Hudson, Grace Kelly y James Dean.

La viuda del cómico Richard Pryor (Illinois, 1940- California, 2005), Jennifer Lee Pryor, ha querido arrojar luz sobre estas incógnitas con la mejor frase del año aunque le queden diez meses: “Eran los setenta, con la suficiente cantidad de cocaína podías F*llarte a un radiador y mandarle flores al día siguiente”.

Marlon Brando (Nebraska, 1924 – California, 2004) jamás tuvo reparos en definirse a sí mismo como “una bestia sexual” que tenía “mujeres entrando por la puerta y saliendo por la ventana constantemente”. “Debes saber que estoy loco”, les explicaba a sus secretarias cuando las contrataba, “y también que soy adicto al s*x*”.

También confesó sin reparos haber tenido experiencias homosexuales. “Nunca le he prestado demasiada atención a lo que la gente piensa de mí”, le explicó a Gary Carey para su biografía El salvaje. Y añadió: “Pero si alguien está convencido de que Jack Nicholson y yo somos amantes, que siga pensándolo. Me parece divertido”.


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Marlon Brando y James Dean (apoyado), que estuvo de visita en el rodaje de la película 'Désireé', en 1954. Algunas fuentes aseguran que tuvieron una relación. CORDON


Y, sin embargo, cada revelación de sus escarceos sexuales con hombres (y aparece una cada dos años) sigue siendo recibida con asombro, quizá porque Brando ha pasado a la historia como el tipo más viril que jamás ha pisado Hollywood (forjó tres cánones distintos: el del actor de método, el de la estrella indomesticable y el del objeto sexual masculino) y en ese relato no encaja que se acostase con varios hombres. Varios hombres negros.

Brando personificó el erotismo de la clase obrera desde su segundo papel, en Un tranvía llamado deseo(Elia Kazan, 1952). Irrumpió en un Hollywood arrogante cuyas estrellas se habían autoerigido como la aristocracia de la que Estados Unidos carece. Una ilusión colectiva donde Cary Grant caminaba con la certeza de que todos los hombres del mundo occidental iban a intentar imitarle. Y Marlon Brando vino, vio y venció al hacer el amor a Cary Grant metafórica y (según la leyenda) literalmente.

Brando era vulgar, se atiborraba de comida china, tarros enteros de manteca de cacahuete y rollos de canela. Y su actitud hacia el s*x* era la misma: insaciable, voraz e imprudente. Una convulsión sexual surgida de una primera experiencia, a los 4 años, que hasta a Sigmund Freud le habría parecido demasiado obvia. Tanto que el propio Brando la señalaba como el principio de todas sus miserias. “Cuando mi madre bebía”, recordaba el actor, “desprendía una dulzura en su aliento que no encuentro vocabulario para describir”.

Sabía que era una víctima de sus propios impulsos, cuyo exceso le volvía un intérprete visceral, pero un hombre torturado, e intentó recrear ese escenario de posesión: necesitaba sentir que cada una de las mujeres con las que se acostaba eran de su propiedad

La señora Brando abandonó a su marido, también alcohólico y abusivo, y a sus tres hijos. Y los dejó a cargo de una niñera. Ermie, la niñera (de ascendencia danesa e indonesia), dormía con el pequeño Marlon. Ambos desnudos. “Una noche me senté junto a ella, observando su cuerpo y acariciando sus pechos”, rememoró Brando en el documental Listen to me Marlon.“Me tumbé encima de ella, era solo mía, me pertenecía solo a mí”, añadió.

Brando consideraba que aquel despertar sexual no consumado le distanció para siempre del mundo real. “Me pasé el resto de mi vida buscándola”, confesó. Cuando Ermie le dijo que se marchaba de viaje (en realidad, estaba abandonando su trabajo para casarse), Marlon se sintió abandonado por otra mujer. Sus sentimientos de posesión hacia Ermie, similares a los que siente un niño hacia su madre, crearon una frustración traumática que el actor se pasó la vida intentando satisfacer.

