Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

Recordatorio trimestral del mejor pó que ha parido la historia de los blogs: LA CENITA EN LA ORSONJAUS

Cómo organizar una cena en casa
Hace tiempo que os prometí este post, lo que pasa que han ido surgiendo cosas que contaros y se ha retrasado un poco, pero lo prometido es deuda.

Como os conté en septiembre, el sábado de Goyesca organicé una cena en casa para unas 40 personas.

Desde luego, lo más cómodo hubiera sido contratar la ayuda de uno de los miles de cateringsmaravillosos que conozco, pero la verdad es que, por otro lado, me da un poco de pena que las cenas en casas particulares se estén convirtiendo en impersonales, y que la sensación de los invitados sea la de estar en una boda o en un cóctel de inauguración de cualquier tienda o restaurante en lugar de en casa de una familia.

Por eso desde que me casé, cuando organizo algo en casa, intento que el número de invitados sea reducido para poder prepararlo todo yo. Me gusta usar mis manteles, bandejas y copas, y aunque no cocino como una profesional, ni mucho menos, las recetas tradicionales siempre funcionan si tienes buena materia prima y te esfuerzas un poco en la presentación.

Como os imaginaréis, durante la cena que organicé en Ronda no paré ni un momento y no pude hacer fotos, por lo que voy a intentar contaros el máximo número de detalles.



Empezamos:

Lo primero que tenía claro es que no podía sentar a todo el mundo, así que la cena fue tipo bufé. Coloqué todo en una mesa de 4 metros de largo que hay en la galería de casa (os la enseñé en elpost que hice sobre El Recreo). Como único adorno, en el centro, un jarrón de cristal bastante alto repleto de nardos, en concreto 4 docenas. No sabéis cómo olían y lo mucho que decoraban.

Mantel de hilo blanco y servilletas a juego:





Tengo varios manteles de este tipo que me regaló mi madre porque son tan grandes que ya casi no los usa, y la verdad es que a mí todo lo que tenga de 20 años de antigüedad en adelante me vuelve loca y aprovecho cualquier ocasión para usarlos.

¡Perdón, se me olvidaba! Para el aperitivo puse servilletas más pequeñas también de hilo blancas.



Soy una tonta de las servilletas de tela. Creo que las de papel son cómodas porque se tiran y listo, pero para cenas más elegantes no me convencen, aunque tengan un diseño ideal. Estas me las regalaron hace unos días ¡Mirad qué monas!



La mitad de la mesa fue para colocar todos los aperitivos que una vez terminados se recogieron sustituyéndolos por la cena. La otra mitad para colocar los platos, copas, cubiertos y servilletas.

Lo básico para que la cosa funcione es la organización previa. Yo suelo cocinar durante los días anteriores aquellas cosas que se pueden congelar. También dejo cortados los quesos que voy a poner para tener únicamente que colocarlos en las bandejas la hora antes de la cena. Son tonterías, pero hacen que te ahorres mucho tiempo.

Como supondréis, no estuve yo sola. Conté con la ayuda de 4 personas: dos en la cocina calentando y organizando la comida y dos fuera que servían bebidas y recogían platos o fuentes vacías.

Yo siempre coloco una pizarra o una cartulina en la cocina con todo lo que se va a servir para que los que están trabajando sepan cuándo han de sacar cada plato.



Además, una vez están todas las bandejas limpias, coloco un cartel con lo que se servirá en ellaspara que no tengan dudas de dónde va cada cosa (esto también lo dejo listo el día de antes).



Como podéis leer, el menú fue totalmente casero, sin pretensiones, intentando transmitir a todo el mundo que estábamos en familia:

-Dos tipos de ensalada

-Dos clases de carnes con distintas salsas y unas patatas con nata para acompañar.

-Solomillo de atún macerado con aceite de oliva y limón (para los que no son carnívoros) y un gazpacho hecho con los tomates de nuestro huerto.

