Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

"Se puede viajar en coche, que es la manera de vivir más todo lo que te rodea en ese país nuevo para ti. Se puede viajar en tren, muy elegante y una maravilla en lo referente a la logística. En barco, que nunca lo he hecho, es mi asignatura pendiente el realizar un crucero. Y puedes hacerlo también en avión"
El otro día leí una redacción de mi sobrina Ana, tiene 8 años la niña, tenía que escribir sobre los medios de transporte. Es infinitamente más graciosa y entretenida que el cabeza de chorlito del Agroman.
Ese párrafo es de redacción infantil, pero ¿qué edad mental tiene este hombre?
 
"Se puede viajar en coche, que es la manera de vivir más todo lo que te rodea en ese país nuevo para ti. Se puede viajar en tren, muy elegante y una maravilla en lo referente a la logística. En barco, que nunca lo he hecho, es mi asignatura pendiente el realizar un crucero. Y puedes hacerlo también en avión"
El otro día leí una redacción de mi sobrina Ana, tiene 8 años la niña, tenía que escribir sobre los medios de transporte. Es infinitamente más graciosa y entretenida que el cabeza de chorlito del Agroman.
Ese párrafo es de redacción infantil, pero ¿qué edad mental tiene este hombre?

8 emocional, 88 social. Está entre el chupete y Bob Esponja y la zapatilla de paño de cuadritos:D:D:D:D
 
Lulú ( lourdes o palurdez): no os moféis de mi conjunto de camiseta naranja y pantalón blanco. Son más especiales de lo que imagináis. Están confeccionadas con el mejor tejido del mundo, cachemira o cashmere. Es mi último descubrimiento, no sabía lo que era y estoy maravillada de lo hermoso que es nuestro planeta. Os explico lo qué es, chicas. Resulta que en el lejano oriente hay una región llamada Cachemira, yo prefiero llamarla Cashmere, está cerca del Himalaya, cerca de donde vive el Dalai, imaginad la paz que se respira y se huele allí, está lleno de budistas (saludos desde Andalucía, budi compis, que seguro que me leéis, Namasté). En este lugar tan especial viven unas cabras muy peculiares, criadas al aire libre. Los pastores son como chinos muy morenitos y simpáticos, pero no son chinos, son himalayos, tened esto en cuenta, no son comunistas como los chinos, Fran siempre me advierte sobre los chinos. De estas cabras sale este tejido tan suave y calentito. Este tejido es difícil de adquirir por la lejanía. Desde nuestra querida Sevilla hasta el Himalaya (uy, riman un poco, tendrían que estar hermanadas, Sevilla e Himalaya, me gusta como suena)hay muchos kilómetros y sólo se puede ir en avión, y como no somos snobs viajamos en turista, y es agotador. Luego hay que contratar a unos exploradores himalayos llamados sherpas o algo así. Estos guías son también morenitos y pequeños, pero andan muchísimo y conocen bien aquellas tierras, son como los bolivianos que recorren los andes. La buena noticia es que el cashmere es gratis, habéis leído bien, gratis total. La gente no utiliza cashmere por puro desconocimiento. Y por qué es gratis, sencillo: las gentes del lejano Oriente son muy espirituales. No quieren dinero, se conforman con una sonrisa, un dibujo, unas palabras bellas dichas desde el corazón, allí tampoco hay tiendas donde gastar el dinero, por lo tanto no les hace falta. Ojo, en Sevilla hay gente así de espiritual, con una reseña positiva en mi blog se conforman y me invitan a todo lo que quiera. Tendríamos que ser menos materialistas, donde esté el calor de la familia que se quite la calefacción central, Olee!!

Le he propuesto a Fran traer cabras de cashmere y criarlas aquí. Pero Fran dice que sólo invierte en animales que se puedan comer, torear o cazar. Es un hombre con una inteligencia muy lúcida y en asuntos de negocios prefiero escuchar y callar. Pero en los asuntos de la casa le toca a él escuchar y callar. Somos un dos en uno.

Bueno, chicas, tengo que finalizar. Hoy Fran me saca a comer. Vamos en plan guarrete, nos vamos a Casa Vicente a comer caracoles, los hacen riquísimos y nos atienden estupendamente. Sin embargo, en casa Luisa los caracoles no terminan de hacerlos bien, Fran tuvo una reacción alérgica y el colmo fue que nos cobraron un plus por comer en la terraza.
Chicas, oigo el claxon del mercedes de Fran, me marcho corriendo, odia que le hagan esperar. Disfrutad de la vida. Hasta otra.
 
