Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

los dos lo han colgado a la vez

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por cierto, algunas vez hace tiempo he comentado esto, fran desde que se casó por lo civil con palur, ni una sola vez ha llevado puesto el anillo de casado (palur lo lleva siempre), solo en el reportaje de Hola de la boda de ronda y de la de triana, los demás días nunca lo ha llevado, y lo digo pq es algo en lo que me fijo en cada una de las apariciones públicas que hace. Lo digo porque como él va diciendo que es tan tradicional, los hombres de ese corte no se quitan los anillos, pero claro, esto es matrimonio de conveniencia para trincar del Hola y para presentarse a hermano mayor. Con eugenia martinez de irujo siempre llevó puesto el anillo de casado.
 
en serio, si me dices que eres tan tan tan felíz, voy a acabar por pensar que eres to lo contrario...

esa es la realidad, que al no ser un matrimonio de verdad (todo es de conveniencia e interés, no es por amor)siempre tienen la necesidad de que la gente vea que son feliz, y cuando tienes esa necesidad, es porque la realidad es todo lo contrario. El que es feliz de verdad no necesita constantemente alardearlo.
 
http://www.eldiariomontanes.es/sociedad/201507/11/lourdes-tiene-arte-hasta-20150711000124-v.html

«Lourdes tiene arte hasta cuando me regaña»

  • Francisco Rivera brinda con whisky por el próximo nacimiento de su hija Carmen: «Ojalá se parezca mucho a mi madre»

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Tan diplomático está últimamente Fran Rivera que lo han nombrado embajador. Pero embajador de Glenfiddich, el 'single malt' más galardonado del mundo. Porque al torero, con sentirse muy sevillano, no le va nada el rebujito... «Soy más de whisky y, si encima es bueno, mucho mejor». Francisco presentó el pasado jueves en Madrid el proyecto 'Maridaje con clase', consistente en vincular distintas añadas del célebre 'scotch' con empresas familiares de larga tradición, como la zapatería Lottusse o la sombrerería Fernández y Roche. «Las tradiciones son los valores de una sociedad -afirma-. Yo soy un tío muy tradicional con las costumbres y en Sevilla las practico todas».

¿Y con quién marida bien Francisco Rivera?

Yo 'marideo' con mucha gente muy bien. Con la inmensa mayoría, sostiene el torero. Pero con los corazones oscuros y los corazones negros no 'marideo' nada.

Tal vez se refiera Francisco a los críticos que le han llamado de todo menos bonito desde su vuelta a los ruedos... «Esa es la crítica fácil -se revuelve-. En este país parece que si no hablas mal de la gente no eres nadie. Y es una pena. Pero como yo no los leo ni les presto atención no me afecta. Llevo ya unas cuantas corridas y estoy disfrutando muchísimo de la convivencia con la cuadrilla y sobre todo de ponerme el traje de luces y estar delante del toro. Estoy en esa búsqueda de hacer las cosas mejor, pero no siempre salen como uno quiere. No sé hasta cuándo seguiré. De momento vamos a echar este verano p'alante y vamos viendo».

Si tuviera que brindar por algo a sus 41 años, el diestro lo haría por Carmen, la hija que espera de su actual mujer, Lourdes Montes, diez años más joven que él. «Brindo por que nazca bien, sin complicaciones en el parto». Lourdes, la sobrina del cantante José Manuel Soto, la guapa sevillana que hizo exclamar un sentido «¡Ozú!» a Fran Rivera cuando la vio por primera vez, la prometedora abogada que abandonó el bufete para abrir un taller de costura y dedicarse con su hermana Sibi a la confección de trajes de novia siguiendo la tradición de su abuela, saldrá de cuentas el 20 de agosto. Pero, como dice su marido, «la niña vendrá al mundo cuando tenga que venir porque esto no es una ciencia exacta».

Tras muchos debates y disensiones, la criatura se llamará Carmen, en homenaje a Carmen Ordóñez, la difunta y archifamosa madre de Fran. «Ojalá se parezca mucho a mi madre. Ojalá se parezca en todo -proclama el torero orgulloso-. Porque mi madre era una mujer especial al máximo, una mujer buena como pocas, divertida, lista. Pero también me gustaría que se pareciera mucho a su madre, a Lourdes, que es maravillosa, una mujer de los pies a la cabeza». Está claro que Montes ha supuesto el 'Waterloo' sentimental del conquistador compulsivo Fran Rivera. «De Lourdes me gusta todo -afirma rendido-, hasta lo que supuestamente no tendría que gustarme. Pero es que ella hasta regañándome tiene arte. Y mira que eso es difícil...».

