Estimados cotillas:
Servidora sigue haciendo bueno su alias.
Cuando se anunció oficialmente que los duques se iban a “hacer las Américas “ , ya afirmé con rotundidad que tanto el puesto como la decision del traslado eran -lisa y llanamente- órdenes del padre… y por supuesto, nadie creyó en mis palabras.
Es una sensación fantástica esta de que las palabritas de una se las lleve el viento, el personal no haga ni caso (aunque al final los hechos den la razón) y confundan ustedes churras con merinas: al fin se pueden decir las verdades del barquero en algun sitio fuera de esas selectas reuniones en las que, desde hace bastantes años, el tema estrella de conversación no es otro que los vicios, la ignominia y, en general, la evidente degeneración y decadencia de la dinastía …porque nadie hace caso.
Así que aprovechando que ustedes no me leen, pongo negro sobre blanco lo siguiente:
Yo de ustedes no pondría el último mensaje totalmente en cuarentena. Aunque es verdad que a ciertos “charladores” se les deja muy corta la rienda últimamente a24****), pudiese venir de su entorno. Mis fuentes confirman en cierto modo el contenido del mismo: se ha hecho una fortísima presión sobre la esposa en ese sentido (con “escenas tremebundas”, porque el marrón le ha tocado en suerte a la madre, que ha apelado al sentido del deber -y de la supervivencia,añado-, llegando a sugerir un repudio en público y mantener la relación en privado, a la espera de que el temporal escampe y entonces iniciar una publica reconciliación "por el bien de los hijos"), aunque no puedo confirmar que la suerte esté ya echada.
Por lo pronto, en la casa todavía no tienen la seguridad de que la hija no caiga con el yerno. Razones sobran, y pruebas también. “A todo cerdo le llega su San Martin”, reza la sabiduría popular, ¡Guardate del 17 de enero, César!
Y aunque tienen a toda la plantilla prometiendo por los despachos el oro y el moro-no me negarán que la expresión es muy propia- la situación está mucho menos controlada de lo que les quieren hacer ver. Por eso está por ver que en la caída no se arrastre a los demás…que “cerebros financieros” en la familia hay a paladas y solidaridad monetaria no les digo.
En cuanto al divorcio principesco: Servidora, que ha sido muy del Padre Mariana desde aquellas tardes salmanticenses en las que se piraba Derecho Tributario para hablar de lo divino y lo humano en un café de la plaza de la Libertad-¡papá, espero que no leas esto nunca!-sólo quiero decir: si pudiendo casase con “lo mejor”, se llevó lo que se llevó…
¡¡¡Que se la coma con patatas!!!.
PS- A madame B –de la que hablaré otro día- me temo que la van a conocer ustedes allá por el 2021 ó 2022, cuando desde las páginas de París Match o algun Hola foráneo nos muestre su placentera vida doméstica en su palacio de los Alpes con el exmonarca español, su segundo esposo.
Servidora sigue haciendo bueno su alias.
Cuando se anunció oficialmente que los duques se iban a “hacer las Américas “ , ya afirmé con rotundidad que tanto el puesto como la decision del traslado eran -lisa y llanamente- órdenes del padre… y por supuesto, nadie creyó en mis palabras.
Es una sensación fantástica esta de que las palabritas de una se las lleve el viento, el personal no haga ni caso (aunque al final los hechos den la razón) y confundan ustedes churras con merinas: al fin se pueden decir las verdades del barquero en algun sitio fuera de esas selectas reuniones en las que, desde hace bastantes años, el tema estrella de conversación no es otro que los vicios, la ignominia y, en general, la evidente degeneración y decadencia de la dinastía …porque nadie hace caso.
Así que aprovechando que ustedes no me leen, pongo negro sobre blanco lo siguiente:
Yo de ustedes no pondría el último mensaje totalmente en cuarentena. Aunque es verdad que a ciertos “charladores” se les deja muy corta la rienda últimamente a24****), pudiese venir de su entorno. Mis fuentes confirman en cierto modo el contenido del mismo: se ha hecho una fortísima presión sobre la esposa en ese sentido (con “escenas tremebundas”, porque el marrón le ha tocado en suerte a la madre, que ha apelado al sentido del deber -y de la supervivencia,añado-, llegando a sugerir un repudio en público y mantener la relación en privado, a la espera de que el temporal escampe y entonces iniciar una publica reconciliación "por el bien de los hijos"), aunque no puedo confirmar que la suerte esté ya echada.
Por lo pronto, en la casa todavía no tienen la seguridad de que la hija no caiga con el yerno. Razones sobran, y pruebas también. “A todo cerdo le llega su San Martin”, reza la sabiduría popular, ¡Guardate del 17 de enero, César!
Y aunque tienen a toda la plantilla prometiendo por los despachos el oro y el moro-no me negarán que la expresión es muy propia- la situación está mucho menos controlada de lo que les quieren hacer ver. Por eso está por ver que en la caída no se arrastre a los demás…que “cerebros financieros” en la familia hay a paladas y solidaridad monetaria no les digo.
En cuanto al divorcio principesco: Servidora, que ha sido muy del Padre Mariana desde aquellas tardes salmanticenses en las que se piraba Derecho Tributario para hablar de lo divino y lo humano en un café de la plaza de la Libertad-¡papá, espero que no leas esto nunca!-sólo quiero decir: si pudiendo casase con “lo mejor”, se llevó lo que se llevó…
¡¡¡Que se la coma con patatas!!!.
PS- A madame B –de la que hablaré otro día- me temo que la van a conocer ustedes allá por el 2021 ó 2022, cuando desde las páginas de París Match o algun Hola foráneo nos muestre su placentera vida doméstica en su palacio de los Alpes con el exmonarca español, su segundo esposo.