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Galicia aísla a 70.000 personas por el brote de A Mariña, en Lugo, a una semana de las elecciones

  • Las medidas de restricción se mantendrán durante cinco días y comienzan esta medianoche

Hospital de A Mariña lucense.
Hospital de A Mariña lucense. EFE
María Pampín
5 de julio de 2020 12:31h
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@mpampinm
La Xunta de Galicia cierra durante cinco días los accesos a la costa de Lugo debido al rebrote de coronavirus en la comarca. El foco, según los últimos datos de la Consellería de Sanidade, afecta a 99 personas y se le ha realizado la prueba a más de 2.000 personas que deben permanecer confinadas diez días por haber tenido contacto con personas positivas. Las medidas de restricción de entrada y salida de la comarca comenzarán esta medianoche y también afectarán a los aforos y horarios de los locales de hostelería y restauración, entre otras actividades.

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La limitación de acceso y salida afecta al área sanitaria de A Mariña, compuesta por 14 municipios y con cerca de 70.000 habitantes, y no afectará a quien se desplace por motivos laborales o para circulaciones de tránsito que no comiencen o acaben en uno de estos 14 municipios. Estas medidas se producen a siete días de las elecciones autonómicas previstas para el 12 de julio, por lo que terminarán con el fin de la campaña electoral a dos días de los comicios. La Xunta de Galicia no aclara como se garantizará el derecho al voto de las personas que se encuentren confinadas en ese día e indica que seguirá indicaciones de la Junta Electoral. El conselleiro de Sanidade del Gobierno gallego aclaró esta mañana que las personas que estén en cuarenta después de haber dado negativo en la prueba PCR sí podrán acudir a votar porque es "un derecho fundamental de la democracia". "Se va con mascarilla, se vota y se vuelve para casa", indicó. Una personas que haya desarrollado la enfermedad, sin embargo, no podrá ir a un colegio electoral y se desconoce cómo se garantizará su derecho al voto.

El presidente de la Xunta y candidato a la reelección por el PP, Alberto Núñez Feijóo, había asegurado este domingo que no le va a temblar el pulso para "tomar todas las decisiones necesarias" en referencia a los casos de rebrotes. Un día antes, en una entrevista publicada por El Progreso de Lugo, el titular de la Xunta admitía que el Gobierno gallego no tiene establecido cuándo un rebrote conllevará dar un paso atrás en la desescalda y aseguraba que el de A Mariña estaba "localizado y controlado". "Cuando hay que cerrar es cuando el brote es generalizado, cuando afecta a fábricas, a lugares de ocio o a organizaciones grandes", afirmaba. La decisión de la Xunta se produce un día después de que la Generalitat ordenase el confinamiento de 210.000 en la comarca en que Lleida es la capital.

Los datos de casos activos en la comunidad que facilita el Servizo Galego de Saúde indica que, a día de hoy, hay 258 personas contagiadas de las que 117 se concentran en la provincia de Lugo.

 
El Ejército declinó una gratificación del Gobierno por su lucha contra el Covid: «Es nuestro deber»
La encomiable postura de los principales responsables del Ejército es lo que ha llevado al Ejecutivo a optar por una política de condecoración individual como medio de reconocer la labor vital llevada a cabo en la 'Operación Balmis'

Ejército
Efectivos del Ejército de Tierra trabajando en la infraestructura del hospital de campaña ubicado en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. (Foto: Efe)
La labor del Ejército en la lucha contra el coronavirus ha recibido el aplauso de la población y la atención del propio Gobierno. Lo ha hecho hasta tal punto que desde el Ejecutivo se planteó una distinción o gratificación general para todas las Fuerzas Armadas por su decisivo papel humanitario en la ‘Operación Balmis’. Pero si intachable y totalmente elogiable ha sido la actitud de los militares en las múltiples tareas desempeñadas, igual fue la respuesta de los mandos: declinaron una distinción por este motivo porque «es nuestro deber» actuar como actuaron.
Las funciones del Ejército han sido notables: desde la creación de hospitales de campaña y el traslado de muertos, labores logísticas de preparación y conducción del material necesario para la protección, limpieza en espacios públicos y ayuda en las residencias de mayores hasta decisiones personales de acompañamiento de las víctimas y familiares en los peores momentos.
Todo ello, sin una sola queja pública, y pese a los desprecios recibidos, por ejemplo, de parte del Gobierno separatista del PNV y PSE en el País Vasco, y de la Generalitat catalana en manos de Quim Torra.




