Gestión del gobierno ante la pandemia de Coronavirus (Covid) - Todo Aquí.

Corbatas negras
"El luto es un elemento de dolor simbólico y estético, algo para ser visto, que no precisa de dolor sincero por la pérdida"...
Pablo Casado reclama luto nacional


Pablo Casado reclama luto nacional | EFE
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Antonio Maestre

Madrid | 16/04/2020

"Menos gritos y más obras", decía Bernarda Alba al entrar en la casa preparada para el duelo a la criada al verla quejumbrosa y convertida en plañidera para despedir a Antonio María Benavides, cuando justo antes, preparando y limpiando la casa, sentía alborozo por su muerte. No hay mejor lugar para comprender la pena impostada, engalanada, que el primer acto que García Lorca enhebra en La casa de Bernarda Alba. Porque no hay nadie que más quiera aparentar en la muerte que la gran señora lorquiana, de ceño fruncido y bastón de mando dispuesto, recogiendo enlutados en su casa en el velatorio de su segundo marido. Un carrusel de duelos fingidos y quebrantos.

El luto es un elemento de dolor simbólico y estético, algo para ser visto, que no precisa de dolor sincero por la pérdida. No es como las lágrimas o el llanto, sino algo con lo que se puede salir de casa para ser visto mientras se sonríe y se celebra por dentro la muerte del enemigo o de alguien que no importa. Nada impide sonreír a una muerte sin mueca en el rictus, pero con una prenda de luto que enseñe a la gente lo mucho que algo duele. Fingir, al fin y al cabo. No se suele decir lo repugnante que es ver en la tele hablar de corbatas negras al Ciudadano C. Lo repugnante que resulta ver en la tele hacer bailar a los muertos en las tablas mientras no es posible despedirlos.

A José María Aznar siempre se le vio con la corbata negra después de los atentados del 11M. Vimos a todos llorar, vimos a su mujer cómo besaba a todos en Madrid en las calles y él, en Berlín, vendiendo Europa a los americanos, como cantaba Ferreiro. Los hechos son más sinceros que el luto. Por eso poco le importó a un familiar de las víctimas del 11M acercarse a José María Aznar en los funerales y apuntarle con el dedo para declararle responsable de la muerte de sus hermanas. La corbata negra no le convenció y soltó toda la ira que las mentiras le habían amargado en su sincero duelo.


La corbata negra es solo el artificio con el que instrumentalizar el dolor ajeno. Un recurso retórico con el que sacar beneficio del luto, la apariencia como clave de bóveda de un modo de hacer política que solo busca el efectismo circense. Un constructo con el que martirizar al Gobierno mientras no baila al son de los golpes de su bastón, para después humillarle con desprecio si cae en su trampa bernarda, y echarle de malas maneras por el arco de su puerta.

Solo existe una manera de librarse del influjo tóxico de la casa de Bernarda Alba. Y no es ceñirse a sus presiones y ponerse de luto confinado en casa, sino rompiendo su bastón. Hacer añicos la vara de mando con la que la oposición le quiere disciplinar e, imitando a Adela, ponerse corbata verde.
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Lo dice hasta Risto... El cacao lo tienes tu


Esto yo n estaba hablando de subida de impuestos a las rentas más bajas en este post .. no sé que tiene que ver con este Twitter de Risto ¿ Te has equivicado a cual de mis mensajes citar?
 
Madrid actualiza el número de fallecidos. El Gobierno siguen sin incluir las cifras reales


Casi 5.000 ancianos fallecidos en residencias
Fue este miércoles cuando la Comunidad de Madrid cifró en 4.953 usuarios de residencias madrileñas han fallecido desde el 8 de marzo al 14 de abril positivos o con síntomas claros de coronavirus, de las 6.056 defunciones totales. De esta cifra, 781 son confirmados como Covid-19 y 4.172 tenían síntomas, pero sin habérseles realizado el test.

Si sumamos estos datos a los oficiales, 6.724, la cifra de fallecidos en la Comunidad de Madrid superaría no solo los 10.000, sino que rozarían los 11.700.