La actual batalla de Rivera Ordóñez ya no está en los campos de la seducción sino en los de la paternidad responsable. El no haber podido obtener la custodia de su hija Cayetana, fruto de su rutilante matrimonio con la menor de los Alba, Eugenia Martínez de Irujo, le trae por la calle de la amargura. Su cuenta de Twitter es reflejo de ello. En cuanto tiene ocasión rompe una lanza en favor de los padres separados. «Me siento injustamente tratado al cien por cien, y creo que es una injusticia lo que está pasando a día de hoy en España. Eso de que la custodia compartida está instaurada en este país es falso. Los padres separados no conseguimos un acuerdo sino una condena. Pagas un dinero por tener derecho a ver a tu hijo solo unas horas... Yo tengo a mi hija ocho días al mes. Eso es una barbaridad. Para mí y para mi hija. Y voy a gritarlo bien alto cada vez que pueda».

Tras años acostumbrado a que la custodia estuviera en manos de su ex mujer, Francisco decidió iniciar una guerra judicial para conseguir que su hija Tana se fuera a vivir con él a Sevilla. Reclamaba la custodia completa. «La compartida en mi caso no tiene sentido porque Eugenia vive en Madrid y yo en Sevilla», puntualiza. Sin embargo, no la consiguió. La causa de su fracaso reside, según declaró el jueves a este periódico, «en que la jueza fue muy cobarde y se dejó llevar por la sociedad. Me trataron injustamente, no te imaginas.», se queja. Eugenia a su vez se presentó como la madre doliente a la que el ex marido le quiere arrebatar a su niña. «No entiendo esa negativa, en contra de lo que su hija pedía. Es una barbaridad, una pena», lamenta el diestro. Ahora tendrá que esperar a que Cayetana, que en octubre cumplirá 16 años, alcance la mayoría de edad y decida con cuál de sus dos progenitores desea vivir.

Y es que no todo en la vida de Fran Rivera son triunfos, orejas y salidas a hombros. Tampoco su intento reciente de convertirse en hermano mayor de la Hermandad de la Esperanza de Triana logró llegar a buen puerto. Le faltaron poco más de 200 votos para erigirse en ganador, aunque, como él dice: «Ahí ni se gana ni se pierde, sales elegido o no, porque la que tiene que ganar es la hermandad. Me quedo con muchas cosas buenas y también con un poquito de pena porque mi proyecto me parecía necesario para dar ese pequeño empujón que la hermandad que necesita. Pero no ha podido ser porque nuestro Cristo de las Tres Caídas y nuestra Esperanza de Triana no lo han querido. Y ellos son muchísimo más sabios que yo».

El hermano mayor

En la vida, también le ha tocado a Fran ser el hermano mayor de una peculiar familia compuesta por él y Cayetano, hijos de Paquirri y Carmen Ordóñez; Kiko Rivera, hijo de Paquirri e Isabel Pantoja; y Julián Contreras junior, hijo de Carmen Ordóñez y Julián Contreras. «Sí, pero aquí el hermano mayor pinta poco -ataja el diestro con un punto de ironía-. Ya me juzgará quien me tenga que juzgar. Todo perfecto no lo debo estar haciendo. Pero en todo caso este sí que es un tema laaargo, laaaaargo.».

Se le ve a Fran mucho más relajado ante los medios. «Con la prensa decidí un día no enfadarme -aclara-. Que se enfaden si quieren ellos conmigo. Y como no escucho ni leo nada, vivo mucho más tranquilo». Y eso que, según él, no se lo ponen fácil. «Me montan un revuelo hasta porque decido anunciarme Paquirri. Cantidad de toreros se llaman como su padre: Litri, Camino, Chamaco, Aparicio. Pero lo hago yo, que es mi derecho de sangre, y se arma un escándalo, como con todo lo que hago en mi vida, nunca puedo estar tranquilo», sonríe resignado.

