Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

siguiente su patética costumbre de retuitear cualquier tuit que la halague, que hace falta ser imbécil, retuita ahora un artículo de esos chorra total de relleno titulado: FAMOSAS embarazadísimas, donde habla de profesionales como tania llasera, patricia montero o la kim kardasiajjj esa

me meo. en serio deben de faltarle 40 veranos y todos los...inviennos
 
es como una pobre arpía de pueblo o así...uffffff

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http://fueradeserie.expansion.com/2015/07/28/personajes/1438070533.html

(Entrar en la página que también hay un video pero no me deja ponerlo aquí)

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Sonriente. Francisco Rivera, 41 años, feliz por haber regresado a los ruedos y repetir paternidad (su hija nacerá el 20 de agosto).

Vuelta irremediable a los ruedos
30-07-2015

Por Gloria Scola. Fotografías de Kiko Reparaz

Francisco Rivera lidió la tarde del domingo su decimocuarta corrida del año de su regreso. A punto de volver a ser padre, habla de su madre, sus emociones, las exclusivas, el miedo, su inevitable adicción a la plaza...

Hay cosas de las que no quiere hablar. Y lo deja claro. Con educación, interrumpiendo la formulación de la pregunta con una sonrisa, pero tajante. "Me parece un tema demasiado morboso", zanja cuando le comento si ha visto las imágenes de la cogida que aquel fatídico 26 de septiembre de 1984, hace ya 31 años, le costó la vida a su padre, Paquirri, y la valentía con la que el diestro habló al médico en la enfermería de Pozoblanco (Córdoba). Ese momento conmocionó a toda España. "Sí, pero su valentía la había demostrado durante mucho tiempo. Mi padre se ganó ser una figura jugándose la vida en la plaza cada tarde. No fue cuestión de aquel día". También declina con un "ese tema prefiero no comentarlo", mi pregunta sobre el cariño que por él sentía la duquesa de Alba, su suegra entre 1998 y 2002 durante su matrimonio con Eugenia Martínez de Irujo, en virtud del cual se convirtió, temporalmente, en duque de Montoro.

Dicho esto, Francisco Rivera Ordóñez (Madrid, 3 de enero de 1974) resulta ser un gran conversador. La entrevista transcurre en el madrileño barrio de La Latina, en una casa privada destinada ocasionalmente a celebrar eventos. El de hoy lo organiza Glenfiddich, marca de la que el matador es embajador porque representa, según los responsables de la casa, los valores de este malta escocés creado en 1887: fuerza, elegancia, experiencia, herencia y larga tradición familiar.

Desde luego, tradición familiar no le falta. No solo es hijo de torero; también es bisnieto de toreros (Domingo Domínguez y Cayetano Ordóñez), nieto de toreros (Antonio Rivera Alvarado y Antonio Ordóñez), sobrino nieto de torero (Luis Miguel Dominguín), sobrino de toreros (José Rivera y Curro Vázquez), primo de torero (José Antonio Canales Rivera), y hermano de torero (Cayetano Rivera Ordóñez). "Evidentemente, no podía ser otra cosa", concluye divertido con un leve acento andaluz. "Con 18 años debuté con caballos, y con 21 tomé la alternativa en Sevilla. De pequeño, decir que iba a ser torero era lo normal. Había nacido y vivido en eso. Pero cuando fui creciendo, y seguí en mis trece, mi madre [Carmina Ordóñez, primera mujer de Paquirri, fallecida el 23 de julio de 2004 a los 49 años] se empezó a preocupar. Lo llevó fatal toda su vida", afirma.