«Su deber»
Pero en el Ejército consideran que todo ello es, simplemente, «su deber».
Por ese motivo los mandos de las Fuerzas Armadas han preferido declinar un reconocimiento general. La encomiable postura de los principales responsables del Ejército, de hecho, es lo que ha llevado al Gobierno a optar por una política de condecoración individual como medio de reconocer la labor vital llevada a cabo en la ‘Operación Balmis’.


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El Ministerio de Defensa, de ese modo, y por el momento, ha concedido 150 cruces al mérito militar a efectivos que han destacado en el desarrollo de la ‘Operación Balmis’, que durante los últimos tres meses ha sacado a los militares a la calle para luchar contra el coronavirus.
El Boletín Oficial de Defensa (BOD) ha publicado ya la resolución por la que el Ministerio ha premiado a 148 militares y dos civiles con la Cruz al Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con Distintivo Blanco. Entre los condecorados se encuentran oficiales, suboficiales, personal de tropa y marinería y dos civiles.
La resolución explica que este reconocimiento se concede «por haber destacado especialmente en el cumplimiento de los cometidos de la ‘Operación Balmis’».
Lo que no contaba la resolución es que el plan inicial era premiar a todo el colectivo militar por su ejemplar labor humanitaria.
Las Fuerzas Armadas han finalizado esta misión tras 98 días en los que han realizado casi 20.000 intervenciones en 2.300 localidades con «el único objetivo de salvar vidas».
Los militares no ocultan, además, que están ya inmersos en los preparativos para actuar en caso de una segunda oleada. El operativo contra el coronavirus no ha sido reducido ni mucho menos: ha contado con 187.000 militares. La labor de las Fuerzas Armadas contra el Covid-19 finalizó oficialmente el pasado día 21 a la vez que decayó el estado de alarma.
Se trata, de este modo, de la misión militar más importante de España en tiempos de paz. El mando de este operativo se ha desarrollado desde la base de Retamares, en Madrid, convertida desde mediados de marzo en punto neurálgico de la operación bajo el mando del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya, y el que ha sido su mano derecha, el comandante del Mando de Operaciones, general Fernando López del Pozo.
Uno de los puntos clave ha sido y es la reserva operativa de material, que ha llevado a las Fuerzas Armadas a almacenar EPIS, mascarillas o guantes para dotar a todos los militares que participen en una segunda misión contra el Covid-19.
‘Operación Balmis’
Este ‘stock’ de material, que está ya prácticamente disponible, permitiría dotar a todos los efectivos durante un periodo de 30 ó 40 días. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha reconocido ya públicamente la labor de las Fuerzas Armadas y ha reconocido que ha habido «momentos muy duros».
La ministra ha agradecido igualmente en múltiples ocasiones a los militares su «entrega, vocación y sacrificio». Robles ha señalado también que cree que la labor de los militares debe «servir de ejemplo» a los políticos. «No puede haber crispación y confrontación. Debemos ser conscientes de que el objetivo es levantar el país», ha reclamado, poniendo como ejemplo a los «héroes silenciosos» que han luchado contra el virus.
Hay que recordar que no todo han sido facilidades para los militares en la ‘Operación Balmis’. Los primeros compases de sus actuaciones se vieron acompañados de una polémica inventada por los partidos separatistas, que apuntaron a un intento de centralización y militarización de la gestión del coronavirus por el hecho de contar con los militares.

 
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