Como os digo, las cosas más simples si se presentan bien cambian mucho. Por ejemplo, para el gazpacho en lugar de usar un cuenco o un vasito, los servimos en estos catavinos con el hierro del trébol:



Un buen jamón es acierto seguro, pero si lo colocas en platitos llanos corrientes repartidos por la mesa, la presentación pierde un poco en mi opinión. Yo prefiero una fuente muy grande que ocupe mucho o si tenéis la típica bandeja de plata enorme que jamás usáis, este es el momento.





Con el queso os digo lo mismo, una buena fuente y en el centro un cuenco de cristal con mermelada de higos o tomate dependiendo del queso, queda mucho más bonito que un plato con las cuñas colocadas en círculo. Haced la prueba.

Para el postre hice tres tartas: una de queso, una de chocolate y otra de limón, que por cierto, se me quemó en el horno y para sustituirla puse un melón cortado en dados que quedó genial.

Espero que os sirvan todas estas “manías”.

¡Un beso fuerte y buena semana a todos!
 
Recordatorio trimestral del mejor pó que ha parido la historia de los blogs: LA CENITA EN LA ORSONJAUS

Cómo organizar una cena en casa
Hace tiempo que os prometí este post, lo que pasa que han ido surgiendo cosas que contaros y se ha retrasado un poco, pero lo prometido es deuda.

Como os conté en septiembre, el sábado de Goyesca organicé una cena en casa para unas 40 personas.

Desde luego, lo más cómodo hubiera sido contratar la ayuda de uno de los miles de cateringsmaravillosos que conozco, pero la verdad es que, por otro lado, me da un poco de pena que las cenas en casas particulares se estén convirtiendo en impersonales, y que la sensación de los invitados sea la de estar en una boda o en un cóctel de inauguración de cualquier tienda o restaurante en lugar de en casa de una familia.

Por eso desde que me casé, cuando organizo algo en casa, intento que el número de invitados sea reducido para poder prepararlo todo yo. Me gusta usar mis manteles, bandejas y copas, y aunque no cocino como una profesional, ni mucho menos, las recetas tradicionales siempre funcionan si tienes buena materia prima y te esfuerzas un poco en la presentación.

Como os imaginaréis, durante la cena que organicé en Ronda no paré ni un momento y no pude hacer fotos, por lo que voy a intentar contaros el máximo número de detalles.



Empezamos:

Lo primero que tenía claro es que no podía sentar a todo el mundo, así que la cena fue tipo bufé. Coloqué todo en una mesa de 4 metros de largo que hay en la galería de casa (os la enseñé en elpost que hice sobre El Recreo). Como único adorno, en el centro, un jarrón de cristal bastante alto repleto de nardos, en concreto 4 docenas. No sabéis cómo olían y lo mucho que decoraban.

Mantel de hilo blanco y servilletas a juego:





Tengo varios manteles de este tipo que me regaló mi madre porque son tan grandes que ya casi no los usa, y la verdad es que a mí todo lo que tenga de 20 años de antigüedad en adelante me vuelve loca y aprovecho cualquier ocasión para usarlos.

¡Perdón, se me olvidaba! Para el aperitivo puse servilletas más pequeñas también de hilo blancas.



Soy una tonta de las servilletas de tela. Creo que las de papel son cómodas porque se tiran y listo, pero para cenas más elegantes no me convencen, aunque tengan un diseño ideal. Estas me las regalaron hace unos días ¡Mirad qué monas!



La mitad de la mesa fue para colocar todos los aperitivos que una vez terminados se recogieron sustituyéndolos por la cena. La otra mitad para colocar los platos, copas, cubiertos y servilletas.

Lo básico para que la cosa funcione es la organización previa. Yo suelo cocinar durante los días anteriores aquellas cosas que se pueden congelar. También dejo cortados los quesos que voy a poner para tener únicamente que colocarlos en las bandejas la hora antes de la cena. Son tonterías, pero hacen que te ahorres mucho tiempo.

Como supondréis, no estuve yo sola. Conté con la ayuda de 4 personas: dos en la cocina calentando y organizando la comida y dos fuera que servían bebidas y recogían platos o fuentes vacías.

Yo siempre coloco una pizarra o una cartulina en la cocina con todo lo que se va a servir para que los que están trabajando sepan cuándo han de sacar cada plato.



