HOLLYWOOD, Crónica Negra

Celos, drogas y un yate de lujo: la misteriosa muerte de Natalie Wood

Hoy la actriz de 'Rebelde sin causa' habría cumplido 80 años. Su muerte en un yate junto a su marido Robert Wagner en 1981 sigue siendo un misterio.
Por RAQUEL PIÑEIRO

20 de julio de 2018 / 8:42

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Natalie Wood, en los sesenta.

© Cordon Press

“Aquí el Splendour, necesitamos ayuda”. Con estas palabras se iniciaba una de las tragedias de Hollywood más intrigantes de las últimas décadas. Era la una y media de la madrugada del 28 al 29 de noviembre de 1981 y Natalie Wood había desaparecido.

El escenario no podía ser más idílico y, a la vez, más típico de una novela negra clásica: el yate Splendour estaba fondeado en la californiana isla Catalina, refugio marino de los adinerados habitantes de la cercana Los Ángeles. Además del capitán Dennis Davern, los tres tripulantes de la embarcación representaban la flor y la nata del mundo del espectáculo: eran el glamouroso matrimonio formado por Robert Wagner y Natalie Wood y el carismático Christopher Walken, galardonado con un Oscar y actor emblemático del Nuevo Hollywood. Lo que allí sucedió marcaría a estas cuatro personas para siempre.

LOS HECHOS
Robert Wagner, conocido por sus amigos como RJ, y Natalie habían invitado a Walken, que en este momento estaba rodando con la actriz la películaBrainstorming, a pasar unos días a bordo de su barco en Isla Catalina. Salieron de Los Ángeles el viernes 27 de noviembre y durante ese día y el siguiente los dedicaron a recorrer varios puntos de la isla. La noche del 28 cenaron en el restaurante Doug’s Harbor Reef; allí bebieron dos botellas de vino y dos de champán y alrededor de las diez volvieron al barco. A la una y media de la madrugada, el capitán Davern y Wagner llamaron a la guardia costera denunciando que Natalie Wood ya no estaba a bordo. Faltaba también Prince Valiant, la lancha hinchable que utilizaban para desplazamientos cortos, y presumían que la actriz se había alejado en ella. A las pocas horas se encontró la lancha, pero ni rastro de Natalie. A las ocho menos cuarto de la mañana siguiente apareció el cadáver de la actriz, de 43 años, flotando junto a unas rocas. La noticia provocó una tremenda conmoción en el mundo del cine y en aficionados de todo el planeta.

LA VERSIÓN OFICIAL
La autopsia dictaminó que Natalie había muerto ahogada, que en su cuerpo había algunas heridas superficiales en brazos y piernas y una pequeña abrasión en la mejilla izquierda, tal vez causada al caerse al agua. Su nivel de alcohol en sangre también era muy alto; la explicación de la muerte fue que se había debido a un accidente fortuito. Alterada por el alcohol, Natalie Wood había intentado alejarse en la lancha hinchable, pero tropezó, se cayó al mar e, incapaz de volver a subir y con su chaqueta de plumas mojada sumando peso y dificultando sus movimientos, acabó ahogándose por el agotamiento y el frío. Mientras tanto, a bordo, el capitán, Wagner y Walken tardaron horas en darse cuenta de que faltaba un pasajero. Robert Wagner defendió que suponía que su esposa estaba en su dormitorio, y no fue hasta que entró allí a la una y media cuando se dio cuenta de que no estaba en el barco.

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Natalie Wood junto a Robert Wagner en los sesenta.© Cordon Press
LAS ESPECULACIONES
Cuando la noticia de la muerte de la estrella se anunció, una mujer llamadaMarilyn Wayne declaró ante la policía que ella se encontraba en otro yate muy próximo a donde se anclaba el Splendour. Según su testimonio, tanto su marido como ella oyeron una voz femenina que gritaba y pedía socorro e inmediatamente después una voz masculina –un poco beoda– que respondía: “Ok, ya vamos ayudarte”. Pero como estaban en una zona en la que numerosas fiestas estaban teniendo lugar y porque, textualmente, “nadie se mete en los asuntos de otros”, lo dejaron pasar sin intervenir, suponiendo que se trataba de una broma o un episodio sin importancia en medio de otra juerga marinera. Pero la duda estaba sembrada. Sobre todo porque la versión oficial no respondía a la pregunta más importante: ¿qué llevó a Natalie Wood a querer alejarse del yate en plena noche, sola y en estado de ebriedad? Ahí empezaron las contradicciones en las versiones de los implicados, y la rumorología comenzó a arder.

Aunque en un primer momento Wagner había negado cualquier problema durante esos días, acabó reconociendo que entre Christopher Walken, Natalie y él había habido una agria pelea acerca de la importancia de la carrera profesional frente a la familiar. Wagner estaba en su mejor momento gracias a la serie Hart to hart, pero su esposa, entrando en los 40, estaba lejos de los papeles emblemáticos de su juventud. Si Christopher Walken era el nuevo Hollywood de antihéroes y Robert Wagner la sonrisa cien por cien América de la pequeña pantalla, Natalie era un producto puro del sistema de estudios, esto es, algo pasado de moda y con difícil adaptación a los tiempos que corrían. Aún centrada en su maternidad y en la vida familiar, Natalie sufría ansiedad recurrente y había pasado una fuerte depresión; el ascenso a estrella de su marido y el declive de su carrera no ayudaban a su ánimo.