“Brando describió aquella experiencia con mucha inocencia, pero su hermana sugirió que el episodio fue inapropiado y que la familia lo consideró un abuso por parte de la niñera”, explica a ICON la autora de Brando's smile,Susan L. Mizruchi. “Este episodio llevó a Brando a esa actitud compulsiva hacia el s*x*: quería practicarlo todos los días y cuanto más mejor. La niñera era morena, con aspecto exótico, y Brando se sintió atraído por mujeres de físico similar toda su vida”, señala Mizruchi.

El actor sabía que era una víctima de sus propios impulsos, cuyo exceso le volvía un intérprete visceral, pero un hombre torturado, e intentó recrear ese escenario de posesión: necesitaba sentir que cada una de las mujeres con las que se acostaba eran de su propiedad.

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La actriz Anna Kashfi, recién separada de Marlon Brando, le da una bofetada al actor (con un moño) al salir de un juicio donde Brando logró aumentar las visitas al hijo que teníamn juntos. GETTY



Truman Capote, en un artículo publicado en New Yorker en 1957, citó a la abuela de Brando en una anécdota aparentemente inofensiva que, como siempre con Capote, no lo era en absoluto: “De adolescente, Marlon siempre intentaba ligarse a las chicas bizcas”. Un patrón que, con el paso de los años, se iría corrompiendo. “No solo tenía un físico predilecto, también tenía una preferencia psicológica”, continúa Mizruchi. “No se sentía atraído por las personas estables: en mi investigación encontré 22 mujeres que habían mantenido relaciones con él y que o se habían suicidado o lo habían intentado”, señala la biógrafa.

“Me miraba con una intensidad que me hacía sentir débil”, explicaba su primera mujer, Anna Kashfi, a quien el actor fue infiel desde el principio. Brando se casó tres veces, todas ellas por embarazos, y tuvo 11 hijos reconocidos y un número incalculable de ilegítimos. “Nunca pudo limitarse a una mujer, tenía una necesidad y el éxito y el poder le permitían mantener relaciones con quien quisiera”, asegura Mizruchi. Y sí, eso incluía a Richard Pryor, a Marvin Gaye y a James Baldwin.

“Tenía muchos intereses en común con la comunidad negra. Tomó clases de baile con Lena Horne y le encantaba tocar los bongós. Esta afición le atrajo hacia artistas como el músico Miles Davis o el escritor James Baldwin”, explica Mizruchi. Y añade: “Es incuestionable que en un momento dado se acostó con Baldwin: para Brando la amistad podía evolucionar en s*x* con facilidad. Sentía mucho amor por él. Le encantaban las mujeres. Si tuviéramos que colgarle una etiqueta sería la de heterosexual, pero, por otra parte, era muy sensual y entendía que el apetito y los sentimientos sexuales no tenían límites”.

al escritor Tennessee Williams y denunciar la crueldad con la que la comunidad crítica le despreciaba porque era homosexual. En una entrevista en The Today Showleyó varias críticas hacia el trabajo de Williams que incluían apreciaciones homófobas para atacar su obra”, recuerda Mizruchi.

El miedo y el nerviosismo marcaron su relación con James Dean, nunca confirmada, siempre fascinante. La biografía James Dean: Tomorrow Never Comes recoge declaraciones de testigos que aseguran que ambos mantuvieron una relación sexual sadomasoquista. El escritor Stanley Haggart recuerda cómo Dean mostraba orgulloso quemaduras en su cuerpo, asegurando que se las había hecho Brando con cigarrillos.

Susan L. Mizruchi sugiere que probablemente ambos actores mantuvieran relaciones sexuales. Brando siempre lo negó, incluso cuando en 1976 reconoció sus escarceos con hombres porque “ahora la homosexualidad está de moda y ya no le escandaliza a nadie”.

Ursula Andress para preguntarle si alguna vez se habían acostado.

https://elpais.com/elpais/2018/02/28/icon/1519814215_524318.html
 
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