A mí de Froilán no me extraña eso, pero sí me llama la atención tanto de él como de su hermana (confinada en una finca con su novio y otros amigos) la poca querencia que tienen respecto de sus padres. En estos momentos tan difíciles han preferido otras compañías. Me dirán que si son jóvenes y tal y cual, pero no, para mí eso no tiene descargo. Estos dos han resultado unos malcriados, unos pijazos en el peor sentido del término, y lo siento porque sobre todo Victoria me parecía más formal, pero ahí la tienen: desbocada y sin frenos. Resulta irónico decir que la mismísima Andrea Janeiro podría dar lecciones a este par.