Gana el Brexit: Reino Unido decide abandonar la Unión Europea

Boris no ha ganado porque les guste a los británicos,ha ganado porque es que va hacer posible que se vayan de Europa,La mayoría social, no quieren ser gobernados desde Bruselas.Ni quieren que su país caiga en manos de las financieras extranjeras. Corby ha titubeado mucho con el Brexit,ha insinuado un posible segundo referéndum sobre esto.y la mayor parte de la sociedad, quieren romper las relaciones con la Unión Europea.He estado en contacto con amigas inglesas y también amigos,coinciden en asegurar "si Bruselas es quien dicta la política que hay que seguir,los recortes que se deben hacer,el cupo de gente que hay que acoger".Como iba Corby a cumplir sus promesas electorales??.Prefieren el sangre,sudor y lágrimas de Churchill,antes que recibir ordenes de fuera.La Unión Europea ha creado un desafecto y daño a las sociedades de esa Unión,por eso está tambaleándose,sin rumbo.Si los que gobiernan el mundo son las grandes riquezas que esclavizan a los pueblos con su ambición sin límites.... mejor será que cada país marque su propio camino.
¿Mayoría social? Los partidos anti Brexit y los que pedían un segundo referendum han tenido más votos que los pro Brexit. Boris ha ganado por lo injusto que es el sistema electoral británico, sin más.
 
La noticia más llamativa de las elecciones británicas de este pasado jueves 12 de diciembre es que la mayoría absoluta en el Parlamento Británico conseguida por el Partido Conservador no se habría producido sin el voto masivo de amplios sectores de la clase trabajadora británica a este partido, una situación semejante a la que ocurrió en EEUU en las elecciones presidenciales de noviembre de 2015, que dieron como resultado la victoria de Trump. La predecible respuesta del establishment mediático liberal español ha sido atribuir la victoria del Partido Conservador a un rechazo del programa del Partido Laborista, percibido como excesivamente izquierdoso (el editorial de El País del 14.12.19 lo definió como paleoizquierdista), alentando a las fuerzas progresistas a que aprendan de lo ocurrido y vuelvan al centro (que quiere decir al socioliberalismo).

Los datos, sin embargo, no confirman esta lectura de lo ocurrido. En realidad, las encuestas fiables afirmaban que la gran mayoría de las propuestas del Partido Laborista eran valoradas positivamente por la mayoría de la población. Según la encuesta de YouGOV (compañía altamente reputada en círculos de análisis de opinión), el 64% de la población estaba de acuerdo, por ejemplo, en subir los impuestos sobre la renta a las personas que ganan anualmente más de 80.000 libras (equivalentes a más de 95.000 euros). A su vez, el 56% estaba a favor de la nacionalización de los ferrocarriles y de las compañías de agua de energía y de gas (medida definida como antigualla por el articulista neoliberal de El País Xavier Vidal-Folch); el 54% estaba a favor de que los trabajadores y empleados de una empresa ocuparan un tercio del órgano ejecutivo de una empresa; el 81% apoyaba un aumento del gasto público sanitario de un 4,3%; un 73% apoyaba un crecimiento del salario mínimo a 10 libras esterlinas por hora (unos 12 euros); un 59% estaba a favor de un New Green Deal, y así un largo etcétera. No es creíble, por lo tanto, que el programa del Partido Laborista asustara a la población. Asustó a las clases pudientes, pero no a las clases populares.