Lulú ( lourdes o palurdez): no os moféis de mi conjunto de camiseta naranja y pantalón blanco. Son más especiales de lo que imagináis. Están confeccionadas con el mejor tejido del mundo, cachemira o cashmere. Es mi último descubrimiento, no sabía lo que era y estoy maravillada de lo hermoso que es nuestro planeta. Os explico lo qué es, chicas. Resulta que en el lejano oriente hay una región llamada Cachemira, yo prefiero llamarla Cashmere, está cerca del Himalaya, cerca de donde vive el Dalai, imaginad la paz que se respira y se huele allí, está lleno de budistas (saludos desde Andalucía, budi compis, que seguro que me leéis, Namasté). En este lugar tan especial viven unas cabras muy peculiares, criadas al aire libre. Los pastores son como chinos muy morenitos y simpáticos, pero no son chinos, son himalayos, tened esto en cuenta, no son comunistas como los chinos, Fran siempre me advierte sobre los chinos. De estas cabras sale este tejido tan suave y calentito. Este tejido es difícil de adquirir por la lejanía. Desde nuestra querida Sevilla hasta el Himalaya (uy, riman un poco, tendrían que estar hermanadas, Sevilla e Himalaya, me gusta como suena)hay muchos kilómetros y sólo se puede ir en avión, y como no somos snobs viajamos en turista, y es agotador. Luego hay que contratar a unos exploradores himalayos llamados sherpas o algo así. Estos guías son también morenitos y pequeños, pero andan muchísimo y conocen bien aquellas tierras, son como los bolivianos que recorren los andes. La buena noticia es que el cashmere es gratis, habéis leído bien, gratis total. La gente no utiliza cashmere por puro desconocimiento. Y por qué es gratis, sencillo: las gentes del lejano Oriente son muy espirituales. No quieren dinero, se conforman con una sonrisa, un dibujo, unas palabras bellas dichas desde el corazón, allí tampoco hay tiendas donde gastar el dinero, por lo tanto no les hace falta. Ojo, en Sevilla hay gente así de espiritual, con una reseña positiva en mi blog se conforman y me invitan a todo lo que quiera. Tendríamos que ser menos materialistas, donde esté el calor de la familia que se quite la calefacción central, Olee!!

Le he propuesto a Fran traer cabras de cashmere y criarlas aquí. Pero Fran dice que sólo invierte en animales que se puedan comer, torear o cazar. Es un hombre con una inteligencia muy lúcida y en asuntos de negocios prefiero escuchar y callar. Pero en los asuntos de la casa le toca a él escuchar y callar. Somos un dos en uno.

Bueno, chicas, tengo que finalizar. Hoy Fran me saca a comer. Vamos en plan guarrete, nos vamos a Casa Vicente a comer caracoles, los hacen riquísimos y nos atienden estupendamente. Sin embargo, en casa Luisa los caracoles no terminan de hacerlos bien, Fran tuvo una reacción alérgica y el colmo fue que nos cobraron un plus por comer en la terraza.
Chicas, oigo el claxon del mercedes de Fran, me marcho corriendo, odia que le hagan esperar. Disfrutad de la vida. Hasta otra.
¡Mamen, pisa, morena! Deberías dejarte contratar por los Flanes para que les escrib¡eras los pó, el mundo en general y la peña en particular ganarían/ ganaríamos. Y tú, vista la roñoseria de la royal couple, acabarías con un reloj cyma, cortesía del licántropo, una entrada para alguna novillada en Ronda y unas bragas sudadas de novia marca Analelo's ( la marca blanca de analilen que feas somos)
¡Me parto enecientas veces!
 
Última edición por un moderador:
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La modelo que lleva el trapo con tirantes del mercadillo, ¿no pretenderá hacer carrera en el mundo del modelaje, no?.
 
Es familia de Palurdez, Blanca LLandrés, primiiiii

Mira que me lo estaba imaginando, estas han tirado de estilosos seres de sus alrededores para hacer algo de andar por casa, y efectivamente, pedazo de churro que les ha salido. Cada vez tengo más claro que no quieren vender nada, solo figurar, porque si no, no metes la pata tantas veces en tu negocio.
 
Es que con la edad uno se va reduciendo, y si ya no era muy grande el hombre...
Eso si, pequeño pero de raza, él tiene mucha raza, que no sé muy bien lo que quiere decir, pero vamos, que como lo repite seguido debe ser muy importante.

