Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

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¡Qué yuyuuuuu! Parece que se va a despeñar del pedestal en cualquier momento!!
 
No sé, ¿es normal tener a una niña tan pequeña al sol en la playa, ya no digo con camiseta anti uv como se suele ver en muchos países, pero por lo menos con un gorrito? Esperemos que le haya echado crema protectora, no como ella que dice que nunca se la pone. Porque sombrilla no se ve, ni tienda para bebé, ni otra protección típica en cualquier familia con niños que va a la playa.

Yo es que tras ver a la niña dando su primer paseo en maxicosi cara a la calle toda descubierta, bañarla incrustada en un cubo en el suelo salpicando agua sobre el parqué, toreando una vaquilla o montando a caballo, de éstos ya nada me extraña. Y ya tuvieron una llamadita de atención de la fiscalía de menores.


Por Dios anda que no hay niños maltratados, que sufren, que no están en las mejores condiciones, y nos vamos a fijar en estas chorradas. Yo exceptuando lo de torear con ella, me parece sacarle el punto a cosas de lo más normales y a la vida de una niña que tiene más de lo que muchos niños desearían.
 
Por Dios anda que no hay niños maltratados, que sufren, que no están en las mejores condiciones, y nos vamos a fijar en estas chorradas. Yo exceptuando lo de torear con ella, me parece sacarle el punto a cosas de lo más normales y a la vida de una niña que tiene más de lo que muchos niños desearían.
A ver si me explico. Lo del toro ya se comentó largo y tendido, mucha gente lo consideró peligroso y sólo por este episodio fueron interrogados por la fiscalía, eso es un hecho.

Lo otro son detalles que se han ido comentando en el hilo por diversas foreras. Cosillas que yo sólo recordaba, que tendrán más o menos importancia, pero que llamaron la atención de gente puesta en puericultura. Por ejemplo, me acuerdo ahora de las declaraciones de Palur sobre negarse a dar el pecho por estar "demasiado ocupada", algo que creó más o menos polémica. Unos pensarán que no pasa nada, y otros se llevarán las manos a la cabeza por negarle de entrada a un bebé el mejor alimento que existe para sus necesidades, esto obviamente certificado por la OMS y la Aeped.

Lo mismo con lo del sol. Unos pensarán que no pasa nada por tener a un bebé en la playa sin ninguna protección en la cabeza, y sin camiseta, a pleno sol. Y hasta me parece lógico preguntarse si le habrán echado crema, visto que su madre ha hecho pública apología de no utilizar protección solar en el cuerpo. La cantidad de deditos pabajo y cruces rojas que ha recibido mi mensaje parecen indicar que a algunas no se deben tomar muy en serio lo que diga la AECC sobre los riesgos de la exposición solar, sobre todo en pieles infantiles.

Por supuesto que esta niña es una afortunada que está mejor cuidada que muchos otros que sufren de maltrato, nadie ha dicho lo contrario y además me parece demagógico este razonamiento. Por esta misma razón, medio hilo debería eliminarse cuando se opina sobre el poco instinto maternal que demuestra Palurdes, en aras de los niños que sí son maltratados?

Con todas las barbaridades que se pueden leer en muchos hilos, me produce perplejidad y risa que se discrepe tanto con un post en el que reclamo una gorrita para un bebé al sol. Anda ya.
 
A mi sinceramente lo q mas me gusta de esta pareja son sus infulas de grandesa y cuando sacan los analelos, por mi como q se vuelven a casar para ver con q burrada salen, ya luego el tema Carmen esto me da un poco igual, esta claro q desde antes siquiera de su concepción la niña ya era carne para la prensa a petición y deseo de sus padres, por q es la fuente de dinero más fácil q tienen y paca creció así y lo ve como lo más normal, la palurdez pues por lo q se ve esta encantada y flotando en una nube desde q vio su cara de roedor en las revistas también, será q ser famoso aunque sea famoso cutre engancha...así q a carmen esto la venderán cada q puedan y estarán bajo la crítica de todos por lo mismo, q se ve q eso es lo q les pone q se hablé de ellos bien o mal pero q se venda...yo mientras sigo esperando el último analelo la parte del frente para descojonarme un poco
 
http://blogs.grupojoly.com/la-sastreria/2016/09/18/sin-derecho-al-perdon/

Sin derecho al perdón
Carlos Navarro Antolín | 18 de septiembre de 2016 a las 5:00