Según un rumor que tenía que aparecer más pronto que tarde, Natalie y Christopher Walken mantenían un flirteo que, sin que sepamos si había pasado a mayores, había desquiciado a Robert Wagner hasta el punto de arrojar una botella de vino contra una pared y clamar “¿Te estás tirando a mi mujer?”. La actriz había querido huir del reducido escenario de celos tras verse convertida en uno de los vértices de un triángulo amoroso y eso explicaría su intención de subir al bote hinchable. Claro que hay otra versión ligeramente más rebuscada, según la cual quien habría tenido un ataque de celos había sido ella al descubrir que su marido y su colega eran los que estaban manteniendo una aventura.

Todas estas hipótesis aclararían el tema del viaje nocturno en lancha de no ser por un detalle muy importante: Natalie tenía terror al mar. Cuando era niña, durante un rodaje, un puente en el que estaba rodando una escena se había derrumbado y había estado a punto de ahogarse. De aquel accidente le quedó el pavor al agua profunda y una ligera deformación en la muñeca, ya que su madre, la típica madre de artista que sacrificaba el bienestar de su hija para no perjudicar su carrera, se había negado a que recibiera tratamiento médico pese a haberse roto la muñeca. Natalie había hablado de ello en varias ocasiones; no tenía miedo a navegar, pero verse sola en las aguas profundas del océano era algo superior a sus fuerzas. ¿Cómo era posible que entonces en medio de la noche y algo alcoholizada decidiera emprender esa repentina excursión?





Aunque Robert Wagner y Christopher Walken han eludido el tema durante las últimas tres décadas –Wagner lo ha mencionado en su autobiografía y en alguna entrevista, siempre lamentándose de lo que considera un accidente fortuito que destruyó su familia–, el capitán ha mostrado una actitud bien distinta. Siempre que ha podido, y normalmente previo pago, ha contado su historia, que difiere de la versión inicial que dio en el momento. Explicó el cambio de su relato por la influencia de los abogados de su entonces todavía jefe, que le habían manipulado. En esta contradicción y en el hecho de que se haya lucrado con su implicación en el oscuro episodio residen las principales dudas sobre la veracidad de su testimonio. Este se centra ahora en una pelea muy violenta y dramática entre el matrimonio que se vio cortada de pronto con un repentino silencio. Según Davern, Wagner subió tras este silencio a donde él se encontraba y estuvo bebiendo con él durante largo rato, hasta que volvió a bajar al camarote en el que había discutido con Natalie para reaparecer instantes después diciendo que ella se había ido.

Este episodio se vuelve más sospechoso si es verdad que, como defiende Davern, Wagner no quiso llamar inmediatamente a los guardacostas para denunciar la desaparición de Natalie ni quiso tampoco encender los reflectores del barco para buscar a su mujer, escudándose en no querer provocar un escándalo. A lo largo de los años, Davern ha sugerido con mayor o menor sutileza que Wagner estuvo implicado en la muerte de su esposa. ¿Había sido un asesinato? ¿Un accidente? ¿Había sido Natalie empujada en el fragor de una pelea? Las dudas razonables hicieron que en 2011 se reabriera el caso, alimentando de nuevo el interés mediático. Sin embargo, no se llegó a ninguna conclusión tajante, sólo cambiando la causa de la muerte de “ahogamiento accidental” a un poco satisfactorio y ambiguo “ahogamiento y otros factores por determinar”.

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Natalie Wood junto a James Dean en el rodaje de 'Rebelde sin causa'.© Cordon Press
LA LEYENDA
El propio Wagner comentó resignado en una ocasión “Las personas que están convencidas de que hubo algo más que lo que salió a la luz con la investigación nunca estarán satisfechas con la verdad. Porque la verdad es que no hay nada más que sacar. Fue un accidente”. Y precisamente como los accidentes son absurdos, estúpidos e impredecibles, resulta tan difícil conformarse con que ellos son la respuesta a la muerte de una de las actrices más emblemáticas de Hollywood.

Tenemos a tres actores famosos en un barco, un subtexto de celos sentimentales y profesionales, un cóctel de alcohol, algunas drogas –Davern ha declarado que Natalie y él se intercambiaban quaaludes por valiums– y la desaparición y muerte de una bella mujer. ¿Cómo no va a haber algo oscuro implicado en este cóctel?, piensa mucha gente. La historia del asesinato/homicidio/accidente mortal en un barco tiene un antecedente muy famoso que es puro Hollywood Babilonia: la historia de William Randolph Hearst, Marion Davies y la muerte de Thomas Ince (contada en, entre otras obras, la película El maullido del gato de Peter Bogdanovich). Es inevitable que en el subconsciente de muchos ambas historias estén relacionadas.
Por si fuera poco, con su muerte Natalie alimentaba el mito de una de las películas más emblemáticas de su carrera: Rebelde sin causa. Si James Dean había muerto en un accidente de coche al poco de terminar el rodaje ySal Mineo había sido acuchillado cinco años antes, ahora le tocaba a ella, la otra protagonista, sufrir una muerte violenta e inesperada. La leyenda de Hollywood devorando a sus hijos una vez más.