Descendiente de la dinastía con más casta y abolengo del mundo del toro, si entre los toreros hubiera rangos aristocráticos, Francisco Rivera Ordóñez sería el duque de Alba de los ruedos. Pero ese es un título del que no quiere acordarse. Su exsuegra, la duquesa de Alba, después de muchos años adorándole se fue al otro mundo sin mirarle a la cara, enfadadísima porque en el pleito por la custodia de su nieta (cosa lógica) tomó partido por su hija. ¿Le duele a Fran esa circunstancia? El torero reconoce que «no hay preguntas que ofendan», pero sí algunas particularmente incómodas. Y esta parece serlo más que una banderilla negra. «A eso prefiero no contestar», responde con gesto dolido.
 
http://www.eldiariomontanes.es/sociedad/201507/11/lourdes-tiene-arte-hasta-20150711000124-v.html

«Lourdes tiene arte hasta cuando me regaña»




    • Francisco Rivera brinda con whisky por el próximo nacimiento de su hija Carmen: «Ojalá se parezca mucho a mi madre»
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Tan diplomático está últimamente Fran Rivera que lo han nombrado embajador. Pero embajador de Glenfiddich, el 'single malt' más galardonado del mundo. Porque al torero, con sentirse muy sevillano, no le va nada el rebujito... «Soy más de whisky y, si encima es bueno, mucho mejor». Francisco presentó el pasado jueves en Madrid el proyecto 'Maridaje con clase', consistente en vincular distintas añadas del célebre 'scotch' con empresas familiares de larga tradición, como la zapatería Lottusse o la sombrerería Fernández y Roche. «Las tradiciones son los valores de una sociedad -afirma-. Yo soy un tío muy tradicional con las costumbres y en Sevilla las practico todas».

¿Y con quién marida bien Francisco Rivera?

Yo 'marideo' con mucha gente muy bien. Con la inmensa mayoría, sostiene el torero. Pero con los corazones oscuros y los corazones negros no 'marideo' nada.

Tal vez se refiera Francisco a los críticos que le han llamado de todo menos bonito desde su vuelta a los ruedos... «Esa es la crítica fácil -se revuelve-. En este país parece que si no hablas mal de la gente no eres nadie. Y es una pena. Pero como yo no los leo ni les presto atención no me afecta. Llevo ya unas cuantas corridas y estoy disfrutando muchísimo de la convivencia con la cuadrilla y sobre todo de ponerme el traje de luces y estar delante del toro. Estoy en esa búsqueda de hacer las cosas mejor, pero no siempre salen como uno quiere. No sé hasta cuándo seguiré. De momento vamos a echar este verano p'alante y vamos viendo».

Si tuviera que brindar por algo a sus 41 años, el diestro lo haría por Carmen, la hija que espera de su actual mujer, Lourdes Montes, diez años más joven que él. «Brindo por que nazca bien, sin complicaciones en el parto». Lourdes, la sobrina del cantante José Manuel Soto, la guapa sevillana que hizo exclamar un sentido «¡Ozú!» a Fran Rivera cuando la vio por primera vez, la prometedora abogada que abandonó el bufete para abrir un taller de costura y dedicarse con su hermana Sibi a la confección de trajes de novia siguiendo la tradición de su abuela, saldrá de cuentas el 20 de agosto. Pero, como dice su marido, «la niña vendrá al mundo cuando tenga que venir porque esto no es una ciencia exacta».

Tras muchos debates y disensiones, la criatura se llamará Carmen, en homenaje a Carmen Ordóñez, la difunta y archifamosa madre de Fran. «Ojalá se parezca mucho a mi madre. Ojalá se parezca en todo -proclama el torero orgulloso-. Porque mi madre era una mujer especial al máximo, una mujer buena como pocas, divertida, lista. Pero también me gustaría que se pareciera mucho a su madre, a Lourdes, que es maravillosa, una mujer de los pies a la cabeza». Está claro que Montes ha supuesto el 'Waterloo' sentimental del conquistador compulsivo Fran Rivera. «De Lourdes me gusta todo -afirma rendido-, hasta lo que supuestamente no tendría que gustarme. Pero es que ella hasta regañándome tiene arte. Y mira que eso es difícil...».

La actual batalla de Rivera Ordóñez ya no está en los campos de la seducción sino en los de la paternidad responsable. El no haber podido obtener la custodia de su hija Cayetana, fruto de su rutilante matrimonio con la menor de los Alba, Eugenia Martínez de Irujo, le trae por la calle de la amargura. Su cuenta de Twitter es reflejo de ello. En cuanto tiene ocasión rompe una lanza en favor de los padres separados. «Me siento injustamente tratado al cien por cien, y creo que es una injusticia lo que está pasando a día de hoy en España. Eso de que la custodia compartida está instaurada en este país es falso. Los padres separados no conseguimos un acuerdo sino una condena. Pagas un dinero por tener derecho a ver a tu hijo solo unas horas... Yo tengo a mi hija ocho días al mes. Eso es una barbaridad. Para mí y para mi hija. Y voy a gritarlo bien alto cada vez que pueda».