Es de la raza Homo Paca, género Pithecus, subgénero Matataurus, del Paleolítico Trianense Inferior. Afortunadamente para los Homo Sapiens van quedando pocos ejemplares puros...
 
09marzo
Viajar en avión o como sardinas en lata
¿A quién no le gusta viajar? A mí me encanta, donde sea, cuando sea, lo importante es la compañía.

Viajar es lo mejor que se puede hacer, desde planear el viaje, la ilusión, preparar la maleta, los nervios, el desconectar de todo, conocer gente que nada tiene que ver contigo, vivir otras tradiciones… Dicen que la vida es un viaje, pero viajar sin duda te da vida.

Se puede viajar en coche, que es la manera de vivir más todo lo que te rodea en ese país nuevo para ti. Se puede viajar en tren, muy elegante y una maravilla en lo referente a la logística. En barco, que nunca lo he hecho, es mi asignatura pendiente el realizar un crucero. Y puedes hacerlo también en avión.

Cierto es que si vas a un país lejano, la forma de viaje más común es el avión, pero la verdad es que la cosa se está poniendo complicadita…

El volar se ha convertido en una auténtica prueba olímpica. Es una prueba para todos tus sentidos donde no solo se mide tu capacidad de paciencia, sino también de aguante.

Desde que llegas al aeropuerto ya te están poniendo a prueba con un sinfín de incómodos inconvenientes que debes ir sorteando uno a uno para conseguir tu meta, llegar a tu destino lo más humanamente posible.

La primera prueba es acceder al aeropuerto en sí. La única vía posible es en taxi. Todo medio de locomoción distinto te obligará a adentrarte en el mundo parking gigantesco que nadie es capaz de saber nunca dónde te encuentras con exactitud. Aquí está la prueba de memoria, debes memorizar el piso, el color de la zona, el número de plaza y el bloque. Después deberás comenzar una prueba constante que es la de la maratón. Ya desde este punto debes recorrer distancias kilométricas hasta los distintos puntos donde deberás sortear diferentes pruebas que medirán todas tus habilidades.

Lo segundo localiza un carro, carga el carro con todas las maletas, y ahora lo difícil es conseguir que el carro vaya en línea recta. Además, deberás ser muy habilidoso para que en esos giros que debes realizar no se caiga ninguna maleta, tarea casi imposible, sobre todo si llevas muchas maletas, que parece que se repelen unas a otras.

La tercera prueba es que debes localizar el mostrador donde facturar. Esta prueba llamada “orientación” va a ser una constante al igual que la maratón.

Pues bien, una vez localizado el mostrador es muy posible que te encuentres que eres tú el que debes hacer el check-in, lo que quiere decir que tienes que enfrentarte a una especie de ordenador que te pide un montón de claves que ni conoces ni sabes dónde buscarlas. Esta es la prueba para medir tu nivel de informática. Una vez que has concluido esta tarea (pidiendo ayuda a uno que pasaba por allí de uniforme y que al pedirle ayuda te vio esa cara de agobio y se apiadó de ti porque él/ella no tenían nada que ver con aquel artilugio pero aun así te ayuda), vuelves al mostrador, eso sí, después de esperar una cola que se te hace eterna.

Esto es solo como preparación de lo que se te viene encima, la prueba para medir tu paciencia. ¡¡¡Sorpresaaaa!!! Tu maleta tiene exceso de peso, pero claro, el ordenador de fuera no mide eso, entonces debes apartarte, abrir tus maletas delante de todo el mundo y reorganizar el contenido, lo que quiere decir que empiezas a meter cosas en tu mochila hasta que ya casi no cierra y, rezando, vuelves a poner la maleta en la balanza… Uffff, menos mal, has conseguido sacar lo justo para que el peso sea el correcto, porque hoy en día, las maletas deben tener un peso y medida exacta, si no, no vuelan. Agudeza para calcular el peso de tu maleta a pulso. ¡Prueba superada!



Pues bien, ya tienes tus tarjetas de embarque, en las cuales, por cierto, no pone casi nunca la puerta de embarque. Así que esa es otra prueba para más tarde, pero por lo menos eso, ya sin maletas. Que por cierto, yo cada vez que veo que les ponen una pegatina y las meten en esa cinta transportadora que va quién sabe a dónde, siempre digo lo mismo: “que sea lo que Dios quiera“. Es alucinante que lleguen al mismo sitio que tú, parece magia, bueno, cuando llegan claro.