Resulta amargo que la trayectoria de Natalie haya quedado en parte ensombrecida por las circunstancias de su muerte. Hasta en marzo de este año vio la luz un vídeo en el que la hermana de la fallecida, Lana Wood, se enfrentaba a Robert acusándole de poca colaboración en la investigación del caso.

Natalie era la adolescente perdida de Rebelde sin causa, la trémula enamorada de Esplendor en la hierba y la María de West side story, pero también la niña prodigio que tuvo que pelear por su independencia frente a su posesiva madre y que vio en el matrimonio con el atractivo Wagner una oportunidad de conquistar su libertad. Después vendría el divorcio, un matrimonio con Richard Gregson del que nacería su primera hija Natasha –en un gesto conmovedor la actriz bautizó a su hija con su verdadero nombre, ese que tuvo que cambiar para disimular sus orígenes rusos– y los once años que pasaron separados Wagner y ella hasta volver a casarse en el 72. Si aquello fue una historia de amor truncada por la mala suerte o si hubo algo más, sórdido y repugnante, es algo que difícilmente tendremos la certeza de saber jamás.


Robert Wagner volvió a casarse en 1990. Con 86 años, está prácticamente retirado. Sigue manteniendo la versión oficial sobre la muerte de Natalie. Sus hijas están de acuerdo con él, pero no así Lana Wood.
Christopher Walken ha rehusado hablar del tema desde 1981.
Dennis Davern ha publicado un libro y concedido entrevistas en las que acusa a Robert Wagner de ser el responsable de la muerte de la actriz. Vive en Florida y llamó a su primera hija Natasha.
El yate Splendour, bautizado así por Esplendor en la hierba, perteneció desde 1986 a otro dueño que lo tuvo atracado en Hawaii. En 2014, según varios tabloides, lo puso a la venta porque estaba "embrujado".


https://www.revistavanityfair.es/ac...riosa-muerte-natalia-wood-robert-wagner/23156
 
Así es Hollywood en la cama
Orgías de Jane Fonda en los 70, el voyerismo de Elvis o la afición al bondage y la sumisión de Rihanna y Eva Longoria, entre sus gustos.

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Se ha dicho que es imposible entender a alguien a menos que entiendas su vida sexual. Freud era el más firme partidario de esta idea y, aunque hoy en día muchos consideran un tanto excesivo el papel que otorgó a este instinto el neurólogo austríaco, hay otros que pensamos que quizás se quedó demasiado corto. Bucear en la vida sexual de alguien es una buena forma de entender su personalidad y comportamiento. No pocos asesinos en serie se fraguaron al calor de una moral castrante o una tendencia sexual insatisfecha. El s*x* a menudo, aventaja al intelecto. ¿Qué ocurre cuándo ya no queremos compartir más la vida con nuestra pareja? Sin duda lo que Rocío Jurado cantaba, “hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo”.


El problema está en que nuestra cabeza tarda algunos años en entender lo que nuestra parte sexual ha cogido a la primera: que la relación está acabada y que de donde no hay, no se puede sacar. Si hiciéramos más caso a lo que nos dicen nuestros genitales y nuestra libido, nos ahorraríamos un montón de disgustos, dinero y abogados. El s*x* explica muchas cosas. Por ejemplo, saber que Tarantino es un fetichista del pie nos ayuda a comprender mejor sus películas, de la misma forma que el hecho de que Rihanna admita, en una entrevista al Rolling Stone, que cree que en la cama es un poco masoquista, también explica otras muchas.

Antes las estrellas se negaban a hablar de su vida sexual pero últimamente a algunos mitos les gusta desnudarse en las entrevistas y enseñarnos la trastienda de su relación, sin miedo a las consecuencias que esta confesión pueda tener en su vida profesional y en la opinión de sus fans. Es curioso como muchas celebrities admiten ahora que tienen una relación abierta de pareja. Tal vez porque es la tendencia sexual del momento o quizás porque se adelantan así a lo que yo creo que serán las relaciones del futuro, y que probablemente incluirán canas al aire con el beneplácito del cónyuge. Si hay algo demodé son los celos, que viven sus horas más bajas. Famosos partidarios de esta “nueva monogamia” son ya legión. Will Smith declaraba a la revista Now Magazine, en el 2008, a propósito de su relación con Jade Pinkett Smith: “Nuestras perspectivas son no suprimir lo que es natural, y es normal que te sientas atraído por ciertas personas. Si esto pasa entonces uno tiene que decirle al otro: oye, necesito tener s*x* con alguien”. Megan Fox y Brian Austin tuvieron también su experimento en el 2009, una relación especial en la que la actriz se llevaba la mejor parte, ya que ella si podía tener sus affaires, aunque él no. En el lado opuesto se encuentra el contrato entre Mo’Nique, la protagonista de Precious y Sidney Hicks, ya que aunque a ella no le interesan las relaciones extra matrimoniales, y a su marido sí. “¿Puede Sid tener s*x* fuera de nuestro matrimonio? Sí, eso no es una causa de ruptura. No es algo que nos llevaría a decir: haz las maletas y acabemos con el matrimonio”, declaraba en el 2010 según el NY Daily News. Claro que esta actriz tiene un arma secreta para mantener a su marido a su lado, "a él le gustan las piernas peludas” dice Mo, “y si a Sid le gustan, pues ahí las tiene”.