Tras años acostumbrado a que la custodia estuviera en manos de su ex mujer, Francisco decidió iniciar una guerra judicial para conseguir que su hija Tana se fuera a vivir con él a Sevilla. Reclamaba la custodia completa. «La compartida en mi caso no tiene sentido porque Eugenia vive en Madrid y yo en Sevilla», puntualiza. Sin embargo, no la consiguió. La causa de su fracaso reside, según declaró el jueves a este periódico, «en que la jueza fue muy cobarde y se dejó llevar por la sociedad. Me trataron injustamente, no te imaginas.», se queja. Eugenia a su vez se presentó como la madre doliente a la que el ex marido le quiere arrebatar a su niña. «No entiendo esa negativa, en contra de lo que su hija pedía. Es una barbaridad, una pena», lamenta el diestro. Ahora tendrá que esperar a que Cayetana, que en octubre cumplirá 16 años, alcance la mayoría de edad y decida con cuál de sus dos progenitores desea vivir.

Y es que no todo en la vida de Fran Rivera son triunfos, orejas y salidas a hombros. Tampoco su intento reciente de convertirse en hermano mayor de la Hermandad de la Esperanza de Triana logró llegar a buen puerto. Le faltaron poco más de 200 votos para erigirse en ganador, aunque, como él dice: «Ahí ni se gana ni se pierde, sales elegido o no, porque la que tiene que ganar es la hermandad. Me quedo con muchas cosas buenas y también con un poquito de pena porque mi proyecto me parecía necesario para dar ese pequeño empujón que la hermandad que necesita. Pero no ha podido ser porque nuestro Cristo de las Tres Caídas y nuestra Esperanza de Triana no lo han querido. Y ellos son muchísimo más sabios que yo».

El hermano mayor

En la vida, también le ha tocado a Fran ser el hermano mayor de una peculiar familia compuesta por él y Cayetano, hijos de Paquirri y Carmen Ordóñez; Kiko Rivera, hijo de Paquirri e Isabel Pantoja; y Julián Contreras junior, hijo de Carmen Ordóñez y Julián Contreras. «Sí, pero aquí el hermano mayor pinta poco -ataja el diestro con un punto de ironía-. Ya me juzgará quien me tenga que juzgar. Todo perfecto no lo debo estar haciendo. Pero en todo caso este sí que es un tema laaargo, laaaaargo.».

Se le ve a Fran mucho más relajado ante los medios. «Con la prensa decidí un día no enfadarme -aclara-. Que se enfaden si quieren ellos conmigo. Y como no escucho ni leo nada, vivo mucho más tranquilo». Y eso que, según él, no se lo ponen fácil. «Me montan un revuelo hasta porque decido anunciarme Paquirri. Cantidad de toreros se llaman como su padre: Litri, Camino, Chamaco, Aparicio. Pero lo hago yo, que es mi derecho de sangre, y se arma un escándalo, como con todo lo que hago en mi vida, nunca puedo estar tranquilo», sonríe resignado.

Descendiente de la dinastía con más casta y abolengo del mundo del toro, si entre los toreros hubiera rangos aristocráticos, Francisco Rivera Ordóñez sería el duque de Alba de los ruedos. Pero ese es un título del que no quiere acordarse. Su exsuegra, la duquesa de Alba, después de muchos años adorándole se fue al otro mundo sin mirarle a la cara, enfadadísima porque en el pleito por la custodia de su nieta (cosa lógica) tomó partido por su hija. ¿Le duele a Fran esa circunstancia? El torero reconoce que «no hay preguntas que ofendan», pero sí algunas particularmente incómodas. Y esta parece serlo más que una banderilla negra. «A eso prefiero no contestar», responde con gesto dolido.
uy sí, tiene palur una graciaaaaa vamos, es lo más seco y rancio que he visto en una sevillana
 
    • Francisco Rivera brinda con whisky por el próximo nacimiento de su hija Carmen: «Ojalá se parezca mucho a mi madre»
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Tan diplomático está últimamente Fran Rivera que lo han nombrado embajador. Pero embajador de Glenfiddich, el 'single malt' más galardonado del mundo. Porque al torero, con sentirse muy sevillano, no le va nada el rebujito... «Soy más de whisky y, si encima es bueno, mucho mejor». Francisco presentó el pasado jueves en Madrid el proyecto 'Maridaje con clase', consistente en vincular distintas añadas del célebre 'scotch' con empresas familiares de larga tradición, como la zapatería Lottusse o la sombrerería Fernández y Roche. «Las tradiciones son los valores de una sociedad -afirma-. Yo soy un tío muy tradicional con las costumbres y en Sevilla las practico todas».