¿Cuál fue la causa? Fue el Brexit, esto es, salir o no de la Unión Europea. Este fue el tema central de la campaña y la población lo sabía. Y el candidato conservador se centró casi exclusivamente en resaltar que llevaría a cabo la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), tal y como la población había votado en el referéndum del 23 de junio de 2016. Aquel día la sorpresa fue que la mayoría de la clase trabajadora votó a favor de salir de la UE. En realidad, el resultado entonces fue bastante equilibrado, con la mitad de la población de renta superior a favor de la permanencia, y con la mitad de la población de renta inferior en contra (el resultado global fue de un 51,9% de la población en contra de continuar en la UE, y de un 48,1% a favor de continuar en ella). Pero fue interesante ver que, dentro de la clase trabajadora, los que más favorecieron el Brexit fueron los parados y los que no tenían trabajo. En aquel referéndum se vio, así pues, una relación directa entre nivel de renta y apoyo a la permanencia en la UE. A más renta, mayor apoyo a dicha permanencia.

Artículo completo en:

 
La noticia más llamativa de las elecciones británicas de este pasado jueves 12 de diciembre es que la mayoría absoluta en el Parlamento Británico conseguida por el Partido Conservador no se habría producido sin el voto masivo de amplios sectores de la clase trabajadora británica a este partido, una situación semejante a la que ocurrió en EEUU en las elecciones presidenciales de noviembre de 2015, que dieron como resultado la victoria de Trump. La predecible respuesta del establishment mediático liberal español ha sido atribuir la victoria del Partido Conservador a un rechazo del programa del Partido Laborista, percibido como excesivamente izquierdoso (el editorial de El País del 14.12.19 lo definió como paleoizquierdista), alentando a las fuerzas progresistas a que aprendan de lo ocurrido y vuelvan al centro (que quiere decir al socioliberalismo).

Los datos, sin embargo, no confirman esta lectura de lo ocurrido. En realidad, las encuestas fiables afirmaban que la gran mayoría de las propuestas del Partido Laborista eran valoradas positivamente por la mayoría de la población. Según la encuesta de YouGOV (compañía altamente reputada en círculos de análisis de opinión), el 64% de la población estaba de acuerdo, por ejemplo, en subir los impuestos sobre la renta a las personas que ganan anualmente más de 80.000 libras (equivalentes a más de 95.000 euros). A su vez, el 56% estaba a favor de la nacionalización de los ferrocarriles y de las compañías de agua de energía y de gas (medida definida como antigualla por el articulista neoliberal de El País Xavier Vidal-Folch); el 54% estaba a favor de que los trabajadores y empleados de una empresa ocuparan un tercio del órgano ejecutivo de una empresa; el 81% apoyaba un aumento del gasto público sanitario de un 4,3%; un 73% apoyaba un crecimiento del salario mínimo a 10 libras esterlinas por hora (unos 12 euros); un 59% estaba a favor de un New Green Deal, y así un largo etcétera. No es creíble, por lo tanto, que el programa del Partido Laborista asustara a la población. Asustó a las clases pudientes, pero no a las clases populares.

¿Cuál fue la causa? Fue el Brexit, esto es, salir o no de la Unión Europea. Este fue el tema central de la campaña y la población lo sabía. Y el candidato conservador se centró casi exclusivamente en resaltar que llevaría a cabo la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), tal y como la población había votado en el referéndum del 23 de junio de 2016. Aquel día la sorpresa fue que la mayoría de la clase trabajadora votó a favor de salir de la UE. En realidad, el resultado entonces fue bastante equilibrado, con la mitad de la población de renta superior a favor de la permanencia, y con la mitad de la población de renta inferior en contra (el resultado global fue de un 51,9% de la población en contra de continuar en la UE, y de un 48,1% a favor de continuar en ella). Pero fue interesante ver que, dentro de la clase trabajadora, los que más favorecieron el Brexit fueron los parados y los que no tenían trabajo. En aquel referéndum se vio, así pues, una relación directa entre nivel de renta y apoyo a la permanencia en la UE. A más renta, mayor apoyo a dicha permanencia.

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Así es.Ha ganado el Brexit y esto cuenta como un segundo referéndum.La mayoría del Reino Unido se quiere ir de Europa, hay que ser muy obtuso, para no darse cuenta.
 