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Tilda Swinton y John Byrne viven felices y ambos miembros de la pareja tienen sus respectivos amantes. Ella se ve con el artista Sandro Kopp.


Tilda Swinton y John Byrne viven felices con sus gemelos al mismo que tiempo que ambos miembros de la pareja tienen sus respectivos amantes. Ella se ve con el artista Sandro Kopp, mientras él lo hace con una directora de iluminación de teatro, Jeanine Davis. Swinton explicaba su día a día a la revista AZ Central, “puede parecer raro pero es lo mejor para los niños. No es algo que trate de promocionar como un estilo de vida radical pero es una situación que encuentro muy saludable. Puedo mantener mi vida con mis hijos y su padre y pasar tiempo con el hombre al que he cogido tanto cariño. Tengo mucha suerte de que ambos sean tan comprensivos”.

Rachael Ray y John Cusimano también disfrutaron de una relación abierta, incluso él era miembro de un club de swingers de Nueva York llamado Checkmates, aunque siempre que acudía lo hacía solo y nunca en compañía de Rachael. Confesar al mundo que uno frecuenta orgías es ya otra cosa, de momento son pocos los que se han atrevido y, si lo han hecho, ha sido utilizando el pasado y como un acto de contrición

Los que tienen edad suficiente, generalmente echan la culpa a los psicodélicos años 70 con sus drogas, fiestas y ganas de trasgredir, como hizo Jane Fonda. En un artículo publicado en 2011 en Vanity Fair y titulado The she decade, Patricia Bosworth, la autora de una de las biografía de la actriz (Jane Fonda. La vida privada de una mujer pública) se despachaba a fondo sobre la relación que la protagonista de Barbarella mantuvo con Roger Vadim, que incluía orgías, tríos e infidelidad consentida, no tanto porque a ella le gustara sino por agradar a su pareja. “Jane odiaba la idea de Vadim de lo que el llamaba un acuerdo, pero mantenía el silencio pensando que debía de aceptar aquello a cambio de la seguridad emocional que Vadim le proporcionaba”, cuenta Bosworth en su artículo. “Por lo tanto no puso objeción cuando él trajo a casa una belleza pelirroja, una prost*t*ta de alta gama de Madame Claude, el burdel más elegante de París. Jane escribió “me metí de lleno en el trío con las herramientas y el entusiasmo de la actriz que yo era”.

Más adelante el artículo cuenta como Fonda “empezó a tener sus propios affairesy a describírselos a él”. El asesinato de Sharon Tate supuso el punto y final a esta etapa sexual de Fonda. “Para Jane aquello simbolizó los peores aspectos de su turbulenta década –s*x*, drogas, hippies, gurús diabólicos, excesos de Hollywood-. Ella quería salir de todo eso”.

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Jane Fonda y Roger Vadim mantuvieron una relación que incluía orgías, tríos e infidelidad consentida.


La sexualidad de Elvis viraba hacía su gusto por las jovencitas, el voyeurismo y la autosatisfacción, como deja claro un artículo de Diego A. Manrique publicado en El País y titulado Elvis Presley y el s*x*. “Su equipo de amigos-asistentes, la llamada Memphis Mafia, se ocupaba de que nunca le faltara carne fresca en Bel Air, Palm Springs o Las Vegas. Bastaba con abordar a cualquier desconocida: nadie rechazaba una fiesta con Elvis. Según avanzaba la década, aumentaron las drogas y las juergas se hicieron más salvajes, similares a las orgías clásicas. Excepto que el jefe no se mezclaba en las bacanales. Tenía, obviamente, derecho de pernada y nadie rechistaba cuando elegía una o más compañeras de cama. Prefería mirar y mas***barse, por lo que se enfrentó impávido a las demandas de paternidad que le cayeron. Solía rechazar a las casadas o divorciadas, de forma tajante si ya habían sido madres. Por el contrario, demostraba debilidad por las menores de edad o las que lo parecían. Algo que incomodaba a los más despiertos de sus amigotes. Venían del Sur, donde las muchachas se casaban muy jóvenes, pero hasta un paleto era consciente del abismo: la carrera de un temible competidor, Jerry Lee Lewis, se fue al garete en 1958 cuando se difundió que su última esposa era una prima segunda de 13 años”.