EN Sevilla el perdón del éxito se cotiza muy alto. Triunfar genera patentes de corso para ser tiroteado. Lograr ciertos objetivos equivale a someterse al pimpampún de las barras (bravas) y al juicio sumarísimo de los veredictos del desahogo. El que está arriba nunca tiene derecho a indulgencias. ¿Cuándo se considera en Sevilla que alguien está en la cima? Depende. ¿Cuándo merece el que ha triunfado una caricia de lomo, un gesto de condescendencia, un guiño de afecto? Cuando se queda calvo o tiene una enfermedad. Una vez había dos pájaros de la avifauna local pasando revista con el codo en una barra de aluminio, postura del pensador de Rodin en clave sevillana. Uno de ellos espetó: “A tu amigo sí que le van a perdonar ahora los éxitos de su imparable carrera, porque el médico le ha encontrado un bichito y se ha puesto regular… Con lo que largó la gente de él cuando se fotografió junto al Rey, fue hermano mayor y apoyó los antebrazos en la barrera de la plaza de toros….¿Recuerdas?”.

Francisco Rivera Ordóñez (Madrid, 1974) es un vecino de Sevilla con una trayectoria personal en la que se combinan las luces y la sombras en igual medida, las puertas grandes y la enfermería, las reseñas que dudan de su concepto del toreo en el Aplausos y las referencias almibaradas del Hola, el blanco y negro de las desgracias que le han sobrevenido y el color de los días de rosas que quedan en el álbum de la intimidad familiar, las chisteras de relumbrón y los torniquetes de emergencia, las palmadas de los agradaores y las puntillas de los envidiosos.

Rivera Ordóñez pertenece al selecto club de los que nunca han merecido el perdón, ni parece que se lo vayan a conceder. Si se hubiera presentado en solitario a hermano mayor de la Esperanza de Triana, hubiera arrasado en las urnas por esa afición de Sevilla a acudir en auxilio del claro vencedor, pero como tuvo un rival en liza, perdió las elecciones como era previsible. Si hay dos opciones, Sevilla ejerce ese morbo indescriptible de votar contra el triunfador oficial, contra el guapo oficial, contra el rico oficial. Leña al pijo aunque sus 42 años de existencia estén lastrados por desgracias que a otros los mandarían al diván del psiquiatra, o los dejarían acostados para el resto de sus vidas.

Una marca de la casa civil de este torero es hacerse acompañar siempre por el séquito, la pandilla, el grupo de amigos de toda la vida, herencia quizás de haberse criado en una casa de puertas abiertas. Dicen que en eso se nota que es Ordóñez y Dominguín, en que necesita el ruido de la compañía y en que mantiene las mismas relaciones de la infancia, cuando era Picúo para su abuelo, un niño con cuerpo de alambre que ponía pegas para comer y era perseguido por una tata que llevaba la croqueta pinchada en el tenedor. El niño creció y también desarrolló la afición familiar por colocar apodos y motes a la gente con gran destreza. Carlos Telmo, criado junto a los Ordóñez, es y será siempre el cateto.

Este matador de toros es friolero de temporada larga, aficionado al blindaje de los jerseys, brazos cubiertos nueve meses al año, combinados con esos plumíferos sin mangas que otorgan ese aire de gallito de corral que Sevilla castiga cada vez que puede con las sentencias de las tabernas, que son la primer instancia de los tribunales condenatorios de la ciudad. Tal vez de forma inconsciente esté buscando el efecto del chaleco antibalas, un mecanismo de defensa frente a quienes no disculpan que sea hijo y nieto de famosos, quienes no perdonan el orgullo de los Ordóñez de sentirse una casta superior. Este cuarentón al que media España ha visto crecer se ha hecho distante a la fuerza, por instinto de supervivencia, siempre pendiente del pitón rosa, aunque en ese complejo mundillo, cargado de cristales rotos y cables pelados, tenga amistades íntimas y poderosas como Álvaro García Pelayo.