¿Y con quién marida bien Francisco Rivera?

Yo 'marideo' con mucha gente muy bien. Con la inmensa mayoría, sostiene el torero. Pero con los corazones oscuros y los corazones negros no 'marideo' nada.

Tal vez se refiera Francisco a los críticos que le han llamado de todo menos bonito desde su vuelta a los ruedos... «Esa es la crítica fácil -se revuelve-. En este país parece que si no hablas mal de la gente no eres nadie. Y es una pena. Pero como yo no los leo ni les presto atención no me afecta. Llevo ya unas cuantas corridas y estoy disfrutando muchísimo de la convivencia con la cuadrilla y sobre todo de ponerme el traje de luces y estar delante del toro. Estoy en esa búsqueda de hacer las cosas mejor, pero no siempre salen como uno quiere. No sé hasta cuándo seguiré. De momento vamos a echar este verano p'alante y vamos viendo».

Si tuviera que brindar por algo a sus 41 años, el diestro lo haría por Carmen, la hija que espera de su actual mujer, Lourdes Montes, diez años más joven que él. «Brindo por que nazca bien, sin complicaciones en el parto». Lourdes, la sobrina del cantante José Manuel Soto, la guapa sevillana que hizo exclamar un sentido «¡Ozú!» a Fran Rivera cuando la vio por primera vez, la prometedora abogada que abandonó el bufete para abrir un taller de costura y dedicarse con su hermana Sibi a la confección de trajes de novia siguiendo la tradición de su abuela, saldrá de cuentas el 20 de agosto. Pero, como dice su marido, «la niña vendrá al mundo cuando tenga que venir porque esto no es una ciencia exacta».

Tras muchos debates y disensiones, la criatura se llamará Carmen, en homenaje a Carmen Ordóñez, la difunta y archifamosa madre de Fran. «Ojalá se parezca mucho a mi madre. Ojalá se parezca en todo -proclama el torero orgulloso-. Porque mi madre era una mujer especial al máximo, una mujer buena como pocas, divertida, lista. Pero también me gustaría que se pareciera mucho a su madre, a Lourdes, que es maravillosa, una mujer de los pies a la cabeza». Está claro que Montes ha supuesto el 'Waterloo' sentimental del conquistador compulsivo Fran Rivera. «De Lourdes me gusta todo -afirma rendido-, hasta lo que supuestamente no tendría que gustarme. Pero es que ella hasta regañándome tiene arte. Y mira que eso es difícil...».

La actual batalla de Rivera Ordóñez ya no está en los campos de la seducción sino en los de la paternidad responsable. El no haber podido obtener la custodia de su hija Cayetana, fruto de su rutilante matrimonio con la menor de los Alba, Eugenia Martínez de Irujo, le trae por la calle de la amargura. Su cuenta de Twitter es reflejo de ello. En cuanto tiene ocasión rompe una lanza en favor de los padres separados. «Me siento injustamente tratado al cien por cien, y creo que es una injusticia lo que está pasando a día de hoy en España. Eso de que la custodia compartida está instaurada en este país es falso. Los padres separados no conseguimos un acuerdo sino una condena. Pagas un dinero por tener derecho a ver a tu hijo solo unas horas... Yo tengo a mi hija ocho días al mes. Eso es una barbaridad. Para mí y para mi hija. Y voy a gritarlo bien alto cada vez que pueda».

Tras años acostumbrado a que la custodia estuviera en manos de su ex mujer, Francisco decidió iniciar una guerra judicial para conseguir que su hija Tana se fuera a vivir con él a Sevilla. Reclamaba la custodia completa. «La compartida en mi caso no tiene sentido porque Eugenia vive en Madrid y yo en Sevilla», puntualiza. Sin embargo, no la consiguió. La causa de su fracaso reside, según declaró el jueves a este periódico, «en que la jueza fue muy cobarde y se dejó llevar por la sociedad. Me trataron injustamente, no te imaginas.», se queja. Eugenia a su vez se presentó como la madre doliente a la que el ex marido le quiere arrebatar a su niña. «No entiendo esa negativa, en contra de lo que su hija pedía. Es una barbaridad, una pena», lamenta el diestro. Ahora tendrá que esperar a que Cayetana, que en octubre cumplirá 16 años, alcance la mayoría de edad y decida con cuál de sus dos progenitores desea vivir.