Además, una vez están todas las bandejas limpias, coloco un cartel con lo que se servirá en ellaspara que no tengan dudas de dónde va cada cosa (esto también lo dejo listo el día de antes).



Como podéis leer, el menú fue totalmente casero, sin pretensiones, intentando transmitir a todo el mundo que estábamos en familia:

-Dos tipos de ensalada

-Dos clases de carnes con distintas salsas y unas patatas con nata para acompañar.

-Solomillo de atún macerado con aceite de oliva y limón (para los que no son carnívoros) y un gazpacho hecho con los tomates de nuestro huerto.

Como os digo, las cosas más simples si se presentan bien cambian mucho. Por ejemplo, para el gazpacho en lugar de usar un cuenco o un vasito, los servimos en estos catavinos con el hierro del trébol:



Un buen jamón es acierto seguro, pero si lo colocas en platitos llanos corrientes repartidos por la mesa, la presentación pierde un poco en mi opinión. Yo prefiero una fuente muy grande que ocupe mucho o si tenéis la típica bandeja de plata enorme que jamás usáis, este es el momento.





Con el queso os digo lo mismo, una buena fuente y en el centro un cuenco de cristal con mermelada de higos o tomate dependiendo del queso, queda mucho más bonito que un plato con las cuñas colocadas en círculo. Haced la prueba.

Para el postre hice tres tartas: una de queso, una de chocolate y otra de limón, que por cierto, se me quemó en el horno y para sustituirla puse un melón cortado en dados que quedó genial.

Espero que os sirvan todas estas “manías”.

¡Un beso fuerte y buena semana a todos!
Le saca fotos a un lavabo birrioso y ahora no enseña ni una loncha de jamón..si es que de donde no hay...
 
Recordatorio trimestral del mejor pó que ha parido la historia de los blogs: LA CENITA EN LA ORSONJAUS

Cómo organizar una cena en casa
Hace tiempo que os prometí este post, lo que pasa que han ido surgiendo cosas que contaros y se ha retrasado un poco, pero lo prometido es deuda.

Como os conté en septiembre, el sábado de Goyesca organicé una cena en casa para unas 40 personas.

Desde luego, lo más cómodo hubiera sido contratar la ayuda de uno de los miles de cateringsmaravillosos que conozco, pero la verdad es que, por otro lado, me da un poco de pena que las cenas en casas particulares se estén convirtiendo en impersonales, y que la sensación de los invitados sea la de estar en una boda o en un cóctel de inauguración de cualquier tienda o restaurante en lugar de en casa de una familia.

Por eso desde que me casé, cuando organizo algo en casa, intento que el número de invitados sea reducido para poder prepararlo todo yo. Me gusta usar mis manteles, bandejas y copas, y aunque no cocino como una profesional, ni mucho menos, las recetas tradicionales siempre funcionan si tienes buena materia prima y te esfuerzas un poco en la presentación.

Como os imaginaréis, durante la cena que organicé en Ronda no paré ni un momento y no pude hacer fotos, por lo que voy a intentar contaros el máximo número de detalles.



Empezamos:

Lo primero que tenía claro es que no podía sentar a todo el mundo, así que la cena fue tipo bufé. Coloqué todo en una mesa de 4 metros de largo que hay en la galería de casa (os la enseñé en elpost que hice sobre El Recreo). Como único adorno, en el centro, un jarrón de cristal bastante alto repleto de nardos, en concreto 4 docenas. No sabéis cómo olían y lo mucho que decoraban.

Mantel de hilo blanco y servilletas a juego:





Tengo varios manteles de este tipo que me regaló mi madre porque son tan grandes que ya casi no los usa, y la verdad es que a mí todo lo que tenga de 20 años de antigüedad en adelante me vuelve loca y aprovecho cualquier ocasión para usarlos.

¡Perdón, se me olvidaba! Para el aperitivo puse servilletas más pequeñas también de hilo blancas.



Soy una tonta de las servilletas de tela. Creo que las de papel son cómodas porque se tiran y listo, pero para cenas más elegantes no me convencen, aunque tengan un diseño ideal. Estas me las regalaron hace unos días ¡Mirad qué monas!