 
El fuego cruzado entre Torra y Junqueras por el recuento de cadáveres atrapa a Illa y a Sánchez
JxCAT ha presionado para que las consejerías de Salud y Asuntos Sociales, ambas en manos de ERC, dieran las cifras reales de víctimas.
17 abril, 2020 03:23
  1. CORONAVIRUS
  2. ERC ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUÑA
  3. JUNTS PER CATALUNYA
  4. ORIOL JUNQUERAS
  5. PEDRO SÁNCHEZ
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  7. SALVADOR ILLA ROCA
  8. SANIDAD

Cristian Campos @crpandemonium
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La batalla entre ERC y JxCAT ha provocado un terremoto en Moncloa con epicentro en Cataluña. Las presiones de JxCAT para que la consejera de Salud autonómica, Alba Vergés, de ERC, diera las cifras reales de muertos por coronavirus en vez de la cifra parcial utilizada hasta ahora ha desembocado en un cambio en el sistema de conteo que ha dinamitado el control oficial de las estadísticas del Ministerio de Sanidad.
Desde el miércoles, el gobierno autonómico catalán incluye en la cifra de fallecimientos también a aquellos ciudadanos que han muerto en residencias y domicilios particulares. Hasta ahora, la cifra de fallecimientos sólo recogía a aquellos que lo habían hecho en hospitales. Este cambio en el sistema de recuento de víctimas por parte de la Generalidad ha puesto en un aprieto a Pedro Sánchez y al ministro de Sanidad, Salvador Illa.



La variación no es menor. Antes del cambio del sistema de conteo, la cifra de víctimas oficial en Cataluña era de 3.855. Si a esa cifra se le suman aquellos ciudadanos que han muerto en sus domicilios o en residencias de ancianos, la cifra se eleva sin embargo hasta los 7.097. Es decir, prácticamente el doble que la cifra oficial.