No es de extrañar escuchándole hablar: "Sé que hay gente que no lo entiende, pero el toro da su vida por nosotros y nos pide que nosotros estemos dispuestos a dar la vida por él. Ese es el intercambio. Yo me acuerdo de todos y cada uno de los toros que he toreado porque se te clavan en el alma. Es la grandeza del toreo y el precio que hay que pagar". ¿Y se siente miedo? "A mí me dan miedo el mar y la oscuridad, pero también estar delante de un toro. ¡Claro! Hay toros que te hacen disfrutar mucho, otros que te desesperan, otros que te aburren, y hay toros que te hacen pasar mucho miedo. Miedo real". Rivera no tiene problema en reconocer que ha vivido momentos muy duros en la plaza: "Hubo un momento en que perdí elsitio, y lo pasé muy mal delante del toro. Perder el sitio es perder la seguridad. No sé cómo explicárselo, pero lo pasé mal".

Buenos y malos momentos
Francisco Rivera, que se define como alguien ordenado, constante, madrugador y templado, admite también ser sensible: "Me emociono fácilmente. Y no me da vergüenza. Cuando hay que llorar, hay que llorar. Y cuando hay que reír, reír. Soy de lágrima facililla". Quizá alguna lágrima, de alegría y también de malestar, derramara en 2009 tras ser reconocido con la Medalla de Oro a las Bellas Artes que concede el Ministerio de Cultura. La polémica estalló en el mundo del toreo como nunca. Morante de la Puebla declaró que era "una vergüenza", y Paco Camino y José Tomás devolvieron sus respectivas medallas. Entre los que defendieron al mayor de los Rivera, que desde 2010 aparece en los carteles taurinos como Francisco Rivera Paquirri, su hermano Cayetano, su excuñado Cayetano Martínez de Irujo, su tío político y apoderado de su hermano Curro Vázquez y los diestros Ortega Cano y Finito de Córdoba. "Me siento muy orgulloso y, aunque respeto la opinión de todo el mundo, es un reconocimiento a mi trayectoria y quien me ha criticado, creo que se está criticando a sí mismo. Recuerdo un dicho de mi abuelo: ‘Si triunfas provocando envidias, lo mejor es seguir triunfando’", reflexiona.

Triunfar es lo que hizo el domingo por la tarde en La Línea, ante toros de Zalduendo y junto a Morante y Talavante, y triunfar es el motivo por el que el pasado 8 de marzo decidió volver a vestirse de luces en Olivenza (Badajoz) tras dos años y medio alejado de los ruedos. Fue el 13 de octubre de 2012 cuando, sin previo aviso y tras brindar su última faena a su hija Cayetana (Tana, para su padre, nacida en Sevilla el 16 de octubre de 1999), decidió cortarse la coleta: "Pensé que era el momento. Llevaba ya muchos años, con muchas corridas por temporada... Y le confieso que me retiré pensando que no iba a volver. Pero lo he echado muchísimo de menos y no he sido capaz de aprender a vivir sin torear. Me hicieron una propuesta muy bonita y estoy muy contento. En el fondo, dedicarme al toro es lo que más me gusta del mundo y lo que sé hacer", explica. Rivera Paquirri cumplía el 23 de abril de este 2015 los 20 años de alternativa y regresó a tiempo para celebrar tan señalada efeméride. Fue en La Maestranza, y la afición le recibió y despidió con silencio después de una tarde poco afortunada. En total, desde su vuelta, 12 festejos (además del que tenía programado para el sábado en Tudela y el domingo en La Línea), ocho orejas, un rabo, un toro indultado y una cogida, precisamente el día de su reaparición, que dejó a su hija en la barrera nuevamente con la montera del brindis y el corazón en un puño.

¿Qué le lleva a uno a volver? ¿La motivación económica? "Esta profesión hay que verla como una tarta. Un trozo es el dinero, otro, el reconocimiento profesional, otro, cumplir tus sueños. Pero al final, lo que motiva es el toro. Soñamos con esas emociones que has sentido muchas tardes y que quieres volver sentir. Y el único sitio para sentirlas es una plaza con un toro delante. Eso es lo que marca la vida de un torero", reflexiona.