El pasado año se publicó Servicio Completo. La secreta vida sexual de las estrellas de Hollywood, de Scotty Bowers (Anagrama, 2013). El autor, un ex marine bisexual, se convirtió en la madame de la época dorada del cine y proporcionaba chicos y chicas a los actores. La homosexualidad estaba mal vista y muchas veces se concertaban “matrimonios lilas” para acallar rumores. El cacareado romance de Katherine Hepburn y Spencer Tracy era, según este autor, un montaje de los estudios de cine para ocultar que Hepburn era lesbiana y Spencer bisexual. Un día Kate se acercó a Bowers y le soltó: “Conozco tu reputación Scotty. Cuando puedas, ¿crees que podrías buscarme alguna chica de melena oscura para mi? Una que no esté muy maquillada”.

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Algunas teorías apuntan a que el romance de Katherine Hepburn y Spencer Tracy era un montaje de los estudios de cine para ocultar que Hepburn era lesbiana y Spencer bisexual.



Los Duques de Windsor, según el libro, también aparentaban. “A Eddy le gustaban, de cuando en cuando, los tríos con una chica, otras veces quería una mujer sola, y había ocasiones en que se enrollaba con Wally y otra mujer. Pero su preferencia clara eran los chicos". Vivien Leigh, la protagonista de Lo que el viento se llevó, una inglesa que parecía no haber roto un plato, "era una mujer caliente. Muy sexual y muy excitable. Puesta en faena exigía una satisfacción plena y completa. Aquella noche follamos como si de ello dependiera la supervivencia del planeta", cuenta Bowers en sus memorias. Su marido, el gran Lawrence Olivier, era bisexual. "Cada vez que le enviaba una pareja a su habitación de hotel, me pedía una chica distinta, pero muy a menudo solicitaba el mismo chico".

Entre las ninfómanas más célebres de la historia de Hollywood están las actrices Tallulah Bankhead y Joan Cradwford, ambas lesbianas y asiduas a los “círculos de costura”, un eufemismo que designaba las reuniones lésbicas que se realizaban en casas particulares. Como relata un artículo en Taringa, Tallulah tenía fama de estar siempre a la búsqueda de relaciones sexuales de cualquier tipo. Además era conocido su particular fetiche de acostarse con cualquiera que interpretara roles de sirvienta en las películas que ella protagonizaba. Joan Cradwford llegó a Hollywood para convertirse en bailarina y actriz y lo consiguió, solo que antes tuvo que trabajar algún tiempo como prost*t*ta –eso si, solo para mujeres-– y grabar varias cintas pornográficas. Su especialidad era el cunnilingus. Tallulah dijo de ella: “podía llevarte a las puertas del paraíso con un par de movimientos de su lengua.” La vida sexual de Joan Crawford fue descrita de forma breve y contundente por su enemiga y compañera de reparto en ¿Qué fue de Baby Jane? (1962), Betty Davis que dijo en una ocasión: “Esa mujer se acostó con todas las estrellas de la Metro Goldwyn Mayer, salvo la perra Lassie”.


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las ninfómanas más célebres de la historia de Hollywood están las actrices Tallulah Bankhead y Joan Cradwford.


El éxito de Cincuenta Sombras de Grey (Grijalbo) ha hecho que muchas mujeres empiecen a ver con otros ojos los arneses, correas y esposas y se apunten al sado light. Rihanna se confesaba una sumisa en el número de abril de 2011 de Rolling Stone. “Me gusta que me azoten y es divertido que me aten. Pero prefiero que sea espontáneo. A veces usar látigos y cadenas es demasiado…Tienes que parar e ir a buscar el látigo al último cajón de la planta de abajo. Prefiero que ellos usen sus manos”. Más adelante, la cantante explica el motivo de esta inclinación, “me gusta llevar las riendas en mi vida, pero me divierte ser sumisa en el dormitorio. Allí dentro puedo ser una pequeña dama y tener a un macho que se responsabilice de la situación. Eso es sexy. En mi vida normal trabajo mucho y tomo un montón de decisiones ejecutivas diarias, así que en la intimidad prefiero sentirme como la chica de alguien”.

Como cuenta el libro Las 1001 fantasías más eróticas y salvajes de la historia, de Roser Amills, (Lectio) a Eva Longoria también le va la marcha, ya que ha confesado: “Me gusta que en la cama me dirijan. Encuentro algo muy excitante en ser sumisa y no me disgusta que me aten con pañuelos de seda”. Según Amills, la fallecida Amy Winehouse iba algo más allá, ya que disfrutaba mucho con elspanking, azotes en el trasero durante el acto sexual. George Michael y Scarlett Johansson son más de hacerlo en público. Según la obra, el cantante es aficionado al dogging, encuentros sexuales con personas al aire libre y la actriz ha confesado que el lugar perfecto para mantener relaciones sexuales es el asiento trasero de un coche.