Y es que no todo en la vida de Fran Rivera son triunfos, orejas y salidas a hombros. Tampoco su intento reciente de convertirse en hermano mayor de la Hermandad de la Esperanza de Triana logró llegar a buen puerto. Le faltaron poco más de 200 votos para erigirse en ganador, aunque, como él dice: «Ahí ni se gana ni se pierde, sales elegido o no, porque la que tiene que ganar es la hermandad. Me quedo con muchas cosas buenas y también con un poquito de pena porque mi proyecto me parecía necesario para dar ese pequeño empujón que la hermandad que necesita. Pero no ha podido ser porque nuestro Cristo de las Tres Caídas y nuestra Esperanza de Triana no lo han querido. Y ellos son muchísimo más sabios que yo».

El hermano mayor

En la vida, también le ha tocado a Fran ser el hermano mayor de una peculiar familia compuesta por él y Cayetano, hijos de Paquirri y Carmen Ordóñez; Kiko Rivera, hijo de Paquirri e Isabel Pantoja; y Julián Contreras junior, hijo de Carmen Ordóñez y Julián Contreras. «Sí, pero aquí el hermano mayor pinta poco -ataja el diestro con un punto de ironía-. Ya me juzgará quien me tenga que juzgar. Todo perfecto no lo debo estar haciendo. Pero en todo caso este sí que es un tema laaargo, laaaaargo.».

Se le ve a Fran mucho más relajado ante los medios. «Con la prensa decidí un día no enfadarme -aclara-. Que se enfaden si quieren ellos conmigo. Y como no escucho ni leo nada, vivo mucho más tranquilo». Y eso que, según él, no se lo ponen fácil. «Me montan un revuelo hasta porque decido anunciarme Paquirri. Cantidad de toreros se llaman como su padre: Litri, Camino, Chamaco, Aparicio. Pero lo hago yo, que es mi derecho de sangre, y se arma un escándalo, como con todo lo que hago en mi vida, nunca puedo estar tranquilo», sonríe resignado.

Descendiente de la dinastía con más casta y abolengo del mundo del toro, si entre los toreros hubiera rangos aristocráticos, Francisco Rivera Ordóñez sería el duque de Alba de los ruedos. Pero ese es un título del que no quiere acordarse. Su exsuegra, la duquesa de Alba, después de muchos años adorándole se fue al otro mundo sin mirarle a la cara, enfadadísima porque en el pleito por la custodia de su nieta (cosa lógica) tomó partido por su hija. ¿Le duele a Fran esa circunstancia? El torero reconoce que «no hay preguntas que ofendan», pero sí algunas particularmente incómodas. Y esta parece serlo más que una banderilla negra. «A eso prefiero no contestar», responde con gesto dolido.
Que se parezca mucho a su madre, dice... éste no tiene ni media neurona el muy paleto.
 
¿pero quien puede tener tan mala baba para escribir ese articulo?? JAJAJAJAJAJAJA!! Es la ranciedad hecha persona. ¡risas sin fin!!
lo del "maridaje" de marcas me ha encantau!! ya le veo de embahadó de varias cosas a la vez, tomándose un wijquito mientra se mira los zapatos y el sombrero, jajaja! ¡que foto , por dió!!!
 
Este pobre tipo es gilipollas. Aparte de la plasta que da con la hija la mayó y venga con la hija, que es lo más que hay sobre la tierra desde que se inventó el Velcro, ahora dice que "ojalá mi segunda hija se parezca a mi madre en todo" Independientemente de que ya son ganas de tener una hija vaga, irresponsable, politoxicómana y con menos ética personal que un paramecio, y encantada de estar con lo mas tirado de cada casa, que es como saldría la niña si se parece a la abuela, la frase es chocante como poco.
Es que lo normal es desear al menos en público y de boca para fuera que se parezca a la madre de la criatura, ¿no?
A este le van a reñir con arte y le van a dar un día una patada en los cataplincillos con muchísimo salero. Por memo.
 
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