La mitad de la mesa fue para colocar todos los aperitivos que una vez terminados se recogieron sustituyéndolos por la cena. La otra mitad para colocar los platos, copas, cubiertos y servilletas.

Lo básico para que la cosa funcione es la organización previa. Yo suelo cocinar durante los días anteriores aquellas cosas que se pueden congelar. También dejo cortados los quesos que voy a poner para tener únicamente que colocarlos en las bandejas la hora antes de la cena. Son tonterías, pero hacen que te ahorres mucho tiempo.

Como supondréis, no estuve yo sola. Conté con la ayuda de 4 personas: dos en la cocina calentando y organizando la comida y dos fuera que servían bebidas y recogían platos o fuentes vacías.

Yo siempre coloco una pizarra o una cartulina en la cocina con todo lo que se va a servir para que los que están trabajando sepan cuándo han de sacar cada plato.



Además, una vez están todas las bandejas limpias, coloco un cartel con lo que se servirá en ellaspara que no tengan dudas de dónde va cada cosa (esto también lo dejo listo el día de antes).



Como podéis leer, el menú fue totalmente casero, sin pretensiones, intentando transmitir a todo el mundo que estábamos en familia:

-Dos tipos de ensalada

-Dos clases de carnes con distintas salsas y unas patatas con nata para acompañar.

-Solomillo de atún macerado con aceite de oliva y limón (para los que no son carnívoros) y un gazpacho hecho con los tomates de nuestro huerto.

Como os digo, las cosas más simples si se presentan bien cambian mucho. Por ejemplo, para el gazpacho en lugar de usar un cuenco o un vasito, los servimos en estos catavinos con el hierro del trébol:



Un buen jamón es acierto seguro, pero si lo colocas en platitos llanos corrientes repartidos por la mesa, la presentación pierde un poco en mi opinión. Yo prefiero una fuente muy grande que ocupe mucho o si tenéis la típica bandeja de plata enorme que jamás usáis, este es el momento.





Con el queso os digo lo mismo, una buena fuente y en el centro un cuenco de cristal con mermelada de higos o tomate dependiendo del queso, queda mucho más bonito que un plato con las cuñas colocadas en círculo. Haced la prueba.

Para el postre hice tres tartas: una de queso, una de chocolate y otra de limón, que por cierto, se me quemó en el horno y para sustituirla puse un melón cortado en dados que quedó genial.

Espero que os sirvan todas estas “manías”.

¡Un beso fuerte y buena semana a todos!
Jo**r no he contratado un catering para cenar en mi p**a vida
 
Recordatorio trimestral del mejor pó que ha parido la historia de los blogs: LA CENITA EN LA ORSONJAUS

Cómo organizar una cena en casa
Hace tiempo que os prometí este post, lo que pasa que han ido surgiendo cosas que contaros y se ha retrasado un poco, pero lo prometido es deuda.

Como os conté en septiembre, el sábado de Goyesca organicé una cena en casa para unas 40 personas.

Desde luego, lo más cómodo hubiera sido contratar la ayuda de uno de los miles de cateringsmaravillosos que conozco, pero la verdad es que, por otro lado, me da un poco de pena que las cenas en casas particulares se estén convirtiendo en impersonales, y que la sensación de los invitados sea la de estar en una boda o en un cóctel de inauguración de cualquier tienda o restaurante en lugar de en casa de una familia.

Por eso desde que me casé, cuando organizo algo en casa, intento que el número de invitados sea reducido para poder prepararlo todo yo. Me gusta usar mis manteles, bandejas y copas, y aunque no cocino como una profesional, ni mucho menos, las recetas tradicionales siempre funcionan si tienes buena materia prima y te esfuerzas un poco en la presentación.

Como os imaginaréis, durante la cena que organicé en Ronda no paré ni un momento y no pude hacer fotos, por lo que voy a intentar contaros el máximo número de detalles.



Empezamos:

Lo primero que tenía claro es que no podía sentar a todo el mundo, así que la cena fue tipo bufé. Coloqué todo en una mesa de 4 metros de largo que hay en la galería de casa (os la enseñé en elpost que hice sobre El Recreo). Como único adorno, en el centro, un jarrón de cristal bastante alto repleto de nardos, en concreto 4 docenas. No sabéis cómo olían y lo mucho que decoraban.