Quizá por eso, y percances aparte, casi todos acaban volviendo. Y por eso, entre los matadores actuales, el hijo de Paquirri destaca a uno en especial: "Yo admiro a todos y cada uno de mis compañeros, porque nuestra profesión es de superhéroe. Como Juan José Padilla [quien perdió el ojo izquierdo en octubre de 2011 en la plaza de Zaragoza], quien nos da una lección de vida diaria, de capacidad de sacrificio, de superación, de valor y de amor al mundo del toro. Es digno ejemplo a imitar en todo; un maestro. Lo que ha llevado para adelante, y lo que lleva, es durísimo". A él los toros le han respetado a lo largo de su carrera, pero en su opinión, no todo ha sido suerte: "La suerte es necesaria, pero por sí sola no sirve de nada. Tiene que haber un trabajo detrás, una dedicación, un sacrificio... Porque el aliciente más importante para la suerte es el esfuerzo. Así es más fácil tener suerte".

Persona de campo –"más que los espárragos trigueros", según confirma entre risas–, Rivera asegura estar atravesando una etapa muy bonita de su vida. Con más de 1.000 corridas en su haber, alterna su dedicación a los ruedos con el cuidado de la finca de más de 400 hectáreas que posee en Extremadura, El Trébol, donde cría su propia ganadería. "La vida me ha dado reveses, de los más tristes, evidentemente, cuando se fueron mi madre, mi abuelo, mi padre... Nada es comparable a esas pérdidas. Pero también muchos momentos felices: el nacimiento de mi hija Cayetana, el futuro nacimiento de mi hija Carmen [previsto para el 20 de agosto], conocer a mi esposa [Lourdes Montes, abogada sevillana con quien contrajo matrimonio en septiembre de 2013]...".

Vida pública
Algunos están recogidos en la biografía Francisco Rivera. Torero, de María Dolores Crespo (ed. Los Libros de la Galera del Sol, 1999), que el matador aprobó. Pero no se plantea escribir sus memorias. "No, soy muy joven todavía. ¿Qué voy a escribir? Déjate, déjate. Si cuento todo, todo el mundo va a saber lo mismo que yo, y eso no puede ser", dice con una sonrisa.

Sin embargo, muchos de los avatares de su vida ya los conocemos a través de la prensa del corazón. Y aunque está acostumbrado a los focos, asegura que a veces es difícil soportar la presión de los paparazzi. "Es una profesión que ha degenerado mucho. Hubo una época en la que ibas a la playa y, si había un paparazzi, podías decirle: ‘Mira, hoy no, que estamos aquí tranquilos. Mañana vienes y hacemos cuatro fotos’. Pero el dinero atrajo a mucho mercenario sin respeto por nada: hoy lo que vende es lo malo, la postura que te deja en evidencia, cualquier defecto. Uno te provoca para que pierdas los estribos, otro está escondido... Y lo pasas mal, sí".

–¿El remedio es ponerse una coraza?

–Sí, y no escuchar. Si escuchas barbaridades y mentiras sobre ti, te duelen. Y si el paparazziha hecho daño, los programas de televisión, mucho más. Yo entiendo que cuando tu trabajo es cara al público y necesitas que alguien vaya y pague para verte torear, hay que tener buena relación con la prensa. Y entiendo que la gente se interese por tu vida privada. Pero ya nos hemos pasado.

–Pero usted ha vendido exclusivas.

–Sí. Y cuando le das la exclusiva a un determinado medio, fenomenal, no lo critican; pero cuando se la das a la competencia, sí.

–Exclusivas muy bien pagadas...

–Bueno, ya depende. No tengo ni idea de las cifras que se pagan. He concedido exclusivas toda mi vida, cobrando y sin cobrar, y lo voy a seguir haciendo. ¿Por qué no? El problema es que cuando te pagan, los medios de la competencia dicen: "Ha cobrado. Ya no tiene derecho a nada". Pero no es así. Cada uno vende lo que le da la gana, cuando quiere y a quien quiere. Y hay que respetarlo. ¿Qué pasa? ¿Que put* un día, put* toda la vida? Pues no. Yo puedo vender los muebles del salón, y no significa que esté obligado a vender los muebles de la cocina. Puedo vender o no vender, cobrar o no, pero hay derechos que no se pueden perder.