Tan listo para los negocios como ortodoxo a la hora de vestir. Estilo sevillita, lo llaman. Compra el negocio, lo hace rentable y dicen que pega el pase mucho mejor que en la plaza de toros. Por eso aseguran que se parece más a su abuelo en la sagacidad para hacer dinero que como matador de toros. Cuentan que de la madre tiene la espontaneidad, reservada ya para los círculos privados, el manejo de los idiomas y la finura en las relaciones sociales. Del padre, la capacidad de sacrificio y entrenamiento.

Es un torero al que no oirán dar la barrila con el campo. Es más bien un urbanita. No tiene ninguna predilección por Marruecos, todo lo contrario que su madre, gran aficionada al exilio más allá del Estrecho. Rivera Ordóñez no quiere ver más turbantes que los de los beduinos de la cabalgata.

La vida es la finca El Recreo, la casa de Ronda donde las noches de goyesca hay fiesta tras el cóctel oficial que ofrece la Real Maestranza que preside Rafael Atienza. La vida son días en un piso privilegiado de Sevilla, a la vera de los Jardines de Murillo, donde tras el almuerzo en la mesa grande del comedor hay tiempo para ver grabaciones de Semana Santa, cual friki de bulla todo el año. La vida es portar las cruces del destino, madrugar poco y preferir la horizontalidad de la cama antes que la del sofá. La vida es templar al toro, tanto como la tendencia a coger kilos, ser desconfiando de los rostros nuevos y un punto caprichoso con los relojes. La vida son los recuerdos de los días de corrida en los que las Ordóñez, madre y tía, cosas del destino y de las supersticiones, no se tocaban nunca las uñas.

Dejar entrever cierta vehemencia en el carácter tiene sus consecuencias. El presidente de la plaza de La Coruña le negó la segunda oreja una tarde de faena importante. Francisco se hizo el remolón a la hora de recibir el único trofeo concedido, que acabó tirando con evidente desprecio, por lo que la Xunta de Galicia abrió un expediente con propuesta de sanción de 60.000 euros y seis meses de inhabilitación. Al final, con la ayuda de un perito convenció al juez instructor de que se deshizo de la oreja porque contenía garrapatas… De verdadera vuelta al ruedo.

El Domingo de Pasión de 2015 debutó como asistente a un pregón de la Semana Santa.El orador, el poeta Lutgardo García, se hizo acompañar por la banda Sinfónica Municipal en el tramo final del pregón. Alguien le comentó a Rivera Ordóñez a la salida, con el tradicional desdén con que la mayoría habla de los pregoneros una vez terminado el acto: “Maestro, este pregonero ha terminado ayudado por la música, como los ayudados por alto en las faenas”. Y el diestro zanjó: “Oiga, hay ayudados que son muy difíciles de dar, se lo digo yo. Los ayudados tienen su mérito”.

Quiso ser hermano mayor de la Esperanza de Triana, como su abuelo Antonio, quien, por cierto, fue fiscal de la Soledad de San Lorenzo. Quiso ser anunciado como Paquirri en los carteles, pero nadie lo conoce como Paquirri, sino como simplemente Fran o Riveraordóñez, dicho así todo junto. Quiso aupar a su hija mientras toreaba en un tentadero, pero se topó con que los tiempos han virado hacia lo absurdo, hay fiscalías que son torretas para disparar contra lo políticamente incorrecto, y también hay defensores del pueblo alejados de los púlpitos que carecen del más mínimo sentido del ridículo.

El torero con barniz altivo goza de cuadrilla que lo defiende más allá de los ruedos, como tiene esa legión que no perdona sus éxitos. O lo que consideran sus éxitos. Y ya se sabe que en Sevilla hay que ganarse ciertos perdones cada día. Quedarse calvo o estar postrado en el lecho del dolor. Quizás sea porque aún no se ha desprendido del cliché del más ligón de la pandilla (“Niña, con tu cuerpo y mis ganas, la que íbamos a liar”) pese a haber matado más de mil corridas y haber tomado decisiones complejas como un cambio de apoderado.

