Historias de Sekso Cítrico

De unos años a esta parte, tal vez cuatro o cinco, me he aficionado a ver el festival de Eurovision, y yo nunca le había prestado atención en toda mi vida, y "frikies" al margen, que los hay, y muchos, y muy divertidos, se descubren músicos interesantes.

Ahora que lo pienso mi gusto eurovisivo nace a raíz de ser madre y tener una vida social los sábados por la noche que se reduce al sofá y al mando a distancia.
Se toca fondo, si... Es tremendo esto... Un sábado noche te ves a ti misma viendo HBO y te preguntas en qué momento de tu vida tomaste la decisión equivocada. Qué pasó? Cómo llegaste a ese punto?
Es duro...
 
Eso no me había pasado nunca ... Nunca, hasta tener un crio pequeño que juega con todos los grifos de la casa.
Ya no caigo y compruebo siempre la posición, pero el niño me lo dejaba siempre para arriba y me he llegado a pegar algunos baños indeseados.


Tienes que cotar la llave de paso del bidé.

Yo lo hice, cuando pille a mis herederas haciendo barro dentro (metieron una maceta y no veas que ciripostio). En otra ocasión, lo tuve que cerrar también, cuando a la gata de dió por abrir el grifo para beber y encharcar el baño.
 
Justo al hilo de esto tenía ganas yo de añadir una cosa porque lo que he vivido esta mañana en mi sector (eminentemente masculino en una de sus vertientes) ha sido para llorar. He asistido a una ponencia versión pandemia de un señor muy reputado en lo suyo —y en lo mío—, y los comentarios de las nuevas generaciones hacia/sobre las escasísimas mujeres que asistíamos como público han sido una puñetera vergüenza. Desde el primer "¿Dónde están las tías?" hasta el "Atacad, feminazis, que de esto tenéis curro solo porque os toca por cuota" (huelga decir que ni una de las presentes ha entrado al trapo, lo cual es de agradecer), pasando por todas las versiones de "Unga unga" que os podáis imaginar. Hablo de gente a la que se le presupone, como mínimo, la mayoría de edad. Mi sensación es que en estos tiempos se sienten más legitimados que nunca y no solo es que no se molestan en disimular, sino que se sienten orgullosísimos de pensar y actuar así. Y por lo que a nosotras respecta, mientras permitamos o incluso aplaudamos según qué "gracias" pensando en que luego podremos cambiar a los susodichos, así nos lucirá el pelo.
Yo me hubiese levantado y pirado en cerocoma.
 

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