Sin entrar a terrenos rosas, afirma que el amor ocupa el primer lugar en su vida. "Amor a mi hija, a mi mujer, a mis amigos, al toro, a mi profesión. El amor es fundamental". Y si los cuernos del toro imponen, ¿qué pasa con los otros? ¿Perdonaría el diestro una infidelidad? "No tengo ni idea. Creo que no, pero hay que verse en la situación porque hasta que no te ves en el momento, no sabes lo que vas a hacer. Yo soy muy realista y vivo el momento. Hablar de lo que haría o no en tal o cual situación ni me lo planteo, la verdad".

Polémicas
La misma lógica utiliza cuando le pregunto si compartiría cartel con una mujer. "Eso no depende de mí, sino de los empresarios. Tendría que verme en la situación. Lo que no estoy es a favor de que por ser mujer, o por ser hijo de, o por ser tal, se toree más. Es en la plaza, precisamente, donde se gana todo delante del toro. Yo no estoy en contra de que las mujeres toreen. Otra cosa es que no me guste, porque creo que la mujer delante del toro pierde feminidad. Porque la mujer es delicadeza, y el toro, brutalidad".

Afirma no ser machista, pero sí le gusta la galantería, y está a favor de la igualdad salarial y de derechos entre hombres y mujeres. "Pero los hombres no tienen los mismos derechos que las mujeres. Cuando hay una separación, el hombre no recibe un convenio, recibe una condena. La custodia compartida debería estar instaurada por ley. Es una salvajada que yo vea a mi hija ocho días al mes. Para mi hija y para mí. Y el hombre que lo consigue tiene que pagar un dinero para ver a su hijo unas horas al mes establecidas. No hay igualdad alguna".

Para acabar, le pregunto por una hipotética prohibición de las corridas de toros en España. Se muestra contundente: "Es una barbaridad solo sugerirlo. Pedimos libertad por un lado y queremos coaccionar la libertad por otro. Prohibir los toros es atentar contra la Historia y la cultura de España. El toro ha estado presente desde siempre en nuestra cultura, en nuestra literatura, en nuestra pintura, en nuestra escultura... Y es una de las cosas por las que se conoce nuestro país en el mundo. Amén de la riqueza económica que genera,. Al que no le guste, que no vaya, y nos dejen a los demás".

Riverastyle
Clásico en su estilo, el torero oculta, sin embargo, alguna sorpresa entre sus aficiones. Como el gusto por los cómics inspirados en antiguas leyendas japonesas.


Sus otros negocios
Francisco Rivera tiene dos pasiones además del toreo: practicar aikido(un arte marcial de defensa personal) y montar a caballo en su finca El Trébol, en Llerena (Badajoz), donde, además, desarrollo su faceta como empresario ganadero. Heredero junto a su hermano Cayetano de la vacada que poseía su padre,Paquirri, Francisco acabó adquiriéndola en su totalidad y aunque sus reses, de procedencia Carlos Núñez, no han participado por el momento en grandes festejos, el diestro aspira "a poder verlas en las plazas grandes". Rivera ejerce también como empresario de La Maestranza de Ronda (Málaga), donde organiza cada año la corrida goyesca cuya celebración fue desde siempre impulsada por la familia Ordóñez. Además, reparte sus intereses empresariales en otros negocios alejados del mundo taurino. Por un lado, es propietario junto a Cristóbal Soria de Busatsu, una tienda de moda en Sevilla donde pueden adquirirse prendas de Hackett, Belstaff y Tod’s entre otras marcas. Por otro, a finales del pasado año vio hacerse realidad un proyecto gastronómico en el que se había embarcado junto al periodista Carlos Herrera: La Lonja del Barranco. Este mercado gourmet, en la calle Arjona, junto al puente de Triana, se ha convertido en uno de los sitios de moda de la capital hispalense.
 
Perdonadme, porque nunca entro a este tema, pero siempre veo que el titulo no desaparece, estando siempre entre los primeros temas, así que tengo una curiosidad,

Cuántos años lleva esta mujer embarazada?
 
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