Bronca de Montero
Una sencilla extrapolación al conjunto del país permite sospechar que las cifras reales de muertes por Covid-19 puedan ser mucho más elevadas que la cifra oficial dada por el Gobierno. Y de ahí que la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, abroncara este jueves a la Generalidad, sin mencionarla, exigiendo que las comunidades se ajusten al criterio establecido por la OMS. Es decir, al de que sólo se contabilicen como víctimas del Covid-19 aquellos ciudadanos que hayan dado positivo en un test.
"Cualquier intento de confundir a la opinión pública o los ciudadanos puede generar una sensación de desconfianza o de que no todas instituciones están cumpliendo", dijo Montero, antes de pedir que todas las comunidades se atengan a un mismo sistema de recuento para no generar distorsiones. El objetivo es tener una "visión global" del Covid-19.
Oficialmente, el Gobierno distingue entre muertos "por coronavirus" y muertos "con coronavirus", y sólo reconoce como víctimas del Covid-19 a las diagnosticadas mediante un test positivo.
Las dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales fueron reconocidas por el mismo Fernando Simón, que dijo no saber si todos los casos reconocidos por la Generalidad "tienen un diagnóstico previo de coronavirus" y que confesó que "la cifra real de muertos es muy difícil de saber".
Orden de Sanidad
La pregunta corrió como la pólvora por toda Cataluña. ¿Por qué la Generalidad confiesa ahora la cifra de muertos real en vez de la que se estaba dando hasta ahora, si ese dato puede despertar recelos sobre su gestión de la epidemia? La explicación es doble.
El primer motivo está, paradójicamente, en una orden del propio Ministerio. Sanidad pidió hace semanas a las comunidades que estas le comunicaran antes del 8 de abril el dato de los fallecidos en sus residencias de ancianos, una cifra que depende en la mayoría de los casos de los Servicios Sociales regionales.
No se sabe cuántas o qué comunidades en concreto respondieron a la orden. Pero el pasado 10 de abril, Sanidad exigió a los responsables que afinaran aún más los datos incluyendo también en el recuento los casos probables –personas que se sospechan infectadas, pero a las que no se ha hecho la prueba– y los posibles –ciudadanos con síntomas leves a los que tampoco se ha hecho la prueba–.
Según Sanidad, si esas cifras de muertos en residencias no se han publicado oficialmente todavía es porque el Ministerio está a la espera de que todas las comunidades obedezcan la orden. Pero el hecho de que Cataluña se haya adelantado haciendo pública su cifra ha despertado las sospechas de que todas las comunidades puedan tener un número mayor de muertos por Covid-19 que el reconocido como oficial hasta ahora.
Presión sobre ERC
El segundo motivo es la guerra entre ERC y JxCAT, es decir entre Oriol Junqueras y Quim Torra, por la hegemonía en la región. Las presiones de JxCAT para que el departamento de Salud, en manos de ERC, sume a la cifra oficial de muertos por Covid-19 las de fallecidos en residencias de ancianos, también en manos de ERC, han sido insistentes durante toda la crisis.
El objetivo de JxCAT también es doble. En primer lugar, levantar dudas sobre la gestión de la pandemia por parte de los consejeros de ERC de cara a las futuras elecciones autonómicas catalanas.
En segundo lugar, poner en un aprieto al Gobierno de Pedro Sánchez, al que nada le conviene menos ahora que abrir el melón del debate sobre la cifra real de muertos por Covid-19.
El pasado 8 de abril, el diputado Josep Riera i Font, de JxCAT, logró sacar de sus casillas a la consejera de Salud republicana Alba Vergés durante una reunión telemática de la comisión de salud del Parlamento autonómico catalán. Riera i Font le preguntó a la consejera si se había sido lo suficientemente sensible a la hora de comunicar el número de bajas del Covid-19. Y esta estalló indignada.
"La pregunta me ofende" dijo Vergés. "Yo no puedo dar unas cifras que no son oficiales. Y esto lo he explicado muchísimas veces. Y lo he explicado en rueda de prensa, públicamente y también en privado. Y ya está. ¡No tengo nada más que decir! Ya está bien. ¡Ya basta de jugar con cifras de muertos!". El rifirrafe puede verse en la hora 4:39 de este vídeo.
Efecto dominó
"Era previsible que todo esto ocurriera" dice una fuente parlamentaria de Ciudadanos. "Hace tiempo que les estamos pidiendo las cifras reales. Todos sabíamos que no estaban contando a todos los muertos. Si no contabilizas algo, no se puede diagnosticar. Era una obviedad que la cifra real no era la oficial".
La revelación de las cifras catalanas está pensada para provocar un efecto dominó en el resto de comunidades que ponga en apuros a Sánchez y le debilite frente a los nacionalistas. "Es que es muy probable que en otras comunidades esté sucediendo lo mismo", dicen en Ciudadanos.
"Pero había demasiada presión sobre ERC" añaden. Una presión a la que se sumó Ciudadanos, aunque con un objetivo radicalmente diferente. "Nosotros pedimos que no hubiera ningún error en los crematorios. Porque en Barcelona hay lista de espera y no hay familiares presentes durante los últimos momentos de muchos ciudadanos".
"Nadie quiere hacer demagogia o sensacionalismo. Pero pedimos máximo respeto para los fallecidos, en vista de lo que está sucediendo en toda Cataluña. ¿Te imaginas decenas de muertos esperando para ser quemados?", añaden desde Ciudadanos.
Muertos invisibilizados
El pasado 4 de abril, Marc Castells, alcalde de Igualada, la ciudad española más golpeada en términos relativos por el Covid-19, criticó el recuento hecho por la Generalidad.
El alcalde, perteneciente a JxCAT, había advertido pocos días antes de que la mortalidad en su ciudad se había elevado un 300% en relación al año pasado. El sábado 4 de abril, Castells volvió a salir a la palestra para pedir que la Generalidad contabilice a todos los muertos. En su opinión, no hacerlo así puede enviar un mensaje equivocado a los ciudadanos y hacer que estos se relajen con las medidas de protección y de confinamiento.
Las declaraciones del alcalde de Igualada llegaron después de que el viernes 3 de abril cuatro vecinos de Igualada murieran en el hospital y otros siete en domicilios y residencias. Ninguno de ellos fue contabilizado por la Generalidad. Oficialmente, y de acuerdo al gobierno autonómico, ese día no había muerto nadie en Igualada por primera vez en varias semanas.
 
