Echo de menos quedar con alguien porque le apetezca estar conmigo, y no porque encaje de una manera acotada y conveniente en su vida. Así es como me siento cuando la gente aparece de la nada, sin preguntarte cómo estás, proponiéndote verte ahora en X sitio, sin considerar que tú también tienes tus ocupaciones, y si no puedes, vuelven a desaparecer.
O cuando la gente, aprovechando que tenemos RRSS, mensajería instantánea y teléfono móvil, te cancela planes en el último minuto, sin ser motivo de fuerza mayor, cómo podía ser antes, cuando sólo existía el teléfono fijo y era difícil contactar a la persona en el momento exacto en el que habíais quedado.
O cuando sólo conoces a gente nueva que encaja en tus filtros previos o tus contactos inmediatos, porque los algoritmos consideran un éxito que todo sea predecible
En fin, un desahogo en el vasto internet.
O cuando la gente, aprovechando que tenemos RRSS, mensajería instantánea y teléfono móvil, te cancela planes en el último minuto, sin ser motivo de fuerza mayor, cómo podía ser antes, cuando sólo existía el teléfono fijo y era difícil contactar a la persona en el momento exacto en el que habíais quedado.
O cuando sólo conoces a gente nueva que encaja en tus filtros previos o tus contactos inmediatos, porque los algoritmos consideran un éxito que todo sea predecible
En fin, un desahogo en el vasto internet.