Ordóñez fue fiscal de la Soledad. Su nieto nunca está solo. Y eso es virtud o riesgo, según se mire. Lo importante es que el mirón nunca sea el toro. Aunque haya miradas de humanos tan aviesas como las de un burel.
 
A mi sinceramente lo q mas me gusta de esta pareja son sus infulas de grandesa y cuando sacan los analelos, por mi como q se vuelven a casar para ver con q burrada salen, ya luego el tema Carmen esto me da un poco igual, esta claro q desde antes siquiera de su concepción la niña ya era carne para la prensa a petición y deseo de sus padres, por q es la fuente de dinero más fácil q tienen y paca creció así y lo ve como lo más normal, la palurdez pues por lo q se ve esta encantada y flotando en una nube desde q vio su cara de roedor en las revistas también, será q ser famoso aunque sea famoso cutre engancha...así q a carmen esto la venderán cada q puedan y estarán bajo la crítica de todos por lo mismo, q se ve q eso es lo q les pone q se hablé de ellos bien o mal pero q se venda...yo mientras sigo esperando el último analelo la parte del frente para descojonarme un poco
Me has matao de risa con lo de su cara de roedor... es tan gráfico... :beaver:
 
Gracias carlita

Que pedazo de basura perpetra este carlos navarro
Como me recuerda al planeta de las novelas del admirado alfonso grosso

Carlos navarro puede intentar echarle toda la literatura k kiera, pero lapaca no dejara de ser ese togueguito del k se rien losmbuenos aficionados

Ese cateto k clama en las redes x la pena de muerte y los trabajos forzados
Ese que mercadea con su vida privada y la de una menor de edad exponiendola en portadas a cambio de dinero y de satisfacer vanidades

Ese k intenta pegar a un reportero k solopretendemsacarse unos duros tirandole una foto en una estacion de tren

Ese que pretendia llevar una ley al congreso para salvaguardaf su hintimida
El k keriamse emano mayo aunke luego dicen k ni se le ve el pelo x alli

El frankkk k no sabe ni hablar, el que leyendo esas redes sociales que ahora ha cerrado xq pensara que sus fanes avidas de paca mejor cliquen en holapuntoco pa,saber de el y le dejen beneficios, se empeña en demostrar que la hepaña oscura, triste y profunda tb es el.

El que llama a un pograma pa humillar a su primo
El que airea temas de custodia de menores de edad
El que se casa las veces k haga falta pa trincar, miente diciendo k no se ha casado para hacer una performance en la que participa el alcalde de sevilla, si, ese que multaba a las personas k buscaban comida en la basura

Nadie que tenga un poco de civilidad, medio grama de formacion humana y un poco de sentido de la estetica puede envidiar a franķkkkkk riveras.
Es el tonto del pueblo y un merecido prota de cualkier novela de Grosso


http://blogs.grupojoly.com/la-sastreria/2016/09/18/sin-derecho-al-perdon/

Sin derecho al perdón
Carlos Navarro Antolín | 18 de septiembre de 2016 a las 5:00


EN Sevilla el perdón del éxito se cotiza muy alto. Triunfar genera patentes de corso para ser tiroteado. Lograr ciertos objetivos equivale a someterse al pimpampún de las barras (bravas) y al juicio sumarísimo de los veredictos del desahogo. El que está arriba nunca tiene derecho a indulgencias. ¿Cuándo se considera en Sevilla que alguien está en la cima? Depende. ¿Cuándo merece el que ha triunfado una caricia de lomo, un gesto de condescendencia, un guiño de afecto? Cuando se queda calvo o tiene una enfermedad. Una vez había dos pájaros de la avifauna local pasando revista con el codo en una barra de aluminio, postura del pensador de Rodin en clave sevillana. Uno de ellos espetó: “A tu amigo sí que le van a perdonar ahora los éxitos de su imparable carrera, porque el médico le ha encontrado un bichito y se ha puesto regular… Con lo que largó la gente de él cuando se fotografió junto al Rey, fue hermano mayor y apoyó los antebrazos en la barrera de la plaza de toros….¿Recuerdas?”.