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El gobierno pandemias se aferra a sus mentiras

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Érase una vez en… España

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Álvaro Frutos


ÁLVARO FRUTOS
17/04/20

¿Llevas mucho esperando?

-Toda la vida.” (*)


Las evidencias no matan, el virus sí. Hay capítulos de esta tragedia que conviene ir pasando para poder llegar a caminar sobre terreno que no esté embarrado y tomar pronto marcha de paseo y ser capaces de ir a la carrera.

EL COVID-19 ha metido un gol a todo el mundo empezando por la organización (OMS), responsable de emitir las alertas internacionales y aconsejar sobre las medidas a tomar a los gobiernos de los Estados (OMS). La propia OMS advirtió sobre el problema que significaba la desinformación..., la involuntaria, la capciosa y la vitriólica.

Es un pernicioso juego de replicar tanto meme imbécil y mal intencionado. El recorrido hecho por la OMS en la información suministrada y la actuación de los propios gobiernos para hacer frente a la crisis, ha sido errática, pero no había otra. No es cuestión ahora centrar los ataques sobre la OMS, ni de este organismo, ni contra los gobiernos, está siendo una gestión a “prueba y error”. ¿Había modelo alternativo? Todo el mundo está legitimado para la crítica, pero sin perder el contexto de donde estamos y que queda. Primero hay que finalizar con la crisis sanitaria. ¡Es el primer problema para todos!

Las cuestiones previas de cómo han llegado las administraciones públicas a esta situación y como están preparadas para hacer frente a los nuevos problemas que una nueva sociedad plantea, todo ello habrá que someterlas a un examen con lupa, dirimiendo responsabilidades y sobre todo ofreciendo soluciones reales para el futuro y lo más importante llevándolo a cabo. La OMS, UE, Gobiernos Estatales, Regionales y Locales, todo su funcionamiento debería someterse a revisión. Lo público tiene que fortalecerse, pero no sin más. No va ser fácil, requerirá en primer lugar, que no se trate de ajustes de cuentas ni políticas, ni personales, ni búsquedas de ventajismos o el cumplimiento de agendas ocultas. La exigencia de responsabilidad no es conveniente, es imprescindible. No hacerlo sería una burla a la ciudadanía y además no estaría exento de consecuencias como una pérdida absoluta y profunda de credibilidad de los poderes públicos (todos). La seriedad y gravedad de lo que está sucediendo obliga a aprender, corregir y enmendar para el futuro. Con la misma seriedad y gravedad hay que decir que si esto no se hace la política y las instituciones, no tendrán valor alguno.

España no puede ser de nuevo diferente. No podemos empeñarnos en emular a Pizarro y los trece de la fama de la Isla de Gallo, ahora no va de trazar líneas divisorias en la arena, como si no fuera posible gestionar aunando criterios sólidos y renunciar a prosopopéyicos discursos dejemos para el trujillano y para la historia lo de: — «Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere».

No podemos evitar la existencia de políticos y opinantes ahítos de borrachera ideológica, defensores del pensamiento único, guardianes de oscuros intereses que vierten con una agresividad desmesurada su inquina al progreso. Es tan inevitable como malo. Mentira e insulto tiene como único objetivo el deterioro institucional, de ello hay que estar prevenidos ante la crisis social que se avecina. La fortaleza de las democracias se ve ante estas situaciones y en las elecciones será el momento de dirimir el juicio de responsabilidad por los ciudadanos.

Solventada la urgencia del asunto de salud y vida será el bienestar de la población y cómo será su futuro donde habrá que proyectar el foco. Con inteligencia y esforzándose en maximizar sus capacidades España puede recuperar estos meses de hibernación, reconstruir lo derribado social y económicamente, y recordar que pesimismo, derrotismo y desunión siempre merma posibilidades. De cómo se inicie el camino determinará como se llega. Mal, si nos arrogamos constantemente la posesión de la verdad como un matrimonio cabreado.