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Los nacionalistas escoceses,no se sui les gusta estar en Europa,parece que la tendencia,es precisamente lo contrario.En cuanto a Irlanda del Norte... nunca he encontrado sentido a esa división de Irlanda y hace tiempo que debían haber salido de esa parte de Irlanda.
 
La gente entiende por Europa recortes e inmigrantes fundamentalmente, del cuentico que contaban en sus orígenes queda nada. Se suponía que iba a ser la panacea para la gente pero a las clases trabajadoras, ahora llamados fascistas y paletos, por la misma izquierda que se supone tendría que defenderlos, están cada vez más jodidas a impuestos, precariedad y moronegrada, en zonas de UK la gente tiene miedo de ir por la calle por si lo apuñalan. No es un voto conservador es un voto de castigo, de decir, ahora vamos a hacer lo contrario de lo que decís que es mejor para nosotros porque si esto es lo mejor como será lo peor....A UK le irá muy bien fuera de la UE y cundirá el ejemplo.
Como española solo me queda desearles que se desintegren así aprovechamos y los echamos de Gibraltar. Como ser humano les deseo lo mejor.
 
[...]

Hablamos, por ejemplo, de El corazón de Inglaterra (Anagrama) una auténtica radiografía sobre el abismo que separa la cosmopolita Londres de la región central del país, esa que mira la urbe con desdén fruto de siglos de olvido y clasismo. Es en esa clave, a través del choque de dos mundos aparentemente irreconciliables, donde Coe va licuando la historia reciente de su país.

[...]

Otro de los que ha encontrado su punto de partida narrativo en el brexit es Ian McEwan. La Cucaracha (Anagrama), su última publicación, aborda el largo adiós del Reino Unido a la UE revisitando el comienzo de La metamorfosis de Kafka. Solo que el autor de Expiación decide invertir los términos, de tal forma que aquí es la cucaracha la que amanece convertida en humanoide, más concretamente en el primer ministro del Reino Unido, que en su fabula recibe el nombre de Jim Sans. Un recurso literario para nada baladí en tiempos kafkianos.

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Entre los textos más literarios de esta hornada de historias que merodean el brexit, nos topamos con lo nuevo de John le CarréUn hombre decente (Planeta)– y Autumn, de la celebrada autora escocesa Ali Smith (Inverness, 1964). Un libro que, según se mire, vaticinó lo que luego sucedería más tarde. Publicada en Gran Bretaña tan solo dos meses después de la votación, puso sobre el tapete algunas de las claves de lo que ya se intuía, a saber; un nacionalismo exacerbado y esa atmósfera de recelo entre conciudadanos que marcó los días previos. Autumn (Otoño) se enmarca dentro de una tetralogía que se ajusta al ritmo de la estaciones y que por el momento no se ha traducido al castellano.

[...]

Ampliando el foco argumental nos topamos con The wall (El muro), cuya publicación en España está prevista para 2021, y que ofrece un escenario distópico en el que el despertar nacionalista del brexit alcanza una dimensión internacional. Las naciones ya no son naciones, sino megalópolis que alzan sus fortalezas para evitar injerencias foráneas y que conforman una derivada infausta de esas políticas migratorias que tanto airea la extrema derecha. Vaticinios, crónicas, sátiras... El brexit ha espoleado la imaginación de la prosa británica dejando a su paso una buena ristra de lecturas.

 

El arquitecto de la salida británica de la UE, Nigel Farage, reconoce que el Brexit ha fracasado​

Casi siete años después de que Reino Unido votara a favor de abandonar la UE, las encuestas de opinión muestran que la mayoría del pueblo británico lamenta abandonar el proyecto europeo​





 

El arquitecto de la salida británica de la UE, Nigel Farage, reconoce que el Brexit ha fracasado​




Que panaché tiene el hijo de put*. Nada es culpa de él. No le tiembla ni una ceja.

Flemá inglesa en su máxima expresion.

La ideología BREXIT es el marxismo de la derecha británica.
 
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