Madre mía, me acabas de desbloquear un recuerdo que tenía olvidado con lo primero que has dicho. Mi ex hacía lo mismo, aunque muchas veces lo intentaba pasar como "bromas". Me hablaba de otras chicas, me decía lo que le habían dicho, o si estaban buenas. Si me picaba, ya estaba ahí él en seguida abrazándome y queriendo que le diese cariño, riéndose y todo. En plan salvador, él era el bueno, el que me quería mucho a pesar de todo. Si directamente le daba la razón como a los tontos o no le seguía el juego porque de verdad me daba igual, me decía que era una rancia, que la vida conmigo era aburrida, que no servía ni para hacer bromas. Y se enfadaba de verdad...Madre mía...Mira yo esa duda ya no la tengo, él me dijo que le encanta que reaccione así, que le insista, odia verme tranquila y paciente, porque dice que así estoy rara entonces tiende a provocarlo. Y lo hace con comentarios, o si por ejemplo le escribo y no me contesta a la primera y le tengo que volver a escribir hasta que le dé la gana decirme algo. Eso es lo que le llena, que estés ahí, que te arrastres, y el problema llega cuando no sucumbes a esas cosas xq ya ves como va el temita, entonces pasa a la fase hacerse la víctima. Es manipulación real.
Y bueno, respecto a lo otro, él decia que nunca discutía conmigo, que era yo la que siempre discutia con él, yo era la que siempre tenia quejas y montaba el circo (según el). Así se vive bien, echando la culpa a otra de lo que tú provocas. Y enfados tenia absurdos y sin motivo aparente: en plan, pues los buenos días serán para ti, que has agregado a dos al facebook y me lo acaba de enseñar fulanito (su amigo, él no tenia rrss) y yo en plan: eh que coxx dices, son dos compañeros del trabajo por favor... Así todo. Enfados tontos, lo grave no lo veía.
Sobre lo segundo...Es que es tal cual así. Puedo contar con los dedos de la mano cuántas veces me pidió perdón por cosas que él mismo había provocado, y si empiezo a contar todas las veces que me arrastré, no acabo. El problema de esto es que después, cuando él hacía algo mal, llegó un punto en que sentía tanto resentimiento que no quería ni verle.