Un primer paso es bajar la grandilocuencia verbal y escenográfica, gestionar sin gesticular. El éxito no está en el famoso relato si en resolver los problemas. Sobran soflamas, palabras exacerbadas, memoriales y batallas. El lenguaje es importante y la retórica belicista sobra, y la apelación permanente al heroísmo, no va haber medallas para tantos. Las guerras se ganan contando con la exacerbación e inconsciencia del soldado de infantería que se lanza contra la trinchera enemiga, la mayoría de la vez, para que le llenen el pecho de balas. No es esto. Es cuestión de sumar talentos y ciudadanía muy consciente de lo que colectivamente nos está pasando.

Enfrente hay un virus mortífero escapado de control y que los expertos no saben aún como aislarlo. Evidentemente tenemos que tomar conciencia que la larga marcha hacia el neoliberalismo de las décadas anteriores consideró que: la “eficiencia del mercado” también alcanzaba a la salud pública (como a la educación y a la investigación); que la mejora en las condiciones vitales de supervivencia de los mayores los incorporaba como parte de la “economía senior” y ello hizo olvidar que los que quedaban fuera del circuito comercial se convertían en seres humanos muy vulnerables y las residencias “geriátricas” en aparca viejos a altos precios. Esto por lo menos nos debe enseñar que hay mucho de lo que configura nuestra convivencia que debe estar fuera de la oferta y la demanda en una sociedad del bienestar. Eso es recuperar el papel de lo público guste o no, no es ideología es humanidad. “El problema de la verdad es que no tiene remedio”.

A día de hoy no se sabe con certeza como realizar la desescalada para evitar el repunte hasta que no llegue la vacuna, hay que ser muy cautelosos. Tampoco nadie sabe, salvo ese Premio Nobel que todos llevamos dentro, cuáles serán las consecuencias reales sobre la economía. ¿Y cuál será la salud social?

La única forma es intentar compartir el camino y encontrar cuál es el bueno al llegar a las encrucijadas. Si lo que tenemos por delante puede ser verdaderamente muy distinto tenemos una importante tarea: imaginar cómo queremos que sea la nueva realidad e intentar caminar hacia ella y ver qué posibilidades hay de que ese sea objetivo compartido y que sea mejor que lo actual.

Sin duda actitudes y comportamientos pueden verse afectados, es propio de todas las crisis y conflictos. Ahora globalmente. No olvidar como vendría a decir Max Weber que al hecho económico le precede el sociológico. Por ello, más que un pacto lo que España necesita es acordar el camino que juntos queremos recorrer.


(*) Dialogo de Erase una vez en América, ultima película de Sergio Leone

 
Sanidad cambia criterios... pero sigue excluyendo de sus números a los fallecidos por coronavirus sin test
Las CCAA deberán remitir el total de fallecidos y los casos acumulados mediante prueba diagnóstica, incluyendo sintomáticos y asintomáticos.

 
Repito si eres mileurista ni tienes que preocuparte.

Precisamente este gobierno protege los mileuristas y las rentas bajas y a quien quiere pasar la factura es a las grandes rentas. El problema de este país es que la gente que cobra poco se piensa que van a ir a por ellos. Cuando todas las medidas de la izquierda están enfocadas a las rentas y sueldos bajos. De hecho lo primero que hizo fue subir los sueldos mínimos. Me parece increíble que cobrando eso pienses que van a ir a por tí o van a recortarte dinero, la campaña de desinformación es de la ostia.

Todas las propuestas de más recaudación van enfocadas a las rentas altas.
Por favor, ¿Podrías definir que son “rentas altas”?
 
Por favor, ¿Podrías definir que son “rentas altas”?
En España se consideran altas a partir de 60.000 euros anuales.

Hay 5 tramos para Hacienda que computa en los impuestos. Los dos primeros serían hasta 20.000 y son las denominadas bajas. Los dos segundos hasta los 60.000 y son las rentas medias. Y a partir de 60.000 don las alta
De hecho incluso las medidas que propone UP van al segmento superior de las rentas altas, lo que Podemos ha propuesto es crear un tramo de "millonarios" como se hizo en Francia en su día (que se ve que es comunista) y meterles impuestos especiales. Las rentas bajas son intocables pase lo que pase para UP.
 
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