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Rihanna destapó su afición al bondage cuando publicó el polémico single ‘S&M’.


https://smoda.elpais.com/placeres/asi-es-hollywood-en-la-cama/
 
Los actores que murieron sin salir del armario

Matrimonios falsos, dobles vidas y sobornos a paparazzi, todo valía con tal de mantener oculta la verdad sobre su sexualidad. Repasamos algunos actores que murieron sin salir del armario.

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CARY GRANT


Cary Grant. Tras la muerte de Cary Grant, tanto sus ex mujeres como su única hija trataron de desmentir todos los rumores que apuntaban a que el actor era gay. La cuestión es que Grant estuvo casado 4 veces y tan solo tuvo una hija, con su última mujer, cuando ya tenía 62 años. Todo muy sospechoso. La realidad es que Grant compartió parte de su vida con el también actor Randolph Scott. Mantuvieron una relación durante 12 años, vivieron juntos y estuvieron enamorados perdidamente, pese a que, años después, su hija Jennifer Grant declarara en sus memorias que solo se trataba de una amistad muy próxima. "No puedo culpar a los hombres por desearlo, y tampoco me sorprendía si papá les devolvía el halago con un leve flirteo. De alguna forma a papá le gustaba que lo llamaran gay", escribió Jennifer. Pobre ilusa.


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ANTHONY PERKINS

Como si de una broma del destino se tratara, el actor Anthony Perkins vivió una infancia marcada por la muerte de su padre y la presencia de una madre controladora y posesiva. Perkins empezó a frecuentar los cines gay de Nueva York, donde mantenía discretos encuentros con otros hombres. Pero no todos sus amantes fueron anónimos. El actor mantuvo una relación con el también actor Tab Hunter y por sus brazos pasaron desde Rudolf Nureyev hasta Rock Hudson o Roddy McDowall. Con 44 años se casó con Berry Berenson, la hermana de la actriz Marisa Berenson, pero ésta hizo la vista gorda y le permitió seguir manteniendo su doble vida hasta que, en 1992, murió de sida.

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DIRK BOGARDE

El actor Dirk Bogarde puede presumir de haber interpretado la primera película británica que trató abiertamente el tema de la bisexualidad, y eso que el actor era muy celoso en cuanto a su intimidad. Bogarde compartió su vida con Tony Forwood, al que presentaba como su manager, pero que era algo más. Los estudios de cine le forzaron, como hacían con todos, a que se casara con alguna actriz aunque solo fuera de cara a la opinión pública -de hecho, se rumoreó que tenía una relación con la actriz Capucine, una de sus mejores amigas-, pero Bogarde se negó. Murió a los 76 años, por un ataque al corazón, sin haber admitido nunca su verdadera orientación sexual en público.

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JON-ERIK HEXUM

La historia de Jon-Erik Hexum es tremendamente triste. El actor y modelo estaba destinado a ser uno de los mayores sex symbols de la historia del cine pero un desgraciado accidente acabó con su vida antes incluso de que pudiera triunfar. Mientras rodaba una escena de una serie, Hexum bromeó con una pistola de fogueo disparándose en la sien, con tan mala fortuna que el impacto resultó fatal y murió a los pocos días. Hexum declaró que el 80% de sus amigos eran gays, pero que él no, aunque se le podía ver día sí, día también, bailando en todos los clubs gays de Los Angeles.

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LAURENCE OLIVIER

Durante mucho tiempo, Laurence Olivier fue el actor en mayúsculas. Se casó tres veces, una de ellas con la actriz Vivien Leigh, y tuvo dos hijos, pero en realidad mantuvo varias relaciones con hombres, entre los que destacó el actor Danny Kaye. Su última mujer, la actriz Joan Plowright, se encargó de desmentir la homosexualidad del actor en sus memorias, pero muchos otros biógrafos de Olivier recogieron sus affaires con otros hombres. El propio Olivier escribió sobre su homosexualidad en su autobiografía, según el escritor Donald Spoto, pero Plowright eliminó todas las referencias. ¿Bisexualidad? ¿Homosexualidad oculta? Nunca lo sabremos.

http://www.elmundo.es/album/loc/2014/07/05/53b6ec35268e3e003c8b459d_4.html
 
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LIBERACE

A estas alturas, parece totalmente increíble que alguien pudiera pensar que el cantante Liberace no era gay -para los no familiarizados con la vida del músico, cantante y actor, echen un vistazo a la magnífica película 'Behind the Candelabra' con Michael Douglas y Matt Damon-, y no solo por sus números musicales, sino sobre todo por sus estilismos, sus vestuarios y sus extravagancias. Aun así, Liberace pasó toda su vida desmintiendo los rumores y dejándose fotografiar con todo tipo de actrices, cantantes y amigas para tratar de aparentar una vida completamente heterosexual. Murió a los 67 años, por una neumonía derivada del sida.

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MONTGOMERY CLIFT

Cuando alguien habla de la vida de Montgomery Clift es inevitable que utilice el adjetivo "atormentado". El actor vivió una constante lucha contra el sentimiento de culpa por ser homosexual, aunque también mantuvo algunas relaciones con mujeres, sobre todo en su juventud. Su adicción al alcohol y a los analgésicos tras sufrir un accidente que casi le costó la vida -le salvó la actriz Elizabeth Taylor, que le sacó los dientes de la garganta con sus propias manos- complicaron su salud hasta que murió en su casa a los 45 años. Su secretario personal le encontró desnudo, tumbado en la cama y encerrado en su habitación.