Mantel de hilo blanco y servilletas a juego:





Tengo varios manteles de este tipo que me regaló mi madre porque son tan grandes que ya casi no los usa, y la verdad es que a mí todo lo que tenga de 20 años de antigüedad en adelante me vuelve loca y aprovecho cualquier ocasión para usarlos.

¡Perdón, se me olvidaba! Para el aperitivo puse servilletas más pequeñas también de hilo blancas.



Soy una tonta de las servilletas de tela. Creo que las de papel son cómodas porque se tiran y listo, pero para cenas más elegantes no me convencen, aunque tengan un diseño ideal. Estas me las regalaron hace unos días ¡Mirad qué monas!



La mitad de la mesa fue para colocar todos los aperitivos que una vez terminados se recogieron sustituyéndolos por la cena. La otra mitad para colocar los platos, copas, cubiertos y servilletas.

Lo básico para que la cosa funcione es la organización previa. Yo suelo cocinar durante los días anteriores aquellas cosas que se pueden congelar. También dejo cortados los quesos que voy a poner para tener únicamente que colocarlos en las bandejas la hora antes de la cena. Son tonterías, pero hacen que te ahorres mucho tiempo.

Como supondréis, no estuve yo sola. Conté con la ayuda de 4 personas: dos en la cocina calentando y organizando la comida y dos fuera que servían bebidas y recogían platos o fuentes vacías.

Yo siempre coloco una pizarra o una cartulina en la cocina con todo lo que se va a servir para que los que están trabajando sepan cuándo han de sacar cada plato.



Además, una vez están todas las bandejas limpias, coloco un cartel con lo que se servirá en ellaspara que no tengan dudas de dónde va cada cosa (esto también lo dejo listo el día de antes).



Como podéis leer, el menú fue totalmente casero, sin pretensiones, intentando transmitir a todo el mundo que estábamos en familia:

-Dos tipos de ensalada

-Dos clases de carnes con distintas salsas y unas patatas con nata para acompañar.

-Solomillo de atún macerado con aceite de oliva y limón (para los que no son carnívoros) y un gazpacho hecho con los tomates de nuestro huerto.

Como os digo, las cosas más simples si se presentan bien cambian mucho. Por ejemplo, para el gazpacho en lugar de usar un cuenco o un vasito, los servimos en estos catavinos con el hierro del trébol:



Un buen jamón es acierto seguro, pero si lo colocas en platitos llanos corrientes repartidos por la mesa, la presentación pierde un poco en mi opinión. Yo prefiero una fuente muy grande que ocupe mucho o si tenéis la típica bandeja de plata enorme que jamás usáis, este es el momento.





Con el queso os digo lo mismo, una buena fuente y en el centro un cuenco de cristal con mermelada de higos o tomate dependiendo del queso, queda mucho más bonito que un plato con las cuñas colocadas en círculo. Haced la prueba.

Para el postre hice tres tartas: una de queso, una de chocolate y otra de limón, que por cierto, se me quemó en el horno y para sustituirla puse un melón cortado en dados que quedó genial.

Espero que os sirvan todas estas “manías”.

¡Un beso fuerte y buena semana a todos!
Menos mal que me lo ha explicado mi marido empezaba a pasar hambre por las noches...
 
Por qué dice que invita a poca gente pero después dice que 4 personas la ayudaron?CUATRO? y escribe como si hacer una cena con ayuda de cuatro personas sea mucho trabajo. Que se dedique a seguir haciendo vestidos feos por favor, así nos reímos un poco.
 
Lo de "desde que me casé, cuando organizo algo en casa…" me ha matado. Ahora que es una mujer casada debe de pensar que es propio de la señora de la casa organizar cenas (recibir en casa, lo llamará ella). Menuda rancia…Conste que estoy totalmente a favor de hacer cenas en casa para amigos, familia o el vecino del quinto, si se tercia, pero no de que sea algo que una hace "desde que está casada"
 

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