Francisco Rivera Ordóñez (Madrid, 1974) es un vecino de Sevilla con una trayectoria personal en la que se combinan las luces y la sombras en igual medida, las puertas grandes y la enfermería, las reseñas que dudan de su concepto del toreo en el Aplausos y las referencias almibaradas del Hola, el blanco y negro de las desgracias que le han sobrevenido y el color de los días de rosas que quedan en el álbum de la intimidad familiar, las chisteras de relumbrón y los torniquetes de emergencia, las palmadas de los agradaores y las puntillas de los envidiosos.

Rivera Ordóñez pertenece al selecto club de los que nunca han merecido el perdón, ni parece que se lo vayan a conceder. Si se hubiera presentado en solitario a hermano mayor de la Esperanza de Triana, hubiera arrasado en las urnas por esa afición de Sevilla a acudir en auxilio del claro vencedor, pero como tuvo un rival en liza, perdió las elecciones como era previsible. Si hay dos opciones, Sevilla ejerce ese morbo indescriptible de votar contra el triunfador oficial, contra el guapo oficial, contra el rico oficial. Leña al pijo aunque sus 42 años de existencia estén lastrados por desgracias que a otros los mandarían al diván del psiquiatra, o los dejarían acostados para el resto de sus vidas.

Una marca de la casa civil de este torero es hacerse acompañar siempre por el séquito, la pandilla, el grupo de amigos de toda la vida, herencia quizás de haberse criado en una casa de puertas abiertas. Dicen que en eso se nota que es Ordóñez y Dominguín, en que necesita el ruido de la compañía y en que mantiene las mismas relaciones de la infancia, cuando era Picúo para su abuelo, un niño con cuerpo de alambre que ponía pegas para comer y era perseguido por una tata que llevaba la croqueta pinchada en el tenedor. El niño creció y también desarrolló la afición familiar por colocar apodos y motes a la gente con gran destreza. Carlos Telmo, criado junto a los Ordóñez, es y será siempre el cateto.

Este matador de toros es friolero de temporada larga, aficionado al blindaje de los jerseys, brazos cubiertos nueve meses al año, combinados con esos plumíferos sin mangas que otorgan ese aire de gallito de corral que Sevilla castiga cada vez que puede con las sentencias de las tabernas, que son la primer instancia de los tribunales condenatorios de la ciudad. Tal vez de forma inconsciente esté buscando el efecto del chaleco antibalas, un mecanismo de defensa frente a quienes no disculpan que sea hijo y nieto de famosos, quienes no perdonan el orgullo de los Ordóñez de sentirse una casta superior. Este cuarentón al que media España ha visto crecer se ha hecho distante a la fuerza, por instinto de supervivencia, siempre pendiente del pitón rosa, aunque en ese complejo mundillo, cargado de cristales rotos y cables pelados, tenga amistades íntimas y poderosas como Álvaro García Pelayo.

Tan listo para los negocios como ortodoxo a la hora de vestir. Estilo sevillita, lo llaman. Compra el negocio, lo hace rentable y dicen que pega el pase mucho mejor que en la plaza de toros. Por eso aseguran que se parece más a su abuelo en la sagacidad para hacer dinero que como matador de toros. Cuentan que de la madre tiene la espontaneidad, reservada ya para los círculos privados, el manejo de los idiomas y la finura en las relaciones sociales. Del padre, la capacidad de sacrificio y entrenamiento.

Es un torero al que no oirán dar la barrila con el campo. Es más bien un urbanita. No tiene ninguna predilección por Marruecos, todo lo contrario que su madre, gran aficionada al exilio más allá del Estrecho. Rivera Ordóñez no quiere ver más turbantes que los de los beduinos de la cabalgata.