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RAYMOND BURR

¿Quién nos iba a decir que el implacable Perry Mason era gay? Raymond Burr, como la mayoría de actores de su generación, ocultó su homosexualidad por miedo a que pudiera afectar a su carrera. Burr no era un galán como podía ser Rock Hudson, pero sus personajes eran tan popular que tuvo que mantenerlo en secreto. Pero el actor tampoco se escondía. Compartió su vida con el también actor Robert Benevides, al que conoció en el set de 'Perry Mason', aunque acabó casándose con dos mujeres para acallar los posibles rumores. Murió a los 76 años y le dejó todo a su pareja, para ira del resto de su familia, que trató de invalidad el testamento sin éxito.

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ROBERT REED

El actor Robert Reed ha pasado a la historia gracias a su papel de amantísimo padre en la serie 'La tribu de los Brady', pero su vida detrás de la pantalla no era tan estupenda. Reed ocultó su homosexualidad durante toda su vida por miedo a que afectara a su carrera -de hecho terminó casándose y teniendo un hijo-, pero a su muerte, la mayoría de actores de la serie admitieron que conocían la orientación sexual del actor pero que nunca hablaban con él del asunto. "Robert no hablaba de eso con nadie", comentó Barry Williams, que interpretaba a uno de los hijos en la serie.

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ROCK HUDSON

El actor Rock Hudson fue un auténtico especialista en vivir una doble vida. Mientras públicamente compartía castas comedias románticas con Doris Day -que aseguró que nunca supo de la homosexualidad del actor-, en privado mantenía relaciones con hombres más o menos famosos -se rumorea que tuvo affaires con Marlon Brando, Tyrone Power o Burt Lancaster-. Para acallar los rumores, su agente le organizó una boda con Phyllis Gates, su secretaria que, además, era lesbiana y solo lo hizo por un interés económico. En 1985 anunció que estaba enfermo de Sida y murió a los tres meses.

http://www.elmundo.es/album/loc/2014/07/05/53b6ec35268e3e003c8b459d_9.html
 
Así fue el terrible asesinato de Sharon Tate ¿Es esta la historia tras la película de Tarantino?
Reconstruímos el asesinato de la actriz Sharon Tate y sus acompañantes ahora que parece que la película de Tarantino girará en torno a eso

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Los rumores acerca de que Tarantino pudiera estar preparando una película sobre los asesinatos de Charles Manson tiene cada vez más fuerza, pese a que el cineasta se encargue de desmentirlo una y otra vez. La última pieza del puzzle es que el estreno de la película se ha fijado para el 9 de agosto de 2019, fecha en la que se cumplirán 50 años del asesinato de Sharon Tate, la actriz que, se dice,Margot Robbie interpretará en la cinta de Tarantino.




Pero ¿Qué demonios fue el asesinato de Sharon Tate y por qué tuvo tanto revuelo?

Si no estás muy puesto en la historia de este episodio en el que se unen Hollywood y uno de los mayores asesinos de la historia americana, vamos a intentar hacerte un resumen para que, al menos, las próximas noticias sobre la película de Tarantino no te pillen de nuevas.

Durante los años 60, una de las grandes estrellas emergentes en la industria del cine era una chica de Texas conocida como Sharon Marie Tate. A pesar de unos inicios titubeantes en el mundo del espectáculo, Tate había llamado la atención una y otra vez de varios productores, lo que hizo que terminara consiguiendo un papel en El ojo del diablo, una película de terror dirigida por J. Lee Thompson en la que la actriz compartía plató con estrellas como Deborah Kerr, Donald Pleasance oDavid Niven y en la que la belleza de Tate fue uno de sus grandes reclamos.

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Tras conseguir el papel y demostrar que era algo más que una modelo metida a actriz, Roman Polanski se fijó en ella, haciendo que el director polaco prescindiera de la actriz que tenía pensada para protagonizar El baile de los vampiros y la contratara.

A raíz de la película, Polanski y Tate iniciaron una relación sentimental que culminaría con el embarazo de Tate durante el año 69, dos años después de que la actriz hubiese sido nominada al Globo de Oro por su papel en El Valle de las Muñecas.

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Bien, en todo ese mundo idílico que era el Hollywood de los años 60 y mientras la contracultura volvía a irrumpir con fuerza en Estados Unidos, surgieron algunos monstruos. El más grande fue, sin lugar a dudas Charles Manson, un criminal con varios arrestos por robo a sus espaldas y que durante el conocido como “El verano del amor” (todo un hito en la contracultura de la Costa Oeste, que convirtió el verano de 1967 en la eclosión de la cultura hippie) pasó a ser una suerte de gurú de los nuevos tiempos.