Ahora toca pasar el temido control de seguridad. Esto más que una prueba parece una gincana.

Primero te paras a leer el cartel donde aparecen los artículos prohibidos. ¿Una ballesta, un extintor o una batería de coche? ¿Pero quién viaja con eso por Dios? Bueno a lo nuestro. Quítate el reloj, el cinturón, las botas, el abrigo, los anillos, saca las monedas de los bolsillos, las gafas, el móvil, si llevas ordenador o Ipad sácalos y ponlos en una bandeja aparte, las pulseras, el sombrero o la gorra si llevas… Pues nada, al final pitas y te acaban cacheando, pero lo peor no es eso, seguro que has metido un pequeño cortaúñas en la mochila a última hora y claro, ¿cómo no te das cuenta del arma tan terrible que es un cortaúñas hombre? Pues te quedaste sin él.



A todo esto llevas la tarjeta de embarque en la boca.

Una vez superas la gincana, te vistes después de haber vivido en tus carnes esa tremenda cola otra vez, lenta, agoniosa, y todo el mundo mirando el reloj y murmurandolo pierdo seguro“, viene la prueba de, ¿seré capaz de no comprar nada? Bueno, en esta prueba si pierdes no pasa nada….

Siguiente prueba, tener buena vista. Como en la tarjeta de embarque casi nunca pone la puerta de embarque, valga la redundancia, tienes que ir a una pantalla azul chillón y buscar tu vuelo el cual está en letras clave, muy chiquitito escrito y que además va cambiando de una lista a otra, o sea que si no eres rápido de vista te cambian la pantalla y debes empezar de nuevo, ¡qué tensión!



Tu cara de concentración en esta terrible prueba es genial, y la satisfacción momentánea cuando encuentras tu puerta genial también. Y digo momentánea porque una vez que te orientas dónde estás tú y dónde está tu puerta comienza la siguiente prueba… ¡Contrarreloj!



Siempre te toca en la otra punta del gigantesco aeropuerto, así que miras el reloj y le dices a tu acompañante: “¡Vamos corre!” Empiezas a sortear pasajeros, entras y sales de las cintas eléctricas (que alguna no funciona), ves tu puerta a lo lejos, aprietas el paso y cuando llegas sudando y feliz de tu velocidad y de cómo has sorteado todos los obstáculos… ¡zasss…! Vuelo retrasado. Lo que te entra por el cuerpo…

Siguiente prueba, más paciencia que el santo Job.

Empiezan a pasar las horas lentas, muy lentas, una tras otra. Llega una azafata, que por cierto mirad si la cosa está mal que es la misma de facturación, y te levantas para recoger pero… falsa alarma. Esta situación a veces te pasa dentro del avión, así que infinitamente mejor fuera. Pues bien, una vez solucionados los problemas “técnicos” (nunca te cuentan que ha pasado), comienza el embarque. Saca la tarjeta de embarque y el DNI y ya por fin llegas a tu asiento y a la siguiente prueba, la más dura, contorsionismo o cómo sentirte sardina el lata.

Qué barbaridad, dónde vamos a llegar. Primero nunca hay sitio para todas las maletas de mano y tienes que empezar a empujar tu pobre mochila en la que llevabas unos bombones y que Dios sabe cómo llegarán. Después, ya por fin, te encajas en tu pequeño cubículo, muy pequeño, pequeñísimo.



Yo mido un metro setenta y uno y voy como una auténtica sardina en lata, no me puedo ni imaginar los altos. Ya no es solo lo pegado que vas al de delante, que cuando llegas tienes dos moratones en las rodillas, es que de lo estrecho que es, casi vas de perfil. Estos son los sillones que les ponen a los presos para que hablen. ¿Y el apoyabrazos? Será apoya el brazo en el brazo del pasajero que va a tu lado porque los dos no caben, de hecho, cuando uno mueve el brazo el otro lo pone haciéndose el loco pero con cara de triunfo.



