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En situaciones así recuerdo siempre una frase de Jane Eyre que se me quedó grabadísima cuando lo leí con 18No creo. ¿Cómo van a poder mirarse a la cara? ¿y compartir sofá... o cama? ¿comer juntos?
Ella le odiaba, con toda su alma. ¿Cómo puedes volver a pasar un día, una hora, con este ser, con el que tu madre y tus hermanos te han obligado a volver? ¿qué maldita falta te hace? tú, que has probado las mieles del amor transiberiano. Que no te hace falta nada ni nadie para vivir tu vida bien vivida y sin preocupaciones.
Y lo de los vicios de él... qué quieres que te diga... creo que no sólo no es una sorpresa para ella, sino que quizá sea de las pocas cosas que los unen. Pero a él, ahora que está de bajón, se le ha ido de las manos.
¿y él? tu mujer, que era una señora, se ha paseado en público con un trozo de carne analfabeta. ¡En público! ¿qué necesidad de humillarte así? ¿no podría tener un desliz como todo el mundo, que en tres meses se te pasa? ¿qué falta de respeto es ésa, en público? se le ha ido la cabeza.
Esa relación está viciadísima. De verdad que si eso lo pueden sobrellevar, me quito el sombrero ante la sangre azul, porque realmente es de otra pasta.
Yo es que creía que todos queremos que nos quieran y querer, y ya está, no hay más, da igual el dinero que tengas. No me cabe en la cabeza que se puedan arreglar.
"No hay nada más degradante que vivir íntimamente con alguien a quien desprecias"
Como en este caso encima es bidireccional, el pifostio está requetemontado.