La vida es la finca El Recreo, la casa de Ronda donde las noches de goyesca hay fiesta tras el cóctel oficial que ofrece la Real Maestranza que preside Rafael Atienza. La vida son días en un piso privilegiado de Sevilla, a la vera de los Jardines de Murillo, donde tras el almuerzo en la mesa grande del comedor hay tiempo para ver grabaciones de Semana Santa, cual friki de bulla todo el año. La vida es portar las cruces del destino, madrugar poco y preferir la horizontalidad de la cama antes que la del sofá. La vida es templar al toro, tanto como la tendencia a coger kilos, ser desconfiando de los rostros nuevos y un punto caprichoso con los relojes. La vida son los recuerdos de los días de corrida en los que las Ordóñez, madre y tía, cosas del destino y de las supersticiones, no se tocaban nunca las uñas.

Dejar entrever cierta vehemencia en el carácter tiene sus consecuencias. El presidente de la plaza de La Coruña le negó la segunda oreja una tarde de faena importante. Francisco se hizo el remolón a la hora de recibir el único trofeo concedido, que acabó tirando con evidente desprecio, por lo que la Xunta de Galicia abrió un expediente con propuesta de sanción de 60.000 euros y seis meses de inhabilitación. Al final, con la ayuda de un perito convenció al juez instructor de que se deshizo de la oreja porque contenía garrapatas… De verdadera vuelta al ruedo.

El Domingo de Pasión de 2015 debutó como asistente a un pregón de la Semana Santa.El orador, el poeta Lutgardo García, se hizo acompañar por la banda Sinfónica Municipal en el tramo final del pregón. Alguien le comentó a Rivera Ordóñez a la salida, con el tradicional desdén con que la mayoría habla de los pregoneros una vez terminado el acto: “Maestro, este pregonero ha terminado ayudado por la música, como los ayudados por alto en las faenas”. Y el diestro zanjó: “Oiga, hay ayudados que son muy difíciles de dar, se lo digo yo. Los ayudados tienen su mérito”.

Quiso ser hermano mayor de la Esperanza de Triana, como su abuelo Antonio, quien, por cierto, fue fiscal de la Soledad de San Lorenzo. Quiso ser anunciado como Paquirri en los carteles, pero nadie lo conoce como Paquirri, sino como simplemente Fran o Riveraordóñez, dicho así todo junto. Quiso aupar a su hija mientras toreaba en un tentadero, pero se topó con que los tiempos han virado hacia lo absurdo, hay fiscalías que son torretas para disparar contra lo políticamente incorrecto, y también hay defensores del pueblo alejados de los púlpitos que carecen del más mínimo sentido del ridículo.

El torero con barniz altivo goza de cuadrilla que lo defiende más allá de los ruedos, como tiene esa legión que no perdona sus éxitos. O lo que consideran sus éxitos. Y ya se sabe que en Sevilla hay que ganarse ciertos perdones cada día. Quedarse calvo o estar postrado en el lecho del dolor. Quizás sea porque aún no se ha desprendido del cliché del más ligón de la pandilla (“Niña, con tu cuerpo y mis ganas, la que íbamos a liar”) pese a haber matado más de mil corridas y haber tomado decisiones complejas como un cambio de apoderado.

Ordóñez fue fiscal de la Soledad. Su nieto nunca está solo. Y eso es virtud o riesgo, según se mire. Lo importante es que el mirón nunca sea el toro. Aunque haya miradas de humanos tan aviesas como las de un burel.
 
La paca exitoso? La paca maneja idiomas y tiene finura en las relaciones sociales cuando apenas acabo la educacion reglada y no se habla con la mitad de los toreros? La paca tiene capacidad de sacrificio y entrenamiento cuando ni le cierran los trajes de luces del pedazo tripa q tiene de tantas palmeras de chocolate q se zampa? Are we talking about the same paca? No s3ñor no, el problema aca es de tiempo-espacio, paca nacio en el siglo equivocado, en el q a los personajillos como el no les dejan hacer sus gracias ni se las aplauden, y suerte tiene q nació en este tiempo y no en la época en q los toreros si se la jugaban o no duraban dos días por q el público los mandaba a la m...para mi el único éxito de la paca fue conseguir casarse con la duquesita y tener una hija con ella, asegura así su futuro, vendiendola; a carmen esto lo tiene más difícil, para suerte de la criatura
 
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