Pero lo peor está por llegar… la bandeja de comida. Bueno, eso si es vuelo intercontinental, porque si es doméstico como ellos dicen, te cobran hasta por respirar casi. Cuando te dan de comer, lo primero y más difícil es abrir la bolsita donde van los cubiertos que parece que es antirrobo. Por cierto, te quitan el cortaúñas en el control y ahora te dan un cuchillo y dos tenedores, me quedo mucho más tranquilo, sí señor, con dos co…

Volviendo a la comida, ¿alguna vez habéis intentado comer sin separar un milímetro los brazos del cuerpo? Te entra dolor de cuello de estirarlo para poder meter algo de comida en la boca, pero lo mejor es cuando te dan agua y un refresco o un vasito de vino y te ves con un vaso en cada mano y sin sitio en la bandeja, mucho menos en la mesita. ¿Qué haces? Esta prueba es de ingenio. Pues te bebes el agua del tirón, metes el otro vaso dentro del agua, el pan lo pones dentro del plato junto con los dos tenedores y el cuchillo y ya tienes sitio para el vaso de vino. ¿Veis como no es tan difícil?



Una vez comido te dispones a dormir y, justo cuando estás cogiendo la postura, pasan el carrito por si quieres comprar un perfume. Superado lo del perfume y cogiendo otra vez el sueño, habla el comandante para contarte que volamos a no sé cuántos pies y a no sé cuántos nudos por hora, lo cual ni sabes lo que significa y además te da igual. Eso sí, te regalan un muy pequeño neceser con un peine, un cepillo de dientes que no sirve para nada, un antifaz y un enjuague bucal, que todos guardamos como si fuera oro en paño hasta que, tres meses después, lo encuentras en un cajón de tu casa y lo tiras. Lo que siempre guardo son los antifaces, me encantan, tengo un montón, jajajajaja.

Por fin comienza el descenso y te piden que pongas derecho el asiento porque esa levísima inclinación de dos milímetros pone en peligro a quien va detrás, vamos, si el que va detrás casi va sentado encima de ti, pues nada, debes aterrizar derecho como una vara. Cuando te desencajas de tu cubil no sientes las piernas, solo un dolor terrible en las rodillas por tenerlas chocando con el asiento de delante. Terminaremos viajando como en el autobús, de pie.



Bajas del avión y vas directo a enfrentarte a la última prueba.

Prueba acto de fe.

Localizas la cinta transportadora después de haber recorrido otra vez todo el aeropuerto de punta a punta y te preparas para ver pasar delante de ti una y otra maleta esperanzado con que la siguiente será la tuya, te tranquilizas a ti mismo diciendo que seguro que ha llegado. Y de pronto ves una, es la tuya, pero no, solo es del mismo color, y por cada maleta que sale de ese túnel y no es la tuya te va invadiendo un pánico terrible al pensar que tu maleta está ahora mismo llegando a Kazakhtán pero te haces fuerte en tu fe y de pronto… ¡sí! ¡Ahí está tu maleta! ¡Qué alegría más grande te entra, como si vieras a tu mejor amigo!

¡Y prueba superada!

Lo del avión, la verdad, cada día se pone más antipático, pero merece la pena pasar por cualquier penuria de este tipo con tal de poder viajar y conocer otros países. No dejéis de viajar nunca, donde sea, aunque sea al pueblo de al lado, merece la pena.

Gracias, Paca. Ha sido una interesantísima lección para los cientos de millones de personas que jamás hemos viajado en avión porque no nos lo podemos permitir. Si algún día tenemos la enorme suerte de entrar a formar parte de esa élite superior a la que tú perteneces por nacimiento y méritos, y por eso te puedes permitir ir en avión, estos consejos aéreos de un personaje tan sabio, experimentado y viajado como tú, nos vendrán de perlas.
 
La modelo que lleva el trapo con tirantes del mercadillo, ¿no pretenderá hacer carrera en el mundo del modelaje, no?.
es la prima de palur, Blanca (hija de la seventie), estuvo en la agencia de Raquel Revuelta, y sólo ha desfilado una vez en un desfile de Rocío Peralta en Simof, y fue enchufe porque es amiga de Palur, no ha hecho nada más como modelo. Y las analelas la cogerán de "modelo" y así no le tienen que pagar por ser primas.

su instagram es @blancallandres, es pa verlo, es muy payasa
 
es la prima de palur, Blanca (hija de la seventie), estuvo en la agencia de Raquel Revuelta, y sólo ha desfilado una vez en un desfile de Rocío Peralta en Simof, y fue enchufe porque es amiga de Palur, no ha hecho nada más como modelo. Y las analelas la cogerán de "modelo" y así no le tienen que pagar por ser primas.

su instagram es @blancallandres

Pues es como ver un puerro con camiseta, claro que como ahora cualquiera se sube con un vestido a una pasarela, pero como modelo no vale, es escurrida y poco agraciada. Sacar el album familiar vestidos con los trapos de las analiendres no es serio para un negocio.
 
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