Manson convivía con un gran número de mujeres -a las que, dicho mal y pronto “había lavado el cerebro”-, incluyendo a Mary Brunner, su pareja “oficial” por entonces y futura madre de su hijo. Dicho esto y por raro que nos suene desde el 2017, la actitud de Manson y particular cohorte de seguidores (o seguidoras) tampoco era especialmente extraña en el boom del movimiento hippie, y prueba de ello es que el personaje se relacionaba con nombres como Al Lewis, el conocido “Abuelo Munster“, o miembros de los Beach Boys (la -nunca explicada del todo- relación entre Manson y el grupo de música daría para unas cuantas películas, thrillers incluídos).

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Durante los meses siguientes, lo que se empezó a conocer como “La familia”, y que no era otra cosa que Manson y su grupo de seguidores, fue creciendo exponencialmente, haciendo que tuvieran que mudarse a diferentes ranchos del área de California. Con su creciente poder, ya que cada vez tenía a más gente bajo su personalidad, fue también el momento en el que su delirio comenzó a crecer.

Obsesionado con la idea de que los afroamericanos iban a protagonizar una revuelta social que acabara con la raza humana (los años 60 son una época de grandes disturbios raciales en mitad de los que se produjo el asesinato de Martin Luther King Jr. en 1968), creyó que ese mismo mensaje estaba siendo difundido por The Beatles en su famoso White Album y en especial, a través de canciones como Helter Skelter, nombre que utilizó para denominar al fin del mundo que estaba por llegar.

Con este conflicto apocalíptico en la cabeza, Manson y su “familia” empezaron a cometer algunos crímenes, tales como el de Gary Hinman, un músico de su entorno, con cuya sangre dibujaron el símbolo de los Panteras Negras para incriminarlos. Esto, en la cabeza de Manson se convertiría en el disparadero definitivo del Helter Skelter.

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Pero el gurú todavía tenía una misión más. Quería que él y varios miembros de su grupo grabaran un disco y, como los Beatles, difundieran a través de él las advertencias para el Apocalipsis. Con esta idea en la cabeza intentó localizar a un productor musical, Terrence Melcher, y se dirigió a la dirección en la que le habían dicho que vivía, el 10050 de Cielo Drive, en Beverly Hills.

Sin embargo, Melcher ya no vivía allí, ya que desde hacía unos meses, la casa había sido alquilada por Roman Polanski y su pareja, la actriz Sharon Tate…

Manson se presentó allí y al no encontrar al hombre que buscaba, se marchó.

Sin embargo, un tiempo más tarde, el 8 de agosto de 1969, Manson, posiblemente frustrado por no poder hacer su proyecto musical, reunió a varios miembros de “la familia”, Tex Watson, Susan Atkins, Linda Kasabian y Patricia Krenwinkel, y les ordenó que fueran a la casa del productor y mataran a todo el mundo que se encontrara dentro.

Roman Polanski estaba en Reino Unido trabajando, con lo que Tate, embarazada de ocho meses, estaba en casa con el famoso peluquero Jay Sebring, Wojciech Frykowski (un aspirante a escritor que se dice, actuaba como camello) y su parejaAbigail Folger, que habían vuelto de cenar fuera.

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Los cuatro miembros de ‘La familia” se introdujeron en la casa mientras los inquilinos dormían, tras cortar la línea telefónica y disparar a un hombre que se acababa de cruzar con ellos.

El primero en verles fue Frykowski, al que Watson encañonó diciéndole “Soy el demonio y he venido a hacer lo que hace el demonio” y después fueron capturando a cada uno de los habitantes para reunirlos en el salón y amordazarles. Cuando Sebling intentó revolverse, le dispararon, machacándole después la cabeza. Parecida suerte corrieron Folger y Frykowski, que tras huir, fueron disparados, apuñalados y golpeados hasta morir de formas horribles.

Mientras los miembros del clan Manson mataban a todos, Sharon Tate, atada por el cuello, se convirtió en la única superviviente, pero mientras intentaba escapar, fue descubierta, momento en el que los miembros de “La familia” la agarraron para que Watson la apuñalara 16 veces. Después, cogieron su sangre y escribieron con ella CERDO (PIG), quizá en otro intento de incriminar a Los Panteras Negras.

Al día siguiente, Manson, profundamente disgustado por “lo escandaloso” de los asesinatos, se unió al grupo, participando en otro crimen.

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Hasta que Charles Manson y su grupo de asesinos no fue arrestado y relacionado con el asesinato de Tate (cuando Susan Atkins, tras un arresto por robo, presumió de haber matado a la actriz ), todo tipo de historias circularon por Hollywood: desde que Tate era miembro de un grupo satánico a que había una campaña de asesinatos programados contra miembros de la élite de Hollywood (de hecho, la paranoia se apoderó de la industria del cine al no poder dar una explicación a lo sucedido).

Hoy, el cuerpo de Sharon Tate permanece, junto al del bebé del que estaba embarazada, en el Cementerio católico de Holy Cross.

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http://cinemania.elmundo.es/noticias/paso-asesinato-sharon-tate/
 
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